Seth Godin incide en su entrada de hoy en uno de esos temas profundamente obvios, uno que además llevo comentando mucho tiempo desde que me di cuenta de que los niños ya no manejan los diccionarios con la facilidad que lo hacían antes: la obsolescencia del orden alfabético. ¿Quién necesita el orden alfabético en un mundo progresivamente digitalizado?
En las estanterías de una librería física, puede ser conveniente ubicar los libros usando el alfabeto como referencia, pero en los de una virtual, donde la caja de búsqueda se convierte en la interfaz universal, la verdad es que la cosa tiene cada vez menos sentido: el orden alfabético se convierte en un criterio completamente arbitrario, y además, no vinculado con ningún tipo de significado real. Lo que un día fue una convención para poden encontrar las cosas, hoy empieza, ante la aparición de una tecnología superior, a perder su sentido. Los niños no buscan en un diccionario físico, sino en la web de la RAE, en Dictionary.com o directamente en Google, bien con el truco de «define: palabra» o directamente tecleando la palabra para ver, por ejemplo, si está bien escrita o si Google sugiere otra ortografía para ella.
Resulta algo completamente obvio, pero es interesante pararse a pensar en sus implicaciones: tras años de uso del orden alfabético,éste empieza a dar lugar a criterios mucho más razonables. Si pongo música desde mi iTunes y lo tengo ordenado en alfabético, es muy posible que ZZ Top acabe poniéndolo menos veces que A-Ha o que ABBA, sin que ello responda a ningún criterio de gusto musical, simplemente porque lo veo mejor: otro criterio, o el uso de un recomendador que genere un criterio de manera automática basándose en ciertos indicadores, ofrece un resultado mucho mejor y más basado en relevancia. Las intranets ya no se organizan por departamentos o por listados alfabéticos, sino mediante cajas de búsqueda. Nada nuevo, pero es interesante darle una pensadita a sus implicaciones…
Normalmente suelo estar muy de acuerdo contigo, pero esta vez va a ser que no.
Principalmente porque no siempre la búsqueda arroja aquello que necesitas, y opino que es muy bueno tener un soporte como el índice, ordenado alfabéticamente.
De hecho nunca, nunca, eliminaría el orden alfabético, pues siempre puede ser útil.
Sin entrar a discutir si una bibilioteca de música tiene o no criterios de búsqueda mejores que el alfabético, me parece una frivolidad proponer que simplemente se olvide todo lo que pueda hacer un ordenador. No sé si hace falta que entre en detalles, a mí me parece muy obvio. Todavía no somos cerebros flotando en una solución salina, por lo que podemos estar expuestos a una variedad muy amplia de contingencias. Y esta gama de situaciones no siempre incluye un ordenador y la energia necesaria para hacerlo funcionar. Sería irresponsable crear una generación de humanos incapaces, por ejemplo, de hacer una multiplicación a mano (por mencionar una operación de esas que la computadora cumple tan fácilmente). No creo que necesite argumentar más allá para dar a entender cuál es mi punto de vista.
Saludos y felicidades por el blog
Tampoco puedo estar de acuerdo, Enrique. La palabra clave aquí no es alfabético, sino orden. Y una relación de orden (la que sea) es necesaria siempre que haya que mostrar más de un elemento. Desde luego que la búsqueda es muy interesante, pero por su propia naturaleza no puede aplicarse en cualquier ámbito.
Y para aquellos casos en los que sí que es necesario un orden, tan arbitrario puede ser un criterio como otro. Pero es necesario alguno. Entonces se nos plantean dos opciones: 1) definir un orden cada vez que nos encontremos con una nueva situación ó 2) recurrir a alguna relación de orden comúnmente aceptada. Ahí es donde el orden alfabético tiene sentido.
Enrique, una pregunta. Si en tu opinión lo del orden alfabético está tan anticuado, ¿por qué tu lista de enlaces recomendados y tus tags de Technorati están ordenados alfabéticamente? :o)
Ya, pero ordenar por «tags» tiene también su peligro.
Imaginemos que 1000 idiotas consideran relevante «Pedo=Borrachera» y sólo 1 considera «Pedo=Flatulencia».
Pedo=Flatulencia desaparecería del Diccionario, o si buscases sinónimos de Flatulencia, Pedo no aparecería.
