Tres tiroteos masivos en tan solo una semana en Gilroy, El Paso y Dayton, con un total de 36 muertos y 66 heridos, con los Estados Unidos liderando ampliamente este tipo de violencia a nivel mundial han llevado a que su presidente, Donald Trump, se dirigiese a los ciudadanos y responsabilizase del problema… a internet, a las redes sociales y a los videojuegos.
No, los videojuegos, por violentos que puedan llegar a ser, no tienen nada que ver con este tipo de delitos. La demostración es evidente: si clasificamos los distintos países en función de la facturación de las compañías de videojuegos y comparamos esa clasificación con el número de muertes violentas por arma de fuego, nos encontramos no solo con una correlación no significativa, sino también con un único y destacadísimo valor atípico correspondiente, por supuesto, a los Estados Unidos. La disponibilidad y el acceso a las armas de fuego, consagrados en una enmienda constitucional que se escribió en 1791 cuando esas armas eran necesarias para enfrentarse a los peligros del día a día en un entorno radicalmente diferente al actual, juega también, sin duda, un papel fundamental.
Pero sobre todo, debemos estudiar el contexto: desde 2016, el número de actos violentos en los que se trasluce una motivación racial o una connotación de crimen de odio ha ido incrementándose gradualmente, a medida que el inquilino de la Casa Blanca radicalizaba más y más sus posturas en ese sentido. De cara a las elecciones de 2020, la postura de Donald Trump en ese sentido se ha hecho cada vez más militante, además de incrementar progresivamente el acoso a la población inmigrante y el clima de hostilidad.
Constantes soflamas y tweets abiertamente racistas, mítines en los que sus vociferantes seguidores le piden que eche a determinadas políticas del país y sobre todo, una fortísima intensificación de la inversión en campañas de Facebook hablando de una invasión del país, de una supuesta emergencia nacional y de la necesidad de construir un muro para evitarlo están contribuyendo a un progresivo enrarecimiento del sentimiento de muchos ciudadanos con respecto a la inmigración. Entre marzo y julio de 2019, los supuestos problemas relacionados con la inmigración han sido la piedra de toque constante de las campañas de Trump en Facebook, como demuestra claramente (ver ilustración) una herramienta que hace seguimiento de las mismas y permite consultarlas por temática y candidato.
No, el problema no es internet, ni las redes sociales, ni los videojuegos. El problema es un presidente irresponsable que inflama a la ciudadanía en torno a ideas inherentemente racistas, que proclama una dialéctica del «nosotros contra ellos«, y que utiliza esas redes sociales para administrar cuidadosamente esos mensajes de odio a aquellas personas que más han demostrado facilidad o tendencia a radicalizarse. Es, literalmente, como tener al mismísimo líder terrorista metido en la Casa Blanca, enfervorizando a sus seguidores continuamente mediante campañas en Facebook para que se echen a la calle, siguiendo una estrategia que recuerda poderosamente al genocidio en Myanmar. Cuando siembras odio y publicitas odio, recoges invariablemente odio. No son las herramientas, es el uso irresponsable que algunos hacen de ellas. Polariza, que algo queda.
This post is also available in English on my Medium page, «Donald Trump thinks videogames are to blame for America’s latest round of killing…«
No es por entrar en polémicas pero si vemos la estadística de homicidios en el mundo hay países mucho peores (y algunos de ellos del primer mundo).
Homicidios por país
Me encanta cuando te metes con políticos ineptos. Lo haces casi también como yo.
Pd. Por cierto, siempre firmo como Ángel «el bueno» para marcar la diferencia con el político que conseguí que condenasen, que también se llama ángel….
Cuando era pequeño. nos pasábamos el dia jugando a las guerras en el parque, al fin y al cabo, la Guerra Civil había acabado un lustro antes de que yo naciera.
