«Las guerras de Google», en MAN

Juan Manuel Daganzo me llamó para preparar este artículo, «Las guerras de Google«, que ha aparecido publicado en forma de reportaje de seis páginas en la revista MAN.

Mi opinión al respecto difiere un tanto del tono general del artículo: yo veo a Google como una empresa con un nivel de transparencia bastante inusual en empresas de su tamaño, que permite que los usuarios manejen en gran medida la información que la empresa tiene de ellos (obviando, por directamente ridículas, todo tipo de pensamientos paranoicos que afirman que la empresa incumple todas las leyes y guarda más de lo que dice y de lo que tiene permitido guardar), que nunca ha escondido que su modelo de negocio es un clarísimo two-sided market en el que el papel de los usuarios no es el de ser clientes – en la inmensa mayoría de los casos no pagamos por el servicio – sino el de contribuir a la construcción del producto como tal, y que ese producto, la atención de los usuarios, es usado no solo para construir el buscador, sino para ser vendido a las empresas con un completo respeto a la privacidad: ninguna empresa obtiene información de usuarios individuales – eso sería, en la mayor parte de las legislaciones, completamente ilegal si el usuario no ha dado su autorización de forma expresa – sino únicamente acceso a la atención de los mismos a través de la plataforma de Google. En ese sentido, nada diferente a lo que llevan años haciendo otras empresas: simplemente mejor.

Por supuesto, hay cosas que no me gustan y que opino que deberían ser mejoradas: la dinámica de permisividad hacia anuncios cada vez más intrusivos en AdSense, por ejemplo, me parece una deriva francamente desaconsejable. La tendencia de la empresa a responder más rápido y de manera más diligente a las demandas de grandes empresas frente a las explicaciones de los usuarios en temas relacionados con la propiedad intelectual, ignorando cuestiones como el fair use, me generan un claro rechazo. Me parece evidente y de recibo que una empresa que ha obtenido una participación claramente mayoritaria en determinados mercados debe estar sujeta al escrutinio permanente de las autoridades de defensa de la competencia, y de hecho, así es a día de hoy. De ahí a que opine que Google sea malvada, o que estemos de alguna manera amenazados por Google, va un trecho insalvable: uso muchos productos de la compañía, tengo niveles de satisfacción bastante elevados con la mayoría de ellos, y no me siento amenazado en absoluto, como de hecho le ocurre a la aplastante mayoría del mercado: históricamente, nunca la compañía ha detectado una recesión en sus niveles de adopción o uso. Es muy fácil recurrir al tópico de que «Google sabe mucho de nosotros», pero si no se detecta un éxodo de usuarios hacia su competencia, que no lo olvidemos, está a un solo clic de distancia, será porque, al menos por el momento, la cosa se queda en el tópico…

8 comentarios

  • #001
    Santiago R - 3 mayo 2010 - 14:10

    bueno soy nuevo en este blog (me trae el «todo va a cambiar»). la verdad es q google, su marca y todo lo q le rodea constituyen lo que los publicistas llaman una «marca feliz», es decier, en resumen, q transmite, como suele decirse, «buen rollo». no es casualidad la asociación de los fundadores (ver foto del reportaje) a Lego, otra marca feliz. excelentes mumis.

  • #002
    jose luis portela - 3 mayo 2010 - 15:44

    Respecto a la privacidad yo siempre me hago la misma reflexión. La cuestión no es la cantidad de información que alguien tiene sobre mi, sino la intención que alguien pueda tener de molestarme utilizando la información que tiene o puede obtener. Y al hilo de esta reflexión, si alguien quiere realmente molestarme, tiene muchisimos medios para obtener información sobre mi y dependiendo del grado de intención que tenga se pasará mas o menos tiempo e invertirá mas o menos dinero en obtener información. (como ejemplo cuando se contrata un detective para un juicio). Dicho esto, si yo estoy tranquilo, no tengo nada que ocultar y no he cometido ningun delito, seguro estoy que ni google, ni otras empresas que pudieran tener informacion sobre mi van a gastar su tiempo y dinero en procesar dicha información. Vamos en otras palabras que no soy tan importante para ellas….

