Los seguros son una actividad originada en la historia antigua, que trataba de alguna manera de blindar a las personas contra el infortunio en forma de mala cosecha, enfermedad, incapacidad o muerte. Con el tiempo, esa protección evolucionó para extenderse a la navegación y el comercio, una de las actividades que conllevaban un riesgo más evidente debido a posibles naufragios, piratería u otros elementos.
A partir de ahí, las aseguradoras modernas, creadas durante en la época de la Ilustración, se convirtieron en un negocio que ofrecía desde asegurar la vida o la salud de las personas para protegerlas a ellas o a sus herederos frente a una eventual enfermedad o fallecimiento, hasta proteger cualquier tipo de propiedad, bien o eventualidad, como la responsabilidad derivada de un acto determinado. La industria fue evolucionando, sofisticándose, y fue objeto de regulación para convertirla en una actividad financiera compleja que gira en torno a la estimación y consolidación de riesgos.
Esa idea, anclada en el concepto de probabilidad, provenía de la antigua Rodas en torno al año 800 AC, creció enormemente a medida que la sociedad fue prescindiendo de los antiguos principios de solidaridad y protección mutua y se fue adoptando una mentalidad cada vez más competitiva e individualista: tus vecinos y amigos ya no van a protegerte en caso de desastre, así que pídeselo a una compañía especializada en ello.
Las aseguradoras son, en realidad, intermediarios financieros que comercializan un producto, la seguridad, que garantizan a todos sus clientes, pero que únicamente entregan a una proporción estadísticamente pequeña de ellos. Con un principio tan simple como ese, las aseguradoras se han convertido en un producto prácticamente esencial – o incluso, en muchos casos, obligatorio – en la sociedad actual.
Pero como todos sabemos, por mucho que algunos se empeñen en negarlo, el mundo está evolucionando debido a una emergencia climática provocada por la actividad humana, y eso está generando un sustancial incremento en ls frecuencia y la severidad de las aún llamadas «catástrofes naturales», en realidad ahora provocadas en la mayor parte de los casos por la actividad humana. La factura que las aseguradoras tienen que pagar para compensar los daños producidos por esas catástrofes crece sustancialmente cada año, y eso supone una fricción cada vez más importante para sus cuentas de resultados, que pasa automáticamente a reflejarse en los precios de sus pólizas.
Las consecuencias son inmediatas: el impacto de la emergencia climática sobre las aseguradoras lleva a que, en las zonas afectadas por los efectos de la emergencia climática, los precios de las aseguradoras se vuelven difícilmente asumibles para un porcentaje cada vez mayor de la población: adquirir productos como seguros de hogar o de automóvil se vuelve prácticamente imposible para muchos, lo que implica un nivel de desprotección ante las catástrofes cada vez mayor.
En California, por ejemplo, algunas aseguradoras se niegan a aceptar pólizas que cubran el posible incendio de cada vez más propiedades, mientras en Florida, algunas dejan de cubrir daños producidos por huracanes o inundaciones, abandonan ese estado o directamente se van a la quiebra y dejan a sus asegurados sin cobertura.
La actividad del sector asegurador es fundamental para proporcionar garantías a las personas y a las empresas en un mundo civilizado, pero la realidad es que la factura de la emergencia climática crece cada año y se vuelve cada vez más difícil de cubrir recurriendo únicamente a la probabilidad. Se calcula que los daños provocados por la emergencia climática podrían llegar a suponer 23 billones de dólares para la economía mundial en 2050, un impacto que básicamente ninguna compañía podría llegar a cubrir.
¿Cómo se vive en un mundo en el que la protección contra fenómenos extremos capaces de terminar con tu vida o la de los tuyos, de dejarte sin cosecha, sin propiedades o de arruinarte completamente se convierte en imposible de adquirir para cada vez más personas? ¿Cómo reaccionar ante una deriva que convierte tu vida en una lotería siniestra en la que cada año tienes más posibilidades de que te toque? La emergencia climática es ya mucho más que una realidad absurdamente politizada, y evoluciona para convertirse en un drama para cada vez más personas. Los cheques con los que pagamos nuestro estilo de vida tienen cada vez menos fondos. Y sin embargo, teniendo disponibles tecnologías que permitirían evitar el desastre, la posibilidad de cambiar para protegernos aparece cada día más lejana.
Las aseguradoras no son el problema: son el síntoma. La red que nos protege cuando hay desastres está desapareciendo o haciéndose inaccesible para cada vez más personas. Para muchos, será el «si te toca, te tocó». Buena suerte.
This article is also available in English on my Medium page, «Why insurers have found themselves in the perfect storm«
Sí, con cada cambio estacional, noviembre o primavera, comienza el jolgorio en las personas con problemas psicológicos. Todo muy goyesco.
