Inteligencia artificial y fuga de cerebros

IMAGE: OpenAI's DALL·E, via ChatGPT

La fastuosa ronda de financiación de 6,600 millones de dólares de OpenAI, que pasa a valorar la compañía en nada menos que 157,000 millones de dólares, le permite temporalmente ocultar un problema que va a replicarse durante bastante tiempo en todas las compañías dedicadas al desarrollo de productos basados en inteligencia artificial: la fuga de cerebros.

De hecho, todo parece indicar que buena parte de los miles de millones de dólares captados en la ronda más grande de todos los tiempos van a dirigirse a un fin que a los inversores no suele parecerles demasiado bien: la recompra de acciones de empleados que, en su momento, fueron pagados parcialmente con stock options de la compañía y que llevan tiempo deseando ardientemente un «cambio de vida».

La cuestión es compleja: por un lado, como ya hemos visto, trabajar en OpenAI o, en general, en una compañía de inteligencia artificial en estos días es, sin duda, una garantía de poder irse a la industria que uno quiera y demandar sueldos astronómicos por diseñar y poner en práctica lo que sabe hacer. Obviamente, no es tan simple: hace falta un conjunto de habilidades muy grande para lanzar una iniciativa exitosa de aplicación de inteligencia artificial y muchas de las variables implicadas ni siquiera están en manos o bajo el control del directivo que se pone a hacerlo, que habitualmente suele además ser experto tan solo en un determinado subconjunto de esas habilidades. Pero aún así, pocos se quejarán de sus expectativas profesionales si a día de hoy están trabajando en este ámbito.

Por otro, el hecho de recomprar las acciones de los empleados, además de molestar a unos inversores que ven cómo su dinero no se dedica a adquirir los recursos que la compañía necesita para facturar más y justificar su astronómica valoración (las expectativas valen, sí, pero si no apuntan a convertirse en dinero en algún momento, tienen un límite de validez), tampoco garantiza que esos empleados vayan a seguir manteniendo su dedicación a la compañía y a su trabajo, porque cuando recibes una cifra suficiente como para plantearte un cambio de vida, tus prioridades en muchas ocasiones tienden a cambiar, y simplemente el trabajo de gestionar tu dinero pasa a tomar un protagonismo mucho mayor.

En este contexto, de lo que hablamos ya no es de la salida de algunos de los co-fundadores o de los empleados más conocidos de la compañía, que eran los que tenían paquetes de stock options más importantes, sino de otros niveles que ven cómo sus jefes ya son multimillonarios, que su talento puede ser remunerado mejor en otras compañías, o que incluso aspiran a crear las suyas propias y, de alguna manera, repetir la jugada que han visto hacer en un plazo de no demasiados años.

La preocupación alcanza al destino del propio Sam Altman, que ha visto pasar rumores que lo vinculaban con un enorme paquete accionarial de la compañía que le sería cedido para «alinear sus intereses» con los de OpenAI, rumores que ha negado. Por otro lado, la ronda de financiación incluye una descomunal línea de crédito que puede permitir pagar muchos dispendios en la compañía, pero con un precio que no es en absoluto barato.

Si algo está claro es que, por mucho que Altman afirme que la creación de una inteligencia artificial general es por sí sola suficiente para justificar cualquier inversión, OpenAI va a tener que mostrar capacidad no solo de generar miles de millones de dólares en facturación, sino además, de poner coto a un consumo de recursos de computación que crece de manera desmedida. Algo que requiere ya no simplemente una convicción y una voluntad concretas, sino también habilidades de management, de negociación y de optimización que no resultan nada sencillas.

El problema para OpenAI, por primera vez, ya no es la ciencia aplicada, sino el vil metal: cómo evitar que las personas que trabajan en ella, deslumbradas por inversiones enormes, no quieran capitalizar su experiencia y su talento en otros sitios alimentando competidores, o incluso dedicarse a disfrutar de su dinero, por eso de que la vida es corta y hay que vivirla. Veremos cómo soluciona ese problema, y cómo lo hace de manera que sus inversores no pierdan la paciencia viendo cómo su dinero se dedica no a comprar más capacidad de proceso o más almacenamiento, sino a pagar lujos para unos empleados que, tras ver las cifras de la ronda de inversión, ya conocen su valor.

No va a ser sencillo. Pero en la práctica, cuando nos enfrentamos a innovaciones con el potencial de generar cambios dimensionales, casi nunca lo es.


This article is also available in English on my Medium page, «How much is OpenAI prepared to spend to hold on to its talent

13 comentarios

  • #001
    Gorki - 4 octubre 2024 - 09:55

    Nos quejamos que aquí no hay emprendedores, pero eso en España no puede pasar, porque la penalización fiscal de las Stock Option es tan grande, que ninguna empresa puede utilizar semejante procedimiento para retener los cerebros.

    Lamentablemente una star up española, no puede tener ese arma, (de doble filo, como vemos), durante el difícil momento de despegue de la compañía.