Como anécdota a pensar por la revolución de lo digital, no está mal, pero el asunto del afabeto llega mucho más allá de la influencia de las máquinas y las nuevas tendencias en los hábitos sociales.
Empezando por nuestros esquemas mentales, la cultura occidental, nuestro lenguaje y la vida social, en todos ellos se encontrarán ejemplos en los que es necesario una organización ordenada por un sistema de clasificación. Ya sea el alfabeto, el sistema de numeración decimal, el código de circulación, etc,etc.
En fin, sugerir la posibilidad de prescindir del alfabeto porque los sistemas informáticos nos permitan búsquedas abiertas o clasificaciones más subjetivas, es similar a proponer la eliminación de la tabla de sumar y restar , porque eso ya lo hacen las calculadoras.
Sí es obvio, que con los conceptos novedosos que añade la tecnología, podemos clasificar los objetos por criterios que antes ni se nos ocurriría. Se trata pues de aprovecharlos.
Por ejemplo, los criterios de selección musical basados en el «genoma» de Pandora, o el «sense me» de los nuevos moviles de Sony Ericsson que te clasifican la música según el ánimo con que agites el cacharrito.
Creo que Enrique se refiere a la ordenación alfabética como método de recuperación de la información. El orden alfabético no se puede perder ni superar… es una convención básica, como la ordenación de los enteros o la tabla periódica de los elementos químicos.
¿Se imagina alguien el reciente censo electoral sin esta ordenación? Me imagino a los de la mesa volviéndose locos… Ahora bien, el problema de raíz está en su método de recuperación de nuestros nombres, que es meramente secuencial al tener que trastear con el papel y no con un sistema de información decente, en el que si tiene sentido superar la ordenación alfabética.
Realmente no creo que se trata de anular el orden alfabetico, sino de buscar alguna manera diferente de dar significado a las formas de presentar el resultado de las busquedas. se trata de que busquemos metodos algernos, diferentes a lo tradicional, de presentar o de «Ordenar» los contenidos de las busquedas.
Cierto, la verdad es que busco tanto en diccionarios en línea que cuando tengo que echar mano de uno impreso tengo una pausa de medio segundo del choque que me supone no ir hasta lo que busco en una fracción de segundo.
En cuanto al orden alfabético de las búsquedas, yo creo que Enrique tiene razón. Por ejemplo, cuando encuentro una página nueva con un gran blogroll, seguramente haré clic en uno de los primeros o últimos enlaces que en los que hay a la mitad.
Antonio #7, con lo de los enteros no puedo estar de acuerdo: no son una convención, sino que tienen un significado muy preciso y no son intercambiables. Y lo mismo ocurre con la tabla periódica: las clasificación no es caprichosa. Creo que toca pensar otros ejemplos ;-)
Sí que estoy de acuerdo con lo de la ordenación para soportes como el papel. Y cuando intentan hacer clasificaciones ligeramente más coplejas tienen mala solución (estaba pensando en las listas de los colegios electorales… tuve que leerme 4 hasta que me encontré ;-)
Coincido con Enrique en que la ordenación por nombre en un ordenador es obsosleta y nos lleva a comportamientos heredados que no resultan eficientes.
Y yo iría un poco más allá: ni siquiera la clasificación jerárquica estricta es útil para los ficheros. Un gran avance en los sistemas operativos sería cambiar de una vez las unidades y carpetas por categorías, para poder clasificar un archivo criterios diferentes, en más de una categoría, empleando etiquetas (tags) como en los recursos de la web.
Por ejemplo, desde que tengo el iMac (2 meses) y uso quicksilver no he vuelto a moverme por la estructura de directorios de la forma «tradicional»: se parece más a un buscador que a otra cosa. Encuentro antes los documentos y no pierdo tanto tiempo.
Hay una carrera que se llama Documentación. Se pasan 5 años estudiando como estructurar la información. A mi me parece muy bien el ALFABETO y el ALIFATO y desde luego creo que los niños deberían antes de usar internet como gilipoyas consultar las páginas del entrañable diccionario INTER que todos teníamos hace 20 años.
Vale Enrique, reconozco que en Internet puede cuestionarse el uso del la ordenación alfabética, yo misma uso mucho el diccionario online de la RAE, pero todavía utilizo enciclopedias y diccionarios en papel. Tengo la Espasa, una de las mejores, y si no fuera por el orden alfabético…
«¿Quién necesita el orden alfabético en un mundo progresivamente digitalizado?»