Una de las primeras cosas que yo construí, fue un arco con una hoja de palmera y las flechas con varillas de un paragüas viejo. Me enseñaron mis primos algo mayores, Con ese arco, las flechas se clavaban en los árboles mas de un centímetro, podía haber matado a alguien con él, pero por suerte los accidentes no intencionados que causamos se curaban con mercromina y como mucho con una inyección antitetánica…
En el pueblo me enseñaron a hacer tiradores con un palo en Y las tiras de goma de un neumático viejo y un trozo de piel que nos regalaba el zapatero,.Con ese tirador maté montones de pájaros. Habia ballestas hechas con ballestas viejas de automóvil, pero yo no llegue a construir una, esas si eran realmente peligrosas, lanzaban saetas de unos 100 gramos de peso
Luego me pasé a la escopeta de aire comprimido, y mas o menos a los 16 años, a carabinas del 22 que tenían balas perforantes, trazadoras y balas dumdum, con las que podía también matar a alguien, pero desde 60 metros de distancia. Entoncers no se necesitaba licencia de armas para semejantes «juguetes»
Como yo, lo tenían todos los niños de mi generación, a ningunos de mis conocidos se le ocurrió matar gente en el supermercado, ni en el colegio, pese a ser la actividad guerrera, el juego principal de nuestra infancia.
Quien le dió por ahí, le dió por otros motivos diferentes a la habitual agresividad lúdica de los niños, fueron motivos psiquicos, siempre ha habido locos, deseo de conseguir riqueza por la via rápida, afán de venganza,…
No lo se, pero culpar a las películas del oeste que veíamos todos los domingos, o a la lectura del Guerrero del Antifaz, es de absoluta majadería.
Cuando yo era adolescente o joven y veía una película de policías y ladrones por la tele, indefectiblemente aparecía una abuela, la catalana o la asturiana, la que estuviera por allí, diciendo que esas películas (o series, o lo que fuera) eran como manuales donde los delincuentes aprendían y depuraban sus técnicas. Después eso pasó a los videojuegos y la cosa podía llevar a la descalificación global, por todo lo alto y ancho, de Internet.
Estamos ante un problema ya viejo en el tiempo y muy anterior a la existencia de la red. A mí, los videojuegos no me gustan, me cansan enseguida (como única excepción, que también acabé abandonando hace años, los simuladores de vuelo), pero puedo entender perfectamente que a muchos les apasionen. Conozco personas de una bondad auténticamente beatífica que protagonizan unas matanzas virtuales terroríficas; o magníficos conductores, respetuosos a tope con las normas de tráfico, que cometen tales brutalidades con automóviles virtuales que provocan ictericia al espectador.
Porque, como siempre, el problema no está en el videojuego, sino en la transferencia de éste a la realidad. Es decir, estamos hablando, pues, de educación y de educación especialmente en el ámbito familiar. Con cierta lamentable frecuencia veo a gente haciendo el burro por la autopista o por la ciudad y, dado su específico comportamiento, atribuyo en muchos casos las habilidades que muestra el imbécil a su veteranía en determinados videojuegos. Pero que el videojuego tenga una relación con ese comportamiento, no quiere decir para nada que el videojuego -ni quien lo creó- sea el culpable, sino la educación del bárbaro. En otras ocasiones, la tipología del comportamiento proviene de haber circulado demasiado con un padre hijo de la gran puta que, además de conducir como un cerdo, se jactaba ante su hijo de lo grande que era él y lo gilipollas que eran los demás. Eso también provoca transferencias indeseables (y en este segundo ejemplo no hay videojuegos).
Algún día la psiquiatría tendrá que dejar de dar importancia a algunas tonterías y ponerse en serio a analizar qué neurona torcida provoca tecnofobias que llevan a planteamientos tan estúpidos por parte de gente presuntamente (o que va de) seria. Aunque hay reacciones que en vez de los psiquiatras tendrían que diseccionarlas los humoristas.
Humildemente creo que lo que pueda aprender nadie de un videojuego, es irrelevante en comparación a lo que puede aprender siguiendo una de las numerosas series estadounidenses consagradas a mitificar a los asesinos en masa, y las procedimentales tipo CSI.
No sólo les dan consejos sobre acercarse más a un posible crimen perfecto, sinó que les muestran personas dedicadas a estudiar y memorizar cada una de las mierdas que hizo o dejó de hacer tal o cual tarado, en muchos casos alabando su número de víctimas y tiempo en ejercicio.
Mentes Criminales es un buen ejemplo de lo que digo
Enrique
Imagina que soy tu empleado y en un whatsapp de tus subordinados se dicen cosas como las denunciadas contra Carmena como:
* hay que comenzar las cazerias de guarros(con z si)
* Menudas mariconas… y si no están a gusto… Q se vayan a tomar x culo […] O mejor q se mieran
Lo normal en la dictadura de Stalin es que estos valientes fueran depurados al Gulag, y en la Franco en la cuneta, aquí en el atuntamiento de Almeida se archivan, y si los comentarios son en USA, los proclama el retrasado mayor del no reino
¿De quién es el problema? De ellos o de los que lo votan… ¿Por qué no hay un BOCIOT GENERALIZADO a estos políticos del PP o similares?