    Volviendo al tema de hoy. Todos tenemos claro que la AI es el hecho mas importante de los últimos tiempos, algo que va a cambiar nuestra forma de vivir en forma que no podemos ni sospechar.

    Pero hace el efecto, que los que mas saben de esto, no ven forma de hacer de la AI un producto rentable, sino que por el contrario se esta transformando en una máquina de fundir dinero. En estas condiciones se apresuran a vender las acciones que tiene en como si les quemaran en sus manos.

    Supongamos por un momento que estos señores, que como digo, son los que mas saben del asunto, tiene razón, la Ai no es un producto rentable, ¿Que hay que hacer?
    ¿ Cerrar?.
    ¿ Hacer que el Estado se haga cargo de la factura, siguiendo el viejo principio, si es negocio es privado, pero si no lo es, se socializa?

    • f3r - 4 octubre 2024 - 10:47

      De acuerdo con tu segunda parte.

      Con respecto a las stock options, ¿qué las diferencia de haber entrado como socio fundador con participaciones desde el principio? No sé si me estoy perdiendo algo…

      • Gorki - 4 octubre 2024 - 15:10

        Un socio fundador suele tener una parte del negocio en ac ciones que puede vender cuando lo considere oportuno, Una Stok Option es algo que se ofrece c omo complemento del sueldo en acciones, pero no se pueden vender hasta una fecha determinada, (generalmente años después). Si la empres es un éxito las ac ciones aumentan mucho su valor y el empleado hace una pequeña fortuna, (que en España se lleva Hacienda en un parte desproporcionada), pero si la empresa no tiene tanto éxito lasa acciones valen muy poco y el empleado solo le queda el sueldo limpio que tuviera.

  • #004
    Buzzword - 4 octubre 2024 - 10:03

    «La cifra de negocio de OpenAI, la firma tecnológica creadora de ChatGPT, habría alcanzado los 2.000 millones de dólares (1.856 millones de euros) en términos anualizado»
    Cinco Dias Febr 2024

    Asumamos que en 2024 sean 3500 M€…. lo cual es para una empresa que en 2021, 2022 ganaba cero coma es un logro

    Pensar que con las acciones vale 157 mil millones es el cuento de la lechera del capitalismo… y de los cerebros, solo queda Samu haciendo malabares… se ve que el capital humano cotiza a la baja.

    Y obtiene 6.6B$ americanos… Viva el Hype !!

    » los costes de entrenamiento de IA podrían alcanzar los 7.000 millones de dólares y el gasto de personal 1.500 millones de dólares solo en 2023″

    Y el 49% de los beneficios para Microsoft, que de eso ya no se habla,…

    Y para INRI Meta con su producto Llama3.1 que ya les hizo un agujero, el de 70B (no de pasta) va fino, fino y casi regalado (el open source con matices de Zuckerberg) . Tendrá que venir Papá estado a considerarlos una empresa estratégica y hacerles compras.

    https://www.businessinsider.es/openai-quiebra-solo-12-meses-estiman-5000-millones-dolares-perdidas-costes-operativos-diarios-700000-dolares-1399712

    Moraleja: Cuando una empresa hace agua, los que tienen mejores expectativas de recolocación se van los primeros…

  • #005
    Buzzword - 4 octubre 2024 - 10:18

    Se me olvidaba la comparación: Apple y las gafas de buzo.

    Creo que todos estaremos de acuerdo al menos que técnicamente esas gafas tienen su punto tecnológico e igual probarlas «gratis» un rato pues como el que iba a los recreativos a echar una partida de pacman y no por eso la mayoría de las personas no se llevaban el invento a casa…

    Con las gafas han fallado por las circunstancias las ventas (estrategia comercial en precio, apps disponibles, coñazo llevarlas, feas, no prácticas, lo que sea), y ahí tenemos el patrón OpenAI

    * Costes increibles de desarrollo en las gafas y en el coche
    * Pero Apple tenía cash para esa apuesta, y productos vaca lechera para seguir
    * Su posicionamiento en la IA: testimonial y con palanca en su modelo pro de iphone…

    Por otro lado tenemos la Estrategia de META

    * Desarrollo en IA con el gurú Yann Lecunn como base, no habla de paridas del ramo como superinteligencia
    * Y con su pico pala, pico pala,… tienen un portfolio en IA muy competitivo
    * Con su modelo speudo open source, es válido para las necesidades internas de la mayoría de las empresas, con un mínimo de esfuerzo
    * Tienen pulmón financiero con sus negocios actuales.
    * Sacan el prototipo de Orion, si había algún despistado que pensaba que las Apple Vision eran lo último, viene Meta con otro concepto, pero no para hoy, para mañana.

    No hay que estar a favor o en contra, este análisis se basa en datos, no en opinión.

    ¿Que puede hacer OpenAI?
    ¿Que puede hacer Apple?

    frente al

    ¿Que hace Meta?

