Cada vez son más las ciudades que como París, Bogotá, Milán o San Francisco, entre muchas otras, aprovechan las restricciones de tráfico y los cambios que generó la pandemia para llevar a cabo drásticas remodelaciones de sus centros urbanos, siempre en el mismo sentido: sustituir espacios previamente dedicados al automóvil por otros dedicados a los peatones, con un incremento muy fuerte además del transporte público en diversos formatos y de la micromovilidad.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, reelegida en parte gracias a su modelo de «la ciudad de los 15 minutos«, está llevando a cabo la que posiblemente sea la mayor transformación de la ciudad en toda su historia, con una fuerte reducción del número de vehículos debida a una política de palo y zanahoria: peatonalización de cada vez más zonas, que convierte la alternativa de moverse en coche en un infierno, y fomento tanto del transporte público como de la micromovilidad. El gobierno ofrece hasta cuatro mil euros a quienes sustituyan un vehículo de combustión por una bicicleta eléctrica, uno de los vehículos, junto con los scooters y motocicletas eléctricas y, en otros países, los rickshaws eléctricos (una flota de ya más de 275 millones de vehículos), que más están creciendo en su adopción.
Más de 180 kilómetros de carriles bici, 180,000 plazas de aparcamiento para bicicletas, calles céntricas reducidas a un carril para automóviles, y zonas enteras cerradas al tráfico rodado están consiguiendo una verdadera transformación de la ciudad, acompañada de un plan para plantar 170,000 nuevos árboles en 2026 en una ciudad que, de por sí, tenía ya bastantes jardines, parques y zonas verdes como tales.
Otras ciudades, como Bogotá o Milán, han seguido modelos similares: consolidación de carriles bici, zonas cerradas al tráfico de automóviles de manera permanente o temporal, flotas de bicicletas de fácil uso, y cada vez más zonas peatonales, en las que, contrariamente a lo que algunos parecían pensar, el comercio florece como nunca lo había hecho antes. En San Francisco, el programa Slow Streets habilita más de treinta calles importantes para hacerlas compatibles con el tráfico peatonal y de micromovilidad, situando barreras que limitan el paso a todo vehículo que no sea de residentes o transporte público.
Una tendencia cada vez más importante: eliminar espacios para los automóviles, abandonando décadas o siglos de una cultura automóvil-céntrica que nos llevaba a calificar a una calle cortada para el tráfico rodado como «calle cortada», cuando en la práctica, era precisamente una calle «abierta para el uso de las personas». Ciudades más concurridas, con más tráfico de personas, con esquemas de transporte público flexible que las conectan con sus suburbios, y sobre todo, con más vida, más saludables en todos los sentidos. El crecimiento del trabajo distribuido y la flexibilización de los horarios de trabajo en muchas compañías como tendencia general colabora también a este tipo de tendencias, y las dota de mayor viabilidad práctica.
Toca ahora a los habitantes de las ciudades demandar cada vez más transformaciones en este sentido, abandonando mentalidades inmovilistas y entendiendo que este cambio solamente puede avanzar en una sola dirección. Cuanto antes lo entendamos, mucho mejor para todos.
This article is also available in English on my Medium page, «Pedestrian spaces, micromobility and public transportation: an urban revolution is underway around the world»
abandonando mentalidades inmovilistas y entendiendo entendiendo que este cambio solamente puede avanzar en una sola dirección.
¡¡¡ Que quede claro !!!. Pienso así y no pienso cambiar., Sólo los inmovilitas admiten que puede haber otras soluciones.
A ver si llega pronto a Madrid.
O si nos ponemos de acuerdo todos, como país, e intentamos descentralizar un poquito la economía, para que dejen de llegar más y más personas, año tras año, a las grandes ciudades, que se están convirtiendo en invivibles (con el salario medio).
La derecha nunca ha sido muy partidaria de lo uno, Ayuso siempre a puesto en valor los atascos como patrimonio de la ciudad de Madrid y de lo otro, nunca les he visto muy partidarios de descentralizar. Y la inflación va a rematar a toda la izda. Así que ves olvidándote.
Desgraciadamente las ventajas de vivir en una ciudad no hay forma de compensarlas con nada. Mi esperanza era el que el teletrabajo sacara la gente de loa ciudades, pero no es así, como mucho se van de una gran urbe a vivir en una ciudad mediana, como puede ser Segovia, pero, (casi), nadie que ha vivido en una gran ciudad, quiere vivir en un pueblos de menos de 15.000 habitantes.
Me vale. Con que haya alternativas a Madrid / Barcelona, me vale. Qué vuelva a crecer León, Santander, Coruña o Soria, qué maravilla. Que vuelvan a tener oportunidades y no tengan q irse como tantos (Enrique, gallego, o yo, de Cantabria).
