Un artículo sobre la opción en la que Instagram almacena las supuestas preferencias de publicidad de sus usuarios y la comprobación de su brutal futilidad desencadenan un juego en Twitter en el que los usuarios muestran esas preferencias y se mofan de lo absurdas que son, mientras nos lleva a reflexionar en la imagen que de nosotros tienen unas compañías tecnológicas que creen saberlo todo y que, en realidad, solo pueden observarnos a través de un minúsculo agujero y tratar de deducir cosas, como en la famosa alegoría de la caverna de Platón.
La opción se encuentra entrando en Instagram, yendo a vuestro perfil (esquina inferior derecha), pulsando el menú de las tres líneas horizontales en la esquina superior derecha, entrando en configuración (abajo de todo), seguidamente en Seguridad, en Acceder a datos y, finalmente, en la opción de más abajo, Intereses para anuncios. Lo que se muestra es un interminable listado de lo que Instagram supone que son vuestros intereses, los temas que, sea por las fotos que publicáis, por las que veis o por lo que sea, la compañía supone que son vuestros intereses.
El resultado no puede ser más absurdo. En la imagen tenéis los intereses que me atribuye: ¿Seúl? ¿Un sitio en el que he estado una vez en mi vida y del que, lógicamente, publiqué algunas fotos allá, pero que ni siquiera están en Instagram? ¿Drama Coreano? ¿De dónde diablos puede haber extraído esa conclusión? ¿Dinero? ¡Si ni siquiera me encargo del poco que tengo, responsabilidad que corresponde íntegramente a mi mujer!! ¿Deportes? Pues no mucho más allá que cualquiera, francamente… ¿HUSTLE? ¡Si ni siquiera sé a qué diablos se refiere!! Por no mencionar la insistente repetición de temas relacionados con el ejército de los Estados Unidos, en el que no tengo ni el menor interés…
Las únicas que mínimamente acierta, lo hace por lo enormemente genéricas que son: ¿comida? ¿Aficiones? Sí, claro, como cualquiera. Pero a partir de ahi, son pocos los casos en los que veo algo que realmente refleje un interés particular y diferencial mío.
¿De verdad tengo que suponer que eso es algún tipo de representación de mis intereses de algo? Es, pura y simplemente, patético. Una mirada fútil a mi vida tal y como se proyecta a través de las fotografías que subo a Instagram, que ya de por sí no son en ningún caso un reflejo de ella sino de circunstancias generalmente casuales – voy por el mundo y veo algo que me apetece fotografiar, sin más – que pretende absurdamente acertar a la hora de mostrarme publicidad, cosa que por supuesto, no hace, porque ni siquiera tengo idea del tipo de publicidad que me muestra Instagram ni, para ser sincero, de si me la muestra o no.
¿Qué tal os reflejan a vosotros los supuestos intereses que Instagram afirma que tenéis? ¿Tiene posibilidades, una compañía, de acertar con su publicidad si paga porque la veáis basándose en esos supuestos intereses? Pues en eso, ni más ni menos, se basa el éxito de una de las propiedades más rentables que tiene Facebook. Ese es el nivel. El experimento vale la pena, sobre todo, si tu compañía paga por hacer publicidad en Instagram: entra en tus preferencias de publicidad, observa cómo de acertadas son, y plantéate cómo de bien estás invirtiendo ese dinero que tantas ventas y tanto trabajo te costó obtener… eso si es que no estás haciendo publicidad en instagram simplemente «por hacerte el moderno», porque la agencia te ha convencido de que «había que estar ahí», o en busca de ese supuesto público joven que tan supuestamente difícil resulta encontrar. Plantéatelo.
Tratar de segmentar los intereses de una persona en función de las fotografías que publica o las que ve en un timeline es, probablemente, bastante absurdo, y de ahí los resultados. Que publiquemos fotografías de comida de vez en cuando no refleja necesariamente que nos guste la comida más que a cualquier otro, sino que un plato, su presentación o el hecho de que sea fuera de lo común nos llamó la atención. Que de repente publiquemos diez fotos de una ciudad no es que necesariamente constituya parte de nuestros intereses… ¡es que estamos de viaje en ella, y punto! Ver a los genios de Instagram intentando extraer conclusiones de algo así, intentar tener una imagen mínimamente acertada de nuestros intereses a través de lo que ven en la aplicación resulta patético, y te lleva a plantearte realmente si eso es lo mejor que saben hacer, a entender perfectamente por qué esa supuesta publicidad hipersegmentada da tan poco de sí. Que sigan creyendo que mis intereses son Seúl, el drama coreano y el K-Pop, a ver si así consiguen venderme algo…
This post is also available in English on my Medium page, «What do Instagram and Plato have in common?«
La segmentación en publicidad es un desastre, no es un secreto.
