Un estudio de Deloitte, «2023 Digital Media Trends» , establece que los videojuegos y los contenidos creados por los usuarios (UGC) se han convertido ya en la principal forma de entretenimiento, adelantando a la televisión convencional y a las series y películas en servicios como Netflix y similares (VOD).
La tendencia es mucho más representativa en los segmentos más jóvenes, pero manifiesta una dinámica creciente: la idea de la familia reunida delante de la televisión, que creíamos sería sustituida por una imagen similar pero congregada en torno a series y películas de Netflix y otros proveedores, se desvanece, y es sustituida por un modelo de entretenimiento en el que la protagonista más habitual es una pantalla mucho más pequeña: la del smartphone, que se posiciona incluso por delante de las consolas. Entender ahora las campañas de algunas televisiones que se empeñan en que «levantemos la cabeza» es cada vez más sencillo: les están comiendo completamente la tostada.
Los servicios de VOD se convierten en los grandes protagonistas, pero por un atributo negativo: el de un creciente churn, la tendencia a cancelar sus suscripciones. Una generación que parecía ser la más aficionada al consumo de este tipo de contenidos, se ha frustrado debido a la fragmentación y a la necesidad de pagar por múltiples suscripciones en una economía recesiva, y se dedican a cancelarlas constantemente, volviendo a establecerlas únicamente cuando hay una oferta gratuita o cuando se estrena alguna serie que quieren ver. El resto del tiempo, consumen fundamentalmente vídeos en YouTube, en TikTok y en otras redes, que afirman les proporciona una sensación de conexión con otros, o bien se dedican a jugar a videojuegos, una industria que se ha convertido en cada vez más importante y en la que China está aumentando cada vez más su protagonismo.
Los videojuegos, en cualquier caso, responden a cada vez menos tópicos: son jugados también por un creciente porcentaje de personas de edad más avanzada, y en su vertiente de juegos violentos, se alejan también de la acusación de fomentar comportamientos violentos, una hipótesis que ya solo mantienen idiotas como Donald Trump.
Para las compañías de VOD, un claro mensaje de preocupación: Netflix anunció hace ya algún tiempo que pretendía entrar en el negocio de los videojuegos, pero esa entrada, al menos por el momento, ha sido sumamente tímida, y se enfrenta a compañías enormemente potentes. Por otro lado, la propia industria de los videojuegos se enfrenta a cambios muy importantes debido a la irrupción de las herramientas generativas, que permiten construir escenarios y tramas de manera cada vez más sencilla y con resultados cada vez mejores.
La otra parte del consumo, la de los contenidos generados por los usuarios en redes sociales, se encuentra también en completa redefinición: restricciones, prohibiciones o cambios de hábitos en un entorno que obviamente está aquí para quedarse, pero algunas de cuyas premisas, como la necesidad de pagar por el consumo con nuestros datos personales, podría experimentar una fuerte revisión.
Nací en una época en la que la televisión dominaba absolutamente el ocio, y en la que se nos decía constantemente que veíamos demasiada televisión y que eso era algo malísimo, nocivo, peligroso. Crecimos delante de la televisión… y no nos pasó nada. Sobrevivimos perfectamente a aquello. Ahora, simplemente, el ciclo se repite.
This article is also available in English on my Medium page, «So now we’re watching content on our smartphones: plus ça change»
1700 Libros = Individual, el que supiera leer, en silencio
1900 Periódico = Individual (el papá normalmente), en silencio
1930 Radio = Familia y amigos, en silencio
1950 TV = Familia, con ruido
2010 Netflix = Individual, en casa
2020 Móvil = Individual, con aislamiento acústico en todas partes
Vamos, hemos hecho el ciclo completo. Seguramente para 2050 haremos algo conjunto en algún metaverso.
Yo no lo veo ni bueno ni malo, es simplemente lo que hay. ¿Desearía otro modelo? Pues sí.
El día que tenga hijos aprenderán a leer y escribir antes que a teclear, pero es responsabilidad mía enseñarles, no del sistema.
Más me costará educar a otros padres y otros niños a que no les dejen a los míos sus pantallitas.
Y en cuanto sepan leer, sabrán teclear. Y les enseñaré en Linux. Futuro asegurado. Los demás niños en Android y juegos jamás superarán a los míos
Ahora cuéntame como puedo recibir una sensación de estar jugando en streaming un juego 3D con todas las derivadas (4K, latencia, …) sin tener al otro lado un servidor dedicado a mi solo.
En otras palabras de lo que estamos hablando es de implantar granjas de servidores con dedicación casi exclusiva a cada usuario. Esto no es un cast para todo el mundo, sírvame la comparación es tener «una fulana» para cada gamer….
… y eso es caro.
O tener una descarga para cada gamer en su disco duro, y eso es temporal. Lo descargas ahora y te cobran como si tuvieras el DVD para ti, pero no lo tienes.