Visto así, supongo que tampoco necesitamos saber escribir. ¿No somos ya suficientemente dependientes de las máquinas?
Antonio #7 Sí, creo que te has precipitado. El número dos está entre el uno y el cuatro porque es la mitad de cuatro. Un tanto lo mismo con la tabla periódica.
Yo no veo una forma mejor de BUSCAR una palabra o frase en una lista. Normalmente no suelo ojear para pasar el rato, sino buscar algo específico. Es cierto que siempre uso el buscador, o Ctrl+F, pero para localizar algo en una lista no veo otra opción mejor.
wft? reducir el uso del orden alfabético a su ‘no aplicación’ en las búsquedas por internet… ¡por Dios! ánimo Enrique…
Enrique échale un ojo a: …A-Ha o que ABBA, sin que llo responda a…» ese llo que has puesto ahí. ;)
@Germán: corregido, gracias. No era un «yo», era un «ello», de ahí la «ll», pero sí es verdad que quedaba de pena morena :-)
Enrique, ese es el clásico pensamiento de «yo no lo quiero asi» que tanto se ve cuando se desarrolla el mismo programa para varios clientes. Yo creo que junto con el alfabético deben existir otros metodos de ordenar y que cada cual use el que le resulte mas eficiente.
Por otro lado, hay veces que parece que se olvida que gran parte de las personas de este mundo no usan ordenadores.
Me parece una propuesta hecha desde la ignorancia.
La ignorancia de saber por ejemplo, que en lenguaje C (ese en el que se construye vuestras preciosas «cajas de búsqueda que se convierten en las interfaces universales») a>b es una expresión evaluada inmediatamente.
La ignorancia de saber, por ejemplo que es (int) a – 32;
Porque lo importante es en qué lugar del iTunes aparece ZZTop. De las 7 capas de referencia OSI, te quedaste en de aplicación y dijiste: «la ordenación alfabética no sirve».
«Cuando el sabio señala al cielo, el tonto mira el dedo».
#20, a>b se evalua siguiendo el convenio alfabético, que no deja de ser eso: un convenio.
Y siguiendo con tu lógica a < A es falso, cuando yo veo perfectamente que «a» es más pequña que la «A» X-D
Y además de lo que ya han dicho, aunque priorizases cualquier otro criterio de búsqueda al final siempre te quedaría resultados que seguir ordenando por un criterio secundario y ese es, por mero estándar y por costumbre, el orden alfabético (páginas visitadas en el día de hoy + orden alfabético)
Me parece genial la afirmación de Enrique, pero ademas tampoco es nueva.
¿Como lo hacían los chinos? No tienen alfabeto y su sistema numérico era de base 5 y los tíos construyeron un imperio y el mejor libro de estrategia lo escribió un chino, hace mas de 2500 años.
Los formatos de clasificación y búsqueda han de estar referenciados a la necesidad de la misma, todos los que hemos estudiado informática hemos sido machacados con ese mensaje desde segundo de carrera.
Si hay que cargarse el sistema alfabético, pues nos lo cargamos. Los que han hecho implantación de ERP saben la cantidad de referencias erroneas que tiene una base de datos por mucha búsqueda alfabética que exista.
En la farmacia actual hay dos opciones claras: cajoneras en orden alfabético o robot que reparte ordena las medicinas aleatoriamente con el objetivo de la optimización del espacio del robot…¿parecido no?
Con ese argumento tan simplón ningún orden tiene sentido. ¿Para qué queremos que el 1 vaya antes del 2? ¿Por qué el lunes va antes del martes? ¿Y Febrero antes que Marzo? Total, si se trata de darle a Ctrl-F igual…
Sin embargo, en casa del herrero cuchillo de palo. Además de, como han dicho, los enlaces de bloglines, resulta que en esta página también están ordenadas las entradas del blog (orden temporal), los meses del archivo (orden temporal), los comentarios recibidos en cada entrada (orden temporal, y encima están numerados: ¡¡qué absurdo, como si con la fecha y hora no bastase!!), las etiquetas XHTML que se pueden poner en los comentarios (orden alfabético) y las fotos de Flickr (orden de subida, otro orden absurdo, ¿no?). ¡¡Que web más anticuada!! ¡¡Viva el desorden, si total, todo se reduce al Ctrl-F!!
