Google gana el juicio que Geico le había interpuesto por presunta utilización indebida de marca registrada (vía Slashdot, y noticia completa en Reuters) . La denuncia de la compañía de seguros se refería al uso de búsquedas de su marca comercial para mostrar anuncios de marcas de competidores, o de quien quiera que hubiese pujado por la palabra en cuestión. Según Geico, que pedía 8.6 millones de dólares y una orden judicial que impidiese a Google el uso de su marca, Google había causado importantes daños a la inversión de cientos de millones de dólares que la compañía había realizado para la construcción de su marca, al situarla al lado de marcas de la competencia de una manera que podía inducir a la confusión. ¿La respuesta del juez? «No existen evidencias de que la actividad en sí misma cause ningún tipo de confusión». Es decir, algo así como «¿Confusión? ¿Pero es que no ves que está a la derecha, estúpido? ¡¡A la derecha!! ¡¡Todo el mundo sabe que en Google las cosas de la derecha son anuncios!!» Sentido común al poder.
El sistema mencionado es la base de Adwords, la publicidad contextual de Google, de ahí que el resultado del juicio tenga, como tal, una gran importancia. La publicidad contextual, aunque a muchos les irrite, tiene mucha lógica, y se ha demostrado por ahora como el menos intrusivo y el más adecuado de los sistemas para financiar actividades en la red y, además, intentar prestar un servicio de valor añadido al usuario. El «ecosistema» que se está desarrollando a partir de las Google Adwords es digno de mención, y algún día lo comentaremos con calma.
Las protestas de Geico me recuerdan a cierta discusión mantenida en esta página no hace mucho con otra compañía que optó por la vía de lo que académicamente se conoce como «ofuscación»: se negaba a aceptar cuentas de Gmail porque los anuncios que acompañaban a los mensajes, en los que aparecían en ocasiones empresas de la competencia, podían inducir a confusión. En aquel caso, la compañía demostró dos cosas: cabeza, por no recurrir, como Geico, a un recurso como la vía judicial; y cintura, por rectificar en menos de dos días. Cada día me molestan conceptualmente más esa oleada de demandas sin sentido que surgen por parte de compañías que no se enteran de como funciona esto de la nueva economía. Pero aún así, más me molestan los que van de listillos y «se enteran demasiado»…
Interesante también la reseña en Dirson, y la interpretación, más amplia y como siempre muy buena, de Pepe Cervera en el Retiario.