Educación: contra el vicio de prohibir…

IMAGE: OpenAI's DALL·E, via ChatGPT

Mi columna de esta semana en Invertia se titula «Inteligencia artificial y educación: no nos equivoquemos de nuevo» (pdf), y trata de relacionar la decisión de muchas instituciones educativas y gobiernos de prohibir radicalmente los smartphones en la educación «porque son peligrosos» con lo sucedido hasta el momento con la inteligencia artificial generativa, que fue igualmente prohibida y ahora es protagonista de persecuciones utilizando herramientas absurdas para tratar de identificar si los alumnos la han utilizado o no.

Como siempre, la verdad se sitúa en un punto medio: ni smartphones a todas horas y para todo, ni algoritmos utilizados de manera que los alumnos no vean necesario aprender nada. Pero cuando una tecnología se sitúa como una de las llamadas «de propósito general», y por tanto se convierten en protagonistas de una revolución en su proceso de adopción y podemos tener por seguro que pasarán a formar parte de nuestras vidas queramos o no, tenemos que tratarla como tal e integrarla en el proceso educativo, y si es potencialmente peligrosa, más aún. Relegarla a la prohibición solo supone renunciar a educar, y por tanto, generar problemas más graves cuando esos alumnos finalmente pueden acceder a ella.

Los economistas canadienses Richard Lipsey, Ken Carlaw y Cliff Bekar, en su libro «Economic transformations: general purpose technologies and long-term economic growth«, estiman en veinticuatro las tecnologías definidas como de propósito general que han surgido a lo largo de toda la historia humana, entre las que se encuentran desde la agricultura, el sistema fabril, el desarrollo de la metalurgia y de materiales como el bronce o el hierro, la escritura, la imprenta, la electricidad hasta, por supuesto, internet o el smartphone. De haberse escrito ahora, y no en 2006, la lista incluiría, por supuesto y sin ninguna duda, la inteligencia artificial. Hablamos de tecnologías que no solo son protagonistas de procesos de difusión fulgurantes, sino que además, son susceptibles de marcar una enorme diferencia entre los que tienen acceso a ellas y los que no lo tienen.

A día de hoy, nos resultaría inimaginable plantearnos nuestra sociedad sin esas tecnologías, aunque dada la relativa novedad de las más recientes, algunos todavía pretendan abominar de ellas y plantearse que cualquier tiempo pasado fue mejor. Obviamente, las tecnologías son eso, herramientas, lo que permite que sean utilizadas de manera positiva o negativa. A lo largo del proceso de desarrollo y adopción, estos usos positivos se acompañan de usos irresponsables y potencialmente peligrosos, como ha ocurrido con un smartphone que en principio resulta interesantísimo como potente ordenador de bolsillo, pero que también se convierte, por culpa del desarrollo de determinados modelos de negocio nocivos, en una herramienta peligrosamente adictiva.

La forma de reaccionar ante ese tipo de peligros es, como bien sabemos con tecnologías anteriores, la educación. A ninguna persona razonable se le ocurriría hoy en día prohibir la metalurgia porque con ella pueden fabricarse armas peligrosas, ni la escritura o la imprenta porque pueden ser utilizadas para plasmar ideas peligrosas. Sin embargo, eso sí ocurrió en el pasado: el imperio otomano, por ejemplo, trató infructuosamente de prohibir la imprenta, y logró retrasar tres siglos su adopción. El problema de la contención, muy bien ilustrado por Mustafa Suleyman en los primeros capítulos de su reciente libro «The coming wave«, es que ejercerla es sumamente delicado, y salvo en contadísimas y muy específicas ocasiones, nunca funciona.

Cuando algo se considera potencialmente peligroso pero sabemos que su uso es susceptible de marcar una diferencia positiva, lo que la sociedad debe hacer es educar en ese uso. En el caso de esas tecnologías relativamente recientes, como internet, el smartphone o la inteligencia artificial, estamos en ese caso. Las empresas, durante algunos años, pretendieron prohibir el acceso a internet de sus trabajadores porque «se distraían». Los colegios hicieron lo mismo, y apoyados por mentalidades en muchos casos populistas y por ideas obviamente muy poco elaboradas desde algunos gobiernos, pretenden hacer lo mismo con los smartphones, obviando que hacer renuncia expresa a educar en su uso supone crear una generación de torpes ignorantes que en cuanto puedan poner sus manos en un smartphone, lo harán sin haber recibido la debida instrucción (y no me refiero a instrucción técnica, esa es prácticamente obvia) y, por tanto, serán susceptibles de caer en todo tipo de problemas y peligros que muchas compañías irresponsables diseñan para ello.

