Me alucinan las reacciones de las empresas cuando se ven amenazadas. El día que se lanzó Google Scholar, el servicio de búsqueda de Google en publicaciones académicas, recibí este e-mail de Scirus, un motor de búsqueda que conocía hace tiempo, me parecía malísimo y no utilizaba nunca. El lema de la campaña era «Google works miracles. But Scirus sticks to science«, y animaba a hacer el Scirus-Google test, que ofrece una página para comparar cara a cara los resultados de uno y otro buscador. El test hace trampa, porque compara con Google, no con Google Scholar, de manera que lo arreglé haciendo la comparación correcta. Patético. Al probarlo con el típico ego-search, me encuentro precisamente con lo contrario a lo que el test pretendía demostrar: un sinnúmero de resultados absurdos que no tienen nada que ver conmigo en Scirus (y si le pido «exact phrase«, ninguno), versus venticuatro resultados perfectamente ajustados y que recogen muchos de mis trabajos y citas a los mismos en Google Scholar. Antes de ponerte a hacer comparativas, algunos deberían aprender a hacer bien su trabajo…
¿Será por eso, por funcionar demasiado bien, por lo que ahora llegan otros igual de patéticos y los denuncian? Hace falta ser tonto y retorcido para pretender que se puede tener un monopolio sobre la palabra «scholar«…
Tú lo has dicho, hay que ser ‘tontos’. Aunque bueno, Microsoft tiene el monopolio sobre la palabra ‘windows’, tan genérica como ‘scholar’. Pero no me hagáis mucho caso que hoy es domingo :-P