Hoy es el día en el que entra en vigor en la Unión Europea la Digital Services Act tras su aprobación en abril de 2022, uno de los paquetes legislativos, junto con la Digital Markets Act, contra el que más acciones de lobbying llevaron a cabo las big tech.
Se trata, sin duda, de una de las regulaciones que más diferenciará por sus derechos a los ciudadanos europeos de los norteamericanos y de otros países, y que sin ninguna duda terminará también por ser imitada al otro lado del Atlántico, en una progresión que convierte a la Unión Europea no en una exportadora de tecnología, sino de políticas regulatorias, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva.
Obliga, entre otras muchas cosas, a las plataformas o motores de búsqueda consideradas muy grandes y definidas como con más de 45 millones de usuarios mensuales en Europa, a cuestiones que son de puro sentido común y que llevan a que los derechos y protecciones que tenemos dentro de la red sean similares a los que tenemos fuera de ella: desde protección contra estafadores o contra desinformación y manipulación, hasta protecciones a menores o contra la publicidad ultrasegmentada, que tendrá necesariamente que ofrecer mecanismos de renuncia que permitan visualizar el contenido sin ningún tipo de algoritmo. Tampoco podrán utilizar dark patterns o mecanismos confusos para obtener el consentimiento de los usuarios para determinadas prácticas, lo que se supone impedirá que determinada información personal que ya estaba completamente protegida pero que muchas de estas compañías no trataban como tal – ideas políticas, origen étnico, orientación sexual, información de salud, etc. – sea utilizada para segmentar la publicidad que recibimos (o que recibís… los que aún no la bloqueáis).
Estas plataformas son un total de diecinueve en este momento: Alibaba AliExpress, Amazon Store, Apple App Store, Bing, Booking.com, Facebook, Google Play, Google Maps, Google Search, Google Shopping, Instagram, LinkedIn, Pinterest, Snapchat, TikTok, Twitter, Wikipedia, YouTube y Zalando. Todas ellas estarán obligadas a facilitar a la Unión Europea sus datos de usuarios como mínimo cada seis meses, y solo abandonarán la lista si caen por debajo de esa magnitud durante más de un año. Para ellas, las multas en caso de incumplimiento pueden llegar a un 6% de su cifra de negocio global. Además, la Unión Europea se reserva mecanismos de actuación de urgencia para determinadas prácticas que se considere que generan un daño muy grave, y podrá excluir temporalmente a las plataformas si incumplen las normas de manera reiterada.
Los efectos… los veremos. Por lo pronto, será difícil que ocurra lo que parece estar ocurriendo en los Estados Unidos, en donde se está apreciando una deriva hacia un control cada vez menor de la desinformación que no auguran nada bueno de cara a las elecciones presidenciales de 2024. En la Unión Europea no nos libraremos tampoco de intentos de generar desinformación en procesos electorales, pero al menos podremos reclamar a las plataformas en las que se produzcan que les pongan freno o que, como era el caso, se conviertan en cómplices – en auténticos sinvergüenzas – que se dedicaban a monetizar ampliamente esas iniciativas con total impunidad.
Además, deberán ofrecer a investigadores y académicos la posibilidad de tener acceso a datos que les permitan entender cómo funcionan sus plataformas y cómo evolucionan los diversos riesgos que puedan generar para sus usuarios.
La Ley de Servicios Digitales no define lo que es legal o ilegal en la red, eso se define en otras leyes ya sea a nivel de la Unión Europea o a nivel nacional (el contenido terrorista, el discurso del odio o el material de abuso sexual infantil se definen a nivel de la Unión Europea, pero un contenido que sea ilegal en un solo estado miembro solo deberá eliminarse en el territorio donde sea ilegal), pero establece normas a nivel de la Unión Europea que cubren la detección, señalización y eliminación de contenidos ilegales, y un nuevo marco de evaluación de riesgos para grandes plataformas y motores de búsqueda sobre cómo se difunde el contenido ilegal en sus servicios.
La entrada en vigor de la Ley de Servicios Digitales es, decididamente, una muy buena noticia que debería hacernos sentir que pertenecer a la Unión Europea es algo decididamente positivo, que nos sitúa a la vanguardia de la regulación de la red y de la protección de los usuarios. Veremos ahora cuáles son las primeras plataformas que experimentan sus efectos. Hemos tardado mucho tiempo desde que empezaron a funcionar muchos servicios en internet en empezar a plantear cómo proteger a los usuarios, pero parece que, aunque sea lentamente, vamos haciendo progresos…
This article is also available in English on my Medium page, «It’s been a long time coming, but let’s welcome the EU’s new legislation to protect online users»
Se buscará la forma de burlar a regulación, Se me ocurre por ejemplo. que como solo afecta a las empresas muy grandes, basta que una empresa grande se «divida» en varias , por ejemplo por países para poderlo saltar, GooSP controla a los usuarios españoles y GooPo a los portugueses Son pequeñas y no tiene que cumplirla.
