Uno de los objetos que menos evolución ha experimentado es, seguramente, la matrícula de los vehículos: el mismo trozo de metal, con simples cambios legislativos para añadir algunos detalles y símbolos, de numeración para reflejar el crecimiento del parque, y algunas mejoras en cuanto a materiales para mejorar su visibilidad, pero poco más.
Esto, sin embargo, podría cambiar en breve: Dubai anuncia el lanzamiento de una prueba de matriculación de vehículos con placas inteligentes, que comenzaría el próximo mes de mayo. Esencialmente, las nuevas matrículas son una pantalla de alto contraste sujeta al vehículo con una fijación con tornillos antirrobo, que permitiría sensorizar el vehículo para, por ejemplo, en el caso de un accidente, avisar de manera inmediata a los servicios de emergencia. Además, permitirían mostrar avisos en caso de robo del vehículo, información sobre el pago de servicios de aparcamiento para una monitorización más rápida y sencilla, exhibir las renovaciones de la revisión técnica de vehículos, del seguro o del pago del impuesto de circulación, comunicación entre vehículos para momentos de congestión o accidentes, personalización estética de las placas, etc.
Una tecnología similar fue anunciada en 2013 en California y comenzó a ser ensayada el pasado año en los Estados Unidos, con prestaciones que permitirían fundamentalmente la simplificación de trámites administrativos, pero con posibilidades de recibir otras funciones o incluso de plantearse como plataforma abierta a desarrolladores tras pasar el filtro del Department of Motor Vehicles (DMV). La idea, obviamente, es avanzar en la idea del vehículo conectado simplemente sustituyendo una de sus piezas hasta el momento más pasivas, convirtiendo la placa de matrícula en poco menos que una tablet con funciones extendidas. La iniciativa puede, por otro lado, suponer problemas desde la óptica de la privacidad, dado que un automóvil se convierte en un objeto conectado que puede transmitir en todo momento su localización o las circunstancias de conducción, con posibilidad incluso de dotarlo de conexión con otros elementos de información, datos o diagnósticos del vehículo a través del puerto OBD. La compañía que logró el contrato en los Estados unidos para la fabricación de esas matrículas inteligentes, o rPlate, Reviver Auto, describe así sus posibilidades:
La idea de que nuestro vehículo contacte de manera inmediata con un servicio de emergencia en caso de accidente o se comunique con otros para avisarnos de posibles circunstancias de la circulación puede parecer, en principio, interesante. Pero… ¿estamos preparados para vehículos que informan públicamente si no hemos pagado el impuesto de circulación, si no hemos pasado la ITV, o que se comunican con el supervisor de la zona de aparcamiento si se nos ha pasado el tiempo? ¿Cuánto tiempo antes de que sea el propio vehículo el que notifique, a partir de la velocidad a la que circula, las sanciones en las que ha incurrido? El vehículo conectado es una de las primeras incorporaciones tecnológicas obvias a la automoción y el transporte, pero sin duda, ese tipo de control no va a dejarnos indiferentes, dado que es susceptible de cambiar completamente la relación entre los usuarios y su vehículo, o con las autoridades encargadas de controlar la circulación, además de facilitar un nivel de control que muchos pueden encontrar incómodo.
Intentar introducir elementos que impidan infracciones puede resultar un propósito claramente recomendable. Sin embargo, ¿alcanzas a imaginar una matrícula que, instalada de manera obligatoria en tu vehículo, avisase públicamente si tu seguro, tu impuesto de circulación, tu ITV o tu hora límite del parking han expirado?
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Está claro que vamos hacia el vehículo autónomo y posiblemente en su mayoría compartido.En realidad un vehículo-artefacto inteligente que no deberíamos someter a las normas actuales y del siglo XX. El mismo se chequeara y sabrá si está en condiciones de movilidad segura, sobra la ITV.Se moverá a la velocidad adecuada de la via y circunstancias, no del capricho de un ignorante para recaudar, sobran los limites de velocidad.Gestionará si puede entrar en una zona donde hay o no espacio para aparcar, pero si es compartido, solo se detendrá el tiempo necesario, sobra pagar por estacionar un tiempo limitado en via publica.Los seguros obligatorios y voluntarios, se redefinen totalmente.Mi gran tristeza es que no tenemos gobernantes ni se les adivina con esta visión.
