Artículo de muy recomendable lectura en The Wall Street Journal, titulado «Twelve days in Xinjiang: how China’s surveillance state overwhelms daily life«: el periódico envió un equipo de investigación a la región autónoma de Xinjiang, la provincia más grande al noroeste del país, de mayoría uygur y protagonista de recientes conflictos secesionistas. En esta provincia, amparándose en la posibilidad de atentados y tensiones, el gobierno chino ha desplegado de forma experimental la mayor cantidad de tecnologías disponibles de vigilancia y control de la población, convirtiéndola en un auténtico laboratorio.
La lectura resulta impresionante: el nivel de información solicitado a los residentes, que deben inscribirse en bases de datos gubernamentales con todo tipo de detalles sociodemográficos que incluyen etnia, creencia religiosa, nivel de educación religiosa, número de veces a la semana que se practica el culto, empleo, pasaporte, número de viajes y contactos en el extranjero, edad, situación de estabilidad social, familiares detenidos, etc., unido a la presencia de sistemas de identificación biométrica utilizados en todo el territorio para todo tipo de situaciones comunes, desde simplemente caminar por la calle hasta comprar bienes o servicios. Las autoridades están recolectando muestras de DNA, huellas dactilares, escaneos de iris y grupo sanguíneos de todos los residentes en la región entre 12 y 65 años, e incorporando todos esos datos a las bases de datos que utilizan en todo momento, para toda actividad. Sistemas que escanean rostros y matrículas de vehículos, a los que se une una fuerte vigilancia del contenido de los smartphones y otros dispositivos. Simplemente adquirir un cuchillo exige que el vendedor, que está obligado a poseer una máquina de impresión láser para poder venderlo legalmente, inscriba sobre la hoja del mismo un código QR con la identificación del comprador.
Relatos de la vida de ciudadanos en una sociedad que recuerda poderosamente al «1984» de George Orwell, y que refleja los importantísimos avances en este sentido que el gobierno del país está siendo capaz de llevar a cabo de cara al establecimiento de un férreo sistema de control de la población, avances que se ven también reflejados, dada la patente ausencia de legislación en este sentido, por iniciativas del sector privado como las que tienen lugar en la industria del crédito al consumo. Una sociedad en la que todo lo que haces, sea en la red o fuera de ella, es recogido, analizado y procesado para entender quién eres y qué pretendes: si paseas por la calle o circulas por la carretera en tu coche, una cámara recogerá tu cara o tu matrícula y te identificará en menos de tres segundos, para construir un detallado mapa de tus hábitos, tus movimientos y asociarlos con tu comportamiento en la red, en donde una legión de personas se encarga de eliminar todo vestigio de disidencia y reafirmar las creencias y las líneas marcadas por el gobierno.
Evidentemente, China no es una excepción en este tipo de temas. En prácticamente todas las sociedades occidentales vivimos un avance de las tecnologías de vigilancia derivada del desarrollo de una cultura del miedo, que se pretende justificar mediante la lucha contra enemigos como el terrorismo, la pornografía infantil o la protección de los derechos de autor, como se vive también en determinadas teocracias árabes. El problema no es, como tal, la progresiva implantación de estas tecnologías, sino el hecho de que su progresivo desarrollo esté en manos de quienes en ningún momento se han planteado la necesidad de un sistema de poderes y contrapoderes que ponga su uso bajo un cierto nivel de control. La tecnología está pasando de ser la supuesta plataforma sobre la que construir un sistema más libre e igualitario, para pasar a ofrecer al poder establecido la posibilidad de mantenerse y luchar contra todo aquello que considere una amenaza.
Sin duda, Xinjiang es un laboratorio, un experimento interesantísimo como tal. Experimentar las condiciones de vida en un territorio así, incluso asumiendo que esté sometido a tensiones y amenazas, es fundamental para saber a dónde queremos o no queremos ir como sociedad. Gobiernos democráticos, llevados por la idea de que las libertades solo pueden construirse en un entorno que elimine determinadas amenazas, parecen estar siguiendo la tendencia marcada por regímenes no democráticos, y llevándonos a un futuro en el que la visión ofrecida por Xinjiang no es necesariamente privativa de China y de otras sociedades totalitarias, sino de todo el mundo. Una visión, además, que parece evolucionar sin ningún tipo de consenso social, sin un proceso de toma de decisiones colectivo que nos haga conscientes de hacia dónde nos estamos dirigiendo. Cuando le entendamos, es posible que sea demasiado tarde.
