La persistencia de la memoria

En Nueva Zelanda, un juez ha tomado la decisión de prohibir específicamente la divulgación de los nombres de los acusados de un asesinato a través de Internet, mientras permite, por contra, su publicación a través de radio, televisión o medios impresos (vía Slashdot, noticia completa en NZ Herald). La razón aducida por el magistrado es su preocupación con respecto a la posibilidad de que alguien en el futuro encuentre, al googlear los nombres de esas personas, información con respecto a un crimen del que podrían ser inocentes, así como los posibles efectos de difusión viral habitualmente vinculados a la red.

A otro nivel, por supuesto, la cuestión me sugiere una reflexión habitual mía con respecto a lo que yo denomino «la persistencia de la información» o, parafraseando a Dalí, «la persistencia de la memoria«, y que tiene que ver con mi manera de relacionarme con los medios: una entrevista en televisión o en radio aporta, por supuesto, un fuerte efecto en el momento de ser emitida. Personas que habitualmente no contactan contigo lo hacen al escucharte o verte, con un efecto de llegada a nuevo público muy interesante. Sin embargo, la trascendencia de lo que hayas dicho hacia el futuro es prácticamente nula. En prensa, casi lo mismo: pocas personas se molestan en volver atrás, en consultar las hemerotecas para ver lo que una persona dijo en un momento determinado. Sin embargo, Internet es completamente diferente. En Internet, la repercusión inmediata puede ser escasa según dónde lo publiques, pero el efecto hacia el futuro permanece vinculado a determinadas búsquedas. La diferencia se percibe claramente, por ejemplo, en aquellos periódicos con edición digital moderna, es decir, aquellos que almacenan de manera persistente en un archivo de libre acceso y con los correspondientes permalinks la información publicada en sus ediciones anteriores: si bien el papel puede ser interesante por llegar a determinado público, lo verdaderamente interesante suele ser la publicación en la web, que permanecerá ahí vinculada a tu nombre o a lo que en su momento pudiste decir.

Ese fue el tipo de reflexiones que me llevaron, en su momento, a apostar fuerte por el fenómeno blog en la esfera de lo personal, o a procurar reseñar siempre de manera cumplida en el blog aquellas apariciones que pueda tener en otros medios: incrementar su visibilidad de cara a futuro, evitar la pérdida del esfuerzo realizado: en lugar de – o además de – un efecto instantáneo de llegada a un público determinado, obtener también «la cola del cometa», las búsquedas, citas o apariciones futuras derivadas de su reseña en mi propio sitio (aparte de que, como ya he comentado en otras ocasiones, me resulte cómodo para el proceso de revisión anual de mi actividad como profesor): cada entrada en el blog genera no sólo el efecto derivado de su publicación y su (muchas veces más interesante todavía) discusión en los comentarios, sino también todo ese valiosísimo proceso posterior de apariciones en motores de búsqueda o vínculos desde otras páginas. Si añadimos a ésto la posibilidad de complementar o incluso de mantener un mayor control sobre lo que los medios deciden extractar o destacar, el resultado es todavía más positivo.

Ese razonamiento es, curiosamente, el mismo que hoy en día me lleva a recomendar a aquellas empresas a las que aconsejo que opten por un blog corporativo: no sólo tus apariciones multiplican su rentabilidad y la prolongan en el tiempo, sino que, además, construyes un repositorio de vínculos entrantes valiosísimos a la hora de posicionar tu marca, y obtienes un mayor control sobre la información de cara al futuro.

Ahora, un juez se ha parado a pensar en el tema y ha llegado a la conclusión de que debe nada menos que intentar impedir la publicación de algo en Internet por miedo a su trascendencia futura, algo que, de no ser por la evidente contaminación entre canales e impracticalidad de su decisión, relegaría a los medios tradicionales casi a un concepto de «lo que dicen se lo lleva el viento» frente a una Internet mucho más trascendente en el futuro. Lo que dice la radio, la televisión o la prensa no es importante, porque sólo Internet resiste el paso del tiempo. Sin duda, una idea para una reflexión más que interesante.

24 comentarios

  • #001
    Benceno - 25 agosto 2008 - 14:03

    «…sólo Internet resiste el paso del tiempo.»