La climatología e Internet van de la mano en nuestra percepción de la realidad.
«Touching the Spring of the Air, and its Effects»
Por ejemplo, el término «Cambio climático» apenas aparecía en Google antes de 2012. Sí, es cierto. No se usaba, ni era algo en el acerbo social. Está en las estadísticas.
Hay toda una disciplina por descubrir en la epidemiología de las palabras, de lo que hablamos y de lo que no.
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En enero siempre ha hecho calor.
Depende de qué hemisferio hables.
Pregunta muy potente. Quizas habra que aceptar que una parte significativa de la poblacion no podra asegurarse o solo podra cubrir ciertos riesgos
Hay que meter miedo, que el cochepilas no despega.
O renunciar a tener bienes, que así las catástrofes no causan daños económicos.
https://www.europapress.es/sociedad/noticia-muertes-desastres-naturales-bajan-decada-decada-mundo-aumentan-danos-economicos-omm-20230522090048.html
¿Meter miedo? ¿Tu crees que a las empresas de seguros, epítome del capitalismo, le importa un pimiento la Agenda 2030 y los politiqueos varios?
No hijo, no, de eso nada, a las aseguradoras sólo les interesa ganar dinero. Ellas son las que venden miedo para vendernos sus pólizas, y ahora son las que dicen que, no, lo siento, eso no te lo aseguro. Porque no les renta.
Me pones un enlace diciendo que bajan las víctimas, sí, pero ¿y los gastos económicos? No tienen por qué ir de la mano y a las aseguradoras solo les interesa estos últimos.
Hay veces que estando de acuerdo con la base del artículo, la lectura de esos indicios, pueden darnos conclusiones totalmente diferentes. Cuando más éxito tienen las aseguradoras es cuando hay riesgos que cubrir, y claro, hacernos el truco para limitar la cobertura.
PRIMERO: POLIZAS. ESCENARIO DE COBERTURAS
Salvo que tengas una poliza especial por ejemplo una riada o una catástrofe natural no va a estar nunca cubierta por un seguro.
La indemnización a recibir dependerá, en su caso, del estado en el que quede el vehículo. Cubrirá los gastos de reparación, mientras ésta sea viable. Si el coche es declarado siniestro total podremos obtener como máximo con el dinero equivalente al valor de venta del coche en el mercado, justo antes del siniestro; esto es, el valor venal de nuestro coche siempre que haya un tercero o tengamos un seguro superior.
CONSORCIO DE COMPENSACION
En el caso de España es el Estado el que interviene, a través del Consorcio de Compensación de Seguros. Porque éste es su radio de acción: cubre aquellas excepciones o siniestros extraordinarios en los que las compañías de seguros privadas no asumen ninguna responsabilidad hacia el asegurado.
COBERTURA ESPECIAL?
Pero antes de reclamar y para no llevarnos sorpresas, tendremos que tener claras las limitaciones, ya que también las hay, como en las compañías de seguros. Y estas afectan a aspectos como el concepto de inundación, ese que se expresa en la letra pequeña. Para que el Consorcio considere este escenario, ha de haber un desplazamiento del terreno. No se trata sólo de que llueva mucho. Hablamos, pues, de un coche arrastrado por una riada o por un río que se ha desbordado.
Así, el Consorcio precisa en sus condiciones que han de intervenir elementos naturales en la inundación y, por tanto, no se pueda atribuir la responsabilidad de los daños a un tercero. Si es la rotura de una presa o de una alcantarilla la que provoca los daños por inundación (a no ser que la rotura sea consecuencia de una inundación), o la caída de agua desde un desagüe o una azotea, el Consorcio tampoco lo cubre.
CHURRAS VS. MERINAS
Por mucho hype al VE o a la Emergencia Climática (recordemos que lo que cuenta IPCC no afecta por igual en su globalidad sino que habrá regiones más afectadas y otras menos) las pólizas de los seguros se adaptarán en el corto plazo a los casos, ya que de ello depende su día a día(localizaciones y coberturas) que vayan observando.
Los seguros no son tan imbéciles como de repente pasar de las polizas actuales a pólizas no vendibles, sea por aumento de la póliza o disminución de la cobertura.
Así un cliente de nivel alto, que compre un Tesla, por decir algo, dormirá en garaje, y tendrá menor riesgo que mi Ibiza callejero, pero a la vez al ser un coche super caro, tendrá mayor póliza.
Sabemos que un VE aunque la dificultad de su mecánica es parvularia, no asi el coste de alguna pieza, y cambiar una bateria completa, en «la marca» es un robo a destornillador armado.