En los mundos imaginarios en los que los gobiernos tan sólo pretenden el bienestar de los ciudadanos, estaría bien.
En otros mundos en los que los gobiernos pretenden primordialmente controlar a los ciudadanos para fines específicos, es lo inevitable.
Es estos mundos, una opción seria sería abandonar definitivamente el vehículo privado y sustituirlo por transporte público y vehículos de alquiler.
Siempre quedarán los que precisen un vehículo propio todo el día por necesidades especiales y los que lo precisan por hacer ostentación.
Jejeje. Genial para cambiar tu matricula a una alemana mientras circulas por españa y así no perder puntos.
O que te la hackeen y te comas las infracciones de otros.
Aun peor será cuando el maltratador utilice esta matricula para localizar a su mujer que esta huyendo de él, un funcionaria policia para confirmar si le estan poniendo los cuernos, un padre para tener vigilado el uso del coche por sus hijos, o un rival politico para encontrar trapos sucios que utilizar en campaña.
Siempre, como humanos, encontraremos el cómo utilizar para mal lo que podrian ser ventajas.
Puesto a cambiar en vez de la matríxcula cambiaría la radio ,por el aparato que lleven los Carsharing un poco mi modificados, en cuanto a prestaciones. Desde luego se pierde cualquier posibilidad de privacidad, pero eso ya lo has perdido si llevas el móvil conectado, por tanto igual da.
Pero. ¿Para qué haría falta la matrícula si la policía ya sabe donde estas con un error de metros. e incluso sabes a que velocidad te desplazas en ese punto, es más inclso puede que el coche se niegue a circular a esa velocidad en ese punto, (al menos en las épocas que no sea necesario recaudar en multas) y hasta sabrán si llevas los cinturones puestos?
Desde un ordenqador central puede cuidar el tráfico de todas las carreteras sin necesidad de desplazar policías. salvo cuando reciban aviso de un accidente,
Inevitablemente vamos hacia un futuro distópico, (aunque siempr por nuestro bien y con aplauso de la mayoría) , donde al nacer nos pondrán un chip REFID y el Gran Hermano vigilará desde nuestra infancia, que no hagamos cualquier tontería. Ni podrás adornarte con un master no currado, porque el Gran Hermano lo sabrá, ni tan siquiera podrás beber mas de la cuenta, porque el «barman automático» se negará a servirte otra cerveza, porque así se lo manda el Gran Hermano.
Considero algo exagerado lo de «inteligente». Parece que los humanos somos tan tontos que cualquier artilugio funciona mejor que nosotros.
Pero me sumo al comentario de Gorki, animándome a ver la ciencia ficción algo próximo a la ciencia realidad. Cuando la CF merece ese nombre, claro. Porque somos amigos últimamente de llamar a cualquier cosa, como algo que solo remotamente se parece a esa cosa..
Quizá no lo creas , pero una de las ventajas de ser viejo es que con frecuencia piensas, «eso que inevitablemente llegará, … yo no lo veré».
A veces nos obsesionamos con modernizar y digitalizar todo cuando la solución más sencilla, práctica y barata es la que ya existe.
Sin haber estudiado a fondo el invento en cuestión, tener poco menos que una tablet como matrícula parece bastante costoso y poco práctico: a nada que nos demos un golpe será el primer elemento en estropearse, casi todas las funcionalidades extra que ofrece parece que estarían mejor dentro del coche a buen resguardo, y con la pantalla, la batería y la electrónica estamos añadiendo varios puntos de fallo para algo que hay que mostrar de manera obligatoria y constante como es la matrícula.
No me convence.
Lo de llamar automáticamente a emergencias ya existe el proyecto eCall. Respecto a las matrículas inteligentes y privacidad, lo mejor un trasponder que identifique a un vehículo del mismo modo que en competición.