    Brillante reflexión bajo mi criterio y añadiría que ahora ya no será tan sencillo reescribir la historia como lo fué en el pasado y que con el paso del tiempo Internet pondrá a cada uno en su sitio.

  • #002
    Pablo - 25 agosto 2008 - 14:28

    Plas plas plas plas. Muy buena reflexión. he observado esto mucho en menéame, por ejemplo cuando sale una noticia sobre las declaraciones de un determinado político. En el momento que se hace alusión a que en el pasado dijo lo contrario, enseguida aparecen enlaces a las hemerotecas de varios periódicos, e incluso a vídeos de Youtube.

    Saludos.

  • #003
    Esther - 25 agosto 2008 - 14:33

    Brillante el análisis, lo que a simple vista podría parecer limitación a la libertad de expresión, evidencia la sensibilidad del juez, dimensiona el peso de internet e invita a seguir reflexionando sobre cómo cambiará nuestras estructuras sociales.

  • #004
    Armando Tapas - 25 agosto 2008 - 15:25

    En la era de la internet, las palabras ya no se las lleva el viento. Absolutamente todo, no sólo lo que consideramos más importante y que merece conservarse para la posteridad, sino todo, queda perennemente colegado en algún sitio. E incluso borrado, quedará en alguna caché.

    A mí me da miedo. Internet, como quien dice, acaba de empezar, pero de aquí a 20 años habrá personas que tengan absolutamente toda su vida colgada en internet: habrá más material sobre ellos en internet del que había sobre Einstein en todo el mundo en el año 1980. Usando google, cualquiera podrá saber datos de nuestras vidas privadas.

    El caso que cita este artículo es muy serio, y es uno de los peligros de la internet: imaginaos que vais a pedir un trabajo, o que conocéis a una chica que os gusta, y éstos os buscan en google y descubren que fuísteis sospechosos de asesinato.

    El número de fotos sacadas desde la invención de las cámaras digitales ha debido multiplicarse por 1 billón, y a mí eso me preocupa. No me gusta que me saquen fotos, y menos ir a una fiesta y que haya 40 cámaras digitales sacando fotos contínuamente y no poder decidir en dónde voy a salir al día siguiente (facebook, twenty, fotolog, flickr?) ni quién va a ver mis fotos, ni que no puedas negarte a que tus fotos salgan publicadas en estos sitios, ni pedir que las retiren. Yo no soy Beckham ni nadie público ¿por qué puedes denunciar a un periódico si publica una foto tuya en situación poco decorosa, pero no puedes hacerlo con facebook?

    Y me da pánico por cómo pueda llegar a utilizarse eso, porque aunque el 99% de la gente se piense que la internet es anónima porque pueden insultar a alguien en un foro bajo un pseudónimo, la verdad es que es cualquier cosa menos anónima, y cualquiera que se lo proponga puede obtener información íntima sobre cualquiera de nosotros con mucha facilidad.

  • #005
    ismael - 25 agosto 2008 - 15:34

    Habría que ver qué ocurre si llevamos esta noticia al ámbito de la Administración Electrónica y, en concreto, de la publicación de información judicial en medios electrónicos.

    Desde el momento que la Administración Pública (y la Administración de Justicia dentro de ella) se obliga a sí misma a poner a disposición del ciudadano toda la información pública, ya sea en ventanilla, en boletines oficiales, o en sus propias páginas web, la decisión del juez neozelandés no deja de ser algo contradictoria: prácticamente todo lo relacionado con la Administración genera información que debe ser pública y publicada por ella misma.

    Por otra parte, se me antoja una discriminación sin matices de la libertad de prensa. Lo que es publicable (no entro en lo que no debe ser publicado en ningún lugar por ser confidencial, privado, etc.) debe serlo con independencia del medio. Punto. Es un agravio comparativo (una discriminación en toda la regla, vamos) excluir a los medios digitales de poder difundir determinada información por el hecho de serlo.

    Internet no ha cambiado la esencia del problema (si, p.ej., la información de una acusación por crimen ha de ser pública o no) sino algunas de sus circunstancias colaterales (ahora es más fácil encontrarla que antes).

    Si esa sentencia se recurriese al Constitucional de cualquier país, no dudo que sería invalidada porque atenta contra los principios del derecho, no sobre una cuestión en concreto.