SI, SI PERO LA EMERGENCIA…
La llamada «emergencia climática» como tal es un concepto sacado de una previsión de calentamiento global. Pero sus efectos serán distintos
a) En medio del Sahara va a seguir con su climatología actual.
b) Es previsible que haya huracanes, danas, riadas. en otros lugares. Pues claro. Pero las casas de «los 3 cerditos» del paso de huracanes en EEUU ¿han cambiado? No verdad, pues seguirán siendo tan mierdas como antes. Otro lugar al que le afectan los huracanes: La Habana. Una ciudad con un mantenimiento absolutamente lamentable, y los barrios coloniales, aguantando como campeones ¿colapsan? claro por viejos y mal cuidados, pero no por mierda construcciones estilo EEUU
El calentamiento HA VENIDO PARA QUEDARSE, asi es, y por tanto es previsible primero que disminuya NADA , por un cambio másivo a una tecnología deficiente en prestaciones o accesibilidad como la del VE, y tampoco habrá un pico de adopción por lo que las condiciones medioambientales no van a mejorar.
El CO2 en la atmósfera es el que es, y no hay medidas efectivas de cambios de uso en el transporte sea este privado o colectivo. Por tanto de aqui a un plazo medio no va a ver cambios sustanciales. ¿qué pasará en 10 años? Pues que algunas cosas SI MEJORAN, espero más de las fuentes de energias renovables que de chorradas automovilísticas, la verdad. Pero hay 2 factores que van en contra de la mejora (a) el aumento de población mundial y (b) el acceso a vehiculos y procesos contaminantes en lo que no es «primer mundo».
Mis conocidos de origen marroquí, muchos nacidos ya aquí en España, aspiran a tener un nivel de vidad de confort y salubridad sin diferencias. Mejor dicho YA TIENEN ese nivel de vida. De hecho son tan españoles como yo, cambia su origen étnico y sus costumbres culinarias, pero en el día a día somos iguales en la huella de CO2. Y esa cultura de bienestar, se está dando en sus paises. Aman los coches, aman salir por las noches, la música, el fútbol, internet. Es decir son igual de consumistas. Pueblos que antes tenían una huella CO2 insignificante se van a acercando a «Occidente»
Así que dando por anecdótica la disminución lo que si se infiere es que en sitios donde antes tenían poco, va a asegurar sus casas, vehículos, etc para no perderlo. Que le vaya bien a las aseguradoras es un signo de prosperidad.
No veamos el futuro con los ojos de los americanos, puede que ellos tengan una crisis de estado fallido, y no recobren el sentido, y estén en manos de mentes trumpianas. Perdón por la longitud, pero quería argumentar sin clichés o superficialidades.
Hablas de Rodas y de la solidaridad humana, ya tan improbable (veamos Gaza). Sin saber lo que le pasó con su Coloso, si se puede saber lo que les pasó con su idea de solidaridad, porque aunque el mar subiera de nivel hasta cubrir la estatua, por supuesto toda Rodas, seguiría pensando que Zeus les iba a librar o que les dejaría libres a ALGUNOS… y ese algunos es fundamental… porque nunca el mar cubrirá el Himalaya, ni un meteorito nos destruirá a TODOS… y si lo hace, que nos quiten lo bailado… porque esta parte final no hay seguro que lo contemple : rebajar tu mediocridad, seas rodano, romano, germano, visigodo o Amante del Último Día que Fuimos Felices… y para eso conviene llegar bien forrado a la despedida.
Porque ya sabemos que las Mate y, en general, la Ciencia es un invento de los antiguos y anticuados griegos y griegas, que tenían el culo inquieto y ganas de ser disidentes.
Las aseguradoras son esas empresas que te aseguran siempre que demuestres que no necesitas ser asegurado.
Este artículo me parece bastante anglo céntrico o al menos centrado en América, ya que en Europa no existe tanto ese problema y los seguros funcionan de forma algo diferente.
Creo que el problema es que sigan queriendo construir casuchas de madera que se derrumban enseguida en lugar de algo más resistente (o quizás es que no se lo pueden permitir).
¿Por qué en EEUU las casas son de madera?
Otro punto más de porque son una idiocracia
¿Y en porcentaje que pagan unos u otros?
A ver si van a ser idiotas y agarrados…
La «actividad humana» sí es clave en la agricultura que es dnd los pequeños agricultores estorban, el coche autónomo ?
A mí me da pena porque
a) Sabemos que los desastres naturales existirán. No entro a valorar si aumentarán o no o si es producto de la actividad humana o no. Pero hay registros de pinturas rupestres con huracanes en USA desde los albores de la historia
b) Ya sabemos como son los seguros
c) No van a dejar de construir en madera, que es más barato y resultón en ese país y en Canadá. Aisla del frío, es barato y es «eco» (FSC o su equivalente americano)
Hay veces que no estar asegurado es mas barato