Pues ala, vamos a dejar también de enseñar a los niños a escribir y a sumar…
Comprendo lo que quiere decir Enrique
Quizá nuestro nietos, salvo excepciones, (siempre habrá eruditos), no conocerán el orden alfabético, simplemente porque no se utilice, como nuestros hijos no conocen el uso de las tablas de logaritmos, en el cálculo de superficies, o nosotros el manejo de ábacos de cálculo.
Ello no quiere decir que no se ordenen las cosas, solo que el orden alfabético, que es absolutamente aleatorio, e destierre por ordenamientos más lógicos, como el orden de caída, el tamaño, o el sonido silábico asociado al nombre.
¿Que mal hay en ello? Lo importante es recuperar una información cuando se necesite no la forma de hacerlo.
Lo extraño es que a estas alturas siga habiendo personas que relacionan la facilidad de pensar con lógica, al saber calcular operaciones matemáticas de memoria o al ordenar de memoria una fila de letras..
Yo he llegado a conocer contables que sumaban interminables de columnas de números de miles en miles sin casi tener errores y no eran por ello más inteligentes que los actuales que eso no lo sumarían ni con una calculadora.
A mi me hicieron aprender en el bachillerato en latín y de memoria la Guerra de las Galias y no creo que me haya facilitado el entender el mundo actual.
Cada vez que me dejan las Páginas Amarillas (y las Blancas) en casa, arranco el mapa y el tocho va directamente al punto de reciclaje. Cualquier cosa que pueda encontrar ahí, la encontraré más rápidamente con un par de clics y seguro que puedo afinar más la búsqueda metiendo palabras clave y restricciones. Ese tipo de cosas hacen que tenga sentido replantearse el orden alfabético urgentemente.
Pero hay un problema: escoger criterios únicos de etiquetado que no lleven a redundancias en las listas mejor ordenadas. Por ejemplo, cuando meto algo en mi carpeta de «marcadores», a veces me encuentro con la duda de si incluirlo en una categoría o en otra, porque ambas son igual de válidas. Entonces, o lo meto en las dos (ineficiente?), o sólo en una, corriendo el riesgo de que cuando lo busque no lo encuentre si miro la que no es. Antes de quitar el orden alfabético hay que encontrar uno mejor, y asegurarse de que soluciona más problemas de los que crea. Lo veo necesario pero complidado
Hace ya años que no busco cosas en diccionarios de papel. Sin embargo uso el orden alfabético CIENTOS de veces al dia, casi sin darme cuenta. Siempre recurres al alfabeto dandole a «ordenar por nombre» cuando vas a buscar un fichero en esa carpeta con cientos de otros archivos, o cuando buscas un icono en el panel de control, o cuando buscas una carpeta en un sitio con muchas carpetas. O cuando buscas un contacto en el telefono movil….
Miguel Rebollo #10 y Natxo #14. No creo haberme precipitado y me explico:
– La tabla periódica de los elementos los clasifica por su peso atómico. También se podrían clasificar por la valencia o por periodos, o alfabéticamente por sus símbolos. Vamos, que la tabla tal y como la conocemos es la que «pintó» Mendeleyev, aunque se puede dar de más maneras.
– Nosotros representamos gráficamente los números enteros como una sucesión de elementos equidistantes que va de menos infinito a más infinito. Si el elemento a continuación del cero se representa con un gráfico «1», es por que los árabes así se lo inventaron y así lo difundieron por Europa a través de España.
– El alfabeto como nosotros lo conocemos es la simplificación de las escrituras pictográficas de la antiguedad. Ya desde el fenicio se sigue una cierta convención en la colocación de los elementos y esta convención se ha seguido respetando en los alfabetos que surgieron a posteriori, como el griego, el latino, el cirílico, etc.
Siendo esta la forma más básica de representar nuestro habla, es lógico que la ordenación de las palabras se base en la convención que ya tenemos, al igual que si numeramos los pisos de un edificio damos el cero a la planta baja, los negativos para plantas inferiores y los positivos para las superiores. Simplemente usamos las convenciones que tenemos más a mano.
Por esto digo que la ordenación alfabética no se perderá nunca, pero sí que irá desapareciendo la recuperación de la información según el orden alfabético, al igual que desparecieron en informática los archivos de acceso secuencial que tenían todo el sentido en la época de las cintas magnéticas, ya que el medio imponía sus restricciones. Esta transformación la estamos viviendo al dejar de catalogar la información mediante Tesauros (listas ordenadas de palabras con una cierta capacidad de relación) y al comenzar a usar las Ontologías (representación conceptual del conocimiento).
