Una exclusiva de Reuters afirma que la matriz de Google, Alphabet, ha lanzado una oferta por la que fue una de las pioneras del segmento wearables, Fitbit, una compañía que llevo siguiendo con bastante nivel de detalle desde sus primeros dispositivos allá por el año 2012.
La evolución de las acciones de Fitbit había sido cualquier cosa menos brillante a lo largo de los últimos tres años: cotizaban en su mínimo histórico (en torno a los $3 por acción, frente a los $32.5 de su salida en junio de 2015 o los $47.6 que llegaron a alcanzar en su mejor momento), y que parece ser que la compañía llevaba algún tiempo explorando la posibilidad de una venta. Las especulaciones debidas al presunto interés de Alphabet han dado lugar a un incremento del 27% en la cotización de Fitbit, que alcanzaría gracias a ello una valoración próxima a los 1,400 millones de dólares.
La operación tendría sentido considerando en primer lugar la desastrosa evolución de Fitbit desde que salió al NYSE: claramente, la compañía que logró en su momento generar un importante movimiento en torno a sus dispositivos para medir la actividad física había quedado completamente eclipsada por la fuerte competencia del Apple Watch en su segmento superior, y de monitores más sencillos y baratos como los de Xiaomi y similares en la parte baja del mercado. La adquisición en diciembre de 2016 de los restos de Pebble, la pequeña startup que dio lugar con su exitoso crowdfunding a la categoría smartwatch que después conquistó Apple, proporcionó a Fitbit la capacidad para adentrarse en el diseño y fabricación de relojes, pero el mercado ha ido acogiendo sus sucesivos lanzamientos de manera completamente decepcionante. Desde hace años, Fitbit es una compañía que vive de un decreciente segmento fiel a sus productos, pero de muy poco más interesante. Incluso la reciente noticia de un acuerdo con el gobierno de Singapur para ofrecer un programa de salud a nivel nacional basado en sus dispositivos no logró que la compañía obtuviese más aprecio de los inversores, ni saliese de una zona de cotización de en torno al 90% por debajo de su precio de salida.
Para Alphabet, adquirir a un veterano del diseño y la fabricación de wearables de monitorización de la actividad física supone la posibilidad de añadir una categoría con un crecimiento potencialmente muy elevado a su división de hardware. Una categoría, además, en la que aún reina Apple gracias a un Apple Watch que logró un espaldarazo importantísimo con la aprobación de la FDA, pero en la que podría esperarse una evolución similar a la que la marca de la manzana ha experimentado en otros segmentos en los que, tradicionalmente, sus productos permanecen como «objetos de deseo» al alcance de un 10% de la población, mientras el restante 90% es rellenado por otras marcas. Si Google lograse en el segmento wearables algo similar a lo que consiguió con Android en el segmento smartphone, la adquisición podría tener, obviamente, muchísimo sentido.
La diferencia, lógicamente, está en la dualidad entre plataforma – o sistema operativo – y producto. En el segmento smartphone no es Google quien domina el mercado, sino una serie de marcas de electrónica de consumo que utilizan su sistema operativo Android, mientras que sus propios dispositivos Pixel tienen, como tales, una penetración relativamente escasa. De hecho, en el segmento smartphone, Google vive una dualidad compleja: si bien intenta mantener un liderazgo tecnológico con sus Pixel, la idea de que de alguna manera se conviertan en un éxito de ventas y compitan con los grandes fabricantes de dispositivos con sistema operativo Android como Samsung, Huawei y otros genera la lógica preocupación relacionada con la posibilidad de que esas compañías desarrollen sistemas operativos alternativos.
En el segmento wearable, sin embargo, podría existir una oportunidad importante, dado que hablamos de una categoría con fuerte crecimiento y mucho mercado que alcanzar, cada vez más asociado con la preocupación por el estado físico y el cuidado de la salud, y con evidencias de un importante papel en la medicina del futuro, tanto como mejora del bienestar de los pacientes como por la potencial reducción de costes para los sistemas de salud que supone la detección temprana de muchas dolencias.
