No esperes que este proyecto se convierta en masivo, pero es una interesantísima idea que apunta reflexiones muy interesantes: un proyecto de código abierto basado en Raspberry Pi y diseñado por el danés Bjørn Karmann llamado Project Alias, que superpone a asistentes domésticos como Google Home o Amazon Echo una cubierta con apariencia de plástico fundido, bajo la que se oculta un dispositivo que reproduce constantemente un sonido blanco e impide la escucha del asistente, hasta el momento en que lo invoquemos con la palabra que decidamos utilizar. Cuando lo invocamos, el dispositivo interrumpe el sonido blanco, transmite la petición a nuestro asistente con la palabra preestablecida, y obtenemos la respuesta o ejecutamos el comando correspondiente.
La idea no es solo poder utilizar la palabra de activación que queramos libremente elegir en lugar del consabido «OK Google» o de «Alexa», sino además, impedir cualquier posibilidad de escucha al margen de las peticiones del usuario. Los asistentes domésticos escuchan el sonido del entorno en que se encuentran únicamente cuando son «despertados» por la palabra de activación o cuando creen escucharla, momento en el que sus micrófonos intentan capturar el comando que supuestamente el usuario pretende utilizar. No son pocos, sin embargo, los que piensan que este tipo de asistentes pueden ser conectados a voluntad de las compañías que los controlan con fines variados que pueden ir desde el control de audiencias hasta el intento de capturar hábitos, usos y costumbres de los usuarios con el fin de segmentarlos de una manera más precisa, funciones que podrían ser desarrolladas al margen de cualquier control por parte del usuario. Poniendo encima del dispositivo una «tapa» que imposibilita esa escucha y que es controlada inequívocamente por el usuario pondría, hipotéticamente, fin al problema.
La idea tiene un interesante paralelismo biológico: sería una estrategia de parasitismo que utiliza las capacidades del dispositivo pero arrebata su control al fabricante para dárselo al usuario. Una manera de tener las ventajas de una smart home, sin tener que entregar una parte importante de su control a un tercero. En contra, la más que probable pérdida de sensibilidad del asistente: dispositivos como Google Home o Amazon Echo cuentan con un elevado número de micrófonos direccionales que permiten que sean capaces de escuchar comandos desde prácticamente cualquier parte de una habitación o incluso desde otras partes de la casa, algo que sería muy difícil de replicar con un dispositivo de este tipo. Por otro lado, el factor forma: los diseños que hemos visto hasta el momento se adaptan a dos dispositivos, uno de los cuales, de hecho, ya ha visto variar su diseño (el Echo y el Echo Plus actuales de Amazon ya no se parecen al dispositivo original, metálico, más alto y estrecho). Una de las cuestiones más habituales que surgen cuando se pone en marcha un hogar digital es el paso desde un simple «salón digital» con un dispositivo, al momento en que comienzas a llenar la casa de otros aparatos, desde bombillas y enchufes a asistentes de otros tipos más pequeños, dotados de imagen, etc., sobre los que no se puede o resulta más difícil superponer otro, como el Echo Spot o las versiones más pequeñas, el Echo Dot o el Google Home Mini.
En cualquier caso, una reflexión interesante acerca del control de un tipo de dispositivos cada vez más ubicuos, que han venido con sus propias reglas… pero que podemos llegar a plantearnos cambiar.
This post is also available in English in my Medium page, “What Project Alias tells us about our need for privacy«
El párrafo final me lleva a una pregunta tonta, o dos.
¿En que momento el ser humano empezó a despreciar el control sobre las normas que dirigen su vida?
¿En que momento de su evolución consideró necesario que las pautas evolutivas (el cambio), pasaran de ser dictadas por la naturaleza a ser dictadas por un grupo de humanos todopoderoso (fuese cual fuese)?
Igual de peligroso, pero mucho mas erótico. ¿Quien garantiza que no son capaces de oír, hoy o mañana, con el capuchón puesto?
