Un artículo en Nikkei Asia, posteriormente desmentido por Nikon, anuncia el fin del desarrollo de nuevos modelos de cámaras DSLR o réflex por parte de la compañía, que serían sustituidas por las llamadas cámaras mirrorless sin espejo.
Según Nikon, que ha publicado un desmentido, el artículo es «simplemente especulativo» y no corresponde a ningún anuncio oficial hecho por la compañía, que continuará la producción, venta y servicio de sus cámaras SLR, pero es evidente que cuando se filtran este tipo de noticias, alguna base tienen.
Estamos, aparentemente, ante el fin de una tecnología, la de la cámara réflex, que ha sido la reina de la fotografía durante prácticamente cien años. En una cámara réflex, el visor y el objetivo acceden exactamente a la misma imagen con visión óptica directa, lo que elimina la necesidad de la corrección del paralaje que se requería cuando el visor y el objetivo utilizaban ópticas diferentes, pero un espejo y un pentaprisma permiten visualizar la imagen antes de que, al presionar el botón, se retiren mediante un resorte extremadamente rápido y se dispare el obturador. Ese mecanismo, que además tiene necesariamente que ser muy robusto para resistir decenas o cientos de miles de disparos de la cámara (muchos más desde la popularización de la fotografía digital), está condicionado por la medida del espejo y por el espacio necesario para su rotación, lo que hace que las cámaras réflex tiendan a ser grandes y a hacer un sonido mecánico característico.
En las cámaras mirrorless, en cambio, la luz es tomada directamente de la lente al sensor, y ofrecen al usuario un visor electrónico a menudo situado en una pantalla trasera de gran tamaño. Esto permite un diseño de cuerpo de cámara mucho más compacto, además de funcionalidades como el reconocimiento avanzado de personas mediante machine learning y otras funciones de video o de enfoque mejoradas. A cambio, las cámaras mirrorless tienden a tener menor duración de batería, en parte debido a la dificultad de acomodar una batería grande en un cuerpo de cámara de menores dimensiones, pero también debido al uso intensivo de visores electrónicos más grandes, que tienden a consumir más energía. Es habitual que una cámara mirrorless sea capaz de tomar la mitad o menos de fotografías por ciclo de batería que una cámara réflex. Por otro lado, una cámara mirrorless tarda entre uno y dos segundos en encenderse, frente a una réflex que está lista para disparar de manera inmediata.
Con todo, la llegada de las cámaras mirrorless ha seguido el clásico proceso de difusión tecnológica que ocurre en muchas industrias: los primeros prototipos, creados por compañías como Epson o Leica, fueron comercializados en 2004, para un mercado en caída libre debido a la cada vez mayor popularización de los smartphones con cámaras cada vez más potentes. Mientras el mercado de cámaras descendía, una compañía, Sony, se convirtió, a partir de la comercialización de la serie NEX en 2010, en la primera en lograr un éxito comercial asociado con la nueva tecnología, lo que le ha permitido llegar a convertirse en la compañía líder por número de unidades vendidas en ese segmento.
Cuando marcas como Canon o Nikon entraron en el segmento, se encontraron con que Sony había aprovechado muy bien y de manera muy agresiva su oportunidad y reinaba cómodamente en él, y con que todo un segmento de profesionales antes claramente de «religión» nikonista o canonista comenzaban a preferir estas nuevas cámaras. El resultado ha sido que, a partir del lanzamiento de sus primeros modelos full frame en 2018, Nikon y Canon han tenido que esforzarse para lograr competir con Sony y su ventaja en el segmento mirrorless.
Eliminar el mecanismo réflex permite no solo reducir sensiblemente el tamaño de las cámaras, sino además, dotarlas de una simplicidad mecánica mucho menor, lo que redunda en una mayor durabilidad y muchas menos averías. Durante estos años de transición, he llegado incluso a ver fotógrafos profesionales utilizar cámaras mirrorless con empuñaduras especiales destinadas, fundamentalmente, a hacerlas más grandes, porque sentían las nuevas cámaras «demasiado pequeñas», y a acomodar algo más de batería adicional. Tecnológicamente, hay pocas dudas sobre cuál es el futuro de las cámaras, aunque siga habiendo, como ocurre en toda transición tecnológica, numerosos nostálgicos del mecanismo réflex.