Si el caso de Singapur, un país con un sistema nacional de salud muy sofisticado y de elevada calidad, llega a demostrarse eficiente en forma de una mejora asistencial, un incremento de la calidad percibida o una disminución de costes, otros países seguramente se apuntarían a la experiencia, y el mercado de los wearables podría experimentar un incremento muy elevado, como comento en el capítulo 4 de mi libro, «Viviendo en el futuro«, titulado «La salud, que no falte». En un escenario así en el que el quantified self y la monitorización de nuestros parámetros de actividad y salud se generalizan, incluso aunque se plantee en un plazo relativamente largo, el posicionamiento de Alphabet con su división de ciencias de la salud, con compañías como Calico o Verily, podría pasar a representar un activo importantísimo, tanto por sus posibles desarrollos como por su enfoque a datos, otro activo que también en el caso de Fitbit se comenta que puede tener un valor muy elevado de cara al desarrollo de algoritmos diagnósticos.
Una adquisición, por tanto, muy interesante, de una compañía que no pasaba pos su mejor momento pero que reúne a numerosos veteranos especializados en wearables y en la monitorización de parámetros relacionados con la actividad física y la salud, y que aventura una competencia mucho más dura en el futuro en una categoría en la que Apple disfrutaba de un dominio indiscutible. Y un segmento, además, cuyo desarrollo en un entorno más competitivo puede acabar significando cosas muy interesantes para todos en algo tan importante como la salud. Que al fin y al cabo… es lo que importa!
ACTUALIZACIÓN (01/11/2019): Operación confirmada.
This article was also published in English on Forbes, «Alphabet and Fitbit: could this be the competition the wearables segment has been waiting for?«
Hay un número amplio, pero limitado, de personas realmente preocupados por saber las calorías que han quemado, los pasos que han andado y las palpitaciones de su corazón, por eso nadie ha alcanzado las expectativas que tenía en el sector.
Yo esperaba que al reloj le dieran mas usos, como le ha pasado al Smartphone, que cada vez vale para mas cosas, pagar, saber cuando viene el autobús, radio,. juegos…. pero siguen con la misma sota. caballo y rey que tenía hace años. Todos los hipocondríacos se la han comprado, quedamos los que no lo somos. ¿Bien y ahora qué? ¿Esperar solo la aparición de un modelo más elegante y con mas fino diseño?
Yuka lo está petando justo en ese nicho «amplio, pero limitado». Incluso me ha llegado una leyenda urbana de empleado de un supermercado que dice al clientes que está prohibido escanear productos.
La alimentación es para muchos, especialmente mis padres, una religión, con dogmas de fe y la creencia en «alimentos milagro».
En internet, hablar de nutrición es provocar un #flame en cuanto rebates «creencias» infundadas. Hace años leí que en California el culto al cuerpo era la nueva religión. Puede haber un futuro billonario para Yuka y otros que logren conectar con ese nicho tan amplio de quienes no van a misa y necesitan una nueva religión.
No, no es eso. Es que llegue tu médico y te diga que te pongas un wearable o utilices un dispositivo determinado para así hacer un mejor seguimiento de tu salud, o que llegue la Seguridad Social y te diga que con el fin de mejorar el tratamiento que se hace de determinados trastornos, por favor contribuyas con los datos de un wearable determinado a un estudio, con la contrapartida de una atención mejor y una posible detección precoz de determinados problemas de salud. De eso estamos hablando, no de usar un wearable porque está de moda o para saber si haces mucho o poco deporte. Te has quedado en la primera idea de para qué era un wearable, te falta proyectarla a futuro. ¿Qué crees que pretende el sistema de salud de Singapur con su alianza con Fitbit? Ni más ni menos que mejorar la percepción de sus ciudadanos gracias a la detección precoz de posibles elementos de morbilidad, y la rebaja de los costes asistenciales también gracias a esa detección precoz. Hablamos de cosas mucho más importantes que el diseño del wearable de turno, como ves. Dicho eso, el diseño también es obviamente importante: la propuesta de valor del Apple Watch era la monitorización del ejercicio, la del Apple Watch 4 es la de la detección de problemas cardiovasculares, y la del Apple Watch 5 la de la pantalla encendida en todo momento: como ves, algunos elementos son puramente estéticos o de diseño, otros son funcionalidades nuevas y muy potentes. Hay de todo, y las empresas de electrónica de consumo como Apple buscan, obviamente, vendernos sus dispositivos…
Admito que haya alguien que el médico le diga que utilice un wareable, como a otros les dice que tienen que utilizar un marcapasos, pero esa es una cantidad mínima de personas.
