Como profesor de innovación, las reacciones a la presentación de nuevos productos me han fascinado desde hace muchísimo tiempo. En esta ocasión, la presentación del Apple Watch 4 y sus funciones de monitorización cardíaca y las reacciones que están generando entre la comunidad de especialistas sirven como un ejemplo interesantísimo sobre cómo esas reacciones pueden no solo predecirse y modelizarse, sino también sobre su valor a medio y largo plazo. Una prueba de cómo trabajar intensamente en un tema durante mucho tiempo puede llegar a distorsionar la perspectiva de lo que es positivo o negativo, o de lo que puede suponer una innovación puesta en contexto y sometida a procesos de adopción social.
¿Cómo podríamos llegar a una clasificación o tipología de este tipo de reacciones? En primer lugar, está el planteamiento de dudas en un formato abierto. Es el caso de Ethan Weiss que comenté en mi entrada anterior sobre el tema, que durante la misma presentación del producto y de sus funciones se plantea en su Twitter que «no es capaz de discernir si estamos ante el mejor o el peor día de la historia de la cardiología». La duda está perfectamente bien expresada y plantea en términos neutros un escepticismo razonable que responde a posibles escenarios perfectamente imaginables por un cardiólogo con experiencia: por un lado, lo positivo de una monitorización no intrusiva capaz de identificar problemas antes de que se conviertan en críticos y su potencial para, en último término, salvar vidas y, por otro, el escenario de salas de espera en las consultas de los cardiólogos completamente llenas de personas atacadas de los nervios debido a un incremento sustantivo en el número de falsas alarmas.
Esa misma incertidumbre se plantea en un artículo de The Washington Post publicado al día siguiente de la presentación, tras contrastar opiniones con varios cardiólogos, titulado «What cardiologists think about the Apple Watch’s heart-tracking feature«: incluir este tipo de mediciones en un producto de consumo de tan elevada popularidad podría generar en muchos usuarios ansiedad injustificada y visitas al médico innecesarias. La interpretación de un electrocardiograma requiere un cierto grado de familiaridad con la técnica y con las métricas empleadas, lo que podría llevar a que una persona no entrenada, ante las variaciones naturales de su ritmo cardíaco, se alarmase o llegase a manifestar síntomas de hipocondría. E indudablemente, un problema menor si lo comparamos con los potenciales beneficios de una tecnología que podría llegar a alertar a muchas personas sobre posibles problemas cardíacos en fases que aún pueden posibilitar su tratamiento o la adopción de medidas de precaución. Es posible que la perspectiva de que personas sin el nivel de preparación adecuada accedan rutinariamente a una herramienta diagnóstica como el electrocardiograma de manera rutinaria pueda suponer un motivo de cierta alarma para los profesionales encargados de tomar decisiones con esas mismas herramientas, pero de nuevo, también parece más que razonable considerar el problema – relativo – de un número mayor de consultas o de visitas al cardiólogo como un problema menor en comparación con su contrapartida en términos de posibles complicaciones de salud potencialmente evitadas.
Otra objeción diferente proviene de la fiabilidad del mecanismo utilizado para la toma y procesamiento de los datos. En ese sentido se pronuncia un artículo en Quartz, «The new heart-monitoring capabilities on the Apple Watch aren’t all that impressive«, que apunta a que el electrocardiograma obtenido por el Apple Watch proporciona necesariamente un resultado mucho más imperfecto y rudimentario que los que puede proporcionar cualquier aparato de nivel clínico, en el que se utilizan rutinariamente doce electrodos adheridos a la piel en diferentes zonas del tórax y ciertos puntos en brazos y piernas. Indudablemente, hablamos de una comparación completamente absurda entre un dispositivo de consumo y uno clínico: por supuesto que el dispositivo clínico ofrece una precisión muy superior, pero a cambio de un nivel de conveniencia mucho menor. Incluso ante la posibilidad de que un producto de nivel clínico llegase a convertirse en un producto de consumo, la idea de que un número elevado de personas lo utilizase de manera rutinaria o diaria resulta prácticamente ridícula, y mucho más si pensamos en la práctica imposibilidad que alguien lo llevase puesto durante su vida cotidiana. En este caso, el dispositivo clínico tiene un propósito diferente al de consumo: mientras el primero proporciona medidas muy fiables y rigurosas en unas condiciones determinadas, el segundo busca el compromiso de proporcionar únicamente algunas medidas y con un nivel de precisión muy inferior, pero ser capaz de obtenerlas en todo momento y en cualquier circunstancia. ¿Pueden aportar ese tipo de medidas algo a la salud de unos pacientes con, por ejemplo, condiciones que no manifiestan cuando están en unas condiciones determinadas en la consulta de su médico? Indudablemente, y en el futuro estoy seguro de que veremos cardiólogos explorando, en determinados casos, los registros obtenidos por los Apple Watch de algunos de sus pacientes. Lo que no quiere decir, por supuesto, ni que esto sea necesario o esté justificado en todos los casos, ni que debamos intentar presionar a ningún médico para que lo haga.