Y que paren de crecer las grandes ciudades. Y seamos un poco más como Alemania, en vez de Inglaterra o Francia.
Bueno… pues… Greta… ya tal…
Greta Thunberg sorprende al pedir que no se cierren las centrales nucleares en Alemania
Dicen que un loco es aquel que mediante las mismas acciones espera resultados diferentes.
Esto me demuestra que es bastante racional.
No sé a qué se refiere usted exactamente. O yo no me explico o no lo hace usted.
Mi critica (si se la puede llamar así) viene por algo que ya tiene tiempo…
Sin “meterme” con la persona, hay una cosa bien clara y que no pocas veces se ha hablado en estas líneas… “a que estamos dispuestos a renunciar”.
Ya hubo un comentarista que hablo del tejido de las bragas de la Greta o de la goma de sus trencitas… derivados ambos del petróleo… que la niña quiso atravesar el Atlántico en un velero? No me joda… yo también. La diferencia, es que mis padres no son millonetis y no hacen dineros a mi costa… pero eso ya seria meterse en otro berenjenal y tampoco se trata de cebarse en la niña (no tan niña a día de hoy)
El dilema, bien presentado, son todas esas ciudades, que están peleando entre ellas, a ver cual es la mas “in”, a ver quien hacer la “atrocidad” porque hay que llamarlo por su nombre, mas bestia en pos de ese “eco-tocame las pelotas verde”…
Que si, que tenemos un problema de cambio climático… que sí, que tenemos que tomar medidas, que sí, que convertir las ciudades en ejes verdes, es una parte de ello…
El problema? Empezar la casa por el tejado.
No puedes pretender una ciudad así, solo prohibiendo la circulación de vehículos, sino das una alternativa eficiente y económica al mismo. Y ahí esta el problema… en su “carrera” de ser los primeros, se hacen cosas como la eliminación de carriles (que no hace que se deje los vehículos en casa, solo se congestiona y se contamina mas aun), las super-islas, que lo único que consiguen es que cuatro manzanas tengan un centro “verde” pero toda la contaminación se concentre en las calles adyacentes con mediciones cada vez mas elevadas, etc…
Si se quiere eliminar la circulación del vehículo de combustión, hay que ofrecer una alternativa viable (y económica).
La Greta nos ha dicho una evidencia, que a algunos les duele, pero no deja de ser cierta… mientras no se consiga la misma potencia/entrega con energía alternativa, mucho mejor seguir tirando de la nuclear, a todas luces, aunque fastidie, mas limpia y eficiente.
Entonces soy la excepcion.
Despues de dos decadas en una gran ciudad me he ido a un pueblo de poco menos de 15.000 habitantes, con todos los servicios de una ciudad , y ninguno de sus inconvenientes.
La única ventaja que puede tener una ciudad grande es que trabajes presencialmente en dicha ciudad grande y te evites desplazamientos.
Ni una sola ventaja mas.
Cuando quiero visitar la ciudad grande para algun evento o visita especial propio de las ciudades grandes me voy tranquilamente y me vuelvo, y ya vengo estresao con solo una tarde.
Ni muerto, vamos.
Precisamente hoy se hablaba en un programa de radio acerca de en qué se habían convertido las ciudades españolas después de la pandemia. Y todos hablaban de la invasión de terrazas en lo que antes era utilizado por los peatones (aceras, calles peatonales …)
En Madrid las nuevas terrazas se han puesto en plazas de aparcamiento, las otras ya existían de antes, y como las terrazas, las ocupan peatones, hemos de admitir que la invasión es de peatones en espacios antes reservados a los coches.
Tampoco creo que una terraza en una calle peatonal no se ponga al servicio de los peatones. La gente no llega a ellas en paracaídas, sino andando.
No sólo se pusieron en las plazas de aparcamiento, también se amplíaron las que ya tenían. Si por el centro de Madrid pasase cualquier inspector de consumo creo que el 80% de las terrazas tendrían más elementos de los permitidos. Y el tema de las terrazas a parte de la ocupación de espacio público a un precio irrisorio son las molestias al vecindario
Lo cómico de esto es que lo están promoviendo y dirigiendo, personas que utilizan un coche oficial y/o que viven en urbas megapijas a 30km del centro de la ciudad.
Pues si, estoy de acuerdo con la entrada, es muy bonito todo. Yo deseo también la paz mundial.
Pues lo que pasa en otras ciudades es que los usuarios de vehículos a motor hacen sus compras y pasan sus momentos de ocio en zonas alejadas del centro de las ciudades con centros comerciales, espacios deportivos, de entretenimiento, etc.