Lo realmente apasionante es cómo estas compañías convencen a las agencias de publicidad del potencial que tienen y, en última instancia, cómo éstas se lo venden al usuario final. Al fin y al cabo, es parte del negocio de las agencias también, supongo que poner anuncios en el periódico local se le llamará actividad de poco valor añadido. Aunque pueda ser más rentable en muchos casos.
Igual de apasionante que convencer a los inversores de bolsa de que tu empresa tecnológica, que hace lo mismo que otras veinte, vale 100 veces más de lo que factura.
Hace falta eliminar muchas asignaturas técnicas de las escuelas de Ingeniería e incorporar otras de ventas, etc.
Acabo de comprobar mi perfil y me he reido un buen rato, sobre todo tratando de saber que diantres eran esos términos que tanto me interesan.
Lo curioso es que, los pocos ratos que interacciono con la app, suelo ser muy generoso con mis likes y me consta que la aplicación algo debe conocer mis gustos porque, cuando utilizo el buscador, me sugiere colecciones de imágenes que si cuadran con mis intereses.
Sin embargo con la publicidad rara vez aciertan, por lo que me da por pensar que el «más interesante» es en realidad el que paga por serlo.
Desgraciadamente no tengo perfil en Instagrám por tanto no puedo saber la imagen que de mi puede tener. Sin embargo yo estoy convencido que tu caso es el de las inmensa mayoría, no solo en Instagram sino el otros grandes emisores publicitarios como Google, Twittwr, y por supuesto Facebook.
Las grandes lineas que conforman tu persona , el sexo, la edad, el pensamiento político, la adscripción a determinada clase social, etc, si se pueden deducir con bastante acierto de tu rastro por Internet. Por tanto, los datos que Facebook:dió a Cambridge Analytica, probablemente si fueron validos y útiles» al partido Republicano para dirigir su publicidad,
Pero superado estos gruesos brochazos, los detalles pasan desapercibidos a estos recolectorees de datos, porque tenemos muchisimos intereses, pero la gran mayoría son temporales y a vece incluso el interés no dura mas de unos días, como tu viaje a Seul.
Un amigo opinas que a lo único que somos fieles durante toda la vida es al equipo de fútbol, el resto lo somos temporalmente, a un partido político, (no conoces a quien fue de izquierdas y hoy piensa como VOX), a la religión, (pasamos del cristianismo, al ecologismo), al amor y la amistad, (cuantos divorcios y amigos olvidados),….
Si de los grandes temas, (excepto el equipo de futbol), cambiamos a lo largo de la vida, de los pequeños, ni te hablo. Iba de turismo por Europa,, pero ahora a una playa y no me muevo, Me gustaba el picante, pero me ha subido la tensión. Siempre vestí de traje y corbata, pero ahora voy de vaqueros . Oía la radio, pero ahora pinto al óleo, Compara el periódico, pero ahora me informo por Twitter.,… . Lo que tu dices, que deducir de 10 fotos de Seul que te interesa Corea, es como puensar que si subo una silla electrica me interesan los muebles.
Me fastidoa repetirme pero hace unos días decía :
Sin haber hecho ningún tipo de estudio, tan solo evaluando lo que a mi me ocurre, cuando soy el «potencial cliente» de la publicidad contextual,. puedo asegurar, que la publicidad mostrada en función del contexto, tiene poquísimo mayor efecto que la publicidad simplemente colocada al buen tuntún.
Quiero aventurar una hipotesis, y creo que esa falta de efectividad viene del hecho de que no parece que IG recolecte información fuera de su web o aplicacion, Facebook si lo hace (es necesario para su famoso plugin de comentarios) por lo que se puede decir que aciertan mas.
Curiosamente debo decir que IG no tiene ninguna información mia en ese criterio… curioso
Por si sirve de algo… a mi también me aparece Seúl o los ejércitos USA :)
O cosas como Plenairismo, que no sabía qué era…
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Deben deducir de tus «preferencias publicitarias» que eres un militarista de cojones,
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Supongo que te llegan a cientos anuncios de «Relojes del ejército Ruso», «Cursos de supervivencia en la selva» y «Manuales de autodefensa».
Me encanta en cambio «Pop barroco» ¡¡¡ Yo quiero que piensen una casa así de mi !!!
Jajaja… Ya me parecía a mi que había muchas cosas relacionadas con el Departamento de Defensa. Y hasta con el presi!!
Una cosa es que crea que no tienen mucho conocimiento de nosotros y otra es que no tengan absolutamente idea de lo que nos interesa.
Es tan grotescamente malo el resultado, que uno que es muy mal pensado, piensan que es específicamente para que lea cada uno el suyo, pero seguro que tienen uno realmente mejor..