En el mismo sentido se manifiestan los fabricantes de otros dispositivos de consumo, como WIWE, que también mencioné en mi anterior artículo al respecto: si trabajas durante años para producir un dispositivo del tamaño de una tarjeta de crédito en el que apoyas los dos pulgares, y con la simple precaución de que tus manos no se toquen, te proporciona un electrocardiograma con datos completos y gráficas de arritmia, fibrilación auricular, heterogeneidad ventricular y saturación de oxígeno en sangre, el que Apple llegue y pretenda proporcionar datos parecidos mediante un dispositivo tan generalista como un reloj es algo que, indudablemente, genera inquietud. Así, la reacción del equipo de desarrolladores de la compañía es, dentro de unos adecuados parámetros de respeto, de un relativo escepticismo:
«Aunque no lo hemos probado a fondo todavía, surgen algunas dudas al observar la configuración de hardware del reloj, que puede afectar significativamente la calidad de la señal cuando se graba el ECG. El diseño común en dispositivos de este tipo es permitir que los usuarios coloquen sus dedos sobre los sensores para lograr un contacto completo y una señal fuerte, y obviamente el reloj no proporciona dicha configuración.
Un problema común podría surgir de algo tan simple como la pilosidad en la muñeca del usuario, que puede ser un obstáculo para el sensor que se supone que capta las señales de ese canal, por lo que se vuelve limitado en su capacidad para reunir información confiable para su evaluación. El otro canal, el dedo índice derecho del usuario, debe mantenerse en su posición el tiempo suficiente, con riesgo de temblores, sentir tensión, etc. Si se mueve, es difícil lograr un contacto estable y sostenido. WIWE, en cambio, puede ser colocado sobre una superficie plana y apoyar los dedos constantemente en los sensores durante la medición.
Con respecto a la detección de fibrilación auricular, no hemos visto información sobre su precisión (WIWE logró 98.7% de precisión cuando se probó con 10000 muestras clínicas, nuestro certificado está disponible bajo pedido) y desconocemos si examinan la activación auricular examinando la onda P como hace WIWE, o hacen la evaluación basada únicamente en la frecuencia cardíaca (distancia RR). Por lo que sabemos a partir de la información publicada, no realizan análisis de onda, por lo que no pueden proporcionar información específica del electrocardiograma como QRS, QTc o PQ, mientras que WIWE sí ofrece todo esto a los médicos. Si solo dependen de la frecuencia cardíaca, el resultado de la evaluación puede ser confuso al detectar la fibrilación auricular, algo confirmado por lo que la FDA señala en su documento de resumen: «la aplicación ECG no está destinada a ser utilizada en personas menores de 22 años, ni se recomienda para personas con otras afecciones cardíacas conocidas que puedan alterar el ritmo cardíaco «.
Habiendo dicho todo eso, obtener el apoyo de la AHA y la aprobación de la FDA supone un gran logro y no podemos afirmar que el reloj no sea capaz de detectar la fibrilación auricular, pero hay preocupación en ese sentido.»
De nuevo: parece evidente que, dentro de la categoría de productos de consumo, la precisión de un dispositivo diseñado específicamente para la obtención de un electrocardiograma, con dos sensores y una configuración razonablemente ergonómica que permite mantener los pulgares en ellos durante un minuto sin problemas obtendrá resultados más fiables que un dispositivo generalista como un reloj diseñado para una amplia variedad de funciones – y fundamentalmente, ver la hora. Pero la contrapartida, de nuevo, es evidente: con ese dispositivo me monitorizo cuando me acuerdo y, por lo general, menos de una vez al día. Con el reloj, me monitorizo en todo momento y en circunstancias de todo tipo.
¿Están justificadas las reacciones a la innovación planteadas por facultativos y diseñadores de productos competidores? Sin duda, tienen una base razonable. Sin embargo, obvian en su análisis otra cuestión: lo que puede aportar el hecho de que las mediciones, aunque menos rigurosas, se produzcan en cualquier momento del día. Asimismo, debemos esperar a conocer lo que Apple u otros desarrolladores puede llegar a hacer con los algoritmos adecuados cuando dispongan de medidas obtenidas de manera regular o en contextos variados – no olvidemos que el Apple Watch también es utilizado, por ejemplo, para la monitorización regular del ejercicio físico. ¿Pueden este tipo de cuestiones llegar a suponer una mejora tangible a medio plazo para la investigación o para la práctica de la cardiología? Sinceramente, estoy convencido de que así será.