Las ventas de cámaras se han reducido de forma drástica a lo largo de los últimos años, con una caída que va desde los 11.67 millones de unidades vendidas en 2017 hasta los 5.34 millones del pasado año 2021. Esta caída obliga a muchas compañías a concentrarse en los modelos más rentables, con las cámaras mirrorless ganando en este sentido debido a su mayor simplicidad de fabricación y mucho menor complejidad mecánica. En el caso de Nikon, se calcula que la empresa genera aproximadamente la mitad de sus beneficios gracias a las cámaras mirrorless, mientras que las réflex tradicionales representan en torno a un tercio y siguen una trayectoria claramente descendente.
Seguiremos viendo cámaras réflex todavía durante bastante tiempo. Pero claramente, tras la revolución que supuso la fotografía digital, nos encontramos ahora con la transición a cámaras mirrorless y con el progresivo abandono de las réflex, mientras buena parte del mercado no profesional se limita, en cambio, a prescindir directamente de la cámara y opta por utilizar el smartphone que lleva a todas horas en el bolsillo. Sin duda, una evolución interesante.
This article is also available in English on my Medium page, «Farewell to the DSLR camera«
Hoy solo los muy buenos aficionados y utilizan cámaras de calidad, (foto digital, por supuesto). La mitad de las cámaras y objetivos de calidad, reflex o mirrorless, se utilizan para hacer cine de bajo presupuesto y las de baja calidad, ya no se fabrican, sustituidas por el smartphone que todos tenemos.
A mí me parece que vamos tener una Tesla «mirrorelonless» en menor plazo que Nikon.
Pero igual me estoy adelantando un poco.(nope)
(Es la mejora de calidad del sensor electrónico del visor y el obturador electrónico lo que está popularizando las camaras mirrorless. La empuñadura grande es para añadir un pack de baterías adicional y es necesaria para estabilizar el disparo en rafaga, que también ha mejorado en las mirrorless respecto a las de obturación mecánica, donde suelen ser superiores las reflex.)
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Tengo una cámara réflex con 18 años (no soy fotógrafo profesional). Y no exagero si digo que en todo este tiempo he hecho 150000 fotos con ella. Mi récord son 1200 fotos en una mañana (siempre sin ráfaga). El único problema que he tenido fue un objetivo que se me estropeó. Sobre el peso, realmente lo que pesan son los objetivos grandes.
Eso sí, cuando la cambie será por una cámara sin espejo.
Un día le pregunté a un fotógrafo profesional de cierto prestigio que marca de cámara consideraba la mejor. Su respuesta fue clara: “la que tuviese a mano para inmortalizar un momento perfecto”. Le contesté medio en broma: la de un Smartphone? Y muy serio me contestó: Hoy en día, la mayoría de veces sí…
Bueno, como titular para una entrevista en el Reader’s Digest (¿existe aun?) o en el Hola! o para epatar con una patochada, está muy bien (hablo de la primera respuesta), pero es una respuesta sin contenido alguno, pura pose
Hola Javier. Con todo el respeto y el cariño, no estoy de acuerdo con tu opinión.
Para empezar hay anécdotas para hacer titulares (no digo que la que he explicado no sirva) pero tambien las hay que son más profundas de lo que en principio parecen, y mi anécdota, modestamente, creo que también lo es.
Los últimos modelos de alta gama de móvil tienen poco que envidiar a las cámaras reflex o profesionales, al menos para los que no entendemos de fotografía. Si hablas de profesionales que tienen que trabajar en ambientes en los que incluso se controla la luz, el maquillaje de la persona a fotografiar, etc, puedo estar de acuerdo contigo.
Pero para las fotos ocasionales familiares, de viaje, en la que tu hijo pequeño come un helado y se mancha de arriba abajo, con una cámara de un iphone (o android) de alta gama hay más que suficiente. Y desde la aparición de la «computational photography» creo que todavía es más cierto lo que digo.
Por tus respuestas debes ser un buen aficionado o incluso profesional de la fotografía, por lo que no te incluyo en «este experimento social». Pero estoy seguro de que algunas de las fotos que he hecho con mi iPhone 12pro, si hacemos «este experimento social» y se las enseño al 99% del público le parecerían igual de buenas que las hechas con una Leica. O quizás mejores, pues muchas las tomas en momentos fotográficamente ideales en las que por llevar el móvil las puedes hacer, cosa que con la Leica, si no la llevas a cuestas, no puedes.
