Starlink rediseña su página web y añade una oferta de internet, voz y datos para smartphones provistos de conectividad LTE, llamada “Starlink Direct to Cell”, que amplía su papel como proveedor de telecomunicaciones y se postula como un posible colaborador con otras compañías de telefonía que funcione como un socio de roaming estándar, que simplemente tiene sus torres de telecomunicaciones en el espacio, y que les permita aumentar la cobertura de sus redes de telefonía móvil.
La idea de la compañía es comenzar ofreciendo servicio de mensajería de texto en 2024, para pasar posteriormente a completar su oferta con la inclusión de voz, datos y dispositivos IoT en 2025, y todo ello sin necesidad de llevar a cabo ninguna modificación en los terminales ni en los dispositivos: simplemente, un operador con cobertura global que utiliza satélites de baja cota en lugar de antenas de telefonía convencionales ancladas en el suelo, y que simplemente tiene que asegurar y negociar las licencias necesarias para el uso del espectro correspondiente.
La oferta permite entender el papel de la red de Starlink en el futuro, cada vez más fuertemente sobredimensionada tras actualizar la primera versión de sus satélites a una segunda versión mucho más potente, V2 mini, todavía pensada para caber en los cohetes Falcon 9 de SpaceX, y tener prevista una siguiente versión más grande, V2, que pasarán a lanzar en cuanto comiencen a utilizar sistemáticamente sus cohetes Starship.
Los lanzamientos de satélites de Starlink son utilizados por SpaceX como una forma de llenar la capacidad de sus cohetes y de asegurar que el número de lanzamientos siga incrementándose, algo fundamental para obtener las economías de escala fundamentales en el desarrollo de la estrategia de la compañía: solo una compañía que lleva a cabo decenas de lanzamientos cada año puede ser capaz de plantear y perfeccionar los desarrollos necesarios para, por ejemplo, conseguir cohetes cuyos componentes sean cada vez más reutilizables, o avanzar en la importantísima línea de la reducción de costes. La importancia de Starlink en el proyecto de SpaceX es enorme, porque al tiempo que permite construir esas economías de escala y reducir costes hasta el punto de convertirse en el proveedor de servicios de puesta en órbita o de transporte espacial más barato con una diferencia de órdenes de magnitud, posibilita la construcción de un competidor global en un negocio como las telecomunicaciones, que puede ser cada vez más puesto en valor.
Así, a la primera oferta de conectividad planteada como la instalación y orientación de una antena fija en entornos generalmente residenciales o en zonas en las que la cobertura es inexistente o limitada (desde una casa en el medio de las montañas, hasta un frente de guerra o un escenario de un desastre natural en el que las infraestructuras hayan sido destruidas), la compañía ha pasado a añadir antenas portátiles que pueden ser instaladas y orientadas en un instante, o incluso otras pensadas para funcionar en movimiento, lo que le permite ofrecer desde una tarifa de internet con cobertura global, hasta otras pensadas para proporcionar servicio a aviones, barcos o camiones. De ahí, a dejar de subsidiar su precio a los usuarios y a pasar a poder utilizarla simplemente con un smartphone o conectar un dispositivo IoT, convirtiéndose así en un actor más en una industria geográficamente limitada que necesitaba desesperadamente movimientos competitivos de carácter global.
Así, mientras algunas compañías de telecomunicaciones se embarcan en batallas regulatorias y de lobbying para conseguir que las empresas de telecomunicaciones les financien parte de sus infraestructuras y paguen dos veces por lo mismo, otras como Starlink construyen una descomunal red de telecomunicaciones en el espacio, y la ponen en valor ellos mismos. Distintas mentalidades, distintos horizontes competitivos de cara al futuro… y una industria más que se empieza a acostumbrar a mirar hacia arriba y se asoma a la idea de la disrupción.
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Cuando AST SpaceMobile y Globalstar anunciaron en 2021 que dispondrían de una red de mensajería de texto y voz sobre IP en Apple, sus acciones experimentaron un empuje al alza. El servicio para teléfonos normales cuesta entre 11€ y 50€ en los proveedores que ya existen.(p.ej. IPhone 14)
El problema de Starlink es, que los satélites de primera generación lanzados antes de 2022 no cuentan con la capacidad de realizar enlaces con los teléfonos normales, por lo que sólo puede prestar ese servicio mediante relays de otros operadores, como con sus acuerdos de distribución con T-Mobile.
La banda utilizada para conexión por satélite es compatible con cualquier teléfono 5G que use un chip Qualcom y cuente con la banda n53 y MSS.
Starlink está siendo cuestionada como red de elección por el propio gobierno de EEUU, debido a las veleidades políticas de Musk, incluido su apoyo a Trump.
Vamos, que poco disruptivo.
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¿Veremos entonces en el futuro una guerra en el espacio, afanada en destruir o inutilizar los satélites del enemigo? Apuesto a que sí.
