Coincidiendo con la celebración del 40 aniversario de la Gerencia de Informática de la Seguridad Social (pdf) del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (pdf), me invitaron a participar en una publicación colectiva que aborda el impacto de la llamada cuarta revolución industrial en los ámbitos del trabajo y de la protección social, así como los retos y oportunidades que ofrecen las tecnologías disruptivas para la Seguridad Social y para la administración en general.
El resultado acaba de publicarse, se titula «Digitalización y protección social: 30 desafíos para 2030» (pdf), y está disponible en libre acceso para su descarga en formato .pdf, .epub y .mobi.
El libro está dividido en tres partes: mundo digital, tecnología para el trabajo digno, y tecnología para el futuro de la seguridad social. Mi capítulo es el que abre el libro, se titula «Ciudadanía digital«, y en él traté de cubrir desde el impacto del desarrollo tecnológico sobre el concepto de ciudadanía a través de aspectos que van desde la privacidad o la educación (como elemento fundamental en el desarrollo adecuado de ese modelo de ciudadanía), hasta problemas como el desarrollo de unas redes sociales restringidas a un modelo de monetización del dato personal, utilizadas en muchos casos como herramientas de manipulación, polarización y desinformación masiva, y a la necesidad de su regulación, para terminar con algunas consideraciones sobre la evolución de las sociedades humanas y la necesidad de converger hacia modelos de protección social basados en la renta básica incondicional.
En el espíritu del capítulo subyace un planteamiento del contrato social que vincula a las sociedades humanas: más allá de simplemente agruparnos en torno a un núcleo poblacional o de la aceptación de unas normas de convivencia determinadas (supuestos que deberíamos asumir como fundamentales a pesar de que algunos pretendan ignorarlos), tratar de que la sociedad sirva como elemento que protege al ciudadano como una red de seguridad ante determinadas situaciones, en un contexto de cada vez mayor abundancia de recursos derivado del creciente desarrollo tecnológico.
¿Cómo pasar de una sociedad cada vez más basada en tecnología que pretende exprimir al ciudadano y que se apodera de sus datos personales, a una que le libera de cada vez más tareas repetitivas o sin sentido para que pueda desarrollarse mejor como individuo? ¿Cómo reinterpretar el concepto de trabajo en una sociedad en la que las máquinas se hacen cargo de cada vez más tareas? ¿Cómo pasar de una tecnología con un enfoque de explotación a una con un enfoque cada vez más humanista? Obviamente, la evolución, como llevamos ya varias décadas viendo, no va a ser en absoluto sencilla. Pero eso no quita que no debamos reflexionar, especular y escribir sobre ella…
Me he leído tu capítulo (me ha gustado, salvo alguna discrepancia) y cuando pueda me leeré el libro.
Pero quería comentar lo irónico que me parece que la Seguridad Social y la administración en general pueda crear un libro así, cuando las tres administraciones (estatal, autonómica y local) son manifiestamente inútiles para la digitalización y para hacer webs usables por el ciudadano medio, porque carecen de toda empatía y ni tienen ni contratan a nadie para que les haga un estudio de usabilidad (ni de los baratos, de esos de coger a cualquiera que pase por un pasillo y le sienten a probar una interfaz de usuario).
A día de hoy y tras numerosos intentos todavía no le he podido sacar el certificado Covid a mi padre de 80 años (que no es analfabeto digital ni mucho menos, pero lo de la administración digital le supera) a pesar de que en teoría se podría obtener a través de la web del Ministerio de Sanidad o a través de un par de vías mediante la administración digital de su comunidad autónoma. Dato: Una de ellas exige descargar un Word, rellenarlo, y subirlo, ese es el nivel.
De las sinergias entre comunidades autónomas para crear sistemas informáticos conjuntos también se podría hablar bastante:
https://www.mugeju.es/noticias/2021-05/programa-de-vacunacion-informacion-de-las-ccaa
Dato: Una de ellas exige descargar un Word, rellenarlo, y subirlo, ese es el nivel
Coño… cual???
SOLICITUD DE CERTIFICADO COVID DIGITAL UE Registro electrónico único Castilla La Mancha
Puedes hacer clic en cualquiera de los dos botones «Presentar solicitud», no te va a pedir Cl@ve ni certificado digital hasta que no te bajes un documento Word, lo rellenes y lo subas.
No no… si me fio de ti… solo queria saber la comunidad… :P
Encima como seas una persona de las muchísimas que viven en una comunidad, sus padres en otra, y sus suegros en otra, y le tienes que hacer este tipo de gestiones, ya estás al menos instalando 3 apps distintas, con procedimiento de uso diferente, para hacer lo mismo.
Es curioso… en Madrid vas a vacunarte, y mientras estás sentado esperando los quince minutos de precaución, ya te llega el certificado él solito a la app de la CAM, sin que tengas que hacer nada. Una vez conseguí el QR, lo pasé al wallet, y todo listo. Ni la más mínima fricción, todo completamente automatizado. La verdad es que me he llevado una muy buena impresión.
