Un creciente número de noticias trata la readaptación del trabajo al actual entorno tecnológico y social en cada vez más compañías, apuntando hacia tendencias cada vez mas consolidadas y con bastante sentido.
¿Cuántos de los puestos de trabajo que conforman la actividad de tu compañía podrían ser redefinidos de una manera que buscase un encaje más adecuado con las preferencias de los trabajadores? Obviamente, no todos ellos. Desde demandas relacionadas con horarios de atención al público hasta cuestiones derivadas del uso de maquinaria especializada, pasando por otras circunstancias llevan a que, indudablemente, unos puestos demanden una mayor rigidez en su definición que otros. Pero eso no es así en todos los casos: muchos puestos de trabajo se definen en función de actividades que, con un mayor o menos grado de definición, podrían adaptarse a criterios que optimizasen las circunstancias de quienes los desempeñan.
A la ya habitual reingeniería derivada de independizar cada vez más tareas del lugar físico y posibilitar el trabajo remoto gracias a la profusión de tecnologías que lo permiten – o que incluso, en muchos casos, lo recomiendan – se unen otras posibilidades, como la semana de cuatro días, cada vez más demandada y vista de forma creciente como una manera de pasar a los trabajadores una parte de los beneficios del trabajo que desempeñan los robots. ¿Por qué, a pesar de haber incorporado una enorme cantidad de herramientas que ha incrementado sensiblemente la productividad de las personas, hay tantas compañías que siguen definiendo el trabajo como una vinculación obligatoria a un lugar determinado durante un número de horas establecido? ¿Cuántas de las tareas que llevas a cabo en tu trabajo podrían ser llevadas a cabo desde tu casa, en unas condiciones mucho más agradables y sin necesidad de «hacer que parezca que trabajas«?
Por otro lado, existen otros replanteamientos que giran en torno a la adaptación de las jornadas de trabajo al reloj biológico de los trabajadores: un número cada vez mayor de compañías permiten a los trabajadores establecer sus horas de trabajo en función de cuando ellos mismos se consideran más preparados para trabajar, no necesariamente a partir de una hora determinada. Básicamente, si necesitas un despertador para levantarte, es que tu horario de trabajo está mal sincronizado con los ritmos de tu cuerpo, y eso, como sabe cualquiera que luche por mantener los ojos abiertos a primera hora de la mañana en un puesto de trabajo, te convierte en claramente menos productivo. ¿Es de verdad necesario que todos los trabajadores entren a una misma hora? ¿Cuánto tiempo de tráfico podría ahorrarse si flexibilizásemos totalmente ese tipo de convenciones, basadas fundamentalmente en arcaísmos que provienen de circunstancias de hace más de un siglo? ¿Cuántas cosas pueden replantearse? ¿Es de verdad necesario que los colegios empiecen temprano?
Un cierto número de compañías están comenzando a adoptar redefiniciones radicales de esos principios. Basecamp, por ejemplo, permite que sus empleados trabajen desde donde quieran y con el horario que estimen oportuno. Netflix ofrece flexibilidad total en cuanto a los períodos vacacionales, cuántos y cuándo tomárselos, y la compañía no solo no ha tenido que cerrar por ello, sino que le va de maravilla. Virgin aplica la misma política. El desafío actual de muchas compañías consiste en encontrar formas de convertir el trabajo en algo que tenga sentido, que vaya más allá de ser una simple obligación por la que hay que pasar para obtener un recurso. ¿Cuándo vamos a empezar a utilizar las posibilidades que la tecnología ofrece para redefinir los puestos de trabajo, otorgar una mayor libertad al trabajador y posibilitar una mayor motivación y alineamiento con las necesidades de la compañía?
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Lo primero y con brevedad, que estoy con el móvil; Es un mito económico que los «Robots» vayan a acabar con el trabajo. Va siendo hora de que ese hype se vaya diluyendo, después de la histeria de los robots terminator y demás modas de final de milenio mal digeridas. Nótese el entrecomillado de «Robots» por las ‘cualidades antropomorfas’ y demás parafernalia Disney con que se adorna a cualquier desarrollo de automatización, que en muchos casos, como con la ‘Inteligencia Artificial’ ‘general’ sólo es un branding. Y Una forma de de ‘Fake Tech News’ que utiliza ese anzuelo. No son tal. Aquí, un artículo en The Guardián, de muchos otros, que lo aclara (Lo siento por los que no saben inglés)
Will robots bring about the end of work?
Lo que sucede cuando se automatiza una Tarea o trabajo manual es que la economía se expande y se crean nuevas áreas de crecimiento económico impulsadas por ese incremento de la productividad. Viene sucediendo así desde la Revolución Industrial e incluso antes. Por ahí deje un montón enlaces a Papers y estudios económicos, incluidas las cosechadoras de algodón en el sur de EE.UU.
Lo segundo, y que, con bastante probabilidad será tendencia a partir de 2019, aunque no figure en los estudios económicos.