  • #003
    Eloy Garza - 3 mayo 2010 - 18:40

    Enrique: tienes razón en la defensa general a Google, pero creo que el mayor riesgo está en las injustas acusaciones que ha sufrido Google de invasión de la privacidad. Una de éstas acaba de ocurrir la pasada semana por parte del gobierno alemá, quien la ha emprendido en contra de Street View, como se sabe, un sistema que recorre con fotografías las calles de cada ciudad, para convertirlos en mapas visuales. La funcionaria alega que queda en riesgo la protección de ciertos datos personales de los ciudadanos por lo que ha exigido a Google que suprima las señales wifi de los edificios que fotografía y que luego sube a los servicios de geolocalización. Además, para seguir rizando el rizo, le han pedido a la empresa web que no almacene por más de seis meses las imágenes captadas por sus cámaras (propuesta que se alinea a la señalada por la Unión Europea que tampoco quiere a Street View), amén de pedir autorización a cada vecino para que fotografía la fachada de su casa, idea absurda retomada de la asociación alemana de ciudades y municipios de Alemania. Finalmente, está por tomarse la decisión de imponerle una tasa a Google por cada fotografía que haga de los carreteras y caminos conforme a la jurisdicción de cada municipio, lo que daría el tiro de gracia a una intención benévola de origen de aproximarnos más a las personas, saltando fronteras y barreras geográficos.

    A mi modo de ver, el blog corporativo de Google ha respondido a estas acusaciones con poco acierto, como temerosas de levantar una polvareda peor y con el agravante de que han sido muy contadas las voces que se han alzado para defender la legitimidad de fotografiar calles y fachadas, como si se hicieran con rayos X y se pudiera vigilar a la vecina mientras se ducha, o al vecino en el retrete . Se trata de una locura esférica, sin lados, una barbaridad que no se limita a poner trabas a Google sino que sienta precedente de la mala impresión que tienen los gobiernos sobre la web y de lo poco que estamos adiestrados para subirnos al tren de la modernidad (metáfora al gusto de los discursos anticuados de los políticos). Paradojas modernas: antes eran los particulares quienes se quejaban de que el Estado era invasivo de su privacidad. Debió caer el Muro de Berlín y luego todo el Imperio Soviético para sacudirnos estas pajas y salvar a media humanidad de ser vigilada por la otra media. Pero el temor al Big Brother, sea ficticios o no estos miedos, se ha sedimentado en nuestra civilización, y lo demuestran las cantidades industriales de films y series de televisión donde la vigilancia ilegal se convierte en la esencia de la trama. Ahora es el gobierno quien aparentemente se pone del lado de los ciudadanos, aunque en realidad no termina de convencer a nadie, en un claro afán de generar confusión, inventar alarmas y ganar prestigio, destruyendo el de Google. Mala señal: ondeando la bandera del respeto a la intimidad de los ciudadanos –que en este caso de ninguna forma se vulnera—el gobierno alemán y por lo que se vislumbra incluso la Unión Europea, entelequia ultramoderna si las hay, se suma a la causa de debilitar los cimientos éticos de una empresa que, como todas, tiene sus flancos débiles y sus excesos, pero cuyo saldo final es favorable al desarrollo tecnológico en su faceta de hacer más cómoda la vida para los seres humanos.

  • #004
    otointernauta - 3 mayo 2010 - 20:58

    Creo que es bueno que la gente se plantee cuales deben ser los límites de Google en cuanto al derecho a la privacidad y al control que los usuarios tienen sobre sus datos. Pero esto no debería confundirse con la evidente campaña mediática contra Google que se ha desatado desde sectores que temen a Google no por su capacidad para almacenar datos de los usuarios ni mucho menos sino por su buen hacer empresarial.

