Muy bueno el editorial del New York Times de hoy al hilo de la reciente sentencia judicial a favor de Grokster y Morpheus, sentencia que ya comentamos aquí el día que salió. Incide, desde mi punto de vista, en lo que realmente se debe incidir: es posible que haya usos potencialmente ilegales de las redes P2P. Ese extremo, añado yo, debería ser revisado una vez que la actual arquitectura legal con respecto a las leyes de protección de la propiedad intelectual, claramente caduca y que obstaculiza la innovación, fuese actualizada. Pero lo que resulta evidente es que las redes basadas en la arquitectura P2P ofrecen también la posibilidad de usos legítimos y beneficiosos. Y, lo que es más importante, permiten abrir vías de innovación basadas en la existencia de mecanismos de difusión y distribución mucho más eficientes que ninguno de los conocidos hasta el momento. Citando el artículo,
«(the decision) implicitly raises a question central to most copyright battles: Is society better served by restricting or even prohibiting new technologies to protect the rights of copyright owners or is there a greater good in the widest possible exchange of information?»
Ese, desde mi punto de vista, debe ser el debate fundamental. Dejémonos ya de argumentos desinformados o perversos que equiparan al usuario de una red P2P con un mafioso explotador de inmigrantes ilegales en el top-manta, y vayamos a lo que merece la pena discutir. Mientras los argumentos esgrimidos por los defensores del copyright sean tan pobres como los utilizados hasta ahora, la piratería musical a través de redes P2P, simplemente, no se podrá parar. Y no se podrá parar porque no debe pararse. Se trata de una reacción legítima ante un abuso basado en un esquema caducado. No se parará ni mediante trasnochadas campañas de intimidación, ni mediante endurecimiento de las penas, ni mediante otras medidas para-policiales por el estilo.
Entremos en la discusión de como revisar el marco legal del copyright para adaptarlo a una época en la que los bits fluyen libres, y estaremos, sin duda, mucho mejor servidos.