Que hace de una fotografía una buena fotografía? Pues como ya he dicho, no soy para nada experto. Pero por los concursos y los premios, a dia de hoy, importa más el tema y la situación fotografiada que la calidad/luminosidad u óptica utilizada, pues creo (puedo equivocarme) que en ese aspecto poco recorrido queda ya para las cámaras de alta gama.
No digo que las hechas con smartphone sean mejores, claro que no, pero Steven Sodenberg ya rodó una película entera con un iPhone. Y muchas fotos hechas con un iphone 13pro o similares Android (tomadas, por ejemplo, por un buen experto) puede que sean muy dificiles de distinguir de las hechas con una cámara reflex. Repito que para situaciones normales, como fotos en el exterior sin control de la luminosidad u otros aspectos que son necesarios en tomas o «sesiones fotográficas» totalmente profesionales.
Y a las pruebas me remito: Ya lo dice Enrique, la venta de cámaras de fotos de todo tipo están cayendo en picado. Porqué? Por la calidad que dan las de los smartphones, que además siempre llevas encima.
Un abrazo!
Como tú bien dices Chipirón, «Los últimos modelos de alta gama de móvil tienen poco que envidiar a las cámaras reflex o profesionales, al menos para los que no entendemos de fotografía», en esta afirmación por tu parte lo único cierto es «para los que no entendéis de fotografía», el mejor smartphone que pueda existir en el mercado no tiene nada que hacer con una cámara de fotos, por infinidad de características técnicas que podría enumerar y estar un buen rato (tamaño del sensor, óptica[nitidez de la lente contraste de la lente, construcción de la lente, tamaño, etc…], respuesta ante el ruido, rango dinámico, etc, etc, etc….).
Cuando tú disparas con un móvil por mucho que me digas que has pagado y por mucha resolución que las campañas de marketing anuncien en aproximadamente 7mm. se encuentra un objetivo minúsculo sin ningún tipo de grupo óptico que pueda hacer las funciones de zomm óptico, dependiendo de un zoom digital que lo único que se traduce en una mala calidad.
El tamaño de los sensores de un smartphone son tan reducidos que el ruido que captan salvo en casos de escenas con muchísima luz es brutal. Pero como te decía antes podríamos estar enumerando un sinfín de diferencias que hacen un mundo entre la fotografía con un móvil y la fotografía con una cámara por sencilla que está pueda ser. Sólo tienes que llevar una fotografía de un smartphone a un PC y verla a su tamaño real o ampliarla y si eres un crítico objetivo te darás cuenta que lo que veías en la pantalla del smartphone no tiene nada que ver en cuanto a calidad con lo que realmente es.
Evidentemente tengo que decirte que estoy de acuerdo contigo en que una buena fotografía, es aquella que transmite y que cuenta algo, que simplemente al verla veas lo que el autor quiere expresar con ella y eso a veces se puede conseguir con cualquier dispositivo, es decir compositiva mente hablando y que tenga un buen mensaje, no depende de la cámara que lleves, pero la calidad tecnica entre una cámara y un smartphone es indiscutible por muchísimo tiempo, porque está claro que para poder portar un buen sensor y para poder montar una buena lente hace falta tamaño y ese concepto es un concepto que está reñido con la tendencia de los smartphones.
Espero haber sido de ayuda con esta aclaración, un saludo
En esta materia estamos viviendo un momento de transición bastante crítico: por un lado, la pugna de las mirrorless y las réflex, que creo que se resolverá a favor de las primeras, pero que tardarán muchísimo en imponerse. ¿Por qué? Porque ya no estamos ante un consumidor medio, ante un consumidor-masa (ése se va al móvil) y el fotógrafo de fuste -profesional o aficionado- medita mucho cada compra, por regla general, ya no sólo por el coste del material nuevo sino por la duda -en casuísticas como la que nos ocupa- de si estará haciendo bien abandonando el viejo.
