Son ocho páginas de sentencia, pero de verdad que vale la pena leerla entera, y hasta subrayarla: el escrito del Juez Raúl N. García Orejudo es claro, sencillo de entender, y no deja lugar a ninguna, ninguna duda. Después de esto, puedes, con toda tranquilidad, corregir a cualquiera al que escuches decir
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