Que es lo más parecido a lo que el mercado propone? Los fumaderos de opio de la china pre comunista.
Primer paso al metaverso para tarados… no va más… la banca gana
De la caja tonta al videojuego tonto pasando por una IA que responde o escribe por ti cualquier cosa sin que tu sepas nada.
De aquí a poco va a ser mas interesante conversar con una lechuga que con un humano.
Pues yo, a diferencia de otros comentaristas siento no ser tan relativista y si que lo veo malo.
Que el prinicpal entretenimiento de la gente consista en ver bailes y estupideces enTiktok y gilipolleces en Youtube a mí me parece tragico. Y esta estupidización de la sociedad está muy relacionada y no se puede separar de otras cosas habitualmente criticadas por Enrique como el auge de los bulos y fake news que la gente se traga como caramelos, el negacionismo y el ascenso de «idiotas como Donald Trump» y sus émulos.
Coincido 100%
Como bien dice Enrique, la historia se repite. Cuando nosotros eramos pequeños, ver más de una hora al día la Tele era catastrófico….
Pero no deja de ser cierto que ahora los jóvenes hasta pierden sueño enganchados a su smartphone, y por el estilo de vida que llevamos, se están supliendo las amistades y reuniones presenciales por la interacción virtual.
Teniendo en cuenta el rápido avance de los ChatBots, no me extrañaría que acabasemos relacionandonos la mayor parte del tiempo con una IA, como en la película HER.
No quiero sonar a viejo, como cuando nos decían que «más de una hora de tele al dia era malo», pero realmente no estamos llevando el tema a un extremo de aislamiento peligroso?
Supongo, que algunos hemos tenido la suerte de estar cerca “de campo”, en mi caso, en el mismo limite de BCN (20mts detrás de casa de mis padres estaba la “frontera” y empezaba la montaña).
Nuestro entretenimiento era ir con nuestros perros y hacernos cabañas (cutres), asar patatas, coger higos, pegar tiros imaginarios a enemigos, igualmente imaginarios, coger las bicis e irnos de excursión a localidades cercanas con la merienda en una mochila… de TV, la verdad más bien poca, quizás El Show de la Pantera Rosa o Mazinger Z, antes de la película los sábados por la tarde… antes de “nuestras aventuras”… entre semana tocaba mas ir a la biblioteca a hacer deberes (que teniendo el kiosko de las chuches y el parque delante… pues aprovechábamos) y la panda no éramos pocos… unos 9/10.
Socializar, creo que hasta demasiado… de ahí las primeras novias… (y sin Tinder) XDD
Y no, nuestros padres no nos ponian limites a la TV.
(a lo de irnos «lejos», si)
Personalmente casi nunca veo la tele y eso sólo porque la pone mi mujer. Mis hijos, en el tiempo que les dejamos usar pantallas, prefieren ver series de dibujos en alguna plataforma o jugar a videojuegos. En cualquier caso estamos pendientes de lo que ven.
Llevo jugando en ordenador desde que en los 80 un Spectrum se cruzó en mi camino. Le he echado horas a los juegos que de verdad lo merecían y el dispositivo nulo a demasiada bazofia.
No te basta programar, tienes que saber «contar la historia» de modo que enganche al jugador, aunque sepa que va a acabar muerto con los Space Invaders.
La tele cada vez la vemos menos, solo las 4 series que nos gustan o cuando hay un hueco demasiado corto para poner algo de nuestros gustos
Niño deja de hacer eso o acabarás ciego… Pues prefiero ser Daredevil a un zombie botador de Ayuso (la falta ortográfica es intencionada)
Para que carajo quieres lahuevaservidores? Tu i5 o Ryzen de hoy es mucho más potente que los primeros servidores de Battle.net.
No confundas que te salpique la sangre con que el juego sea entretenido. Tengo 4 joyitas programadas intencionadamente en pixel gordo esperando que me jubile y pueda romper mi primer Gamepad
Los gustos han cambiado, y la tecnología ahora permiten acceder a contenido del interés del espectador bajo demanda. Antes te tenías que conformar con «lo que pusiese la tele».
Creo que está tendencia irá en aumento y la TV actual tal como la conocemos tenderá a desaparecer.
Hace años que deje de ver la televisión, la culpa la tuvo el telemando, Me volví un maniático compulsivo con el telemando en la mano. Pero mis hijos crecieron y cuando ellos pescaban el telemando eran igual y no hay cosa que me descomponga mas, que quedarme a medias de ver algo que me interesa. Pero como ellos hacían lo mismo que yo, me tenía que aguantar.
Así que me acostumbre a mitrar Internet en otra habitación. Hoy mis hijos se han ido de mi casa, pero la televisión duerme el sueño de los justos hasta que llega el 31 de enero y la pongo para ver caer la bola del reloj de la Puerta del Sol.