Hay más pugnas: mirrorless contra compactas (de gama media y alta). Ahí la cosa es más complicada de predecir: la mirrorless ofrece, desde luego, fotografías de mayor calidad, pero, a cambio, su tamaño, aunque inferior al de las réflex, sigue siendo muy grande. Yo no he encontrado ninguna mirrorless que me proporcione más comodidad que mi urbana Canon Powershot G5X que llevo siempre encima. Y la calidad de esa cámara y de sus fotos es muy, muy relevante.
Y queda el móvil, el trasto tan denostado -y, hasta hoy, con razón- por todos los fotógrafos de raza -de raza real o presunta- pero me parece que nos la vamos a tener que envainar más pronto que tarde. El acuerdo entre Xiaomi y nada menos que Leica ha dado lugar a la Xiaomi 12, que marcará un antes y un después, y el después va a ser de órdago. Me parece mucho decir que el móvil matará a las cámaras fotográficas, sobre todo porque hay muchas clases de cámaras fotográficas (más allá de réflex, mirrorless o compactas) y muchísimos tipos de trabajos -sobre todo en el orden profesional- en el que no acabo de ver al móvil ni a corto ni a medio. A largo (muy largo), averigua… Pero sí que creo que un móvil en condiciones puede acabar con las compactas y que eso puede suceder dentro de relativamente poco tiempo, aunque el móvil tiene que vencer todavía algunos inconvenientes: obsolescencia (el Xiaomi 12 se va a vender en China a cerca de 1.000 euros; aquí y en los EE.UU., ya veremos y lo mismo no te dura más de tres o cuatro años), muy mala ergonomía para fotografiar…
Hay que esperar a ver cómo evolucionan las cosas. En algunos aspectos, esa evolución parece clara, pero en otros…
¿Pero el móvil no ha acabado con las compactas ya? Hace años que no veo ninguna por la calle…..
Porque entre los fotógrafos aficionados se da un cierto desprecio por las compactas y se tiende a la mirrorless. Por otra parte, hay que tener en cuenta que una compacta requiere tener -aunque sea en el armario- una más seria: la compacta no llega a todo. Yo tengo una réflex Nikon D7000 con varias ópticas que, actualmente, está constreñida a la fotografía de estudio (también de aficionado, obviamente) y al spotting (y abierta a otras posibilidades, claro: estoy hablando de usos cotidianos).
En mi opinión, hoy (mañana, será otra cosa) un móvil con buena calidad de óptica y de sensor, puede hacer un buen papel en la fotografía urbana; hoy por hoy no se iguala -para nada- a una buena compacta, pero quien ya tenga bastante con el móvil, perfecto. Yo, desde luego, no. Y, en fin, hacer un viaje bonito y fotografiar con el móvil es algo que contemplo con franco horror. Ahora bien: viendo cómo fotografía la mayoría de la gente, creo que, efectivamente, esa mayoría ya tiene suficiente con el móvil. Y de sobra.
Ahí es donde va mi punto. Entiendo que gente profesional o con gran afición a la fotografía considere «horrorosas» las fotos hechas con un móvil.
Sin embargo, exceptuando gente de tu perfil con amplios conocimientos de fotografía, los móviles de ultima generación poco tienen que envidiar, en calidad fotográfica, a las compactas.
Es más, estoy seguro que mostrando fotos similares hechas con DSLR y smartphone (siempre hechas correctamente, por ejemplo por un semiprofesional como tú) al 90% de la gente no notaría la diferencia.
Y en algun caso muy concreto, creo (puede que me equivoque y lo digo con todo el respeto) hasta tú confundas una hecha con un iphone 13pro y una hecha con una Nikon reflex. Por supuesto si ambas fotos estan hechas por una persona que sabe exprimir las capacidades de ambos aparatos y en ambientes para nada exigentes a nivel de iluminación.
Que opinas, me equivoco?
Un abrazo!
Evidentísimamente: un profesional o un aficionado avanzadísimo -ojo, que yo no llego tampoco a tanto, soy medianejo y tira que te va- trincan un móvil y te pueden hacer virguerías; sobre todo si después editan sabiamente (que por ahí es por donde se hunden estrepitosamente los afoteadores compulsivos). Ya no veo tan claro que puedan confundir una fotografía hecha con un móvil a la que puede hacerse con una réflex (partiendo de la base de un fotógrafo un poco manitas en ambos casos).