  • #006
    ismael - 25 agosto 2008 - 15:43

    @Armando Tapas

    Sí, tienes razón, da miedo, pero la solución no es discriminar, sino ir a la raíz.

    Hasta ahora la información ya era pública. «Googlear» a alguien significaba ir a la hemeroteca y perder tiempo desplazándose, buscando, copiando, etc. para encontrar lo que se buscaba. Algo que tiene su coste y que solamente algunos podían permitirse.

    Mantener esta situación de desigualdad donde alguien con dinero puede buscar información de terceros en la hemeroteca, pero alguien sin medios no puede buscarla en un medio barato como Internet me parece que atenta contra cualquier pretensión de igualdad que tengamos.

    Si el problema es la intimidad de los acusados, la difusión de la información debe prohibirse por cualquier medio. Si dicha información se decidió hacer pública por diferentes motivos, entonces debe ser posible hacerlo por todos los medios posibles.

    Lo que no vale es «Bueno, la hacemos pública pero solamente un poquito». Eso atenta contra el trato igualitario de la Ley para con el ciudadano, un principio básico de la Democracia.

  • #007
    FedericoR - 25 agosto 2008 - 16:01

    El tema es muy interesante, porque tiene que ver con un derecho fundamental a preservar la intimidad de las personas. La decisión del juez suena un poco tonta porque es como tratar de parar la lluvia con un tenedor, pero el problema sí es real.

    En varios países hay intentos de restringir las búsquedas en bases de datos jurídicas a un «principio de finalidad»: que el motor de búsqueda busque sólo aquello para lo que la base fue pensada. (Valgan como ejemplo latinoamericano las «Reglas de Heredia»: http://www.iijlac.org/modules.php?name=Reglas) .
    Si es una base de datos de jurisprudencia laboral, por ejemplo, que yo pueda buscar las opiniones de un tribunal, pero no usar la base para ver si un posible empleado tiene un historial «conflictivo» en empleos anteriores.

    El problema es que si los motores de búsqueda empiezan a «entrar» en las bases de datos, las reglas se vuelven también un poco tontas.

  • #008
    Matías - 25 agosto 2008 - 16:11

    Estimado Enrique:
    Excelente reflexión. Por cierto, hace un par de días descubrí tu blog y no he parado de leerlo de punta a punta. Saludos desde Argentina.

  • #009
    Jean Bedel - 25 agosto 2008 - 16:38

    Otra posible ventaja (o inconveniente según se mire) de esa persistencia sería que posts escritos en el pasado que por cualquier razón vuelven a estar en el candelabro (que diría Sofía M.), florecen y cobran actualidad vía comentarios y nuevas referencias en otros blogs. Se vuelve a tener visibilidad sin hacer absolutamente nada, pero es un arma de doble filo si lo que se dijo no casa muy bien con el presente. Especialmente arriesgado en términos de prospectiva :-)

  • #010
    Belén - 25 agosto 2008 - 16:44

    Interesante reflexión, has puesto muy bien en palabras lo que muchos pensamos de una manera abstracta.

    El tema de la presencia en Internet es a la vez útil para quien busca y para quién quiere ser encontrado, como es el caso de los blogs, pero peligroso para quien prefiere tener un perfil bajo. Quienes tienen su dirección física publicada y además dan datos de lo que hacen a cada momento saben los riesgos que conlleva pero es una elección personal. Pero ser acusado de un crimen sin que haya aún nada firme que demuestre nada escapa del control que cada uno tiene sobre la información que se puede encontrar de él. La repercusión de Internet a este respecto es aterradora por la viralidad incontrolada de cualquier dato sea cierto o no.

    Personalmente no puedo evitar googlear a todo posible novio. He encontrado desde multas por orinar en vía pública en San Fermín (boletín oficial de Navarra) a videos de conferencias médicas para expertos en digestivo pasando por un anuncio en Gumtree buscando gente para un trío con su antigua novia. La diferencia con las búsquedas de antaño es que ahora con un nombre y/o email encuentras donde no sabes qué vas a encontrar. Y los DNI de todos los que hemos tenido becas aparecen en el Boe y por ende en Internet. Esa es mi particular espinita

  • #011
    reygecko - 25 agosto 2008 - 17:11

    En efecto, internet es cada día más poderoso. Eso tiene su vertiente positiva (accesibilidad de la información ACTUAL Y/O PASADA) y su vertiente negativa (por ejemplo, si eres un político, eres más preso que nunca de tus palabras).