Con la inteligencia artificial está pasando lo mismo. Hablamos de una tecnología indudablemente potentísima, pero que debe ser, como tal, administrada, nunca prohibida. La primera oleada de reacciones de las instituciones educativas ante el lanzamiento de ChatGPT en noviembre de 2022 fue clarísima: había que prohibir su uso. Desde entonces, se está produciendo una guerra constante entre alumnos que pretenden utilizarla constantemente y para todo, e instituciones y profesores que tratan de identificar mediante herramientas variadas (generalmente muy poco fiables y muy poco recomendables) cuándo ha sido utilizada, y amenazan con todo tipo de sanciones, desde el suspenso a la expulsión.

No, una vez más, la prohibición no tiene ningún sentido, como no lo tiene pretender volver al papel y al lápiz alegando que «cualquier tiempo pasado fue mejor». Es sencillamente absurdo renunciar a educar en tecnologías que los alumnos necesitarán sin ningún género de dudas en el futuro. ¿Es peligrosa la inteligencia artificial para el aprendizaje? Potencialmente sí, pero eso, de nuevo, no debería implicar su prohibición, sino la educación en su uso.

Un interesante estudio reciente, «AI tools in society: impacts on cognitive offloading and the
future of critical thinking
«
, prueba que, como aventuré en su momento en un artículo que ha sido republicado y traducido ya en varias ocasiones, el uso de herramientas de inteligencia artificial generativa en el pensamiento crítico tienden a fomentar lo que se conoce como cognitive offloading, la descarga cognitiva: tendemos a delegar tareas mentales al sistema externo, en muchos casos, además, con muy escasa supervisión. Las herramientas de inteligencia artificial reducen la carga cognitiva al automatizar tareas rutinarias, pero esa comodidad disminuye las oportunidades de que nuestro cerebro participe en procesos críticos y reflexivos, fundamentales en el aprendizaje.

Eso nos lleva a que el uso frecuente de herramientas de inteligencia artificial, si no lo asociamos con las necesarias indicaciones o la formación adecuada en su uso, tienda a asociarse con menores puntuaciones en pensamiento crítico, sobre todo entre los estudiantes más jóvenes, que pasan rápidamente a mostrar una mayor dependencia de estas herramientas en comparación con los grupos de mayor edad que llevan a cabo un uso más adecuado. Es muy parecido a lo que ocurre con la calculadora: obviamente, no puede recomendarse su uso cuando un alumno aún no ha desarrollado la las habilidades matemáticas básicas, pero es completamente absurdo prohibirla en niveles más avanzados o para determinadas tareas.

Lo importante, por tanto, es plantear una reflexión sobre cómo nuestra creciente dependencia de la inteligencia artificial podría debilitar habilidades esenciales como el pensamiento crítico y la resolución de problemas especialmente en las generaciones más jóvenes, resaltando la importancia de encontrar un equilibrio entre aprovechar los beneficios de la inteligencia artificial y mantener nuestras capacidades cognitivas independientes, sin renunciar a la educación como hicimos con los smartphones. ¿En algún momento se plantearon los profesores utilizar los smartphones como parte del proceso educativo, incluso sustituyendo al libro de texto? No, y de hecho, la mayoría trataron esa idea como una blasfemia y se limitaron a reclamar su prohibición. Ahora, una generación de alumnos influenciables, volubles e incapaces de diferenciar bulos y desinformación de realidades demuestra que eso fue un craso error que, como sociedad, pagaremos durante mucho tiempo.

Eso nos lleva, por tanto, a la enorme importancia de incorporar la inteligencia artificial en el proceso educativo, pero a hacerlo de la manera adecuada, con supervisión y con las garantías de que el alumno no «subcontrata» su pensamiento crítico al algoritmo, sino que lo usa como un ingrediente más en su proceso productivo. No prohibir, sino supervisar y enseñar a usar. Usar inteligencia artificial no es necesariamente copiar, y de hecho, su uso es el futuro de la educación.

