La orden de Donald Trump, pospuesta en varias ocasiones, de obligar a la compañía propietaria de TikTok, la china ByteDance, a vender las operaciones de su compañía en el país a una empresa norteamericana si quería evitar su prohibición total, ha sido archivada por la administración Biden.
La decisión marca una diferencia clara en estilo de liderazgo entre la administración actual y la anterior, aunque deja aún abierta la decisión de qué acciones tomar con respecto a un país, China, cuyas compañías operan en condiciones completamente alejadas de la reciprocidad que, razonablemente, debería imperar en las relaciones comerciales.
En un mundo cada vez más globalizado, las compañías chinas han tenido prácticamente total libertad para plantearse su expansión en otros países. Sin embargo, a nadie escapa que China restringe en gran medida las posibilidades que las empresas extranjeras tienen para acceder a su gigantesco mercado interno, imponiendo cláusulas que obligan a la co-inversión con accionistas chinos o directamente impidiendo su participación mediante la censura a través de su Great Firewall, como ocurre en el caso de muchas compañías tecnológicas. Esta ausencia de reciprocidad otorga a China un enorme beneficio, al posibilitar a sus empresas que crezcan sin competencia extranjera en el mercado interno, o incluso que copien productos de compañías extranjeras que tienen vetado el acceso a ese mercado.
Frente a esa ausencia de reciprocidad, Donald Trump planteó una guerra comercial, con listas negras y restricciones a varias compañías chinas. Pero en el caso de TikTok, el comportamiento de la administración Trump fue rayano en el saqueo: si bien la compañía dista mucho de ser una santa, con prácticas potencialmente ilegales en el tratamiento de los datos personales de sus clientes y, sobre todo, de los menores de edad, una cosa es plantearse sanciones y multas derivadas de ello, y otra muy diferente pretender obligarla a vender sus operaciones en suelo norteamericano bajo amenaza de prohibición. Obviamente, una orden ejecutiva como esa situaba a la compañía en una importante desventaja en cuanto a posición negociadora: todo lo que un potencial interesado debía hacer era esperar a que la fecha de la hipotética prohibición se acercase, para poder así obtener un precio mejor. Que Donald Trump, además, odiase febrilmente a TikTok debido al papel de sus usuarios en el boicot a algunos de sus mítines y actos electorales daba a toda la operación un aire de vendetta que, en el contexto de un país democrático, tenía entre poco y ningún sentido.
En esas condiciones, que apareciesen compañías como Microsoft, Oracle o Walmart dispuestas a aprovechar la oportunidad de hacerse con una red social pujante como TikTok era completamente razonable, pero no dejaba de tener tintes de auténtica rapacería, de aprovechamiento de una coyuntura política claramente desequilibrada. Estos tintes se acentuaron muchísimo más cuando el propio Donald Trump demandó una parte del precio pagado para las arcas de su gobierno: no solo presionamos a la compañía y damos lugar a una situación de total asimetría negociadora, sino que además, nos aprovechamos de ello.
Lógicamente, ByteDance planteo una batalla legal perfectamente bien argumentada frente a la decisión de la administración Trump: de acuerdo a cualquier estándar de prácticas comerciales en los Estados Unidos, la operación era un absoluto abuso. El argumento de la reciprocidad y de las actuaciones del gobierno chino con respecto a las compañías extranjeras podía ser razonablemente válido, pero carente de toda legitimidad moral: los países democráticos, simplemente, no actúan como China, no hacen las cosas así, y no tanto por una cuestión de pretendida superioridad moral como de mantener el respeto por las normas y no convertirlas en algo completamente arbitrario.
En esas condiciones, Donald Trump se convirtió en pato cojo, se dedicó a intentar dar un patético autogolpe de estado, y dejó el asunto TikTok completamente sin resolver, hasta que ahora, una nueva administración norteamericana considera, con una lógica absoluta, que lo mejor es archivar todo el vergonzoso episodio como perteneciente a los tiempos oscuros en los que la política internacional norteamericana se sumió en el más absoluto patetismo.