This article was also published in English on Forbes, “Responses to innovation: Apple Watch vs. the specialists»
ironía>
Se me ocurre, que sería mucho mas eficaz, que los micrófonos que se ponen en las casas para los mayordomos domésticos, tipo HOME, sean capaces de analizar el aliento, a la vez que reciben tus órdenes, y con ello poder deducir muchas mas cosas que el reloj, tu grado de oxigenación, tu nivel de alcoholismo, tu funcinamiento respiratorio, el coeficiente de CO2, tus niveles hormonales, y el control de la función digestiva,….
Lo que unido a tu timbre de voz y la firmeza con la que hablas, dará una visión general de tu cuadro clínico mucho mas acertada que el imperfecto Watch.
Otro lugar adecuado para poner sensores sanitarios es en el cojín del sofá que permanentemente pueden tomar la temperatura basal, así como analizar con detalle todo tipo de flatulencias que se te escapen.
¡XD!, han ido a poner el sensor, en el sitio mas absurdo, no sería mas lógico ponerlo en el teléfono movil y obligarnos a llevarlo en el bolsillo de la camisa, sobre el corazón. Este Steve Jobs,, dónde hizo el master de «Bioingenieria digital», ¿En la Carlos III?,
/ironía>
La de miles de angustiados hipocondríacos haciendo cola en urgencias por una lectura «rara» del relojito es una imagen que igual se podría dar en Europa (o Canadá), pero con el demencial precio de los servicios médicos y de los seguros en los USA, supongo que se lo piensan muuuucho antes de pisar un hospital… si el seguro sospecha que puedes tener problemas cardíacos, tiembla.
¡Ahí esta el negocio!,
Apple abre franquicias «HeartAlarm», que por una módico abono mensual, un enfermero especializado, te hace un un electrocardiograma en condiciones y ,o te devuelve a casa tranquilizado, (98% de los casos), o te desvía de urgencia al hospital, (2%)
La IA, con el tiempo, funciona a la perfección, por lo que poco a poco, el electrocardiograma y un scaner de regalo, no es mas que puro «paripe», pues en los casos ciertos, te manda un aviso diferente, para que directamente vayas al hospital, sin perder el tiempo de pasar por las franquicias, pero se programa, para que mas o menos, cada trimestre, al menos una vez aleatóriamente, te mande un aviso, que justifique el abono mensual al electrocardiograma y el scaner gratuito del «HeartAlarm».
Poco científicos serían los médicos si no pusieran objeciones a la introducción de un mecanismo medidor. El problema es que también deben poner objeciones a cualquier material instrumental o medicamental que quieran introducir las grandes corporaciones.
Y otro problema más grande es responder a alguna pregunta tipo : ¿por que solo me dejo observar por médicos de mi confianza o la de amigos de confianza? ¿Realmente las Universidades producen médicos totalmente científicos?. Y no es necesario referirse a la URJC.
Volvemos a lo que algunos decimos, siempre que sale esta competencia «instrumentos vs seres humanos» (¡sin ser fan de la tecnología!) : Que nos libren (quien sea) de los incompetentes.
Una cosa importante, derivada del hecho de 24×7, o sea, siempre encima, es que se tienen patrones, y así se detectan los cambios, Eda es una ventaja con la que juega Apple y su impresionante AI
La impresionante AI se le supone, como el valor en los soldados, porque esta por demostrarse.
Estoy a harto de que hablen de magnificas AI, y Google Facebook y Twitter me hagan llegar anuncios, que un niño comprendería que no son adecuados a un anciano de 75 años, algo que tienen seguro compilado en su Big Data y si no es así, que la borren porque esta llena de mierda.
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Por ejemplo Facebook me manda el siguiente anuncio (Copio y pego)
CEU IAM Business School
PuPbliPciPdadP ·
Máster Ejecutivo en Dirección de Empresas de Automoción- Presencial Viernes y Sábados en Madrid ¡solicita Información!
Alguien se puede creer que un señor de 75 años se va a puntar a un Master de
Ejecutivo en Dirección de Empresas de Automoción XD ¡Esta loca esta IA!
Como funciones así el «Algoritmo Cardiaco» de Apple, ¡ Edans se va a dar mas galopadas al cardiólogo de guardia, que vueltas dan los caballitos en un carrusel !
Tema difícil, sobre todo porque muchos dan conclusiones sin haber probado el dispositivo.
El abanico es grande: el anti-Apple que está sesgado por su “escucha previa” (como lo llamaban en coaching ontologico hace unos años) que critica negativamente solo porque “no le gusta” la empresa en cuestión. Y por otro lado el Apple fan que ve esto como el dispositivo más revolucionario del mundo. En el medio, gente que observa con exceptisismo (o con entusiasmo) la innovación y osadía de hacer un aparato así (porque hay que tener “muchos huevos” como decimos en Argentina, para sacar al mercado un aparato de consumo tan problemático). Pero seamos sinceros, si lo hiciera Xiaomi o Samsung, seguramente no hubiera generado tanta polémica.