Eso se llama fraude de ley, se lo tendrán que currar algo más diría yo.
Ya ocurre, Alphabet es dueña de Google y de los coches sin conductor Waymo, Ambos recaudan datos de los clientes y seguro que los guardan con cuidado, Oficialmente son dos empresas diferentes, pero los datos irán por un procedimiento u otro en la bolsa común. Basta que Google Maps y Gmail se disocien de Google Buscador para que el numero de usuarios de Google baje muchísimo.
En la lista de plataformas hay 4 googles…..
Si esa solución se te ocurre en tres segundos supongo que habrá alguna medida para evitarlo. Entiendo que los reguladores habrán hecho un trabajo al menos medio pensado
No acabo de verlo claro; no es que me oponga frontalmente, pero no acabo de verlo claro. Por ese agujero puede perfectamente colarse la censura, aparte de que está indisimuladamente optimizado para motorizar a las sociedades de gestión de derechos económicos de autor, que ya sabemos de qué pie calzan.
Por otro lado, en todo este tinglado de control no veo jueces por ninguna parte. ¡Oh, claro, como última instancia de recurso, cuando el mal ya está hecho!
Finalmente, resulta asimismo muy sospechoso que las grandes compañías hayan agachado servilmente la testuz sin protestas estentóreas (¿dónde está aquel Google que sacó sus Noticias de España y otros países de Europa?). Eso es que la labor lobbística de zapa ha producido resultados satisfactorios.
Veremos cómo funciona eso, pero tengo serias dudas porque, para acabarlo de arreglar, el tema cuelga de la lenta, achacosa y desesperante burocracia europea, por más que se hayan sacado de la manga procedimientos de urgencia.
En general es un buen paso. Pero preocupante eso del tratamiento de la «desinformación». Que es eso exactamente? Donde se marca una linea? Necesitamos un Ministerio de la Verdad o que?
Consideremos estos puntos
– Las personas «estudiosas» del OVNI ha sido siempre consideradas al nivel del los terraplanistas en cuanto a lo delirantes. Ahora sin embargo hay una comisión en EEUU donde se trata de dilucidar si existe un programa de observación y recuperación de muestras.
– Vacunas contra el COVID. Decir que el beneficio para personas jóvenes y sanas era marginal y que ellas no prevenían el contagio significaba ser baneado de cualquier red social e incluso sufrir sanciones en el mundo real. Sin embargo todo eso (que ya se sabia) se ha comprobado con el tiempo.
Hay que tener mucho cuidado con creer que la verdad es una sola. Los únicos que creen en eso son los fanáticos religiosos.
Y loe políticos
Gorki, no fastidies.
Los políticos no creen necesariamente que haya una verdad única, sino más bien la que a ellos más les beneficia y entonces la venderán como única y beneficiosa para todos.
Es diferente cuando se es consciente de que no hay una única opción “pero sí voy a actuar como tal”.
Es ridículo hablar de “los políticos” como si fueran una entidad homogénea. Lo único que demuestra es la fuerza que tiene la capacidad de manipulación del discurso que trata de deslegitimar las instituciones y a las personas que trabajan en ellas o las dirigen. Es decir, deslegitimar el poder que emana del pueblo, deslegitimar la democracia en última instancia.
Y cualquier independentista, que estarán mejor en la jaujalandia prometida antes que en la jaulalandia actual
A los independistas los meto en el mismo saco que a los políticos. Cualquiera que tenga la VERDAD y opine que quien no piense como ellos, o es tonto o malvado. Desea que exista el Ministerio de la Verdad, (Siempre que el ministro sea de los suyos).
Corred chicos…. hay que invadir Polonia de nuevo… no tardeis… XDDD
El problema como siempre es quién regulará a los reguladores. Estoy viendo estes días una sátira sobre el Parlamento Europeo (Filmin), que, como pasa con Hollywood, puede tener mucha nata, pero debajo siempre quedan las fresas que saborear.
Es la ley de las mafias, sean ilegales o legales.
Ya se que esto es internacional, pero el inglés entiendo que lo usas en medium
Asi que…
Ley de Servicios Digitales
PS: Tu escribes lo que teda la gana, y nosotros opinamos del mismo modo
Donde quedan aquellos lamentos sobre la hiper regulación europea causante de su retraso tecnologico….ay, ay, ay.