Un interesante artículo largo en Wired, «Why don’t we just ban targeted advertising?«, propone exactamente lo que enuncia su título: prohibir el uso de información personal para hacer publicidad individualizada.
Una solución sin duda radical, pero que podría tener mucho sentido si pensamos en atacar el problema desde su base: la propuesta no impediría el modelo de negocio de las redes sociales, que podrían seguir vendiendo el acceso a su tráfico para hacer publicidad no segmentada, o la capacidad de compañías como Netflix o Amazon para recomendarnos sus productos en función de nuestras compras anteriores, pero sí prohibiría la venta de nuestros datos a terceros para que nos siguiesen con su publicidad.
Acabar con el tráfico de datos personales podría solucionar de un plumazo muchas de las cosas que hoy consideramos nocivas en internet: la sensación persecutoria que emerge tras una sesión en internet en la que los anuncios de hoteles en Roma parecen estar en todas partes, la paranoia de quienes creen que sus dispositivos les escuchan cuando hablan de su perro y les ofrecen anuncios de comida para perros, la posibilidad de manipulación electoral o de otros tipos, o la locura de que intentar acceder a los contenidos de una página implique tener que descargarse muchos más bits en forma de cookies destinadas a caracterizarnos y a espiarnos que los que ocupa el propio contenido.
¿Tiene sentido que la información sobre mis intereses, las temáticas de las noticias que leo, las cosas que digo que me gustan o los contenidos de lo que escribo sean automáticamente recopiladas por un ejército de buitres que intentan utilizarlas para mejorar la probabilidad de que haga clic en un anuncio? Más aún, ¿tiene sentido si, además, como prueban la gran mayoría de los estudios, lo hacen rematadamente mal y el resultado termina siendo más una molestia que un beneficio? Hablamos, seguramente, del ecosistema más inflacionado y mentiroso de toda la web: el que lleva a muchas compañías a «hacerse trampas al solitario» comprando tráfico a plataformas como Facebook o Google, a otras a intentar segmentar desesperadamente y terminar dándose cuenta de que en realidad, la segmentación no aportaba nada, o en general, a normalizar cosas que jamás debieron ser consideradas como normales.
La idea va más allá de prohibir unas cookies que, después de todo, se inventaron con un motivo que sigue teniendo validez, el de posibilitar la preservación de información entre sesiones de navegación y cuyo uso, en cualquier caso, los propios navegadores empiezan a impedir. Se trata, simplemente, de ilegalizar completamente que una compañía venda datos o acceso a datos de sus usuarios a ningún tercero, sea una agencia, una empresa de adtech o una institución gubernamental. Lisa y llanamente, ilegalizar el tráfico de datos personales.
Como experimento, la publicidad segmentada o personalizada ha sido extremadamente nocivo. Ha posibilitado todo tipo de excesos, incluido el que políticos sin escrúpulos la utilizasen para tratar de manipular el estado de ánimo de los que consideraba sus potenciales electores. Es claramente responsable de toda la basura superflua que llena nuestro ancho de banda y de la que podemos ser perfectamente conscientes cuando nos instalamos Ghostery, Blur y otras herramientas similares. Pero además, ha hecho todo eso sin que siquiera esté claro que semejante maquinaria sirva para nada: la industria vendió a los anunciantes que sus anuncios serían más efectivos, y a los usuarios que verían menos anuncios irrelevantes, pero la gran verdad es que ni ha servido para vender más, ni mucho menos para proporcionar una experiencia mejor a los usuarios. En realidad, solo ha servido para una cosa: para llenar los bolsillo de los participantes en esa monumental estafa, y para que perdiésemos completamente el control sobre nuestra información personal.