    Un ejemplo que se me ocurre: si tengo un bar funcionando en mi barrio y llega un competidor que monta otro mejor que el mio, mas barato, mas bonito y ofreciendo mejor calidad de productos, etc. puedo enfrentarme al nuevo reto de dos maneras diferentes:

    1. Mejorando la calidad de mis productos, poniendo mi bar mas bonito y bajando mis precios.
    2. Desacreditando a la competencia para hacerles creer a los clientes que dicho bar vende comida caducada, envenenada, etc. Y, si tengo algún amiguete periodista y otro en el ayuntameinto puedo incluso intentar expandir y «oficializar» el descrédito (a buen entendedor…)

    Quiero decir que en este caso parece que ciertos grupos (da igual si son Murdoch o Microsoft, etc. o si en este juego intervienen además políticos, entidades de gestión y multinacionales de la música) han elegido el segundo camino, el de intentar provocar el descrédito y demonización de Google.

    Se trataría de hundir primero la buena imagen de la empresa sembrando todo tipo de dudas y sospechas. Acusarle luego de toda clase de violaciones de derechos de autor para promover luego demandas legales masivas por esta causa que influyesen de manera determinante en su cotización bursatil.

    Ayer mismo hemos visto un documental en CNN+ «REC: ¿Estamos desnudos en Internet?» que intenta sembrar la duda no sobre los riesgos o peligros de Internet sino directamente sobre Google (como para sospechar).

    De todas formas, seguro que muchos pensamos que Enrique Dans lleva razón cuando critica a Google por haber comenzado a incluir publicidad intrusiva, agresiva para los usuarios (por ejemplo en Youtube) pues uno de sus grandes aciertos fue terminar con los malditos y molestos banners al estilo del antiguo Yahoo.

    Google es sin duda aprecida, valorada por la mayoría de los usuarios pues casi todo el mundo le ve con gran simpatía y como un creador de instrumentos de gran calidad, usabilidad y utilidad. Pero no debríamos olvidar que si alguien pretende hundir a Google es posible que lo haga mejor desde dentro que desde fuera acabando con su tradicional estilo y razón de ser. Ojalá que esto nunca llegue a ocurrir pero habrá que estar atentos a los primeros síntomas.

    También sería posible que existan otro tipo de intereses que consideren que controlando a Google controlarán Internet e indirectamente a buena parte de la sociedad.

  • #005
    caos30 - 5 mayo 2010 - 09:10

    No estoy para nada de acuerdo con vuestra visión positiva de Google. No podéis negar que empezó siendo un proyecto emprendedor con gente muy capacitada y con ganas de innovar, y ha acabado siendo un grupo bursátil de primer nivel. Y todos sabemos que no se consigue el éxito hasta esos niveles sin muchas probabilidades de cruzar la línea de la legalidad y/o la moralidad. Y hablo en general, no de Google.

    Volviendo a Google, creo que se pueden encontrar como mínimo una decena de ejemplos que muestran que si no es el «demonio», tampoco es un «angel». Solo pondré dos reflexiones sobre la mesa:

    – si los dos fundadores pudieron en sus años mozos y sin mucha ayuda crear el mejor algoritmo de indexación de contenidos web, ¿porqué no han podido revolucionar todavía el mundo de la web, después de 10 años y un montón de millones ganados con Adwords? ¿realmente dedican «mucho» esfuerzo en dar mejores herramientas a sus usuarios (que no digo que sean malas!) o a qué dedican esas plantillas centenarias de buenísimos programadores? sabido es que GMail (uno de sus programas estrella) tiene deficiencias sin resolver y muy demandadas por sus usuarios desde hace años…

    – no cabe duda que la función primordial de un «buscador» se supone que debe ser «ofrecer enlaces hacia las páginas web que disponen de la mejor información para el que formula la pregunta al buscador»… supongo que estamos de acuerdo, y además está dicho más o menos así en la declaración de intenciones de Google. De lo cuál, uno entendería que si el buscador quiere «adherir enlaces patrocinados» a los resultados de búsqueda, debería señalizar aquellos CLARAMENTE para no crear confusión al que busca, ¿no es así? de hecho, podéis encontrar por internet un vídeo en donde se oye repetir eso mismo a uno de los fundadores de Google: asegurando que ellos nunca actuarían de otra manera! Lo paradójico entonces es comprobar que realmente en el buscador Google las cosas no suceden así, sino que de hecho, los enlaces patrocinados quedan cada vez mejor «camuflados» entre los resultados naturales de búsqueda! y estoy pensando sobretodo en esos 3 que salen a menudo justo ENCIMA y apenas con el mismo estilo gráfico que los resultados de búsqueda que aparecen a continuación.

