El cierre del mercado bursátil el pasado viernes nos dejó una sorpresa muy interesante: Twitter. Las acciones de la compañía cerraron, por primera vez en mucho tiempo, por encima de los $41, su precio de salida el 8 de noviembre de 2012. .
En un sorprendente 2018, las acciones de la compañía han subido más de un 60%, y algunos analistas la ven bien posicionada para seguir subiendo gracias a unas métricas de usuarios en lento pero consistente ascenso, y un portfolio de productos publicitarios y ejecución de ventas sensiblemente mejoradas.
En lo que parece un triunfo de la gestión de un Jack Dorsey que comparte su cargo de CEO con el de la también exitosa Square, la compañía ha conseguido revertir las tendencias bajistas, está ganando dinero y añadiendo usuarios: $91 millones en el último trimestre de 2017, y $61 millones en el primero de 2018. Un gran crecimiento aparentemente asociado con cuestiones como el éxito de la incorporación del vídeo en directo, cuyo uso parece estar convenciendo tanto a usuarios como a anunciantes, o las medidas para evitar la proliferación de basura en su red: durante el primer trimestre de este 2018, la compañía afirma haber eliminado nada menos que 142,000 aplicaciones que utilizaban su API, violaban sus reglas, y que fueron responsables de unos 130 millones de tweets de baja calidad tan solo en ese período de tres meses. En algunos casos, esas redadas han provocado dificultades e interrupciones a cuentas que utilizan bots para añadir valor y proporcionar servicios valorados por su comunidad, pero que habitualmente terminan con la restauración del servicio a las cuentas afectadas.
El pasado 4 de junio, las acciones de Twitter entraron en el prestigioso índice S&P500 el mismo día que Netflix se incorporó al S&P100, ambas en sustitución de Monsanto y en lo que refleja un interés cada vez mayor de los mercados por el papel de las llamadas empresas tecnológicas. Como sucede habitualmente, la entrada en el índice ha supuesto un beneficio colateral: un crecimiento del volumen de operaciones, al incorporarse a la base de accionistas toda la serie de fondos e inversores que invierten al índice, es decir, que lo utilizan como referencia e invierten en todos sus integrantes. En su momento, cuando la compañía salió a bolsa en 2013, lo comenté en un vídeo en inglés publicado en El País: dado el precio de salida, no hablábamos de una inversión especulativa, sino de algo atractivo únicamente para inversores dispuestos a plantearse el largo plazo, el tiempo necesario para que el mercado aprenda a reconocer el valor que aporta una compañía independientemente de su crecimiento. Si observamos el crecimiento de Twitter, podría deberse más al crecimiento vegetativo del social media que al desarrollo de un producto más atractivo. Sin embargo, Twitter es indudablemente el sistema nervioso central del planeta, el lugar en el que se reflejan las noticias en tiempo real, y en canal cada vez más utilizado para cuestiones relacionadas con la comunicación que van desde las notas de prensa o la publicidad, hasta la mismísima diplomacia y las relaciones internacionales. Para muchos entre los que me incluyo, Twitter representa la mejor forma de mantenerse informado, con una ratio señal/ruido mucho mejor que la de cualquiera de sus competidores. Como muchos han afirmado incluso durante las peores épocas de la compañía, si en algún momento Twitter llegase a desaparecer, habría que volver a inventarla.
El crecimiento de Twitter durante este año 2018 supera por mucho al de compañías como Facebook, obviamente en otra fase de madurez, o al de Snapchat, que a pesar de una subida del 10% la pasada semana, aún no ha conseguido revertir la evolución bajista que la acompaña desde su salida a bolsa en marzo de 2017. Si además la compañía consigue generar unas dinámicas de uso más saludables gracias a un control más exhaustivo del cumplimiento de sus términos de servicio, y evita los problemas de toxicidad que llevan a muchos usuarios a abandonarla o a interrumpir su participación activa, podríamos estar finalmente hablando de un mercado que pone las cosas en su sitio, de un fenómeno destinado a durar.
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No se si es un buen o mal negocio, no se si esta bien o mal gestionada, no tengo ni idea si sus acciones cotizan por encima o por debajo de su valor real,.pero para mi es una de las pocas aplicaciones imprescindibles de Internet.
La información que me llega a través de Twitter es en mi caso, de altísima calidad y libre de ruido, ¡¡¡Puro Beluga.!!!
2018 es el año de Twitter en la Casa Blanca.
¡Y LO SABES!
Sí que he notado en los últimos meses que se han puesto las pilas y sí que parece que se están tomando en serio el tema de limpiar Twitter de comportamientos indeseables.
Sin embargo, sigue siendo una red social muy tóxica y deberían mejorar los tiempos y el alcance de su limpieza. Por ejemplo, seguir eliminando bots o cuentas falsas hasta su fin, o ser tan rápidos en la eliminación de cuentas que promueven el odio como lo son para eliminar las cuentas que promueven el terrorismo.
También estaría bien que eliminaran las cuentas abandonadas hace más de 3 años y que tienen muy pocos tuits, menos de 20 por ejemplo, ya que están ocupando un nombre de usuario que le podría interesar a otra persona.
La ventaja de Twitter es que sólo te manda lo que escribe quien sigues y lo que él retwitea, Siempre tienes un responsable claro de quien es el autor o el «curador» de lo que te llega, Si consideras que lo que recibes es indeseable. te basta eliminar a quien te lo manda y se acabó el problema.
Pongo un ejemplo. Hace un par de días comencé a seguir a alguien que me pareció ocurrente y muy inteligente, y puede que lo sea, pero es mal «curador» y retwittea en exceso y sin control, Solución dejé de seguirlo a los dos días.
Si eres implacable con quien sigues, Twitter te permite obtener una información sobre cualquier tema específico, (raro), que te interese asombrosamente bueno.
Si tienes interés en estar informado de temas minoritarios, sea el que sea, como. la pesca deportiva, los melanomas malignos, la política de Taiwan, la halterofilia, … en Twitter puedes encontrar autoridades sobre la materia, que te tendrán perfectamente informado, Todo consiste en seguir a quien te pueda dar esa información de valor sobre el tema específico.
Y mantener un riguroso control sobre la calidad de lo que recibes, corrigiendo los errores que hayas cometido al seguir a quien no se lo merece..
Estoy de acuerdo con todo lo que dices, Twitter es una excelente herramienta para mantenerse informado. Solo digo que podrían ser mucho mejores si fueran más rápidos y eficientes en la eliminación de contenido indeseable.
No se si cabe hacer mención aquí, que además de todo lo que dices, yo uso una app de terceros para entrar a Twitter, de esa manera veo el TL en estricto sentido cronológico y me ahorro mucha publicidad, así como las incomprensibles «sugestiones» de Twitter.
Es cierto, las recomendaciones son bastante molestas y el TL, aunque tengas marcada la opción de orden cronológico, sigue apareciendo desordenado y no es 100% cronológico ¿Se puede saber cual es esa aplicación?