¿Tiene sentido que Grindr comercialice la información de sus usuarios, incluyendo algunos datos médicos, con treinta y cinco empresas con las que mantiene acuerdos? ¿O que al entrar en muchas páginas tengamos que aceptar un acuerdo que incluye la cesión de nuestros datos personales no solo a la compañía propietaria de la página, sino a cincuenta más? ¿Sirve de algo la GDPR si cada uno de esos documentos que se nos presentan y que debemos autorizar para acceder a la información que queremos deberían, en realidad, ser cuidadosamente inspeccionados por un abogado especializado en el tema? ¿No nos hemos preguntado si la relación entre los periódicos y Facebook, en la que los primeros invierten copiosamente en publicidad en la red social para poder presentar así cifras más interesantes a sus propios anunciantes, tiene algún sentido?
En la práctica, nada de esto tiene ningún sentido: todo el ecosistema económico basado en la hiper-segmentación y personalización de la publicidad es una gran mentira, una absurda espiral inflacionaria que, por contra, tiene la capacidad de provocar muchísimo daño, por lo que supone de banalización del tráfico de unos datos que deberían ser simplemente del usuario, sobre los que tendría que tener unos derechos y un control omnímodo. Todo eso – derechos y control – nos ha sido arrebatado en nombre de unos supuestos beneficios que solo algunos convierten en cuantiosas ganancias: muy pocos ganadores, muchísimos perdedores. Cuando las cosas salen así, es mejor volver a lo más básico, y eliminar radicalmente la posibilidad de que algo así siga ocurriendo.
Eliminar el incentivo a ese tráfico, dotar a los usuarios de herramientas de control para que denuncien cuando sospechen que ese tráfico está teniendo lugar, y obligar a todos los que montaron imperios económicos en torno a él a replantearse drásticamente su negocio en base a modelos más aceptables. ¿Es posible? ¿Podría llegar a hacerse en un contexto multinacional? ¿Sería la solución a todos nuestros problemas? No, pero sin duda, podría llegar a tener mucho más sentido que la situación actual.
Como mínimo, vale la pena planteárselo.
This post is also available in English on my Medium page, «It’s time to ban data pimping and targeted advertising«
Lo llevo diciendo hace años: La publicidad en Internet debería ser como en la tele, en función del contenido, no de quién visualice.
Y aún así, en TV empiezan a trabajar con HbbTV para segmentar esa publicidad.
Enrique, hecho de menos un articulo sobre el impacto de la crisis del coronavirus en la aceleración de la disrupción del modelo económico y social que ya se daba por contada.
¿Sera un «no hay mal que por bien no venga»?
No será necesario eliminarla, ya que caerá por su propio peso. Algo así no puede funcionar cuando voy a una tienda online y compro algo, y durante una semana se me muestra publicidad sobre ese producto. ¡PERO SI YA LO HE COMPRADO!
Obtienen mucha información pero no saben qué hacer con ella.
Planteárselo como mínimo, no me molesta mucho. Dedicarle mucho tiempo a discutir sobre un tráfico, que no tiene puta comparación con el tráfico de seres humanos, ya me parece excesivo.
La publicidad contextual y segmentada, aunque escasamente útil, sigue siendo el motor económico de Internet, Si la eliminamos, posiblemente el 70% de las páginas web tuvieran que cerrar y servicis fundfamentelas como Google, Facebook, Twitter, Intagram las pasarian canutas para seguir abiertos.
Esta publicida parte de dos premisas falsas, considerar un usuario de Internet, como una persona única y unidimesional, cundo lo cierto que no somos únicos, mi linea la utilizamos en mi caso tres continuamente, yo mi mujer y un vecino (com ni permiso) y al menos dos, (yo y mi mujer9, con el mismo nombre se sesión. A parte de vez en cuando, mi nieta, (6 años), cuando viene a mi casa utiliza mi ordenador para ver todos los dibujos animados que no le dejan ver en su casa.
No quiero ni pensar el «perfil» que deben tener de mi.
Por otra pàrte una persona no es unidiomensional sino que constantemente cambia de intereses y de planes, y es muy dificil saber por que hace una consuolta o un comentario. Por poner un ejemplo en este momento tengo abierttas 61 pestañas. Consultas, búsquedas, cosas que quiero leer pero no tengo tiempo, musica ambienta, ….
Si a esto añadimos lo que haga mi mujer y el vecino ¿Quien puede deducir algo sensato de todo ello?.