¿Quiere esto decir que TikTok ha ganado la batalla? Indudablemente, ganar batallas a una figura como Donald Trump no es difícil: basta con hacer las cosas con un mínimo de coherencia y esperar los errores del peor presidente de la historia de los Estados Unidos. Pero eso no quiere decir, ni mucho menos, que TikTok se vaya de rositas: a partir de aquí, la administración Biden debe reexaminar la coyuntura con China, las condiciones en las que operan las compañías norteamericanas en el país, y obtener todos los apoyos internacionales que pueda para presionar al gigante asiático y obtener una situación que plantee un cierto nivel de reciprocidad. En el caso concreto de TikTok, eso debe incluir una vigilancia férrea de las actuaciones de la compañía, un esclarecimiento de sus operaciones con datos de ciudadanos del país, y un respeto absoluto a sus normas, incluyendo todo lo relacionado con sus prácticas con respecto a menores de edad.
En términos de liderazgo, confundir una retirada temporal con un síntoma de debilidad sería un grave error: que la administración Biden no quiera involucrarse en operaciones tan mal planteadas y tan indefendibles como la de TikTok no quiere decir que no vaya a hacer nada al respecto de sus relaciones con la compañía, o con respecto a las relaciones comerciales con China. No es que no haya que hacer nada, sino que las cosas hay que hacerlas de otra manera, siguiendo una lógica coherente y apelando al consenso internacional, no como las haría un matón de patio de colegio. Y a eso, en los libros de texto de política internacional, se le llama liderazgo responsable. Precisamente aquello que los Estados Unidos de Donald Trump no fueron capaces de mostrar al mundo durante cuatro largos y oscuros años.
This article was also published in English on Forbes, «TikTok, Trump and the way disputes are settled in the real world«
Pues ya podremos celebrar la fiesta del año nuevo lunar chino el próximo 12 por todo lo alto… en Tik Tok… y si fuéramos chinos y estuviéramos en Beijing nos hubieran dado cupones virtuales para quedarnos en casita y comprar on line en:
https://global.jd.com
https://www.meituan.com
https://www.ele.me
https://www.suning.com
Modo sorpresa on
Que raro no hay empresas no chinas
Modo sorpresa off
Mi opinion,. es que por desgracia para nosotros, los chinos juntos no prcisan de nosotros, Son un mercado de 1.400 millones de chinos., suficientemente grande para por ejemplo, sacar un moldelo de automóvil con una un número de unidades suficiente, para hacerla a precios competitivos. Pueden permitirse el lujo de cterminar de construir la muralla, y que nos den…
En cambio. nosotros nadie, ni USA , tienen un mercado suficiente, estamos obnbligado a vender fuera de nuestras fronteras para conseguir tener un mercado con el suficiente volumen,
Pero somos tan chovinistas, que los mensajes que oimos son, no que compremos cosas de nuestro pais lo cual ya seria grave, sino incluso, que compremos en las tiendas de nuetro barrio, sin darnos cuenta, que con eso estamos destrozando nuestro mercado natural.
Cosas como el Brexit y los tropecientos mil movimientos separatistas de todos los paises, parece como si Occidente, se encaminara nuevamente a encumbrar los reinos de Taifas.
El trumpismo tenía intención clara de expropiar los bazares chinos (lavanderías…), que funcionasen en suelo usamericano. Aunque fuesen virtuales.
¡Una gran idea! Lo malo es que los Don Vito Corleone lo hacen mucho mejor. Practican el sinuoso arte de la sanguijuela. Con raíces bastante chinas , por cierto. Pensemos en los fumaderos de opio (todo amabilidad oriental).
Esperemos que Biden y Cía, sigan caminos más armoniosos (con la economía capitalista más eficiente) y sepan combatir al dragón chino popular, con mejores armas que la de los caballeros andantes.