Pero, mira, ya no se trata de emular con un móvil lo que se hace con una cámara avanzada: se trata de fotografiar correctamente; se trata de encuadrar decentemente, de componer mínimamente, de armonizar los distintos juegos de luces y sombras, de buscar ángulos, de… De cosas que están al alcance de cualquiera que emplee tres o cuatro horas en leer el ABC no del móvil o de la cámara, sino de la fotografía en general, no creas que hace falta mucho más. A partir de ahí, desarrollas, pero con esas tres o cuatro horas estás en condiciones de hacer fotografías que quizá no ganen concursos pero que son perfectamente correctas.
Una buena fotografía no depende de la cámara, sino de si del MENSAJE que el fotógrafo desea transmitir, si consigue traspasar el MENSAJE a la foto, estaremos ante una buena fotografía.
Si no hay MENSAJE en el disparo, a lo mas que podemos aspirar es a hacer fotografías correctas.
Un móvil es muy útil para sacar fotografías al vuelo, es decir, cuando no planificas una sesión de fotografía porque evidentemente casi nadie sale de casa con su cámara de fotos pero todo el mundo sale con su móvil. Otra cosa son las sesiones planificadas. Ahí tiene sus ventajas la cámara de fotos, pero no una compacta. Nos olvidamos de lo más importante en una cámara de fotos, los objetivos. Lo más importante no es la cámara sino un buen objetivo, una gran cámara con un objetivo mediocre no saca las mismas fotos que una cámara con un buen objetivo. Y con el móvil o con una compacta estás muy limitado en ese aspecto.
Dejan de fabricar las cámaras con espejo, y se centran en las sin espejo. Pero las dos son cámaras réflex, que quiere decir, objetivos intercambiables.
No, el término «réflex» se refiere al espejo que se usa para reflejar la imagen del visor. Generalmente, tienen objetivos intercambiables porque es lógico que así sea dada la gama de usuarios a la que sirven en función de su precio medio, pero no tiene ningún sentido llamar réflex a una mirrorless, precisamente porque no tiene ningún espejo que refleje nada.
Una cámara réflex y la cámara de un móvil son dos mundos distintos.
El móvil es comodidad y que siempre lo llevamos encima.
El mundo réflex es calidad a costa de peso, volumen y planificación a la hora de elegir que necesitamos llevar para según qué cosas queremos fotografiar, no es lo mismo Fotografia macro que usar u teleobjetivo para fauna por ejemplo.
El móvil para fotografía social, paisaje es muy buena opción por lo que para la mayoría de la gente es más que siguiente.
la fotografía es luz e intentar hacer una buena foto a las tres del mediodía no hay cámara que la salve. Amanecer y atardecer, la hora mágica es el 75% de la foto.
Para un profesional un teléfono puede ser un buen complemento, muy raras veces, sustituto, pero no un reemplazo completo.
Para un aficionado… ya no hace falta decir nada, las pequeñas compactas han desaparecido.
En cuanto a la obsolescencia, no conozco el mercado Android, pero un iPhone se mantiene actualizado hasta siete años.
Y en cuanto a la ergonomía, tienes razón, gracias a dios para todo hay solución: https://es.aliexpress.com/item/4000777929234.html
Ningún aficionado -aficionado de veras- tiene una compacta como cámara única. Si tu economía no te permite más que una cámara, ésta será, evidentemente, una réflex o una mirrorless.
Pero veo que aquí se está hablando de las compactas muy a la ligera (no digo tú, sino en general). Compacta es una AGFA Photo Realishot DC5200, que la tienes en Amazon por 50 euros y compacta es una Leica T TYP 701 que se te va a los 2.000 (y si quieres una Leica de 4.000, también las hay: y de más aun). En plan medianito, tienes la mía (por ahí arriba he dicho cuál és) o su contraparte la Sony RX100 VII, ambas en el orden de los 1.000 euros. Date cuenta, pues, de que una compacta de gama media (¡media!) cuesta lo mismo que un cuerpo réflex de gama alta de aficionado.
Por supuesto, las compactitas de todo a 100 han desaparecido (si bien muchas de ellas son aún mejores que cualquier móvil de gama media) pero las de gama media y alta se siguen vendiendo, no sé si como antes, pero sí que aún tienen un buen mercado, aunque, claro, un mercado de aficionados y profesionales, o sea que no es un mercado masivo (ni lo ha sido nunca). Son raras de ver, claro que sí: aficionados y profesionales de la fotografía somos muy pocos, en relación a los aficionados a hacer fotografías, que son multitudes.