    Bueno, se me dirá que todo esto es normal, porque Google es una compañía y como tal es lícito que HAGA CUALQUIER COSA en su propio beneficio. Y aquí es donde algunos empezamos a discrepar: ¿realmente un buscador puede engañar así a sus usuarios? sobre todo teniendo en cuenta que en la sociedad de la información, el papel que juegan los buscadores es básico y debería ser neutral en cuanto a los resultados de búsqueda!!!

    Ah, y a los que justifican a Google por ser una compañía que se debe a sus accionistas, les pediría que se hagan la pregunta: ¿las farmacéuticas por ser también compañías deben tener también licencia para hacer lo que más les conviene a ellas? por ejemplo, ¿no fabricar los medicamentos más útiles sino los que mayor dependencia producen en los pacientes?…

    Un saludo!
    SERGI

    PD: sigo lanzando al aire la idea de que la tecnología de indexación de contenidos web debería ser un proyecto promovido por los estados de todo el mundo, con tanto valor otorgado como cualquier otra infraestructura básica de nuestra sociedad. Que quede en manos privadas es una dependencia innecesaria y peligrosa a medio plazo.

  • #006
    caos30 - 5 mayo 2010 - 22:07

    Enrique, conociendo que eres un defensor manifiesto de la «neutralidad de la red», me gustaría que me respondieras a la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto favorece la neutralidad de la web el hecho de que sean COMPAÑÍAS PRIVADAS (Google, Microsoft, etc…) las que nos ofrecen el servicio de «buscar los contenidos más relevantes para nuestras búsquedas en la red»? ¿realmente el hecho de que sean compañías privadas pertenecientes a lobbys financieros cada vez con más influencia en diversos mercados no entra en conflicto directo con la NEUTRALIDAD en los resultados que uno espera encontrar cuando «inocentemente» busca contenidos en sus buscadores? ¿no sería ya momento para que vayamos exigiendo a los estados que desarrollen un buscador público, de calidad, y exento de «intereses personales/empresariales»?

    La pregunta se la hago a Enrique, pero es válida para todos aquellos «enamorados de Google». Me gustaría oir otras opiniones que no solo la mía. Gracias de antemano.

    Un saludo!
    SERGI

  • #007
    caos30 - 5 mayo 2010 - 23:41

    Vaya… en relación a mi último comentario , leo en:

    http://www.neoteo.com/theseus-el-buscador-europeo-que-competira-con.neo

    » El gobierno alemán ha decidido financiar el proyecto Theseus, que apunta al desarrollo de un buscador multimedia avanzado para la internet 2.0.

    Theseus, entonces, recibirá de Berlín un aporte de 165 millones de euros. El proyecto está respaldado por varias de las más importantes firmas alemanas en el área de la tecnología, como Siemens, SAP y Deutsche Thomson, las cuales colaborarán cada una en su área de mayor experiencia. Cuando el proyecto avance y se vuelva más maduro llegará la hora del aporte de muchas más compañías.»

    Comentan el caso semejante también en Francia con el proyecto «Quaero». Aunque también destacan la mala costumbre europea de trabajar «en paralelo» en lugar de unificar esfuerzos y recursos.

    En fin… al fin algo de luz al final del túnel.
    Un saludo,
    SERGI

  • #008
    caos30 - 5 mayo 2010 - 23:43

    Por cierto, para el que no lo conozca, quiero compartir que hay un excelente proyecto de trabajo OPEN (en todos los sentidos) con la calidad suficiente para competir con Google Maps a largo plazo:

    http://www.openstreetmap.org/

    con las ventajas asociadas típicamente a lo OPEN: libertad para copiar, usar, distribuir, aportar, mejorar, etc… y gratis, obviamente.

    SERGI

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