Dudo que mantener el foco constantemente sobre todos valga absolutamente para nada. Hay dos formas de esconder un tesoro, una es meterlo en una caja fuerte, otra es esconderlo en una pajar.
La caja fuerte con tecnología adecuada, siempre la puedes abrir. En el pajar, tambien puedes aplicar tecnología, por ejemplo un detentor de metales, pero si lo que buscas es una determinada hierba como las demas hierbas, estás perdido, nunca la encontrarás.
La prueba mas palpable es la absurda publicidad que recibimos y las absurdas recomendaciones que te dan en todas partes. ¿Cuando se darán cuenta los anunciantes que están despilfarrando el plus que pagan por el contexto?
Google-Alphabet ya tiene un plan cuando colapse el sistema publicitario, reinventarse en una compañía de taxis bajo la marca Waymo y también los ingresos provenientes sobre las patentes Android que concede a otros fabricantes, como proveedor de internet y datacenters que renta nubes corporativas a otros. Solo con esto Google-Alphabet garantiza su supervivencia por más años.
Facebook, Twitter e Instagram ya lo pasan canutas hoy es imposible que sitios enfocado a distribuir memes re reinventen a otros negocios, por eso los CEOs de tales compañías constantemente tienen que machacar a la gente por funcionalidades de pago
Facebook, Twitter e Instagram ya lo pasan canutas hoy.
Sinceramente la primera noticia, mis fuentes dicen que siguen facturado cientos millones y dque dejan beneficios de decenas de mllones. Pero puede que estén confundidas.
Facebook – Social Media Marketing30 enero 2020
Los beneficios de Facebook se resienten tras las sanciones
Resultados de Facebook en 2019: un 16% menos de beneficios y un aumento del 9% de usuarios activos
https://www.marketingdirecto.com/digital-general/social-media-marketing/resultados-de-facebook-en-2019-un-16-menos-de-beneficios-y-un-aumento-del-9-de-usuarios-activos
Twitter – De cara al último trimestre de 2019, Twitter confía en alcanzar una facturación de entre 940 y 1.010 millones de dólares (845 y 907 millones de euros), así como un beneficio operativo de entre 130 y 170 millones de dólares (117 y 153 millones de euros).
https://www.merca2.es/beneficios-twitter-hunden/
Una aclaración, el perfilado de usuarios se hace en base a cookies que se almacenan localmente en el navegador de cada usuario. Por tanto, que varias personas compartan una misma línea de acceso a internet no implica que sean considerados la misma persona a efectos de mostrar anuncios.
En cuanto a la publicidad en internet es muy molesta, eso nadie lo discute, igual que es molesta en la televisión o en la radio y sin embargo ahí sigue desde hace años como manera de financiar a las empresas que crean los contenidos.
Si quieres contenido sin publicidad, siempre puedes optar por plataformas de pago, y ahí es donde viene la pregunta, ¿estamos dispuestos a pagar por contenidos en internet que ahora consumimos gratuitamente a cambio de no recibir publicidad? Me temo que la respuesta es que no
Acabo de leer un artículo que es coraboracion de las muchas de las prevenciones a la recolecta de datos personales
Zuboff por el contrario, (de Skinner), considera que el proyecto de observación conductual de Silicon Valley al servicio del control del comportamiento carece de interés en la felicidad humana (que no sea como un medio); Su objetivo es el beneficio. Es por eso que Zuboff lo llama «capitalismo de vigilancia». Si «el capitalismo industrial dependía de la explotación y el control de la naturaleza», entonces el capitalismo de vigilancia, escribe, «depende de la explotación y el control de la naturaleza humana». El término se refiere a la idea, recién descrita, de que pasamos nuestros días bajo vigilancia constante, motivados por la oferta de pequeñas recompensas y castigos: el conductismo radical hecho carne.
https://www.nybooks.com/articles/2020/04/09/bigger-brother-surveillance-capitalism/
Enrique, es absurdo e INJUSTO prohibir o tratar de erradicar el re-targeting si tu argumento más sólido es que «algunos lo hacen rematadamente mal».. Por esa misma regla de tres debiéramos prohibir que la gente conduzca coches, o ejerza medicina o tantas cosas.
