Estoy siguiendo en El Navegante el debate sobre blogs y periodismo del Congreso de Periodismo Digital de Huesca, y me resulta, como mínimo, un tanto simplista. ¿Por qué los periodistas se empeñan en mantener una postura del tipo «eso es basura, no es periodismo»? ¿Quién ha dicho que yo, con mi blog, quiera competir con El País, ABC o El Mundo? Obviamente que es otra cosa, lo contrario sería una tontería… El blog no es periodismo en sí, sino opiniones completamente personales, enriquecidas por participaciones de otras personas que los leen. Yo me puedo sentir muchas cosas por tener un blog, pero no periodista. De hecho, ni siquiera me siento periodista por el hecho de escribir en prensa casi una vez a la semana…
¿Qué se les está escapando, a mi entender? Que la forma de relacionarse con la información exterior, llámese ésta medios o cualquier otra cosa está cambiando. Que tecnologías como RSS y afines permiten que el perfil de atención de una persona se multiplique de manera eficiente, y que, por tanto, los blogs no son en absoluto excluyentes, sino complementarios del medio tradicional, siempre que éste sepa interpretar Internet y lo que representa. Es perfectamente normal que alguien que busca información sobre, por ejemplo, una empresa, se vaya a la web de esa empresa, a los medios tradicionales a ver noticias, y a un par de blogs donde se la mencione. Todos ellos aparecerán a niveles parecidos en Google u otros buscadores «neutrales» (no intermediados mediante pago), y su consulta dependerá de cosas parecidas: relevancia, redacción del titular, etc. Cada cosa tiene su valor. Muchas personas considerarán la opinión del autor de un blog más relevante, informada u objetiva que la de muchos periodistas, mientras que otros tenderán a considerar al periódico como fuente de verdades inmutables. Pensar que el periodismo está en peligro por culpa de los blogs me parece una tontería. Francamente, creo que lo que pone en peligro al periodismo es el propio periodismo.