Los medios masivos en España, no van a boicotear a su partido favorito
Comulgan con su ideología, y son respaldados económicamente por los mismos amigos que ellos
¿Cuál es el partido favorito de los medios de comunicación en España? Es para comprobar si coincidimos o lo vemos de forma diferente.
Dicho que me parece una tontería acusar de nada a los videojuegos.. también me parece exagerado echar la culpa a Trump.
Coincido con Enrique, en considerar a Trump un imbécil integral y ciertamente, es de un racismo insufrible,. pero los asesinatos en masa, rara vez son racistas, (el del último caso si, pero no los anteriores), y muchos han ocurrido en la época de Obama, del que podemos decir muchas cosas a favor y en contra, pero dudo que nadie lo considere un supremacista blanco..
Creo que Enrique cae con frecuencia en «denunciar» una causalidad, donde solo existe una correlación estadística. ( Si Trump es ante emigrantes, y hay mas asesinato de emigrantes, Trump es el culpable) y este es un error típico de los malos científicos, en especial en sociología y política, ciencias «blandas», donde siempre resulta difícil, encontrar las auténticas causas de lo que ocurre y lo segundo, repetir las condiciones del experimento por un experto diferente.
Dos medidas imprescindibles para demostrar la posible veracidad de una teoría y la relacion causa/efecto de una hipótesis inicial.
Decir que los excesos verbales de Trump, motivan la criminalidad en America. no esta ni mucho menos demostrado y menos aun lo justifica en Norteamerica, un país violento desde mucho antes que Trump.
Según los políticos estadounidenses hay que echar la culpa a todo lo que no les gusta o no les llena los bolsillos, sean los juegos de rol o Marilyn Manson, simplemente hay cosas que no se tocan no se tocarán porque son PALABRAS MAYORES.
Evitar que los americanos puedan tener verdaderas metralletas en su casa sin recibir apenas preguntas, o por ejemplo aquí en España son PALABRAS MAYORES eliminar los toros, no ya quitar la monarquía sino que la hija de mayor edad sea reina antes que su siguiente hermano varón o los indultos.
Parto de la base que Trump (como Putin o Xi Pi) non son base suficiente para un debate sobre la violencia en el mundo. Son demasiado violentos. Pero me gusta el dato de 1791, favoreciendo al posesión de armas de fuego en los USA, para masacrar al nativo norteamericano. Que luego se mataran entre ellos, viene a ser un efecto colateral de una sociedad ultrabeata y colonizadora a tope.
Pero, aprovechando que me pulí estes días las temporadas de Jessica Jones y The defenders, me gustaría replicar a los que no ven nada de aditivo minorista del caráter violento instintivo que tenemos todos los seres humanos. Y que se diferencia mucho de tirar con pistola de palo, con flecha de paraguas e incluso quemar rabos de gato.
Se habla mucho de la violencia didáctica (si «didáctica»!) y tebeiana del Tarantino y se pasa por alto la violencia gratuita de estas series de Marvel. Sobre todo, porque la visón del comic papel no tiene nada que ver con la audiovisión de la serie TV. incluso diría que el videojuego no llega a su furor, normalmente. Suelen estar más delocalizados.
Y digo gratuita, poeque las escenas de violencia decían lo mismo con un tercio del tiempo dedicado a elllo. Porque la violencia que se visiona (y se escucha) con este tipo de marvelianos, nada tiene que ver con cierta violencia que puede hacer Superman o Spiderman. E incluso con la violencoa visible para el ciudadno medio de la que sucede en nuestras ciudades. Dejando de lado el ver en la tele a niños muriendo de hambre y demás.
Y, como decía otro comentariata, con la violencia casi clandestina de series como Mentes peligrosas. No todo el público de la TV está, para adentrarse en el mundo psicótico de determinados enfermos mentales. O.lo que es peor, en el mundo de gente que parece normal, pero no tienen casi nada de homo sapiens (completo!).
