Google acaba de recibir un poco de su propia medicina. La polémica de Autolink está siendo dura, y puede definirse, básicamente, con una sola frase: «La mujer del César no sólo tiene que ser decente, sino parecerlo».
En efecto. Una cosa es que mi postura haya sido favorable a Autolink como tal, y otra que el tema sea bonito o me guste. Estoy a favor porque es enormemente raro que yo esté en contra de la tecnología. De cualquier tecnología. Mi postura siempre es de apoyo a cualquier desarrollo, porque supone progreso, y ya después tendremos tiempo de parar las consecuencias malas que pueda tener. Por principio, no me opongo a ningún desarrollo tecnológico, aunque pueda oponerme a sus usos, como ocurrió en el reciente caso del RFID.
Tan larga introducción viene a que he visto, vía Boing Boing, un hack de Mark Pilgrim llamado Butler (mayordomo), que reescribe las páginas de Google y las dota de numerosas funcionalidades, con las que «me parece» que Google no se va a sentir especialmente confortable. Para instalarse la aplicación hay que tener Firefox instalado con la extensión Greasemonkey (que permite usar DHTML y CCS en el lado del cliente para modificar el aspecto de las páginas web que carga el navegador). Pero ¿qué hace Butler, y por qué supone para Google un poco de su propia medicina?
Con Autolink, Google se decidió a invadir el resbaloso terreno de la modificación de páginas Web sin permiso de sus autores. Puede no ser malo, es posible que sea un uso legítimo, pero a algunos – a muchos – es obvio que les pareció mal. Que lo vieron demasiado parecido a las smart tags de Microsoft. Un intento de «dominar el mundo», de esparcir su influencia más allá de lo recomendable. Así que Mark Pilgrim le ha devuelto la moneda donde más le duele: el usuario de Butler, por ejemplo, no verá publicidad en la página de Google. El programa elimina la mayoría de las adwords, y arregla la visualización de las fuentes en las páginas del buscador. Siempre que buscas algo, Butler añade vínculos a otros sitios. Por ejemplo, ¿qué tal un vínculo «Prueba tu búsqueda en…»? O, si el resultado son noticias, ¿por qué no añadir vínculos a otros sitios de noticias? O de cine. O del tiempo. O, si buscas en Froogle, vínculos a otros sitios donde comprar el producto. O a otros sitios de imágenes. O de libros si buscas en Google Print (donde además elimina de paso las restricciones a la copia de imágenes). Lo que quieras. You name it… . Como comenta breve e irónicamente John Battelle,
«It is still in geek stage (…) but man, it sure sounds like fun»
Obviamente, a Google no le va a hacer mucha gracia el conjunto de prestaciones de Butler. Atenta directamente contra su modelo de negocio, pero claro, poca justificación puedes tener para oponerte después de haber desarrollado Autolink, que se supone sirve exactamente para lo mismo: añadir información a palabras clave de la página web que se está viendo, información que el desarrollador de la página nunca puso ahí. Google no ha utilizado Autolink para prácticamente nada más que para probarlo. No creo que haya ganado mucho dinero con ello, ni que haya intentado nada perverso. Pero era una herramienta peligrosa y, en consecuencia, el mercado ni siquiera le ha dado tiempo de ello. Mark Pilgrim ha tomado la herramienta peligrosa de Google, le ha dado la vuelta, y le ha disparado con ella.
No creo que exista peor pesadilla para Google que imaginarse a un montón de gente navegando por páginas web en las que las adwords, a pesar de estar ahí, pagadas por los anunciantes correspondientes, no son visualizadas por el usuario. Pero es lo mismo que Google hizo previamente con los pop-ups, aunque todos se lo agradeciésemos enormemente. Y es consecuencia de la codicia, de haber jugado con cosas con las que, posiblemente, no debería haber jugado. Repito, Autolink no me parece mal como tecnología. Que la mujer del César se compre una pistola no quiere decir necesariamente que vaya a utilizarla. Pero tampoco pega mucho con su imagen angelical.
Google y luego firefox se basaron en la publicidad de otros para crecer… eliminándola, claro. No es el único servicio que ofrecen, pero es uno de los más cómodos para el usuario, al que la seguridad y todas esas cosas le importan relativamente poco.
Es como si te vendiesen un televisor en el que no saliese publicidad, emitiese continuamente sólo programas (técnicamente, lo único que es inevitable sería el retraso).
En «Contacto», de Carl Sagan, comenta que el ricachón, que también sale en la película, comenzaba así su fortuna.
Supongo que ha llegado el momento en el que la guerra de las máquinas «inteligentes» salpique a google.
El poder eliminar anuncios de los canales de television normales ya es posible desde hace tiempo. Se llama TiVO :-)
En cuanto a AutoLink, creo que los creadores de contenidos, webmasters, etc. y no el usuario final, son los que deben decidir si permiten que sus paginas puedan ser «modificadas». Si Google quiere seguir la ya aburrida leyenda del «do no evil», debe ofrecer a los creadores de contenido (sitios web, vaya) el poder especificar «sí, quiero que mis paginas sean autolinkables».
No vale el obligarse uno a decir «no». El «no» deberia ser asumido y solo se deberian permitir autolinks cuando asi se especifique explicitamente en la pagina mediante una etiqueta o algo.
En caso contrario, el «invento» de Google (que realmente no lo es tanto), es una aberración.
Butler es, pues otra gamberrada similar, pero que no dista mucho de los programitas que eliminan los popups, por lo que si vale una cosa, vale la otra.
Yo creo que el valor de butler está más en abrirle los ojos a Google de las posibles repercusiones del autolink que en que se vaya a adoptar masivamente (y lo dice alguien que tiene instalado firefox y greasemonkey).
Eso sí, si se llega a abusar de AdWords de una forma parecida a lo que pasó con los popups, entonces preparense porque se acabó el sistema y se acabó el modelo de negocio de muchos blogs.
Totalmente de acuerdo.