Enrique Dans

¡Qué gusto, cuanto feedback! Así da gusto pedir cosas :-)

Os contesto a algunos de los temas surgidos en ese post:

La cuestión de la «presión por publicar diariamente» parece preocuparos a varios de vosotros. En realidad, creo que es interesante comentar que mi «modus vivendi» no es exactamente el de un «profesional de la empresa» ni el de un «profesional liberal», sino el de un «académico». Eso hace que lo que para otros resultaría una presión, para mí sea algo perfectamente saludable. Si un académico no se impusiese ciertas presiones que le obligasen a leer, a estar al día, a investigar y a preguntarse cosas, caería en la repetición del mismo mensaje, clase sí, clase también. Por eso para mí esa presión es intrínsecamente buena y está buscada de manera comletamente intencionada, pero no para obligarme a postear, sino para obligarme a leer y a estar al día.

¿Cómo funciono? Me he hecho completamente dependiente de Bloglines, mi agregador de feeds. Antes lo era de NewzCrawler, pero no me funcionaba igual. Bloglines es uno de los sitios donde paso más tiempo a lo largo del día. Me avisa cuando hay titulares nuevos, por los que procuro pasar rápidamente y seleccionar aquellos que miro con más detenimiento. En general, un cierto número de posts, dos o tres, de las cuarenta y tantas fuentes que consulto (aunque por supuesto no todas publican regularmente), me despiertan algún tipo de interés o me sugieren temas que comentar. En algunos casos, lo hago de manera inmediata, escribo algo, vinculo la fuente (si el sitio en donde lo he leído aporta valor, lo cito, si simplemente es una referencia, cito la fuente original, y normalmente, en versión «printer friendly«) y a veces lo enriquezco con vínculos “de mi cosecha” o con cosas que pueda tener hechas, presentaciones, artículos, etc.

Si no posteo de manera inmediata, la noticia que he encontrado de interés pasa a mi carpeta de Clipping en Bloglines. En esa carpeta se suelen mantener unas 10-15 noticias, que entran por su interés, y se van o bien cuando finalmente escribo sobre ellas, o bien si se me “pasan de moda”. También funciona como “repositorio”: si un día no hay nada que “me emocione especialmente” para escribir sobre ello (y sí es verdad que a veces hay días “anodinos” o informativamente “planos”), recurro ahí. No es por “cumplir el expediente”, sino porque cuando tengo cosas interesantes o divertidas que decir o interés por ver reacciones, no quiero dejar pasar la oportunidad de hacerlo.

Dudo que deje de postear un día por falta de material, francamente. Si no escribo será más por ataque de stress galopante, por un viaje con malas conexiones a la Red, o porque a la hora que pensaba postear, me he puesto a jugar con mi hija, o a ver una película, o a tomarme una copa con unos amigos. Si es por stress, dado que postear me relaja, intento por pura “autoprescripción facultativa” obligarme a pasar un rato en el ordenador. Y como soy de muy poquito dormir, suelo ser capaz de encontrar ese rato en algún momento del día o de la noche, no hay más que ver las horas a las que a veces salen las cosas (y reflejan la hora de comienzo, no la de fin).

Salvo esos temas, presión, lo que se dice presión, más bien poca, e inclinación a postear sobre temas poco relevantes por “rellenar el expediente”, más bien ninguna. Y el balance, por supuesto, profundamente positivo: muchísimas más satisfacciones que quebraderos de cabeza.