Si optamos por aproximaciones maximalistas, por prohibiciones taxativas y por persecuciones absurdas mediante herramientas que fallan con suma facilidad y generan acusaciones falsas, estaremos repitiendo errores anteriores, y renunciando a educar en herramientas que cualquiera puede entender que resultan fundamentales para el futuro.

Planteemos con cuidado, sin extremismos ni reacciones histéricas, la estrategia de las instituciones educativas con respecto a la inteligencia artificial: podríamos estar corriendo el riesgo de dar lugar a otra generación de ignorantes incapaces no de usar las herramientas, que son enormemente fáciles de usar, sino de usarlas bien y con las garantías adecuadas. No volvamos a cometer el mismo error.


This article is also available in English on my Medium page, «We’ve tried banning technology in education before, let’s not make the same mistake with AI«

15 comentarios

  • #001
    Benji - 8 enero 2025 - 13:35

    Pues añado mi reflexión a esta entrada (más larga de lo habitual, denota pasión por el tema).

    1) El smartphone no debería tener entrada en prescolar o primaria. Simplemente no es la edad
    2) En secundaria, lo justo. Igual que tampoco los ponemos frente a ordenadores todo el rato tampoco podemos tenerles frente a ordenadores de bolsillo como son los smartphones todo el rato. Admiro lo colegios que les quitan el móvil en la entrada y se lo dejan tener en el recreo, creo que no van desencaminados. Pero necesitan abrir los móviles para usos específicos.
    Sería más fácil que los profes pudieran preparar los deberes en una app y los alumnos contestar ahí mismo. Mucho más fácil que pasar lista a ver quien lo tiene. Los padres también debería tener acceso «read-only» a sus propios hijos y ver lo que el profesorado propone y dispone y las calificaciones reales de su hijo/a
    3) En grados superiores, universidad, master, etc. son adultos. Que cada uno lo use o desuse como quiera.

    Más urgente que prohibir/desprohibir yo propongo algunas cosas que en España se ha perdido totalmente:
    1) Recuperar la autoridad del profesor en el aula
    2) Recuperar la educación ciudadana (usted, por favor, gracias, cocinar, finanzas personales, coser…) mínima para funcionar en el mundo adulto
    3) Enseñar Open Office (Write, Sheets, Presentations) / IA / Buscadores y verificadores de información en Informática. El concepto de click y doble click o click derecho
    4) Que la memoria no sea el único parámetro. Plantear problemas que puedan solucionarse de diversas maneras y usar más el tipo test

    Y por supuesto, que el gobierno pase las leyes a tales efectos. Proteger al profesorado de los padres empieza a ser un problema ya

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  • #002
    Juan T. - 8 enero 2025 - 14:12

    La pregunta es :

    ¿Qué hace que una persona tenga interés en formarse a si mismo?

    Por que si consigues esa tecla tendrás a alguien que ya no dependerá de lo que se le obligue a estudiar, y algo que era imposible anteriormente cuando se necesitaba una formación reglada por falta de alternativas, hoy tenemos que la misma IA podría ejercer del mejor tutor en todos los imaginables campos de conocimiento, y el colegio o la universidad serían mas bien instituciones de socialización , mas que de aprendizaje.

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    • Javier - 8 enero 2025 - 14:40

      ¿Qué hace que una persona tenga interés en formarse a si mismo?

      • Propósito
      • Dirección
      • Y voluntad

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  • #004
    Xaquín - 8 enero 2025 - 16:07

    «Como siempre, la verdad se sitúa en un punto medio: ni smartphones a todas horas y para todo, ni algoritmos utilizados de manera que los alumnos no vean necesario aprender nada.» (EDans).

    Varios matices…

    Solo existe un punto medio en un segmento, y tanto el segmento como el punto son elementos matemáticos (abstractos al 100%). Ni la recta tiene punto medio, entre otras cosas por ser una curva de radio infinito.

    En la realidad (real) solo se puede estar más cerca o menos de un límite al que llamamos extremo, pero que tampoco existe.