Ya está empezando. China está planeando lanzar trece mil satélites para «quitarle sitio» a los de Starlink, y sus investigadores buscan formas de destruir los satélites de Starlink por el problema que podrían llegar a representar para el país. El control de la LEO, Low Earth Orbit, va a dar mucho que hablar, me temo…
China ya tiene cañones laser que funcionan de manera continua y no con un primer impulso como hasta ahora, lo que les habilita para destruir satelites, aviones o drones, se acabó lo de lanzar misiles.
Y yo me pregunto , si eso se generaliza y el cañon puede funcionar sin ser detectado, no como antes con misiles ¿como evitar que se use ya que no pueden hallarse culpables o pruebas incriminatorias?.
Imaginemos a ciertos paises, que utilizan ya sin tapujos formas de guerra asimétricas e híbridas, hacerse con esos cañones.
¿Que sabotajes no podrán hacer y que consecuencias tendrán, o que no harán con las posibilidades de unas IAs mas avanzadas.?
Lo dicho, tiempos interesantes.
No lo se Rick,… parece falso.
Tratar de mantener una producción en serie de cohetes, mandando al espacio satélites de comunicaciones sin clientes, es para entendernos, como si la Seat para mantener las líneas de fabricación rentables, regalara coches a todos los accionistas de la compañía.
El modelo de negocio no siempre debe tener los clientes ya hechos. Space X mostrará cómo funciona frente a potenciales clientes y estos mismos se sumarán si aporta el valor que prometen.
Pues Europa va un poco tarde, sobre todo por el fracaso del Ariane 6, que será más caro de lo previsto (más de 75 millones por lanzamiento), llegará tarde (como muy pronto el 2024) y además ArianeGroup exige 350 millones de euros al año de subvenciones aparte se los 3.250 millones que ya llevan gastados.
Una ruina.
Mientras empresas como PLD Space, RFA o Isar Aerospace sólo consiguen unos cientos de miles de euros por parte de la ESA (migajas) y lea cuesta avanzar por falta de presupuesto.
¿Qué hubieran podido conseguir de tener un presupuesto decente?
El Ariane 6 es el SLS europeo: una forma de subvención a un grupo de grandes empresas.
Suena muy lógico lo que dice, en algunos años estaremos llenos de de varios satélites pero también se logrará una gran guerra por saber quien tiene mayor avance tecnológico y se embarcarán en un sin fin de batallas regulatorias para conseguir mayor consumo en las telecomunicaciones y esto podría costar hasta el doble.
A menudo, en las películas, vemos cómo las grandes corporaciones dominan los servicios de toda la comunidad. Es evidente que Elon Musk está creando algo similar, ya que está incursionando en sectores altamente estratégicos. Está involucrado en el transporte terrestre, incluyendo una variedad de vehículos como automóviles y camiones, y quién sabe qué más está por venir. Todos estos vehículos están interconectados y utilizan algún tipo de sistema de inteligencia artificial para aprender a conducir por sí mismos. En el ámbito espacial, revolucionó la industria con sus cohetes y luego se aventuró en las comunicaciones, tanto en redes sociales como a través de Starlink, que ofrece servicios de internet y telefonía para conectar todo.
Es natural preguntarse si esto no está conduciendo a un monopolio. Si bien es intrigante que alguien pueda innovar en tantos sectores, ya que esto es lo que impulsa la evolución, soy optimista y prefiero pensar que estos avances son para el bien de la humanidad. Sin embargo, es importante que permita que otras compañías participen en estos lucrativos negocios, especialmente considerando las enormes inversiones que se han realizado. Sin duda, Musk tiene un plan para hacer que estas inversiones sean rentables. Este tema es apasionante, pero también merece respeto, ya que parece estar controlado por un número muy limitado de personas. En otras manos, esta concentración de poder podría convertirse en una herramienta para controlar el mundo, lo que es motivo de preocupación.
Por un lado mola que cada vez será más plausible ocupar la España rural y despoblar las ciudades (que ya son un coñazo auténtico) porque habrá internet de alta velocidad hasta en medio del monte.
Por otro lado da un miedo terrible tener el espacio lleno de basura (in)controlada por fuerzas capitalistas y no estatales. Por si alguien no conoce esta posibilidad:
https://en.wikipedia.org/wiki/Kessler_syndrome
podemos quedar durante varias generaciones sin acceso al espacio (incluidas misiones científicas como telescopios)
Para repoblar la «España vaciada» hace falta mucho mas que un satelite…
Centros medicos, servicios varios, centros comerciales, de logistica, empresas…
Dile tu a un ciudadano de Valdemorillos de Abajo (que no se si existe) que no se preocupe si tiene que hacer 50Km en coche para ir al medico, que por lo menos, tienen un satelite…
ps.- Me temo que ese problema no hay Dios que lo arregle…
Durante la lectura estaba exactamente pensando que llegará el momento en el que simplemente no se pueda mirar de noche las estrellas por culpa de millones de satélites infectando el firmamento.