Con el inicio de la fotografía, también comenzó el noble arte del retoque, durante décadas de manera artesanal y desde hace tiempo con herramientas digitales.
Prácticamente ninguna fotografía profesional se publica sin tratamiento de postproducción, cuando ya no han sido alteradas con los efectos de la cámara en el momento de la toma, lo que contribuye a distorsionar la realidad y a crear acabados de fantasía.
Las cámaras sean del tipo que sean deben facilitar la tarea de la toma con unas prestaciones y posibilidades de regulación y configuración que se adapten al tipo de trabajo para el fotógrafo.
Pero con todo el tratamiento posterior, sin ser hesperto en el tema, creo que el resultado final va a depender más de la versión de Photoshop, de los conocimientos y habilidad del retoquista, e incluso de la calidad y calibración del monitor y la iluminación del estudio, que de usar cámara mirrorless o réflex. Siempre hablando de modelos de prestaciones y calidades parejas.
Bueno, parece que sea yo el fotógrafo oficial de la casa y doctorado en el tema. Nada más lejos de eso: lo que pasa es que habéis pinchado en mi afición de toda la vida pero que había podido practicar poco y que desde que me jubilé hace un año disfruto a tope, pero tope, tope, tope…
A ver, Aitor: la postproducción fotográfica ha existido siempre, desde la noche de los tiempos. En los revelados manuales, el trabajo de proyector ha sido casi tan importante como el de obtención; a veces, incluso más. Te diré más: en los años 70 y 80, tus fotos del verano habían pasado también por postproducción, pues los trenes de revelado ajustaban, en la medida de lo posible, balance de blancos, gamas de color y enfoque, de manera manual o automática, dependiendo de la inversión en el tren de revelado. ¿Nunca te diste cuenta de que los verdes del césped eran distintos en dos fotografías realizadas desde el mismo lugar con dos minutos de diferencia? Porque quizá en una de ellas, tu madre, tu hermana o tu novia llevaban un pañuelo de color rojo intenso y la máquina negociaba (en fin, buscaba un equilibrio) entre las distintas gamas de colores para que el rojo del pañuelo no pareciera el de un semáforo y el verde del césped no quedara demasiado apagado o el cielo pareciera una guerrera del 7º de Caballería.
El fotochop (o similares) son imprescindibles si quieres dar una presencia decente a una foto, pues, por bien que tengas configurada la cámara (del móvil, ya ni hablo), jamás te saldrá de su tarjeta de memoria una foto que se pueda mostrar tal cual con cierta decencia (bueno, puede pasar, pero pocas veces y por churro).
Los móviles ya llevan un software de postproducción (yo diría que incluso uno de preproducción), pero este tipo de soft no va todavía muy allá; va mejorando, gracias a los avances en IA, pero aún le queda mucho camino.
[…] El resultado final va a depender más de la versión de Photoshop, de los conocimientos y habilidad del retoquista, e incluso de la calidad y calibración del monitor y la iluminación del estudio, que de usar cámara mirrorless o réflex.
Eso es decir demasiadísimo pero, bueno, sí, la postproducción tiene -y desde siempre, como he dicho- una importancia capital..
Adiós… sin gloria (personal), pero con pena…
Buenas tardes.
El smartphone ha acabado con las compactas de bajo precio. No tienen sentido. Hay compactas de nivel profesional, Leica Q, Sony RX1, Fuji X100, Ricoh GR, double frame las dos primeras, APSC las segundas.
Sobre calidad, se ve en la impresión en papel. Podràs imprimir a 2 metros con una GFX100 con una calidad de museo. Para web o 10×15 cualquier smartphone da la talla actualmente.
¿La mejor cámara? La que lleves contigo.
Saludos a todos.
Sobre el tema de la entrada, tal como decís. Aunque Pentax sigue en reflex. No voy a despotricar de las mirrorless, pero diré que tampoco son perfectas.
Enlazando de nuevo con la cuestión compactas/móvil, hay momentos en los que la discrección es útil. No es lo mismo una Canon R3 o Nikon Z9 que un buen móvil o compacta.