    Por otro lado «aprender nada» es imposible… hasta el aprender a no aprender necesita de aprender. Porque no sabía yo, pobre de mí, que enfrentarse a un algoritmo no te obliga a tener que aprender cómo interactuar con él… es que, acaso nadie sufrió acoso en el patio de us cole??? Porque debo tratar con auténticos angelitos no existentes…

    Porque ESO precisamente, sortear a los matones del recreo (o del aula, según que profe), es lo que le permite al alumnado diferente sobrevivir fuera del colegio… y defenderse en el patio es lo que lo hace más fuerte… lo que no quiere decir que se deba permitir el acoso para «sacar gladiadores»… eso sí se debe prohibir, pero no los mecanismos que permitan defenderse de él… por ejemplo una buena comunicación directa con el profesorado de guardia (si cumple su función «de guardia»)… y SÍ, incluso mediante un puto y jodido móvil!!! Que no solo vale para acosar, también par defenderse y gravar como otros acosan… joder, que NO queremos aprender…

    En la puta y jodida realidad (existente… que parece más)… donde sean algoritmos o seres humanos (es un decir) con cerebro (otro decir) te quieren hacer la puñeta : inclusos legalmente o como políticos, la tecnología está para ayudar si te enseñan a usarla.

    Pero sí, hablemos mucho de la equidistancia… que tanto nos ayuda a sobrellevar asuntos tipo Gaza, Cuerno de África, CañadaReal… y la parafernalia trumpista del español español medio. no deja de ser otro timo como el de la estampita : el de la equis, dos, uno. Todo depende de que nos toque la quiniela…

    Y ahora que nos salga el tópico comentarista, aunque sea mudo, de que nos estamos politizando… como si la Atenas Clásica no hubiera existido nunca.

    La boutade final de un comentario, sobre que «los profes están (o estuvieron) acosados por los padres», ya no merece ni ser contestada.

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  • #005
    Olaf - 8 enero 2025 - 16:53

    El otro día recogí del trabajo a un amigo que es profesor de instituto. También visité la página del instituto. Al parecer formaba parte de mil redes distintas de excelencia y mejora de la educación, como se veía en infinidad de cartelitos. La visita al instituto y la página me dieron miedo.

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  • #006
    Gorki - 8 enero 2025 - 20:26

    Me parece que la solución estáa en cambiar el objetivo a conseguir por los alumnos, Creo que nos hemos preocupado, todos padres incluidos, demasiado por la «Titulitis» o el deseo sin sentido de conseguir «TITULOS» y hemos olvidado del auténtico sentido de los estudios, que es el «APRENDER».

    Si consiguiéramos que los jóvenes quisieran SABER una materia y no solo APROBAR, no habría problema para dejarles utilizar todos los medios a su alcance, Uno de mis hijos daba Photoshop en una Escuela de Diseño y se quejaba que muchos estudiantes hacían todo tipo de trampas en los ejercicios, porque pretendían solo aprobar y no aprender. ¿Para que quiere alguien el título oficial de Diseñador si no sabe diseñar?,

    Yo me canso a decir que nadie en toda mi carrera profesional me ha preguntado «Qué títulos tienes», sino «Qué sabes hacer», A mi me han contratado, (casi), siempre por aquello que sabía hacer, y nadie se preguntaba como habia alcanzado esos conocimientos, (Mucho s de ellos por autoaprendizaje)

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  • #007
    Mauricio - 9 enero 2025 - 00:37

    «Como siempre, la verdad se sitúa en un punto medio: ni smartphones a todas horas y para todo, ni algoritmos utilizados de manera que los alumnos no vean necesario aprender nada.»

    Se trata, Enrique, de una frase con la que estoy bastante de acuerdo, aunque, como ya lo expresé anteriormente, habría que tener en cuenta, entre otras cosas, el tema de las edades y determinar, por lo tanto, lo que resultaría conveniente para cada grupo etario.

    No olvides, sin embargo, que muchas cosas dependen del contexto y que tanto tus alumnos del IE como tú mismo se parecen poco, por ejemplo, a los adolescentes y profesores promedio de una escuela secundaria de un barrio obrero.

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  • #008
    Alqvimista - 9 enero 2025 - 07:56

    El problema, como siempre, son los extremismos.