Después llego la televisión de pago, pero no me interesa el futbol y hay tanto que ver y leer en Internet, que no lo preciso, además hoy una película de hora y media no aguanto verla en casa, es un formato poco adecuado con la TV en el hogar. Quizá aguantara una serie de 20 minutos, pero no me ofrecen suficiente atractivo como para suscribirme.
Cierto que hay mucha mierda en Internet, y yo no soy inmune en ella, Por ejemplo los videos cortos, no de Tik Tok, pero si de Facebook y de Youtube, a veces me enganchan y veo una veintena uno detrás de otro, pero también hay cosas super interesantes en Youtube, que tiene mucho mas calidad que lo que ofrece TV, (puedo poner ejemplos). Y no solo esta Youtube, por ejemplo oigo programas de radio fuera de su hora normal de emisión, leo noticias en todo tipo de periódicos digitales como El Economista y The Conversatión y muchos extranjeros , pero no porque yo sea un «snob», que no lo soy, sino porque los nacionales normales, El Pais, ABC, el Mundo, La Vanguardia,… pretenden que me suscriba, cosa a la que no estoy dispuesto.
En cuanto a videojuegos, tengo suficiente con los solitarios de cartas de Windows y alguna vez pienso volver a jugar Civilization, que me enganchó en su momento, pero luego no lo hago porque curiosamente no tengo tiempo para eso. Por otra parte, no tengo grandes reflejos, razón por a cual la mayoría de los videojuegos no son aptos para mi.
Tengo 80 años y ni yo, ni mi mujer, ni mis amigos ni sus parejas, nos venos reflejados en esos, tópicos ancianos torpes con las TIC, por la sencilla razón de que cuando nos jubilamos, hace unos 15 años, ya llevába todo el entorno de amigos y amigas, trabajando delante de un ordenador unos 20 años, por tanto no es algo que nos cogiera de nuevas. No dudo que hay ancianos que por su actividad laboral, por ejemplo si han sido zapateros, o mecánicos chapistas, no han tenido contacto con el ordenador y hoy no sepan utilizarlos, pero supongo que hoy pasará lo mismo y que quizá un taxista de 40 años le abrume chapGPT. Yo creo que la destreza con el ordenador procede mas de lo que le utilices en u tu trabajo que de la edad que tengas.
Desde 2014 esto es así. Nada nuevo bajo el sol.
Hace unos años , hablando con un «guru» tecnológico, le comentaba que no entendía como los jovenes podían pasar horas viendo , partidas de juegos (sin jugar), videos de baile (sin bailar), etc, etc , me preguntó si creía que la gente «adulta» que veía deportes por la tele como el futbol, tenis, etc ¿practicaban con el mismo empeño esos deportes?
Por no hablar, de telenovelas, etc.
La verdad, a mí nunca me ha interesado la tele (ninguna tele) más allá de aquellos discursos doctorales que nos propinaba sobre ella Manuel Jiménez de Parga en sus clases de Derecho Político (que se llamaba entonces). Quizá de niño, de muy niño, me gustaron Rin-Tin-Tín o los payasos de la tele, que entonces eran Boliche y Chapinete. Anda que no ha llovido (desde ambas cosas).
Por lo demás, pese a que la digitalización empezara en los años 80 y yo me apuntara a ella con entusiasmo, nunca he dejado el libro (la experiencia lectora, mejor expresado para el caso) tanto en papel como electrónico. El cine, muy raramente (más allá de algunas tardes autoabandonado en un cine de reestreno -dos pelis- sin importar demasiado lo que echaran, lo que no impidió que viera películas de culto) sobre lo que también ha llovido.
A mediados de los 90 me interesó -y mucho- la simulación aérea, pero, con el tiempo, pasaron dos cosas: primero, que me exigía un tiempo del que no disponía y, segundo, que me pasé al software libre que, en sus comienzos no tenía nada parecido al Flight Simulator (sí: Flight Gear, que dejémoslo correr); después apareció X-Plane, que no era libre pero corría con Linux y ése sí que estaba a la altura, pero yo ya había cambiado de target mental.
Ahora, ya jubilado, me he planteado más de una vez volver a la simulación de vuelo, pero la progresiva extensión de mi largamente antigua afición a la fotografía y mis clases en la UNED -como alumno de cursos Senior- hacen que la lista de espera de libros pendientes de leer no sólo no baje, sino que se incremente, pese a que dedico a la lectura entre tres y cuatro horas diarias.
¿El televisor? Es un aparato smart que tiene ocho años, al que mi hija ha clavado un chromecast para ver cosas desde su móvil o tableta o para ver series de Netflix. Funciona apenas una hora diaria porque, a la postre, ella prefiere verlas en la tableta desde la cama, en su cuarto. Y ahí está el trasto muerto de risa porque, encima, no nos van a nadie en casa ni las chafarderías ni los deportes.
Una vida, en este aspecto, y por lo que veo, muy paralela a la de Gorki. A veces me pregunto si somos de otra generación, de otro mundo o, más probablemente, de otro universo mental.