Si no tienes demasiado contacto con los Estados Unidos o no te interesas por su política, es posible que todavía no hayas oido hablar del Green New Deal, un programa de estímulo económico que combina una nueva política energética, un movimiento para el control del cambio climático y un intento de transformar los recursos necesarios para ponerlo en práctica en elementos como creación de riqueza y empleo.
El Green New Deal debe su nombre al New Deal, otro programa similar establecido por el presidente Franklin D. Roosevelt entre 1933 y 1936, que reformó los mercados financieros y fue capaz de reconstruir una economía estadounidense que había quedado gravemente dañada tras el crack bursátil de 1929. El término fue utilizado originalmente por el periodista Tom Friedman en dos artículos escritos en 2007 en el New York Times, «The power of green«, y «A warning from the garden«, y ha sido retomado recientemente por un amplio grupo de políticos y organizaciones con simpatías fundamentalmente demócratas, con la parlamentaria más joven del Congreso norteamericano, la latina Alexandria Ocasio-Cortez, como una de sus figuras más visibles.
Entre las medidas que proponen están cuestiones como la inversión gubernamental en energía y recursos eficientes, las energías reutilizables y la microgeneración, el replanteamiento de infraestructuras para crear empleos, fuertes impuestos a las compañías de petróleo y gas, incentivos financieros para las inversiones sostenibles y la reducción del uso de energía, y también medidas económicas como una nueva regulación de las finanzas internacionales, incluidos los controles de capital, un mayor control de los derivados financieros o frenos a la evasión de impuestos corporativos a través de paraísos fiscales.
Por supuesto, muchas de las medidas propuestas están generando grandes polémicas, algo razonable considerando que supone una exploración de nuevos terrenos en política, una reordenación drástica de criterios en función de un objetivo que se ha plasmado como absolutamente urgente en los últimos informes científicos, y que además, es positivo por lo que tiene de situar el debate donde debe estar, en lugar de en la oscuridad, la mentira y la desinformación donde otros pretendían mantenerlo.
El Green New Deal supone una nueva manera de marcar prioridades en política que tiene para todos ahora mismo una importancia dramática, prácticamente un ser o no ser de cara al futuro. Junto con la caída de la popularidad y el pronto impeachment del imbécil que ocupa la Casa Blanca, son ahora mismo los dos elementos más positivos que nos puede dejar la política norteamericana. Habrá que estar atentos.
This post is also available in English in my Medium page, “The Green New Deal: hope at last?«
Bastante hipster
Soñar y jugar es lo que nos mantiene medio cuerdos y nos aleja del suicidio.
Ojalá fuéramos histers nórdicos soñando con un mundo sostenible y jugando a hacerlo realidad, en vez de llevar 10 años acordándonos de cuando había burbuja inmobiliaria y atábamos a los perros con longanizas.
Si Ocasio Cortez es la figura más visible de algo lo mejor es no acercarse a ese algo…
Algunos sabemos lo suficiente de política americana como para tener en cuenta el brutal déficit que arrastra desde que comenzó la crisis. Pero lo esencial es gastar más dinero público en juguetitos para hipsters.