This post is also available in English in my Medium page, “Where China leads, the rest of the world follows…»
Es el tipo de cosas que muchos justificarán en Occidente en aras a la seguridad, y añadiendo la coletilla de «si no haces nada malo, no tienes nada que temer».
Hasta que llegue un gobierno totalitario y utilice todo el aparato de vigilancia para tener controlada a la población.
Hola Enrique. Que gusto leerte.
¿Entonces, el tema de las Ciudades Inteligentes pasa a convertirse en un elemento clave de Ingenieria Social ?… Sería como 1984” de George Orwell en versión SmartCity?… o algo asi…. ¿Tu que opinas?
La cosa es que el problema no esta aqui en el lado de las camaras, ser mahometano, es llevar la peste mental en lo alto, es una prision mental, que los conozco y no es nada tranquilizador … si son mil millones si son mas de 40 paises sin democracia ni desarrollo humano ni … al contrario China con sus infinitos recursos estatales para desarrollo e investigacion, no va a tardar en ponerse en la cabeza mundial de la tecnologia , como antes hizo EEUU y todo lo referente a su uso y monitorizacion de las sociedades que cada dia va ha hacer mas falta
Me pregunto si no es, ya, demasiado tarde, como sistema que de forma global ha escapado ya al control general.
Por este motivo las redes sociales, y que cada vez piden más datos (de mil formas, todas ellas creativas y diferentes…), llevo teniendo un foro en mi interior mucho tiempo, si me cierro Facebook o no…
A la hora de la verdad y muy tristemente, ¿en menos de 5-10 años? cuando esto este conectado a totalmente todo y toda empresa, la libertad personal no la marcara lo conectado que estes digitalmente con el mundo, la marcara justamente lo opuesto…
Vemos que las libertades de las personas van a la par que su demografia, seremos cada vez menos, y con menos libertades. Hemos pasado de un internet libre, a un internet lleno de «minas» (trackers, cookies, etc..) donde ya aunque no tengas una red social, ya te estan asignando un perfil a tu usuario cada vez que abres la web, app, o abras la puerta de la nevera con internet…
Si el ser humano ha llegado hasta aquí, sin tener absoluto control de lo que hace cada individuo en el mundo ¿por qué esa obsesión en el siglo XXI de tener a todo ser viviente parametrizado…?
Ya sé que desde la antiguedad los poderes fácticos ejercián cierto grado de control, limitando el acceso al pueblo llano a la cultura, al pensamiento, y los pequeños brotes eran exterminados, pero de ahí a queres saber cuantas veces vamos al servicio, o cuando nos sentamos a ver la televisión…
El control de la población siempre existe en los estados totalitarios, no creo que el sistema chino , tan lle4no de tecnología sea mas eficaz que el que realizaba la STASI en Alemania Oriental con menos tecnoloogía pero con 90.000 agentes y cientos de milles de confidentes.
Muchos no quieren enterarse del punto hasta el que ha llegado China. En ese sentido, recomiendo también el artículo: Shenzhen, la ciudad china que conquista el mundo de la tecnología
El problema es que China es un dictadura, y que tiene mucha corrupción. Y ya sabemos que si el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente. Así que, a este paso, podemos imaginar lo que le espera al mundo dentro de no mucho.
Para peor, la democracia que lidera el mundo, EE.UU., por momentos da la imagen de estar debilitándose, sobre todo ahora con Trump, que aunque dice que China le preocupa no hace mas que facilitarle las cosas. Por ejemplo, con el tema del cambio climático y la contaminación, un problema muy serio en China que ahora, gracias a Trump se ve relativizado, es decir, que la presión por esta cuestión baja para el gobierno chino.
Tambien está el tema de la Neutralidad de la Red, algo que en China no existe. Y ahora EE.UU. le imita, con excusas de tipo económico, pero la realidad es que quita la libertad y la democracia en la Red para darle todo el poder a un oligopolio que puede perfectamente ser a su vez controlado por los gobiernos (que siempre podrán amenazar a esas pocas empresas oligopólicas con quitarle sus prebendas).
Además, entre otras muchas cosas, Trump ha favorecido inexplicablemente a China renunciando a intentar controlar el Pacífico: Por qué la decisión de Trump de retirar a EE.UU. del TPP es una gran noticia para los chinos
Siendo realistas, y vista la deriva, mas bien deberíamos preguntarnos cuánto tiempo nos queda de democracia.
Dos datos a favor de que China (RP) está en vías de implementar unha efectiva (posible y muy probable) versión de 1984.