Y, repito, no se trata de aliarse con cuasipsicópatas tipo Trump. Ellos tienen una mente criminal, aunque presumen de lo contrario. Y ellos con sus seguidores colaboran eficientemente en el mantenimiento del caos. Por ejemplo,defendiendo una enmienda que ya no tiene a nativos «estadounidenses», aunque si tiene a nativos americanos de todo tipo y cultura, que gustan de seguir tratando como «salvajes».
Y no se trata de censurar, es necesario educar al ser humano, para que sea capaz de controlar su base instintiva, y capacitarlo más en el uso de su inteligencia racional y emocional.
Si nosotros fomentamos en nuestra memoria el almacenamiento de vídeos violentos, no podemos pensar que, cuando vayamos a ese cineclub íntimo que tenemos en el cerebro para escoger una peli, salgan muchas de tipo documental, familiares, históricas… con violencia menos gratuita.
También resulta muy alucinante que la gente vea Gladiator o Game of Thrones, y las considere muy violentas… la historia que describen tiene que tener su dosis de violencia y la historia de todos los cesarismos pasados de rosca tienen exceso de violencoa que mostrar. ¿La guardamos bajo la alfombra?
A mis hijas nunca les he censurado contenidos de ningún tipo -salvo en lo referente a la adecuación por la edad, como es lógico- y han visto por televisión, en videojuegos y por Internet todo tipo de idioteces -algunas de ellas, violentas- y, bueno, me han salido unas ciudadanas la mar de bien puestas: una es graduada en Historia con dos másters y la otra termina Filología Hispánica el curso próximo, no tienen antecedentes penales ni policiales, la mayor tiene permiso de conducir y no ha sido jamás multada ni se ha visto involucrada en accidente alguno.
¿El secreto? No es tal si se quiere ver: su madre y yo poniendo el epílogo a cada brutalidad televisiva o informática, ayudándolas a diferenciar correctamente lo que es una fantasía… en fin, artística (que le dicen) de la realidad. Claro, esto obliga a los padres a trabajar, a estar pendientes de sus hijos, a ocuparse de lo que hacen, de lo que ven, de lo que oyen y de lo que piensan, ayudándoles a interpretar correctamente (cívicamente) todo lo que transita por su entendimiento. No es difícil, pero cuesta trabajo y tiempo. Y no: la escuela, por sí sóla, no es suficiente. Ni de lejos.
Toda la razón, muchas veces, los comportamientos intolerantes, e intolerables, han tenido el caldo de cultivo en la educación por parte de los padres. Si añadimos la facilidad que da la red para contaminarse con informaciones tóxicas….
Querido Jesús, aprovecho para mandarte un saludo pirata, que hace años que no nos peleamos con el tema de los derechos de autor.
La red está mostrándonos la verdad, quienes somos en realidad. La mayoría tenemos pánico a «que nos laven el cerebro», y justo vamos con el lleno de mierda.
Decía un alpinista, que la montaña te muestra como eres, que puede que no te guste, pero que es la verdad.
Un cordial saludo
No sé dónde leí que precisamente durante los días después de grandes estrenos de videojuegos, las estadísticas de tiroteos y muertes descendían, porque los dementes estos que matan están metidos en sus casas matando zombies.
Suena lógico.
Así que los videojuegos de matar pueden ser hasta buenos.
Me parece de muy mal gusto que estén contradiciendo al presidente de Estados Unidos, el país más avanzado del mundo.
Primero se dedicaron a decir que no había armas de destrucción masiva en Irak, cuando Bush Jr. nos salvó de la destrucción masiva del Islam.
Y ahora lo intentan con Trump, que es el mejor empresario que podía haber llegado a presidente. Sus palabras valen más que el mejor premio Nobel.
Además aportan datos para afirmar que Trump está equivocado. ¿Y a quién le importan?
Esto no va de tener razón. Va de ganar dinero. Y la culpa no la tiene Trump, que para mí es uno de los mejores líderes (tóxicos) del planeta. La culpa la tienen los votantes. Y para todo lo demás, MasterCard.
A mí me gustaría que un periodista le preguntara a Trump lo siguiente:
¿Porque ve aceptable que pueda haber, legalmente, en cada hogar armas de fuego, pero en cambio no considera aceptable que cada país pueda llegar a desarrollar bombas nucleares?
¿Puede dar una respuesta razonada?
Donald Trump:
¡BUILD THE WALL! ¡BUILD THE WALL!
¡GO HOME! ¡GO HOME!
Next question please?