    Hemos visto anteriormente al Sr. Dans clamar por no necesitar ni libros ni escritura manual teniendo maravillosa tecnología que la reemplace. Obviamente no es así. Ni prohibir libros ni la escritura manual ni la tecnología.

    El matemático que llevó a Portugal a la cima educativa y defiende los libros de texto: «Los alumnos aprenden mejor si leen algo que se pueda tocar»
    https://www.elmundo.es/espana/2024/10/11/6707fe4ce4d4d87b5b8b45c3.html

    Y como ejemplo el de Suecia:
    Suecia encuentra la formula para mejorar el rendimiento de los alumnos:
    «Habíamos perdido el rumbo»

    La estrategia del Ejecutivo sueco pasa por priorizar el uso de libros de texto físicos, así como la eliminación de los dispositivos digitales durante los primeros años de enseñanza.
    https://www.eldebate.com/educacion/20241202/suecia-encuentra-formula-mejorar-rendimiento-alumnos-habiamos-perdido-rumbo_247548.html

    El smartphone sólo es una herramienta más en la que habría que formar primero a los profesores y luego integrarla en el programa de estudio, sólo así podrán los alumnos sacar provecho de ella.

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  • #009
    Buzzword - 9 enero 2025 - 11:36

    ¿qué hay de bueno en hacer proselitismo del móvil?

    Nos lo encontramos por todos lados, hay que convencer a los demás que se unan a sus creencias particulares. Cuando nos encontramos que alguien nos induce a su particular dogma se suele considerar negativo porque normalmente se utilizan medias verdades o se hacen ofertas demagógicas.

    1. NO USAR EL SMARTPHONE

    – En una clase se prohibe normalmente el uso de móviles por un motivo evidente: No es la materia de ese día su uso.
    – Se mantienen fuera de un ámbito de una comunidad (la clase) distractores personales. Igual que no se puede fumar, silbar, hablar a destiempo. Si un «personaje» quiere estar en babia en esa clase, es labor del docente dar «toques de atención» cual cabrero con su rebaño. No descubramos ahora la pólvora el alumnado se distrae, y tiende a abstraerse y vivir en su mundo «asilvestrado», y habrá docentes que usen la técnica del cabrero, y si tiene habilidades ese profesor les tendrá absortos en sus explicaciones.
    – Hay estudios ampliamente conocidos que el conocimiento sin pantallas es muy eficaz, comparando con su uso. (Evidentemente no en el aprendizaje de materias como programación)
    – Básicamente las personas actuales somos las mismas (intelectualmente hablando) que las que vivían en el paleolítico, y nuestra evolución se ha ido forjando para que la especie sobreviviera en ese tipo de ecosistema. El ecosistema estilo «universidad de Fray Luis de León hasta el actual» no ha propiciado cambios en la genética de la especie(no ha dado tiempo evolutivo). Ese individuo de las cavernas y el actual, solo ha tenido el ambiente cultural de su entorno, y eso OJO es muy importante. El desarrollo del individuo actual tiene más estímulos cuando somos bebés, mejores medios educativos para aprender a leer, tenemos más conocimiento científico, tecnología, etc. Todo eso aplicado correctamente podría hacer que el aprendizaje fuera infinitamente mejor,… pero eso no sucede. Debido a que en el camino se han cometido errores como menospreciar la gimnasia de la memoria. Hay estudios que también ejemplifican como el estímulo de la memoria hace que crezcan medidas de CI. Aunque este no es el punto esencial, el cálculo mental debería seguir teniendo su importancia, no así la lista de los reyes godos. Hay mucho chaval que prefiere estudiar letras a ciencias, proque les parece que «razonar» es más dificil que «memorizar». Aunque luego se dan cuenta que es importante razonar por ejemplo para comprender la historia… ¿dónde ha aparecido el móvil en todo esto? En ningún lado salvo en ser un obstáculo…

    – Para aprender Programción (STEM en general) el móvil es un instrumento bastante incómodo, donde esté un laptop… otra obviedad

    2. USAR EL SMARTPHONE

    El uso de smartphones (y sus primas las tabletas) son maravillosas, por ejemplo para poder leer ciertos textos o ejecutar apps de una manera cómoda sin tener que estar enfrente de un teclado o pantalla grande. Se me ocurren estos casos de uso:

    – Repasar un texto en el metro
    – Escuchar videos conferencias, documentales, cursitos, o podcasts
    – Leer las noticias de un diario
    – Buscar información de forma informal, para luego profundizar cuando tenemos un laptop

    ¿En clase con un smartphone?
    Pues no se me ocurren aplicaciones formales. Pero si es una herramienta fuera de ella, para los ejemplos anteriores, y que el alumno que quiera pueda profundizar en los aspectos que necesite o le guste.