Por cierto Natxo, entre el 1 y el 4 también está el 3 y no es la mitad de cuatro ;-)
Creo que la supervivencia del alfabeto reside precisamente en el motivo principal que Enrique nos expone para su obsolescencia: el hecho de ser “criterio completamente arbitrario, y además, no vinculado con ningún tipo de significado real”.
Cuando hemos de ordenar un listado entre iguales esta convención cultural, el alfabeto, nos saca del atolladero. Como alguien ya apuntado, la lista de enlaces del blog de Enrique está ordenado alfabéticamente y este es el criterio más cómodo y cabal de expresar que todos enlaces son igual de “importantes” para el autor y no existe ninguna preeminencia de ninguno sobre los demás.
Pero además de lograr expresar esta idea, el alfabeto establece un orden basado en un criterio, tan arbitrario como fácil de recordar, entre el listado de enlaces lo que permite que cualquiera que quiera buscar un determinado enlace entre todo el listado lo logre con rapidez.
Por tanto, para ordenar listados de elementos que han de ser considerados parejos en cuanto a importancia o interés y posteriormente poder BUSCAR algún elemento concreto entre ellos, el alfabeto es un sistema útil que cuenta con un largo recorrido.
Es cierto que obtener el listado de grupos del iTunes por orden alfabético es uno de los peores criterios de clasificación, pero ¿y si no proporcionamos a iTunes ningún criterio clasificatorio? ¿De que modo debería decidir iTunes ordenar el listado de grupos para enviárnoslo? ¿En ese caso sería mejor que nos preste un listado de canciones plegado a la arbitrariedad de los intereses de iTunes (por ejemplo, ordenado por los grupos más vendidos) o sería más transparente (y justo para los grupos) la NEUTRA arbitrariedad del alfabeto?
Los documentalistas llevamos organizando el mundo unos cuantos miles de años. ¿Quién necesita el orden alfabético en un mundo progresivamente digitalizado? Pues todos. Las búsquedas pueden ser guiadas o no. Un ejemplo de búsqueda guiada, el directorio de Yahoo o las facetas de Idealista. Una de no guiada cualquiera escrita en Google. Las facetas son un buen sistema de clasificación, permiten presentar la información desde cualquier punto de vista que le interese al documentalista o al propio usuario en el caso de las folksonomías. El alfabeto es otro sistema imprescindible y totalmente necesario.
¿Y si el algoritmo de búsqueda no responde a las expectativas de los usuarios? A mí se me antoja que el de Google es algo más que endogámico y muy pero que muy pobre para algo más que no sean búsqueda puntuales. Para una investigación profunda o un estudio de campo los resultados obtenidos en base a una o dos palabras claves se quedan muy pero que muy cortos porque, entre otras cosas, en la World Wide Web no está, ni mucho menos, aunque se empeñen en hacernos creer lo contrario, todo la información del mundo.
Por otra parte no hay que confundir facilidad de acceso con clasificación y organización de la información. Son dos temas distintos. En cuanto al primero la hipertextualidad y la información digital ofrecen una serie de ventajas que no son replicables mediando productos impresos e interfaces físicas como los libros. Los átomos no son maleables. Y en cuanto al segundo, lo dicho, para algo existe Biblioteconomía y Documentación. Google y por extensión cualquier otro motor de búsqueda indexan, ni organizan, ni clasifican, en todo caso eso lo hacen los usuarios coordinando los términos de búsqueda en el momento de la consulta y precisamente, el valor añadido que supone la organización y la clasificación es aquello que ninguna empresa privada ni ningún algoritmo automático hasta el advenimiento de la Web semántica (si algún día llega a hacerse realidad :-) puede acometer a nivel mundial por razón de costes. La Web es un sistema que hasta cierto punto se autoclasifica (si la entendemos como un ente abstracto y no una suma de las interacciones de los millones de individuos que la sustentan) y en el mundo físico, el sistema bibliotecario mundial, es el que aporta un poco de orden a nuestro mundo cotidiano.
si para empesar el archivo alfabetico tiene k estar en orden asi k da igual como se llame de todos modos le entiendes
ok
bueno