  • #006
    f3r - 4 octubre 2024 - 10:56

    Los «cerebros» están viendo una masa ingente de pasta pasar por encima de sus cabezas, y creen que ya es hora de convertir sus stock options en realidades, como es lógico. Al final esa herramienta ha cumplido su función de zanahoria hasta llegar a la «meta».

    También están viendo que todo es un puto bluf, porque esas inversiones no se pueden sostener por criterios técnicos en el medio plazo (a no ser que haya un breakthrough importante en el sustrato físico que use la IA: luz en vez de electrones o lo que sea), y quieren enganchar «algo» de pasta antes de que la cosa pete. No olvidemos que la gente que está dentro sabe muy bien cuántos miles de millones está costando entrenar cada nuevo modelo, y sobre todo, cómo escala la movida (desde fuera solo podemos hacer estimaciones). Es lo que dice Buzzword: si ves a las ratas saltar fuera del barco, no te hace falta saber qué pasa dentro.

  • #007
    Javier - 4 octubre 2024 - 11:58

    Inteligencia artificial y cerebros. Espero ansioso el comentario-jeroglífico de XAQUIn (con cariño :-)

    Llegas a meter a Elon Musk y ya esto explosiona

  • #008
    Xaquín - 4 octubre 2024 - 12:07

    «muchas de las variables implicadas ni siquiera están en manos o bajo el control del directivo que se pone a hacerlo, que habitualmente suele además ser experto tan solo en un determinado subconjunto»
    «Algo que requiere ya no simplemente una convicción y una voluntad concretas, sino también habilidades de management, de negociación y de optimización que no resultan nada sencillas.» (EDans).

    Mira por dónde estás resumiendo unas características elementales en ese tipejo (políticamente hablando) llamado Elon. Esperemos que su actual deriva ideológica, no lo lleve a Mercurio en vez de a Marte. Ahora sí que se le está atragantando (en su uso privado) esa cosa que llama X (antes Twitter, cuasiburdeldigitoanalógicosiliconado).

    • Xaquín - 4 octubre 2024 - 12:11

      Y, por cierto, no te digo nada lo que va a ser en el futuro, algo a lo que podemos llamar fuga de cerebros con IA (pero sin IH)!!!

      • Buzzword - 4 octubre 2024 - 13:17

        Xaquin

        Queda muy bonito, pero eslo contrario, es que se han ido los que han parido la IA de OpenAI.

        Una persona no es la materia gris de una persona, Samu es quizas el más mediático para los que no siguen este mundillo, pero es que se ha ido Ilya que era el cerebro de verdad, Mira la CTO, el jefe de producto.

        Tu perfil es de profesor, y no tiene nada que ver con los que nos movemos en la empresa privada con investigación, es como si a Bell se le fueran los 7 nobels, Kerninghan, Ritchie, … de golpe porque saben que esa empresa hace aguas

        Es al reves se ha ido la IH de la IA…

        • Buzzword - 4 octubre 2024 - 13:18

          Joer por ir rápido, por favor leed:

          «Una empresa no es la materia gris de una persona, la materia gris de una empresa es un grupo de personas.»

  • #012
    Ignacio - 4 octubre 2024 - 21:53

    Off topic: Hay tantos australianos con paneles solares en sus tejados que la red eléctrica ha estado a un paso del abismo

    https://www.xataka.com/energia/hay-australianos-paneles-solares-sus-tejados-que-red-electrica-ha-estado-a-punto-abismo?utm_source=pocket-newtab-es-es

  • #013
    Gerardo - 7 octubre 2024 - 10:51

    En el año 1977 la industria del videojuego doméstico se llamaba Atari. Existían otras opciones pero no eran relevantes en términos de negocio. Atari ya fomentaba que los juegos de terceros se publicaran para su modelo 2600 aunque su catálogo era clave.

    Un día como otro cualquiera de finales de década, su Dpto. de marketing y ventas circuló un memorando interno a sus desarrolladores para informar de sus 20 videojuegos más vendidos con el fin de poner foco en esas tendencias a futuro. En esos tiempos, los desarrolladores tenían pequeñas primas por ventas de lo que creaban así que al recibir aquello pidieron el «que hay de lo mío».

    La frustración comenzó cuando Atari se negó a pagar una pequeña regalía y de la chispa, el fuego. Se intentó aplacar con pequeñas subidas de sueldo pero ya era tarde. Los desarrolladores habían recibido en forma de memorando un dato demoledor: «4 de los 30 diseñadores eran responsables de más del 60% del éxito de la compañía».

    Es decir, 4 tíos que ganaban 30.000$ al año generaban 60 millones de facturación.

    Los cuatro en cuestión – Crane, Larry Kaplan, Alan Miller y Bob Whitehead – decidieron abandonar el barco y de la mano de Levy fundaron Activision (Microsoft pagó por su heredera en 2022 unos 68.700 millones de dólares).

    La muerte de Atari llegaría un poco más tarde, pero eso da para otro asalto.

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