    No hay nada que favorezca el uso indiscriminado de móviles, en cambio hay ventajas en su uso disciplinado.


    La conclusión sería regular no es prohibir. Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición

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    • Enrique Dans - 9 enero 2025 - 12:07

      ¿De verdad no se te ocurren aplicaciones formales para el móvil en una clase? Eso es que no has dado clase, o no la has dado regularmente. Imagina el enorme valor que puedes extraer simplemente de diversificar las fuentes de información: en lugar de decir a los niños que «la verdad» está en el libro de texto, que por cierto, se editorializa de mala manera, podrías decirle a los niños que buscasen explicaciones, por ejemplo, al inicio de la segunda guerra mundial, y encontrarte con que eso te sirve para enseñarles a buscar información, y sobre todo, a validarla, algo con un valor enorme en la formación del pensamiento crítico. Si un niño cae, por lo que sea, en una página neonazi con explicaciones alucinógenas sobre lo bueno que era Hitler, es genial, porque te genera una oportunidad para enseñar formas de verificar de información, por qué no hay que creese todo lo que uno ve en internet, etc. Conceptos fundamentales que, por no haber cuidado, tenemos muchos de los problemas que tenemos…

      De verdad, hay muchísimo valor potencial en la diversificación radical de fuentes de información, y la forma más lógica de hacerlo hoy en día es con un móvil.

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      • Buzzword - 9 enero 2025 - 12:26

        Ese caso estaría cubierto en el desarrollo integral del curriculo, pero no por ello vamos a rellenar de asignaturas marías, o peor dejar el móvil al libre albredío. Igual que no hace falta enseñar páginas nopor para que sepan lo que es.

        Las famosas marías cuanto menos tiempo se pierda el tiempo con ellas mejor.

        Cierta atención cada «x» tiempo, para esos conceptos fundamentales, no digo que no puedan ser interesantes dentro de un currículo completo adaptado a 2025. Seguro que si se proyectan en una presentación de esas webs, tendrán el mismo impacto, y no hace falta estar trasteando en clase con terminales.

        El saber quien era Hitler o Franco, sus antecedentes, que significó, mejor en una clase de Historia… que dará más tiempo a desarrollar el tema que estar con el móvil perdiendo el tiempo, eso si siempre tendremos tipos que les da pereza conocerla y serán negacionistas de genocidios. Si en el móvil luego ven que los políticos que votan sus padres reniegan de esos hechos ¿tu crees que van a tener sentido crítico?

        ¿y leer libros como éste? No sería más formativo que trastear un móvil.

        https://www.catarata.org/libro/franco-para-jovenes_158810/

        Responder
    • Lua - 9 enero 2025 - 12:19

      No es el caso, pero viene al caso…

      ———

      “Aunque los teclados dominan las aulas modernas, un nuevo estudio publicado en Frontiers in Psychology sugiere que la escritura a mano puede ser irremplazable en lo que respecta al aprendizaje. Los investigadores descubrieron que escribir a mano activa redes cerebrales mucho más extensas e interconectadas en comparación con escribir a máquina, en particular en las regiones vinculadas a la memoria y el procesamiento sensorial. Estos hallazgos proporcionan nueva evidencia de que la escritura a mano involucra al cerebro de formas únicas, lo que genera inquietudes sobre la creciente dependencia de las herramientas digitales para la educación.

      A medida que las herramientas digitales reemplazan la escritura a mano tradicional en las aulas, han surgido inquietudes sobre cómo este cambio podría afectar el aprendizaje. A menudo se prefiere escribir en un teclado porque permite a los niños expresarse más rápidamente y con menos esfuerzo físico. Sin embargo, investigaciones anteriores han demostrado que la escritura a mano está relacionada con una mejor retención de la memoria, reconocimiento de letras y resultados generales de aprendizaje. Los movimientos motores finos involucrados en la escritura a mano parecen estimular el cerebro de manera diferente a escribir a máquina, pero los mecanismos neurológicos exactos detrás de esta diferencia no estaban claros.