Y además es ALTAMENTE injusto pirque los que no tenemos un buen sueldo de asalariado en una empresa boyante tenemos DERECHO a tratar de venderte lo que sea q vendamis.
Como te gusta decir en otris temas deberíamos tratar de NO sobre-legislar lo que ya está lwgislado. Así decías hablando del canon hace unos años..
Aparte -esto es una preferencia personal- yo prefiero un marketing medio bien hecho que la publicidad machacona indiscriminada que sufriamos antes. Que además la hacía inutil para lis comerciantes pequeños, y siempre acababamos viendo Danone, bancos y futbol todis los punches dias.
No quiero entrar en polémica, pero esos señores, no venden algo suyo, sino MIS DATOS.
Creo que yo deberia poder opinar sobre ello y también recibir la parte que me corresponda, por ejemplo el 79% de la venta y dejarte el 30% de tu comisión, que ya está bien, digo yo, por una labor de venta de MIS DATOS.
Sigo sin saber como distinguen entre las cookies que genero yo y las que genere mi nieta en el mismo ordenador.
Es el problema de todos los controles no biométricos, que confunden una interface, en este caso el PC, en otros una tarjeta de crédito, una matricula de coche, o un bonobus, con la persona, y no tiene en cuenta que la interface, en este caso el un PC, se puede utilizar por montones de personas.
No estoy seguro si no hay un poco de sobreactuación en todo esto, o al menos hipersensibilidad.
A ver, hace un mes o así busqué información en Internet sobre un producto de cosmética para mi madre, y ahora la publicidad de ese producto aparece persistentemente, y incluso ridículamente, en una página que visito con regularidad.
Pero sin embargo no lo veo sino como algo ligeramente molesto. Considerarlo un gran mal de Internet me parece excesivo.
Que haya paranoia con eso no sé si puede tener una importancia mayor de la que parece, pero cada tecnología novedosa siempre conlleva cierto grado de paranoia. A la televisión se la consideraba «la caja tonta», la causante de la estupidización de la sociedad y de la incomunicación en las familias. Y en cuanto a su publicidad, casi subliminal a veces, ahí sigue. Y esa sí que es insoportable a veces.
E insistiendo en la paranoia, entre mis coetáneos aún parece tarea imposible que no vean las redes sociales como simplemente «un vicio que te obliga a estar todo el día pegado al móvil». O ese pensamiento de que el estado espía tus conversaciones, por muy cifradas que estén.
No, me parece que lo de la paranoia no tiene remedio, y la publicidad… a ver si conseguimos que en la tele podamos ver un programa de máxima audiencia sin tener que «pagar» viendo más publicidad que programa.
Creo que ves solo una parte del problema, la del usuario, pero hay otra parte, la del que paga.
Hay un fabricante de productos cosméticos, que ha pagado un sobreprecio en su publicidad, para ponerte anuncios de productos de cosmética.
No solo ha pagado por la publicidad que, (inevitablemente), se pierde, sino que además ha pagado mas por ella.
Si eso fuera puntua , pues, ¡Qué se lo va a hacer!, pero si eso es mayoritario, y por los anuncios que yo recibo lo és, muy pocos hay que ne interesen, las empresas anunciadoras, (Google, Facebook,… ), que le han vendido ese target, le han engañado, porque les están vendiendo humo..
¿Hasta cuando va a seguir este engaño? ¿Como mantendremos Internet cuando los anunciantes se nieguen a pagar por este tipo de publicidad?
Ese es el problema real para mi.
Interesante artículo Enrique! Es un placer leerte pero creo que las cookies nunca desaparecerán mientras existan empresas que dominan el mundo como Google, como dice gorki en un comentario si entra mi nieta a buscar en realidad tiene sus defectos la publicidad individualizada.
Creo que tu artículo es muy banal, sensacionalista y lleno de hipocresía. Si un dia lo quieres debatir encantado.