    Esta importancia que se le da a la red tenderá a incrementarse exponencialmente: quien pueda controlar la red (cuando ello sea posible) tendrá un poder casi ilimitado.

    Saludos. :D

  • #012
    Gorki - 25 agosto 2008 - 19:36

    Curiosamente las razones que tienes tu para crear un blog, «la persistencia de la memoria», son las que tengo yo para usar un seudónimo como Gorki, que es difícil de rastrear por Google al quedar oculto bajo las frondas de Máximo Gorki.

    Yo ya estoy jubilado, ya no tengo la menor ambición profesional y solo aspiro a disfrutar de mi tiempo libre en paz y lo mejor posible. No quiero que las tonterías que pueda decir por Internet, se asocien a mi persona.
    ¿Como lograrlo? – Crear personalidades diferentes para mis distintas actuaciones en la red, en este caso Gorki. Creo que es la única forma de no dejar huella persistente en la memoria. Cada cual tiene sus propios objetivos en esta vida.

  • #013
    Benceno - 25 agosto 2008 - 19:45

    Gorki no pertenecerás a una asociación del mismo nombre donde se enseña ruso y se organizan torneos de ajedrez, no? ;-)

  • #014
    Gorki - 25 agosto 2008 - 21:45

    No tengo el menor coincidencia con nada ruso, excepto su amor al misterio y mi aprecio y respeto por el escritor ruso del que he leido un par de libros sobre los barios proletarios en la época anterior a la Revolución Bolchavique.
    .
    Elegí este nombre en honor de Gorka Urrutia, que me inseño HTML con un tutorial gratuito que tenía en Internet. Miré en Google por ver si alguien lo usaba y me di cuenta de la ventaja que es que no aparezcas nunca en las primeras páginas de Google.

    Respecto del ajedrez, se jugar pero es un juego interesante pero desesperantemente lento para mi gusto.

  • #015
    ricky - 26 agosto 2008 - 01:10

    Si busco mi nombre completo en Google; el primer resultado son mis fotos en flickr ¿a eso te referias?

  • #016
    Juan - 26 agosto 2008 - 08:57

    Es una realidad palpable. En nuestros negocios de turismo rural, los clientes construyen día a día un directorio nuevo a través de los datos que les ofrece internet, paralelo al que tenemos en papel, aportando datos contrastados a través de redes sociales.
    Saludos
    Juan

  • #017
    A - 26 agosto 2008 - 09:16

    #14

    Respecto del ajedrez, se jugar pero es un juego interesante pero desesperantemente lento para mi gusto.

    Se ve que no has probado el ajedrez rápido, Gorki…

  • #018
    Jaime Izquierdo - 26 agosto 2008 - 09:24

    Muy interesante, Enrique, porque demuestra que nada es evidente, y que ciertos efectos laterales sólo se podrán analizar a tiro pasado y además medio plazo.

    Hace muchos años (muchos…) leí un cuento corto de ciencia ficción, muy inquietante, en el que se reflexionaba sobre la evolución de las leyes con la tecnología.

    En una sociedad cada vez más longeva, la cadena perpetua se convierte, sin quererlo, en un castigo cada vez mayor, como también su coste asociado, en términos de presupuesto público. Sin embargo, la pena de muerte se percibe como una mera venganza, que no da oportunidad al reo de aportar algo positivo para compensar al sistema. Hasta que alguien encuentra una «solución» genial, que es usar los órganos y tejidos de los condenados a muerte para reimplantarlos en personas sin antecedentes.

    Gracias a estos transplantes, la expectativa de muerte se sitúa en torno a los doscientos años, cambiando completamente el sentimiento de la opinión pública, que se muestra favorable a que los tejidos de los «malos» sirvan para prolongar la vida de los «buenos».

    El cuento explora el maniqueísmo generado por esta decisión: el protagonista está condenado a muerte por saltarse tres semáforos en rojo, sin otras consecuencias.