No se lo que pasara en Singapur, pero si de repente la Seguridad Social nos pusiera un wareable a todos, doble contra sencillo que habia alguien que se podía retirar con la comisión que le dieran por sacar el decreto ley.
No entro a debatir la sofisticación del sistema sanitario de Singapur, pero tengo muy presente que el Hospital Monte Sinai de NY es altamente sofisticado, Solo que a 200 metros de él, seguro que hay algún ser humano muriéndose de hambre. Y del sistema educativo de Singapur ya no digamos.
Que una isla, con poco más que un cuadrado de 25x25km y con claros problemas democráticos (dicen), sea el primero en ranking PISA no me dice mucho fiable, de su calidad educativa.
El famoso libro de texto «modelo para el resto del mundo», da un poco de risa pedagógica, teniendo en cuenta que el mundo es muy amplio, y tienen muy poco que ver, de media, con Singapur o Finlandia.
Es por eso que, como laboratorio, Singapur me parece más bien mediocre. Porque no todo en la vida es montar grandes premios de Fórmula I. La velocidad a la que evoluciona el ecosistema terrestre está siendo perjudicada, entre otras cosas, por las velocidades tan derrochadoras energéticamente de las llamadas sociedades civilizadas.
Y si de algo peca Singapur y Cía, es de civilizarse a marchas forzadas, cogiendo del concepto civilización las partes más inhumanas, para la mayoría de la humanidad.
Y si, claro, ya se que me metí mucho con la educación, pero podía ser con el sistema sanitario. O acaso los médicos se generan espontáneamente?
Me parece curioso que no comentes nada sobre privacidad. Resulta que ahora google va a tener si se culmina la venta a su disposición una información detallada sobre los usuarios de Fitbit. ¿qué compran una tecnología que cualquier fabricante chino tiene o una base de usuarios?
Si hasta el INE ha visto que esto de la estadistica basada en móviles es un chollo. ¿Cuánto tardarán en vender datos de biometría a las aseguradoras? ¿ O en tener a los usuarios geolocalizados en tiempo real para enviarles publicidad personalizada? ¿o a saber que se les ocurre..?
Y lo que es el colmo encima vamos a pagar por llevar la pulsera que les manda datos a mansalva. No somos más tontos porque no entrenamos. Bueno ahora con la pulsera además entrenaremos…
La privacidad es hoy una palabra vacía, si quieren saber donde veraneamos solo tienen que leer las matriculas de los coches que pasan por las autopistas, algo que ya hacenl o averiguar donde está tu móvil como hizo El Pais.
Lo que gastas y donde lo haces, por los movimientos bancarios y el cajero que utilizas, asi como por leer la matricula del coche al entrar en el hipermercado asociar tu matricula a la lista de la compra por si pagas en billetes, algo cada b vez mas raro
Te tienen fichado por el padrón municipal, que se lo dan a todo el que se invente un partido para las elecciones,.saben donde vives y si tienes coche, por el numero de la zona Azul, con los contadores Inteligente, sabes lo que gastas de luz y a que horas, Telefónica sabe las paginas web que ves donde estas y a que horas y con quien, ¿Que queda de privacidad?