Ni el KGB ni la Stasi podían evitar un defectillo: estaban compuestos de seres humanos. La policia digital no.
En China (como en Rusia) viene de padecer el paraiso estalinista-maoista, lo que deja un subsconciente colectivo tremendamente depauperado a nivel de inteligencia emocional y racional (enemigos furibundos de la maquinaria inteligente!) … si además, los nuevos tiranos se presentan en hologramas no te digo nada (lo difícil que hace conspirar contra ellos). Y por ahora está más claro tecnológicamente (humanamente ya no digamos!!) el posible camino de Skaynet que el de la Resistencia (el aumento de entropía no favorece la libertad del ser humano!).
Está claro que toda la ciencia ficción que hemos leído no va a suceder nunca pero también está claro que casi todo lo malo llegara de alguna manera en algún momento.. El poder siempre se quiere perpetuar ya sea en democracia o en una dictadura y al poder no le gustan los cambios. Así que toca reprimir a los ciudadanos para que no se salgan del redil que les han creado.
Al parecer China no se conforma únicamente con el espionaje en su país. Ya que va a «reinar» en el mundo, qué mejor que ir recopilando datos a nivel mundial; nunca se sabe qué utilidad pueden tener, oh!!: Apps y móviles chinos espían, UC Browser desaparece de Google Play.
Desgraciadamente, creo que la situación no tiene vuelta atrás. Para revertir un proceso de este tipo (al menos en las sociedades supuestamente democráticas) sería necesaria una concienciación ahora mismo inexistente en la población, y aunque llegase a darse, ya se sabe que si el poder quiere algo, generalmente lo consigue.
El smartphone ─un dispositivo fantástico─ tan solo es un juguete para niños y adolescentes sin conocimientos mínimos de seguridad para mantener su privacidad un poco a salvo, más allá de bloquearlo con un patrón. Aunque en el fondo, tampoco importa demasiado: solo es una parte del conglomerado tecnológico susceptible de controlar a la población.
¿Por qué lo hacen los chinos y, en general, cualquier gobierno? Ya han mencionado los motivos, pero añadiría que, simplemente, porque pueden. Si la tecnología se ha abaratado tanto que cualquier tienda de barrio instala cámaras, por qué no habrían de hacerlo los gobiernos, tan temerosos ellos de que algo se les escape de las manos.
En fin, el problema es gordo y yo no puedo ser más que pesimista. ¡Ay cuando se popularice el coche autónomo!
Como siempre estamos ante un nuevo cuchillo.
Podemos usar toda esta tecnología para que, cuando lleguemos a una cafetería, nuestras tostadas estén perfectamente hechas a nuestro gusto, porque el sistema al entrar ha visto nuestra cara y sabe cómo queremos nuestras tostadas… claro… claro… esto utilizado de forma perversa nos lleva a Orwell.
Como siempre, el problema no es la herramienta, el problema es el uso que el hombre da a la herramienta.
Buen artículo, más allá de las consideraciones tecnológicas y técnicas se cierne un horizonte algo oscuro de control, reducción de libertades y 1984.
Espero que exista un «contrapoder» ciudadano que evite que este gran hermano crezca y crezca sino nuestro futuro será distópico y terrible.
Hola Enrique, siempre te leo, pero esta es la primera vez que comento.
Soy Venezolano y te puedo decir que muchas de esas «estrategias» de uso de la tecnologías para el control social se vienen experimentando desde hace algunos años.
Por ejemplo el gobierno de Maduro implementó este año un registro que se llama el Carnet de la Patria, que intensa sustituir a la cédula de identidad como identificador. El registro es tan extenso que incluye preferencias politicas, escuelas donde estudian los hijos y religiones que profesa. Una novedad que tiene el famoso carnet de la patria es que tiene un codigo QR, que premite enlazar el carnet, con la base de datos de información, en cualquier lugar.
Es usado para registrar todas las «transacciones» de «ayudas» del gobierno. También fue usado extensamente en las recientes elecciones para garantizar que las personas que se beneficiaban de los programas fueran a votar «libremente».
También existe en todos los automercados captahuellas, que permiten registrar las compras y los articulos que llevas.
Demás esta decir que poseen granjas de troles que envenenan las conversaciones publicas en las redes sociales, degradan constantemente la condición humana de los opositores o simples disidentes y polarizan cualquier debate llenandolo de odio.
El futuro distópico ya esta aquí, operando libremente.
Saludos
China ese gran dragon durmiente……me gusta tu manera de escribir!!