La experiencia varía mucho según el sitio web que emplees:
– En el Ministerio de Sanidad ya lo comentamos recientemente: te preguntan varias veces en dónde te has vacunado y te hacen firmar digitalmente la solicitud, y hay que dar gracias que no te hacen firmar digitalmente la recepción para descargar el certificado.
– En las web de Castilla la Mancha es un puñetero desastre. En una de ellas hasta hace poco no consideraron a los mutualistas (no tienen CIP, ni les han creado uno para este tema, como ha hecho Aragón), y ahora que se han acordado de ellos y les dan una nueva ventana de login, esta pide un PIN que nadie sabe de dónde se saca.
– En la web de la Comunidad de Madrid se consigue literalmente con dos clicks una vez autenticado. Ciertamente sorprendente.
La administración va mejorando bastante, por ejemplo:
– Renovar un certificado digital FNMT con el nuevo procedimiento (que ya admite todos los navegadores y se encarga de todo) me llevó unos minutos hace unas semanas, y solo tuve «dos o tres» tropiezos ;-)
– El nuevo portal Importass, justamente de la Seguridad Social. El antiguo, para cualquier consulta o cambio de datos, era de sádicos.
Pero queda tanto por mejorar en cada administración y en cada web…
Una idea sería que igual que las webs de la administración están obligadas a cumplir normas de Accesibilidad también estuvieran obligadas a cumplir normas de Usabilidad.
Otra idea sería la obligatoriedad de incluir a profesionales certificados en UX en los contratos de desarrollo de webs/apps que adjudica la administración a empresas de IT. También existen las revisiones por expertos.
Lo que no se puede es dejar que los procedimientos y las apps/webs las hagan equipos de analistas funcionales y equipos de desarrollo como si fueran para consumo interno de la organización, en las que el consumidor es un empleado de la organización y no le queda más remedio que tragar con el resultado.
Para los interesados en el tema:
Libros de pago
Artículos gratis
Y ya puestos, quizás se podría pedir que en la mayoría de las licitaciones públicas la adjudicación fuese por criterios en los que no primara exageradamente tanto (si no de forma exclusiva) el coste económico, lo que condena a que estos proyectos se encarguen a empresas IT que tiran a la baja sus ofertas…
En las adjudicaciones de larga duración que yo conozco la parte económica pesa un 51% (con una cláusula para impedir ofertas temerarias a la baja) y la oferta técnica un 49%.
En Galicia te lo imprimen en el momento si lo pides. ¡¡Te lo imprimen!! No digo más.
Después te lo puedes descargar con la aplicación. Y eso sí que es fácil.
Bueno, salvo el caso de mi hija. Llamé una vez por teléfono y me pasaron el enlace al certificado perfectamente pero por problemas en el móvil tuve que llamar una segunda vez, y está segunda ya no aparecía en el sistema y no les dejaba enviarme el enlace al certificado. Buscaban por DNI y no la encontraban. Al final después de discutir con la persona que estaba al otro lado del teléfono tuvieron que hablar con los sistemas informáticos y apareció. Y casualidad, su DNI estaba correcto pero seguía sin aparecer al buscarla por DNI. Toda una odisea.
Coincido plenamente.
Luego nos encontramos que cada administración tiene su propia aplicación de autenticación, Cl@ve, Chave365(Galicia), Izenpe(Euskadi), Gencat(Cataluña), etc, las apps para hacer uso del dni-e desde el móvil(que es el dispositivo de uso más frecuente por el ciudadano) son precarias y limitadas en funcionalidad, lo que obliga a utilizar un ordenador en muchas ocaciones.
Para más inri, tarjetas sanitarias por comunidad autónoma, también existe una tarjeta sanitaria europea para quien viaja(¿por qué nos se integra todo bajo la numeración del dni?), la tarjeta del permiso de conducir también se puede integrar en el dni, máxime cuando también se puede llevar digitalizado en la app de la dgt, por lo que no tiene sentido emitir el «plástico». Las tarjetas de servicios municipales también podrían estar integradas: Cada ayuntamiento, mancomunidad, servicio de bus, metro, polideportivos, bibliotecas, cada uno con su propia tarjeta, incompatible con las demás. ¿No se podría utilizar el dni-e para todo? 1 tarjeta y una buena app y listo.
«Obviamente, la evolución, como llevamos ya varias décadas viendo, no va a ser en absoluto sencilla.» (EDans).
No me gusta ser cansino, pero, aprovechando el tono general de los comentarios (algo desanimados), me ciño a mi «mantra» sobre la mediocridad del homo sapiens actual.
Desde hace varais décadas, es decir, desde que empezó el mal uso de la tecnología , que no está nada claro que avancemos en el proceso evolutivo.
Existe el proceso contrario, que podemos llamar regresión. Y que ene nuestro caso supondría la posible (probable?) extinción, en modo dinosaurios, pero teniendo la responsabilidad, en este caso, de manipular el proceso evolutivo en sentido retrógrado.
Bueno, para ser precisos, en este caso «tendremos» a los dioses, para echarle la culpa de todo. O, para más inri, a la tecnología.Algo que los buenazos de los dinosaurios, evidentemente, no tenían.