    Está claro que internet está cambiando nuestras vidas, y muy rápido. Quizá porque pertenezco a la generación de «inmigrantes digitales», creo que este cambio es tan rápido que algunos de sus efectos laterales sencillamente no son previsibles, y sólo se podrán analizar después de que hayan ocurrido.

    Aún no tengo opinión sobre la decisión del juez – pero sí la tengo sobre el hecho que haya tomado ESA opinión: es un juez prudente, y eso le honra.

    Un saludo muy cordial.

  • #019
    Gorki - 26 agosto 2008 - 09:57

    #17 Jaime Izquierdo
    Parecido a lo que cuentas ocurre ya en China. Los sentenciados a muerte son descuartizados para utilizar sus órganos en transplantes

    Independientemente de que no apruebe la pena de muerte, me parece muy peligroso ese proceder, porque presiona la condena de reos, para satisfacer las demandas de pacientes que están esperando con riesgo de muerte órganos para trasplantar.

    Los «efectos laterales» de Internet serán muy profundos. Equiparo Internet con la invención de la imprenta. Ese invento sacó la sociedad de la Edad Media y la introdujo en el Ranacimiento. Internet cerrará la época de la Revolución Industrial y de las naciones, para transportarnos a un mundo globalizado totalmente diferente al que hemos conocido.

  • #020
    Víctor Gil - 26 agosto 2008 - 10:30

    Hace algún tiempo que analizamos el efecto que tendría este fenómeno en la imagen de las marcas. Hasta ahora, las marcas habían ido construyendo y reconstruyendo su imagen de forma cronológica…Con dinero, resposicionar una enseña era relativamente sencillo; bastaba con inundar con los nuevos mensajes los soportes publicitarios. En un futuro no muy lejano, por contra, la generación de la imagen será diacrónica, porque los nuevos mensajes competirán en relevancia con los pasados; el pasado de la marca (visión, valores, imagen…), si es relevante, será por siempre su presente y su futuro.

  • #021
    Pablo - 26 agosto 2008 - 17:23

    Enrique es interesante esta disyuntiva entre la red y los medios tradicionales…………quizá deba plantearme abandonar lo del sexo por Internet :-) ……………….o tal vez es justo lo contrario……… por eso del efecto perdurable

  • #022
    Jaime Cuesta - 27 agosto 2008 - 02:42

    A la vuelta de vacaciones me sorprendio el comportamiento de las visitas en mi blog tras haberlo tenido congelado un mes.

    Resulta que las entradas antiguas siguen atrayendo tráfico y es que «Lo escrito, escrito está»

  • #023
    Diseño Web - 27 agosto 2008 - 05:00

    He ahi, solo depende de que tan consciente sea el lector, o el usuario de internet.

  • #024
    Javier Puerta - 29 agosto 2008 - 13:48

    Desde hace años había reflexionado sobre la volatilidad de la información digital frente a los medios tradicionales. Pensaba que cuando la información de todos los buscadores del planeta hubiera desaparecido después de una guerra atómica, los jeroglíficos de las piramides y las pinturas rupestres aún persistirían. Cuando las fotos guardadas en mi disco duro se perdieran en el siguiente cambio de ordenador, el retrato en sepia de mi bisabuela seguiría mirándome desde la pared.

    La reflexión de Enrique me ha abierto una nueva visión del asunto, al mostrar como la «trascendencia hacia el futuro» de la información va mucho más alla de la durabilidad del soporte físico. Muy interesante.

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3 comentarios en Menéame

#001
Palcraft - 25 agosto 2008 - 14:30

No puedo estar mas de acuerdo con lo que dice. Por ejemplo, cuando aquí sale una noticia sobre las declaraciones de un determinado político. En el momento que se hace alusión a que en el pasado dijo lo contrario, enseguida aparecen enlaces a las hemerotecas de varios periódicos, e incluso a vídeos de Youtube.

» autor: Palcraft

#002
Lockero - 25 agosto 2008 - 14:32

La decisión del juez es interesantísima (teniendo en cuenta que son sólo «acusados» y aún no «condenados»).

» autor: Lockero

#003
--101169-- - 25 agosto 2008 - 14:37

Brillante el texto y sobre todo, la reflexión del juez, que al menos demuestra un esfuerzo en entender Internet. Ojalá cundiera el ejemplo.

» autor: –101169–