Saludos.
Mi teléfono Pixel 4a es capaz de hacer unas fotos bastante buenas. Es todo rapidez y comodidad. Pero nada como la fotografía de mi cámara reflez básica Canon Eos y un objetivo de 50mm de 100 euros. La diferencia a mi modo de ver sigue siendo abismal. La profundidad lograda con la óptica, la superposición de planos, desenfoque, expresividad de las caras…. quedan muchos años para igualarlo con un móvil.
Desde el punto de vista de un veterano aficionado, de los que aprendió los conceptos fotográficos revelando negativos B/N en cámara oscura y positivando al apartar la luz roja, creo que el consumo inmediato y difusión del instante ha perjudicado mucho a la posibilidades de una réflex full frame; nos hemos acostumbrado a la fotografía digital express que reconozco tiene algunas ventajas, como puede ser una amplia profundidad de campo, el HDR en una sola toma sin horquillado o que la IA reconozca el césped y lo pinte del color que nos gusta ver en vez del que realmente tiene. Por muchas ventajas que pueda tener el visor de una réflex para reconocer desde el visor el momento perfecto de disparo, la fotografía es una industria, si ve poca cuota de mercado es lógico que se centre en una mirrorless capaz de reconocer el foco del motivo en un tiempo récord que en la nostalgia del uso tradicional. La rentabilidad económica trata de encontrar el menor hueco que dejan unos móviles cada vez más capaces por mejores sensores y con una capacidad computacional sin duda superior
Llevamos años de bombardeo con la amenaza de desaparición de las cámaras Reflex. No es ninguna novedad. No obstante, el artículo me parece interesante. Yo todavía sigo sintiendo más cómoda y luminosa mi ya viejuna Pentax K3 de primera generación (reflex) que la Sony Alpha 7 IV que compré estas navidades (sin espejo). Esta última es una cámara excelente, pero el visor no llega a igualar una reflex. El peso: depende del objetivo que le pongas, claro.
Pienso que los únicos verdaderamente interesados en acabar con las reflex son los fabricantes que buscan maximizar ingresos abaratando la cámara por la vía electrónica, y el mercado se va estrechando en gran parte por competencia de los teléfonos móviles.
Yo no tengo nada en contra del uso de los telefonillos para hacer fotos; yo los uso sin manías. La diferencia con una cámara es obvia: los sensores son muy pequeños porque delante hay que poner un objetivo muy limitado y todo en unos pocos mm. El agujero de calidad fotográfica se llena con el uso de inteligencia artificial. Y si, es verdad, se pueden hacer muy buenas fotos con un teléfono móvil… pero muchas veces distan de ser la foto que busco. Lo de cambiar de objetivo según la foto no es una moda: la física manda y sí, se puede imitar el desenfoque del fondo pero… Otro tanto ocurre con las aberraciones ópticas, sé pueden «retocar» y eliminarlas. Pero es que ¡a mí me gustan! En fin, repito que yo hago fotos con el móvil sin miramientos… No obstante: ¿Qué prefieres? ¿Gastar 1200 euros en un móvil con un sensor de una pulgada o trincar una Sony RX100VII? Cuestión de prioridades personales.
Por todo ello si me voy a cazar fotos suelo llevar una cámara «grande» y una compacta por si acaso. El móvil va en el bolsillo junto con las llaves y la cartera. Y si la foto sale mal, me agrada saber que la culpa es mía.
Ni modo otra tipo de tecnología que en vías de ser sustituida ya los celulares lo hicieron con las compactas. Lo que si dudo es que los celulares lleguen a sustituir a las cámaras llamadas profesionales pues los teléfonos no son nada ergonómicos y después de unos cuantos años ya funcionan.
Creo que de alguna manera quieren imponernos una decisión económica a favor de las mirrorless pero hay mucho que mejorar aún en estas cámaras para que desplacen a las Reflex. Las mirrorless para video van muy bien pero la duración de sus baterías aún deja mucho que desear y ese es un punto importante para el consumidor, además un visor electrónico nunca será igual a uno óptico. Nikon lo ha desmentido en varias ocasiones pero este señor que escribe el artículo quiere de una forma clara que esto suceda. En definitiva, cada cual a sus conclusiones y a disfrutar de vuestras máquinas de fotos.