En España ya no sólo se están deslocalizando los puestos de trabajo, sino que van a empezar a emigrar las empresas, acarreando sus plantillas de trabajadores al completo, en búsqueda de prados más verdes, como sucedío en EE.UU. cuando aumento el coste de mantener una actividad económica durante la recesión. el ‘Silicon Valley español’ va camino de emerger en los países vecinos. Es, que sencillamente los números salen. Y con eso, poco argumento va a haber cuando finalmente se inicié el éxodo, y más, en la inopia en política y social en la que se vive actualmente en este país.
Ryan air se va a convertir en la nueva Sepulvedana, para venir a las fiestas del pueblo. A este ritmo.
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Disclaimer;
Si me equivoco, me podéis reñir luego. Pero yo no apostaría contra mí mismo.
3 myths about the future of work (and why they’re not true)
El trabajo virtual o los equipos remotos no son una nueva tendencia, por ejemplo Microsoft ha estado empleando trabajadores remotos durante al menos una década y es una tendencia que tiene adeptos pero también contrarios como Yahoo, que dice que no fomenta estructuras de trabajo eficientes.
Algo parecido lo tienen actualmente los comerciales de las empresas, Hasta cierto punto se organizan los viajes y las visitas a su aire, pero una parte sustancial de su sueldo, está unida a conseguir unos resultados conmensurables (ventas).
Con acuerdos parecidos, por ejemplo, ¿por qué no va a poder llevar así la contabilidad un contable?, Trabaja como quieras y donde quieras, pero que las cuentas y tus otras dedicaciones estén razonablemente al día. De hecho tengo sobrinos, que hoy la parte de su trabajo que se puede hacer por ordenador, la realizan desde su casa, y la asistencia a la oficina tiene un horario laxo y variable, en función de lo que tengan que hacer en ella por fuerza.
En mi opinión con todo esto vamos hacia un mundo en el que un número sustancial de puestos de trabajo, serán cubiertos por personas unidas a la empresa por contratos, que sean un híbrido entre el contrato que hoy tiene un empleado «full time» y el que tiene un autónomo.
El empleado tendrá entonces la posibilidad de adaptar en gran parte, el horario y el punto de trabajo a su conveniencia con el compromiso de llevar adecuadamente el trabajo encomendado a buen término.
El ejemplo de Netflix te lo podrías haber ahorrado, una compañia con las nausabundas y tóxicas relaciones laborales propias de gente realmente enferma como esta no merece una palmadita en la espalda por ser tan magnánima de dejar a la gente tomarse las vacaciones cuando guste (si es que conservan su puesto de trabajo después de los arbitrarios y habituales despidos para mantener alta la moral de la tropa). La empresa te trata como a una basura y estás sometido a un terror corporativo stalinista pero te vas de vacaciones cuando quieres, precioso sarcasmo.
No llego a entender el empleado que encontrándose en un país que tiene en este momento una mínima tasa de desempleo mínima, https://es.investing.com/economic-calendar/unemployment-rate-300
aguante en un empres que según MARCELO , «te trata como a una basura y estás sometido a un terror corporativo stalinista».
Alguna ventaja muy poderosa deben tener, aparte de elegir el momento de las vacaciones.
Seguramente una combinación entre el dinero, pagan bien, y que la exigencia real no sea alta. De todas formas, el sufrimiento por trabajar es un clásico.
Gracias Enrique por la buena reflexión. Yo estoy totalmente de acuerdo que la organización del trabajo tiene que cambiar. Claro que todos tenemos que aprender en este nuevo entorno. Incluso equivocarnos.
Partamos del hecho cierto que el trabajo es una maldición, incluso la biblia lo define así.
El ser humano trabaja porque no le queda otro remedio para sobrevivir pero siempre ha buscado la forma de evitarlo, primero utilizó las capacidades de los animales y luego las máquinas para no tener que usar su fuerza física y así se ha ido liberando de esa carga.
Que la gente pida trabajo en lugar de pedir lo que realmente necesita, dinero para subsistencia, es el mas grande y perverso logro del capitalismo, no le hagamos el juego.
Todo lo que vaya en la vía de liberarnos de esa maldición será bienvenido.
Amén.
¡Muy interesante!
Toda la razón, casi todos los trabajos se están actualizando hacia el mundo tecnológico. Por ejemplo, en el ámbito de la educación, cada vez son más las entidades educativas que optan por la formación online.
¡Un saludo!
¿»le va de maravilla»?
Sin duda te va de maravilla cunando inviertes sin limites sacando de una ucha sin fondo
https://www.crunchbase.com/organization/netflix#section-funding-rounds
Creo que haces un análisis muy superficial y propio de una persona que tiene como funde de información elk mainstream, porque esto sólo puede servirle a tu club de amigotes. A la pyme apretujada entre precios bajos, deuda e incertidumbre no se la cuelas