      Para investigar, los investigadores se centraron en la conectividad cerebral, que describe cómo las diferentes regiones cerebrales trabajan juntas para realizar una tarea. Al comparar la actividad cerebral durante la escritura a mano y la mecanografía, el equipo esperaba descubrir si el acto físico de escribir a mano promueve patrones de comunicación cerebral más amplios, patrones que se cree que respaldan el aprendizaje y la formación de la memoria.

      “La investigación cerebral sobre la escritura a mano es en realidad una derivación de nuestra investigación sobre el cerebro infantil en NuLab, nuestro laboratorio de neurociencia del desarrollo en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), donde demostramos que los bebés nacen con un cerebro que está listo para aprender desde el primer día”, dijo la autora del estudio Audrey van der Meer, profesora de neuropsicología.”
      ………

      “Los patrones de conectividad más significativos durante la escritura a mano surgieron en las regiones cerebrales central y parietal, que están involucradas en el procesamiento del control motor, la información sensorial y las tareas cognitivas de orden superior. En cambio, escribir a máquina produjo una actividad mucho menos sincronizada en estas áreas, lo que indica que presionar teclas implica una integración mucho menor de la información visual, motora y sensorial que formar letras a mano.

      Los investigadores propusieron que los beneficios de escribir a mano surgen de la complejidad espaciotemporal de la tarea. Escribir a mano requiere una coordinación precisa de la visión, los comandos motores y la retroalimentación sensorial, ya que el cerebro ajusta continuamente los movimientos de los dedos y la mano para dar forma a cada letra. Escribir a máquina, por otro lado, depende de pulsaciones repetitivas de teclas que proporcionan una variación o retroalimentación motora mínima.”

      …….

      “Los hallazgos del estudio sugieren que la escritura a mano debería seguir siendo una parte esencial de la educación, especialmente para los niños pequeños cuyos cerebros aún se están desarrollando. Los investigadores sostienen que la capacidad de la escritura a mano para involucrar al cerebro de manera más completa proporciona “condiciones óptimas para el aprendizaje”, lo que la convierte en una herramienta importante para fomentar el crecimiento cognitivo.”

      …..

      “En lugar de abandonar la escritura a mano en favor de las herramientas digitales, los investigadores recomiendan un enfoque equilibrado. Si bien los teclados son útiles para ciertas tareas, la escritura a mano ofrece beneficios neurológicos únicos que no se pueden replicar escribiendo solo a máquina. Por lo tanto, las escuelas deben priorizar la enseñanza de la escritura a mano para garantizar que los niños desarrollen los patrones de conectividad cerebral que respaldan el aprendizaje permanente.”

      Handwriting activates broader brain networks than typing, study shows

      El estudio:
      Handwriting but not typewriting leads to widespread brain connectivity: a high-density EEG study with implications for the classroom

      Responder
      • Buzzword - 9 enero 2025 - 12:47

        Completamente de acuerdo.

        El problema es cuando se le niega a una persona a desarrollarse como tal

        Recordemos la película de Truffaut, el pequeño salvaje, basado en un hecho real, de un chaval que se crió en el bosque y que al privarle de socialización tiene implicaciones muy serias en su desarrollo. Gepeto nos cuenta:
        «Características comunes:
        Falta de lenguaje: Debido a la ausencia de interacción humana, estos niños suelen carecer de habilidades lingüísticas.
        Comportamiento animal: En algunos casos, adoptan comportamientos asociados a los animales con los que han convivido (si esto ocurre), como caminar en cuatro patas o imitar sonidos de animales.
        Aislamiento social: Tienen grandes dificultades para relacionarse con otros seres humanos, ya que no han aprendido normas sociales básicas.
        Problemas de desarrollo: Su desarrollo físico y mental puede estar gravemente afectado debido a la falta de estimulación, nutrición adecuada o cuidado»

        Igual que una persona adulta analfabeta, puede aprender a escribir, un chaval que en la edad «normal» de aprender a escribir a mano, no lo hace, lo va a poder hacer, pero va a tener grandes dificultades, y en el caso extremo de los niños salvajes, no pueden ni comunicarse, alguien que le apartas del sistema educativo normal, sea por el motivo que sea,en sus etapas de niñez, va a tener esas carencias de aprendizaje, de disciplina, de memorización, etc respecto a los demás… y va a ser alguien con menos oportunidades intelectuales.