A mi particularmente me gusta cuando las tecnológícas se meten en áreas que le son ajenas (Google con los autos -hace unos años-, Apple con la salud, no hace mucho). Como que les doy crédito de antemano, esperando que, abordar el tema desde otro punto de vista, proboque un quiebre y ofrezca resultados novedosos a algo que viene tan estancado desde hace años.
Solo nos queda seguirlo de cerca. En mi casa, con optimismo.
Al igual que Angel, creo que el problema aqui es que casi todo lo hace Apple a muchas personas no le gusta. Siempre tratan de quitarle mérito.
Me sorprende que Enrique, un hombre tan capacitado no haya caido en esa tendencia..
Cada vez que Enrique hace un post sobre los productos de Apple, la mayoria de las opiniones van en contra. Claro no hay razón para estar todos de acuerdo en algo, pero es muy curioso que algunos de lo que comentan aqui, a pesar de su alto nivel de capacitación, no darian ni cien celulares por un iPhone, tan solo porque es de Apple
Apple es una empresa para fashion victims, y que cientificamente es una patata.
Un usuario de Apple depende de Google, Microsoft o Samsung. Al revés no sucede.
Todo lo que hace Apple es prescindible, te invito a que uses un iPhone sin usar NINGUNA tecnología de Google o Samsung.
Como prueba referente a este asunto, está el que Apple sacó este reloj de oro y con un claro enfoque de moda, y ahora lo quiere vender como un producto científico.(??)
El que no lo vea que se ponga gafas.
La publicidad de este reloj me recuerda a ese anuncio de la posguerra que citaba Luis Carandell, en uno de sus libros:
Señorita, enseña el búlgaro
Llamabas y resultaba que eran clases del citado idioma.
En este caso, si Apple o sus acólitos se hubieran acercado a la literalidad de la prestaciones de un reloj de pulsera en sus anuncios o lobby, nadie se hubiera molestado o cachondeado del reloj.
Al final si la publicidad se convierte en propaganda para descerebrados, hace más daño que ayuda a vender el producto. Espero que reconsideren sus medios de publicidad y prescindan de los vendedores de crecepelo que tienen actualmente, por el bien de la marca. Y si son aficionados pues que dejen de invtarles a sus keynotes con todo lujo de detalles. Y contraten a profesionales médicos y publicistas para encontrar el foco, que evidentemente han perdido con los actuales.
Apple cada dia da más pena como empresa tecnológica. Es una empresa de casuals y analfabetos tecnológicos víctimas de la moda.
El día que Apple saque un reloj que mida la glucosa arrasarán el mercado.
Sin duda. Y todo indica que están trabajando en ello desde hace ya algún tiempo. En Silicon Valley, de hecho, es relativamente habitual que muchos directivos no diabéticos se monitoricen la glucosa en sangre por métodos no intrusivos (por lo general, poco precisos, pero perfectamente adecuados si de su lectura no depende un coma) y que desayunen, almuercen o se tomen un snack para controlar esos niveles de cara a una reunión importante, etc.
¿Apple , glucosa, reloj?
¿ No es suficiente con la innovación del reloj de oro, la pulsera de cuero de Burberry y el color Rose Gold ??
Apple que se dedique a sacar su programa de Oprah Winfrey y a «innovar» con los instagramers y fashion victims. :D :D
Señores, así se abre paso la innovación tecnológica. Demandada o no, precisa o no en su primera versión, iteración tras iteración ira mejorando hasta transformar la sociedad en que vivimos. Leo demasiado comentario «carca» por estos lares… Palabras como acólito, lobby, descerebrado, o ridículas caricaturas anecdóticas de una IA cada vez más potente, capaz de cosas tan alucinantes como la conducción autónoma, la maestría del Go o el poker, o la detección con certeza de melanomas.
Y luego están los haters de la manzanita, que como siempre tras una keynote lo inundan todo con su bilis.
Lo mejor de todo es que independientemente de lo que ustedes o yo opinemos, la tecnología afortunadamente se abrirá paso, de una u otra manera. Como ya ocurrió con aquel desastroso primer iPhone 3G, ese innecesario iPad y este estrafalario Apple watch serie 0 que nadie necesitaba, sólo por mencionar algunos productos de esta compañía.
Esperemos que aumenten las prestanciones de estos «relojes» por que yo a mi apple watch le doy bastante poco uso. Tal y como pone en otro comentario otro compañero, el dia que un simple reloj pueda medir la glucosa……sera fantastico.
El día que el iWatch nos quite de fumar, ¡¡hasta yo me voy a comprar uno!!