A muchos ya no le merece la pena desplazarse al centro de la ciudad, ni a comprar, ni para vivir, se queda como un reducto para funcionarios y ejecutivos, con su cafetería para media mañana y su restaurante que le basta con abrir al mediodía de lunes a viernes.
Si las alternativas de hostelería, deporte y moda se desplazan al extrarradio, si se dificulta el desplazamiento hasta hacer disuasorio el visitar o recibir visitas de amigos o familiares en zonas céntricas, ¿qué interés puede tener ir al centro o vivir en él?
Algunas ciudades van camino de convertirse en un donut, con un agujero vacío en el centro carente de interés.
Me has retratado, Si tengo la posibilidad de encontrar los mismo en la periferia de Madrid que en el centro, elijo ir a la periferia, O resuelvo las cosas en mi barrio, o las resuelvo en la periferia. Al centro solo voy cundo no queda mas remedio, porque hay algo que no puedo hacer en otra parte.
Sin embargo, el centro de Madrid no esta vacío, se ha gentrificado. Se han ido las familias, para ser sustituidos por pisos compartidos y apartamentos, para «singles», o alquilados por AirBnb a turistas, nacionales o extranjeros.
Hoy en le centro, (casi), no hay mas que restaurantes de «paela» para turistas extranjeros, fast food para turistas nacionales y restaurantes veganos para los residentes «singles» cuarentones que caracterizan la población madrileña del centro. Pero no hay el «donut» que tu indicas, incluso los barrios populares del centro, Malasaña, Lavapies, Atocha,… se han revalorizado y son muy buscados.
Totalmente. Justicia, en Madrid, se ha convertido en una zona ultra-gentrificada en donde un alquiler o una compra te puede dejar sin ojo en la cara, pero vives en un barrio agradabilísimo, clasificado como uno de los mejores del mundo. No vive cualquiera, pero el que vive, vive muy bien y muy a gusto…
Para cuando ocurra, ya dará igual. En la ciudad no quedará nadie por el precio del alquiler. Eso sí, habremos invertido todas esa pasta para que la disfruten los guiris del airbnb: «beautiful!, but…where are the locals?»
Patinetes, patinetes por todas partes.
Me gustaría que tuvieran una IA (como pasa en Japón con los coches de alquiler temporal), que se auto pilotaran solos, y que volvieran a sus estaciones base después del uso. Y no quedarán desperdigados por todas las esquinas.
«Pedestrianización». Toma ya.
Las ciudades están cambiando, eso es muy cierto, pero estos cambios se están haciendo sin la adecuada planificación a largo plazo. Dos son los problemas que sustentan esto:
Primeramente por la falta de visión de la ciudad del futuro de sus lideres, sobre todo de como ha de ser su ciudad, y posteriormente por la falta de una planificación a largo plazo para conseguir llevar a cabo esa visión.
Cada ciudad debe de tener obligatoriamente su PGOM (Plan General de Ordenación Municipal) o PXOM si es gallega.
Todas lo tienen, pero este PGOM fue elaborado bajo otras viejas circunstancias y con una previsión de futuro que nada tiene que ver con lo acontecido posteriormente, y la mayoría de ellos no han sido revisados recientemente y están obsoletos.
La planificación de como ha de ser una ciudad en 2050 debe de hacerse ahora, para poder adecuarla y construirla para esa nueva meta, pero no se hace porque entre otras cosas no se sabe por ejemplo cuantos coches han de soportar la ciudad de A Coruña en ese año. No se sabe si el parque automovilístico de esa época será el 20, el 30, o el 50% del parque actual. Sin esa premisa, ¿como se pueden planificar las nuevas calzadas por las que han de circular los vehículos que nos transporten, sean los que sean? Parece difícil. Es que ni siquiera sabemos lo que queremos, o lo que tendremos.
Enrique Dans ya tiene un coche eléctrico. Yo aún no. Y mucha gente está esperando ver hacia donde van las cosas para decidir sobre su movilidad.
Todas estas dudas están afectando a los cambios de las ciudades, y retrasando la toma de decisiones. Un PGOM no se aprueba en una semana, Lleva años sacarlo adelante, y sin estos planes de ordenación es imposible actuar, pues terminan siendo cerrojos al progreso por lo que obligan, cuando no van con los tiempos, en vez de ser correas de transmisión de la sostenibilidad de la ciudad moderna cuando sintonizan con el futuro.
Por lo menos algo bueno nos ha traído la pandemia. Una oportunidad para promover la sostenibilidad y ayudar a abordar la crisis climática.