Deberias saber, tu que eres tan leido y escribido, que los fumaderos de opio, se los impusieron a los chinos los ingleses a cañnazos, en la mas vergonzosa e infame de las guerras. .-
Tanto quejarse de los chinos pero a ellos les debemos a deflación REAL de la cesta de la compra, salvo alimentos.
Hoy te vistes, entretienes, surtes de material el hogar y te formas por 4 pavos. Gracias a China.
Te cuesta dinero la alimentación, la energía y sobre todo, la especulación/corrupción ladrillera.
Con un poco de suerte, los chinos nos venden paneles solares y pronto gastaremos poco en energía. Al tiempo.
Si, vivimos muy bien gracias a china
Estoy de acuerdo, lo que China ha hecho es aprovechar las ineficiencias del modelo capitalista occidental, y lo de que las condiciones laborales son asimétricas con occidente no es un argumento;
cualquier pais que hubiera tenido esa población y pobreza habría hecho lo mismo, y en todo caso, si uno se queja de eso, basta con poner aranceles o no comerciar con ellos
Sucede que con la globalizacion los paises funcionan como vasos comunicantes, eso si, siempre que se tenga la capacidad de acción politica de un gobierno como el Chino.
Al final ha habido un trasvase enorme de riqueza a esos paises que tenian peores sueldos, dejandonos a los del primer mundo con peores sueldos y menos trabajo, pero tambien con la vida mas barata, y aunque hayamos salido perjudicados mas que beneficiados, el mundo en general es mas justo al salir tanta gente de la pobreza.
Ahora toca a la UE unirse en un proyecto supranacional que nos impida ser fagocitados en el enfrentamiento que se avecina entre USA y China.
También España, como China, se aprovechó de tener los sueldos mas baratos que en Europa, motivo por el cual se montó aqui la industria automovilistica, que exportaba una parte muy importante de su producción.
Lo que pasa, es que en España desaprovechamos el paso de ese tren para modernizar nuestras industias, algo que China ha sabido hacer.
Estoy de acuerdo con la reciprocidad y que a las empresas chinas hay que aplicarles las mismas leyes que en China se aplican a las empresas del resto del mundo … pero no acabo de entender por qué tanta polemica con Tiktok, sus practicas y su tratamiento de los datos de los usuarios. Tiktok no hace nada que no haga cualquier otra red social.
«Apelando al consenso internacional» … Si, es el camino pero en el contexto internacional actual, como dice ellos, esto es «easier to say than done», así que es áltamente probable que la cosa siga como hasta ahora durante mucho tiempo, con las empresas chinas jugando con cartas marcadas.
Offtopic, he llegado a este interesantísimo análisis sobre el comsumo energético de la minería de bitcoins.
https://digiconomist.net/bitcoin-energy-consumption/
Algún día habrá que coger este toro por los cuernos.
Creo que ya va siendo hora de pasar la página del fantoche Trump. Y empecemos a considerar que Biden es un presidente normal. Con sus luces y con sus sombras. Tenemos por fin un presidente que no es un gilipollas integral, bien está. Le daremos si hace falta 200 días de margen en vez de los 100 habituales. Dicho esto, seguro que habrá políticas que tendremos que criticar y otras que alabar.
Enrique nos dará buena cuenta de sus aciertos, siempre que a él le parezcan aciertos. Y claro está, tampoco será 100% coincidente su visión sobre China con el 100% de los comentaristas.
En la primera conversación entre los dirigentes de ambos países, no hablaron seguramente de si te cierro o te abro TikTok, o me quedo con la hija del dueño de Huawei como prenda, o las diferentes payasadas del naranjito… según nos cuentan hablaron de pandemia, globalización comercial, cambio climático, y proliferacion de armas, parece que a vuelto la cordura a la Casa Blanca. Y poco, de DDHH en Hong-Kong, el status quo de Taiwan, Ladakh, Xinjiang… porque eso son «asuntos internos» espinosos, que en una llamada de felicitación mutua (año nuevo y nueva presidencia) se tocan de refilón y ahora lo que les importa es retomar la normalidad
Pues nada feliz año del buey, y a esperar …