        Responder
        • Enrique Dans - 9 enero 2025 - 12:53

          No, es completamente absurdo y no tiene en cuenta la enorme plasticidad del cerebro humano, que es lo que nos diferencia como especie. Escribir a mano es una habilidad completamente obsoleta, y las conexiones cerebrales que se generan al aprender a escribir a mano son completamente innecesarias, como lo eran las que se desarrollaban al aprender a escribir en cuneiforme sobre una tablilla de arcilla. Las conexiones cerebrales necesarias para memorizar números de teléfono las habéis perdido hace años, y sin embargo, cuando necesitáis de verdad, porque es importante, memorizar uno, podéis hacerlo. Esas teorías de «oh, dios mío, es que no se desarrolla nosequé» son completamente absurdas y típicas de investigadores con una visión limitada a una disciplina. Y no me vengáis, por favor, con eso de «¿y qué haremos si se estropean los ordenadores?» como si fuerais los escribas egipcios agobiados por lo que pasaría si se interrumpe el suministro de papiro…

          El cerebro humano se diferencia por su enorme adaptabilidad, y lo que hay que hacer es que genere nuevas conexiones adaptadas al contexto del momento, a los tiempos en los que vive y a las posibilidades que tiene ante sí. Pretender mantener todas las conexiones antiguas como si fueran un incunable que hay que preservar es una tontería que no lleva a ningún sitio.

          Responder
          • Lua - 9 enero 2025 - 13:21

            (ya decia yo que laboratorio de neurociencia del desarrollo en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología no tienen ni puta idea…) XDDD

            Si quieres hablamos de la generacion Z, esa que ha crecido con los moviles en la mano, y los ataques de ansiedad que les produce saber que se trabaja 8h al dia (o cuando les quitas el movil)

            Ni tanto, ni tan poco.
            Si en el aula tienen ordenadores NO necesitan el movil para nada. Y cada vez mas, hay ordenadores/tablets en ellas.

            Si no los tienen, el uso del movil debe estar regulado, solo para los momentos en que se necesite realmente.

            Hay que ser muy naif para pensar que los chavales no se van a distraer o van a dejar de lado sus RRSS con el movil en la mano. Algo discutido largamente en estas lineas.

            Pero mira, te voy a dar la razon en algo:
            “La Generación Z es analfabeta con ordenadores”. Algunos profesores empiezan a estar muy cansados de explicar hasta lo más básico

            Claro que:

            – «Superados por el estrés. Según datos de una nueva encuesta de Intelligent.com a 1.000 directivos estadounidenses que gestionan equipos formados por miembros de la generación Z, el 18% de los directivos ha considerado renunciar debido al estrés que les genera lidiar con la nueva generación de empleados que se acaba de incorporar al mundo laboral.

            Los sentimientos de frustración (51%), incremento de los niveles de estrés (44%) y decepción (31%) se han convertido en parte del día a día de los gerentes cuando tratan con sus empleados más jóvenes.

            Uno de los principales detonantes de las tensiones intergeneracionales que destacan los datos de la encuesta es el excesivo uso del smartphone durante la jornada laboral, algo señalado por el 50% de los gerentes. También destacan una notable falta de ética de trabajo (47%) –algo que una encuesta anterior de Intelligent.com también puso sobre la mesa—, y la falta de iniciativa (46%).»

            – «La comunicación es uno de los principales puntos calientes intergeneracionales, según reconocía el 40% de los directivos encuestados. Estos problemas en la comunicación ya se pusieron de manifiesto en un estudio publicado por LinkedIn , en el que se revelaba que los jóvenes de la generación Z no sabía cómo comunicarse con sus compañeros y jefes de generaciones anteriores, y eso estaba poniendo en riesgo su futuro laboral.»

            La generación Z está entrando en las oficinas: uno de cada cinco directivos ha pensado en dimitir porque no les soporta

            En serio no ves correlacion?

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