Si lo diseñara yo, siguiendo mi linea de defensa Kun-fú, (aprovechar en tu favor la fortaleza del enemigo) , y que se resume en la máxima, «Si quieres información, taza y media», mas que intentar tapar el sonido de las conversaciones le pondría una conexión directa a Radio María, mejor que no oír, es tenerlos muy entretenidos con lo que se dice allí.
Por qué no hacen un micrófono en un reloj de pulsera, que se conecte SOLO cuando aprietas un botón y a la vez hablas, de forma que tengas la seguridad, de los momentos que te escucha y que fuera de ellos está desconectado.
Vamos, un microfono como el de Dick Tracy
https://images-na.ssl-images-amazon.com/images/S/cmx-images-prod/Series/121096/121096._SX360_QL80_TTD_.jpg
Ingenioso, una version moderna del trozo de cinta en la cámara y el micro, lo malo es que ahora en vez de desbloquear un aparato tienes que desbloquear dos porque el primero no te oye… y para bloquear lo mismo. Un poco rollo, lamentablemente. Aunque la idea de sabotear el espionaje de las compañías es interesante, porque detrás de los micros vienen un ejército de cámaras domésticas «para hacernos la vida más fácil».
No, de desbloquear el dispositivo se encarga el Alias. Lo usas exactamente igual, simplemente lo llamas como te dé la gana…
Exacto. Tu por ejemplo le dices al capuchón… vamos Paco… o lo que hayas configurado. Y el capuchón le dice al home assistant OK Google o Alexa o lo que sea. Mientras el capuchón no se activa con Vamos Paco le tapa los oídos al home assistant.
ok, entonces tiene más sentido. Lo que mosquea un poco es el ruido blanco ese que emite el aparato para trolear al altavoz, suelen ser bastante desagradables… se sabe si es completamente silente el invento o hace algún tipo de ruido?
Y meterlo en un armario no funciona igual? Y si lo apagan y lo meten en la caja y lo regalan?
En serio, me cuesta trabajo creer que hay gente que mete uno de estos en su casa para que le encienda y apague 4 luces, le suba la persiana y le ponga música y luego, para que no sea indiscreto, van y le ponen tapones en los oídos.
Si el capuchón ese se lo hubiesen puesto sus padres en determinado sitio habría muchos menos idiotas en el mundo.
Pues si, yo lo tengo instalado en la planta baja de mi casa para mandar música a una cadena Hi-Fi que está en la tercera planta. Controlo el enchufe, el control IR y la música, evitándome subir como hasta ahora dos plantas cada vez que quería cambiar el CD.
No se como se configurarán estos capuchones, pero supongo que inalámbricamante, con lo que quién te asegura que el ladrón de datos no es él?
Al final me veo un home assistant con dos o tres capuchones, el último de ganchillo tupido y el asistente tan sordo que cuando dices ok google gritando te responde el del vecino.
Es buena la idea. Y al ser de código abierto, podemos saber si hay espionaje o no en el capuchón, que obviamente la respuesta es NO.
Imagino que Google YA tiene un filtro para ese ruido blanco, pero a su vez, sadrá ruido blanco “dinámico” o “variable” para no ser detectado. El juego del gato y el ratón.
Yo si pudiera, lo probaría.
Gracias por este magnífico artículo, por fin algo que no hace una multinacional. Además me ha recordado a los inventos del profesor Franz de Copenhage en el TBO. Por contra el aparato es totalmente adaptado a las capacidades reducidas de un comprador de asistentes, con lo fácil que sería apagarlo y tirarlo a la basura.
Curiosa la concatenación de artículos, ayer que si hay que probar que los chinos espian, hoy un gadget para evitar que te espien los americanos de google. ¿Es casualidad y se ha acercado a la flauta y ha sonado?
Mucho más sencillo: un home assistant OpenSource:
http://mycroft.ai
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