¿Qué ocurre si esto es lo que ves tu, y no te sientes reflejado en absoluto? – Que dices, ¡Tanto preocuparme de mi privacidad para esto!, – Pues eso es lo que deben querer que pienses. .
¡Piensa mal y acertarás! Un refrán muy español que los anglos no entienden. Por lo menos el profesor Vaughan no le daba ningún crédito y además no le gustaba, él es más positivo y cree lo contrario.
Por cierto que acabo de ver que siguen emitiendo en directo. Esta vez en Youtube en lugar de en la TDT:
Vaughan Tv En Vivo
La Brigada Político Social franquista se caracterizaba por tener pocos cervantinos en sus filas. Los informes que alguna vez se pudieron colar al público, hasta eran «simpáticos» de lo brutotes que eran (intelectualmente). Pero cuando se ponian a dar hostias, no habia simpatía ninguna, ni puto reconocimiento de su escasa capacidad de raciocinio y emoción.
Así que no tengo porque pensar que los algoritmos que producen gente de poco cerebro, por muy poderosa que sea, tenga un cariz muy diferenciado.
Lógicamente lo de «poco cerebro», es por considerar que todo cerebro humano dominado por la droga del poder, no deja de ser un cerebro tullido.
Hasta el mayor dictador, o el mayor hacker de la historia, tienen tal ego cancerígeno, que la propia historia demuestra que son una cagadita de mosca en el mapa cósmico que nos ha tocado habitar.
Tampoco he consiguido averiguar del todo, en que se diferencia Istagram de programas como Gran Hermano. Los llamados influencers, por ejemplo, no dejan de ser actores de un programa fuertemente cargado de inteligencia racional y emocional de cartón piedra virtual (dejando aparte a Shakespeare o Calderón, que son auténticos genios representando tales capacidades humanas). La compra de seguidores deja en pecata minuta el papel del «clac» en la función teatral.
Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
Muy interesante… Yo tampoco uso instagram. Pero pensando en este tema, se me ocurre una frase:
“Dale tiempo”
Esto es como el mono tonto que al final aprende y domina el planeta de los simios.
Y el problema es precisamente… ese: DARLE tiempo.
El hecho de que nos describa mal, no quita que nos esté describiendo, y para colmo, chivateando lo que cree de nosotros a otras empresas, cobrando de un servicio que no nos paga.
En un comentario citaban al gran hermano. Pues lo mismo. Unos actúan, otros miran, pero los que cobran son los del medio.
Soy consciente de la necesidad de difusión de las marcas y de generadores de contenido, que intentan lanzar su mensaje, o bien vivir del internete con todo el derecho del mundo. Y también comprendo que, si me ayudas a difundir, tienes cierto derecho a ganar con ello. Pero el abuso de Facebook y sus secuaces es, cada vez, más intolerable.
Bueno… ya me puedo ir a la cama tranquilo.
Como de costumbre, gracias por estos temas que nos obligan a pensar.
Saludos!
¿Nos espían realmente las redes sociales? Efectivamente si, pero no lo hacen tan bien como muchos usuarios piensan.
Realmente se equivocan mucho,.
Por ejemplo, yo creo que veces páginas web de diferentes categorías, pues cuando creo esas páginas debo buscar información sobre ese tema, incluso a veces lo hacen marcas que no me gustan. Mi perfil está bastante distorsionado (en muchas publicidades coincide).
¿realmente creeis que lo que os muestran es lo que saben de vosotros?
Enrique, acabas de alegrarme el día. Me estoy partiendo la caja porque entre tres o cuatro aciertos (lectura, ilustración, Art & Interior Design) me planta organización territorial de Brasil, Guía Michelin, música hip hop, volunteer fire department y, ya, el colmo, Canon EOS… ¡a mí, que soy nikonista feroz e irredento! :-D No hago una relación exhaustiva por no meter aquí un rollo inacabable, pero es realmente sorprendente lo poco que saben y lo mal que conocen. Porque en esta relación, lo más espectacular no son sus burradas sino sus omisiones.
En fin…
Hola Enrique,
al hilo del tema de esta entrada en tu blog, me pregunto si has leido el libro de Shohsana Zuboff, «The age of surveillance capitalism». En él se hace una descripción acerca de estos métodos de evaluación de datos y metadatos y no le da poca importancia al tema. Más bien es el centro del libro. ¿Crees que no sirve de nada la recolección de datos que ejercen la mayoría de grandes empresas? Tal vez lo de menos sea el tema de la publicidad, si no lo que la autora nombra como «creación» de perfil de comportamiento futuro para generar la demanda y no vendernos la oferta. Thx