Trabajar… ¿menos?

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No se puede negar que la idea resulta, como mínimo, intrigante: que el futuro esté no en trabajar más, sino menos. Mientras algunas investigaciones recientes nos recuerdan los peores tiempos de la Revolución Industrial y afirman que algunos trabajadores de logística de Amazon en el Reino Unido se ven obligados a trabajar jornadas de más de once horas para cumplir sus objetivos y terminan el día completamente exhaustos, un reportaje de la BBC, «The compelling case for working a lot less«, desarrolla la idea de la productividad en función de las horas de trabajo, llega a la conclusión de que la jornada de ocho horas de trabajo resulta absurda, y que el ideal sería trabajar bastante menos, o incluso hacer que el trabajo – y el sueldo – fuese independiente del número de horas o de la hora de entrada y salida, calculado en función de la productividad y el cumplimiento de objetivos.

Todo indica que nos dirigimos a un un escenario en el que las máquinas tomarán una buena parte de los trabajos que hoy desempeñan las personas. El desarrollo del vehículo autónomo, en marcha ya en ciudades como Phoenix (con Waymo), en Boston (gestionado por Lyft y con vehículos de NuTonomy), y hasta en 45 ciudades más en todo el mundo, amenazan con dejar sin trabajo a todo aquel que viva de conducir un vehículo, aunque posiblemente podamos plantearnos que generen también otros puestos de trabajo relacionados. Si «te gusta conducir», vete planteándote que si quieres acceder a precios más económicos en tu seguro, tendrás que resignarte a dejar conducir a tu vehículo el mayor tiempo posible, sencillamente porque lo hace mucho mejor que tú. Y esto es solo el principio: en el futuro, conducir manualmente tu propio vehículo será caro, muy caro. Posiblemente ningún gobierno te lo vaya a prohibir como tal, pero tendrá entre poco y ningún sentido.

Si en lugar de vivir de conducir, vives de hacer hamburguesas o pizzas en un local de comida rápida, tampoco las tienes todas contigo: cada vez más, los robots van haciéndose cargo de más tareas de ese tipo, y aunque puedan generarse algunos trabajos nuevos relacionados, eliminarán la gran mayoría de los que resultaban repetitivos, aquellos en los que la interacción humana no aportaba un especial valor. En todas las industrias y a todos los niveles vemos puestos de trabajo que amenazan con perder su sentido, y sobre todo, de convertirse en poco competitivos frente a su alternativa robótica.

La tendencia parece clara: incluso en aquellas compañías que siguen generando empleo de manera consistente, como Amazon, parece claro que la totalidad de la industria sí pierde puestos de trabajo, avanzando hacia un futuro en el que la idea de un trabajo para cada persona parece alejarse, al menos si seguimos entendiendo el trabajo como lo hemos entendido toda la vida. Pero… ¿y si entendiésemos trabajo de otra manera? ¿Y si la idea de un trabajo de ocho horas y con una definición determinada diese paso a otro tipo de trabajo, en el que una persona aporta cosas que un robot no es capaz de aportar – al menos, por el momento – o no resulta interesante que aporte por la razón que sea? ¿Y si esa idea de productividad vinculada a horas, que de hecho siempre ha estado en cuestión, diese paso a otro tipo de aportación cuantificada en función de otros criterios, y eso llevase a que el trabajo se definiese de otra manera? Por un lado, podríamos repartir los puestos de trabajo de manera más equitativa entre un número mayor de personas. Y, por otro, generar situaciones y circunstancias indudablemente más saludables, en los que muchos de los elementos del balance entre vida profesional y vida personal podrían a su vez redefinirse bajo parámetros más flexibles. Después de todo… ¿por qué ocho horas? ¿Quién – y hace cuánto – definió que esa era la métrica adecuada, y para qué? En realidad, la jornada de ocho horas fue una conquista de los trabajadores para protegerse de las largas jornadas anteriores, un compromiso negociado a la baja sobre una situación que involucraba a trabajos por lo general de tipo físico, no intelectual. En un mundo en el que los trabajos más físicos tienden a ser cada vez más llevados a cabo por máquinas, ¿no tendría sentido plantearse una revisión de estos principios generales? En ningún caso hablamos de verdades absolutas o universales: experimentos en Suecia con jornadas de trabajo de seis horas parecen apuntar a productividades mayores y a un mejor estado de salud general.

En mi vida profesional he tenido épocas de trabajar muchas horas, pero realmente, jamás las he medido como tales. Simplemente, trabajo lo que necesito trabajar, y nunca nadie me ha pedido cuentas sobre mi hora de entrada o de salida. Tiendo a trabajar muchas horas porque me gusta lo que hago, pero no porque nadie me obligue a ello: mientras los resultados de mi trabajo sean adecuados, mi compañía no tiene problemas con el número de horas que trabajo o desde dónde las trabajo, una circunstancia que no deja de ser percibida como un lujo, y una derivada de la ecuación de horas que tengo que dedicar a la preparación de una clase frente a las horas que paso frente al alumno, pero que creo que seguramente podría aplicarse a muchos más trabajos que se me ocurren.

¿Qué ocurriría si comenzásemos a pensar menos en las horas trabajadas y más en la productividad obtenida? ¿Podrían generarse nuevos modelos de productividad más flexibles, mas equitativos y más saludables? ¿Cuál sería la reacción de patronal, sindicatos o administración ante un hipotético escenario de este tipo? ¿Por qué nos aferramos a la jornada de ocho horas como elemento fundamental de la ecuación, si parece claro que no responde ya a ningún elemento que no sea la mera tradición?

 

 

 

This post is also available in English in my Medium page, “Isn’t it about time we started working on the basis of productivity, not hours?» 

 

18 comentarios

  • #001
    Gorki - 11 diciembre 2017 - 21:06

    Aveces se olvida que el trabajo de un empleado suelen ser mucho mas alla de ejecutar una sola tarea.

    Tomemos un conductror de reparto de mercvancía, Evidentemente puede ser sustituido, (y posiblemente con ventaja) por uns sistema a autónomo de conducción pero el conductor hace muchas mas cosas.

    Llegado al lugar de reparto, entra en el interior del camión, elige las cajas a dejar en ese punto de acuerdo con un albarán, las coloca en una carretilla, baja la plataforma del camión, lleva la carretilla a un domicilio, para lo cual precisa subir algunos escalones, tomar un ascensor llamar a un a puerta y gestionar la entrega. aveces cobra y otras gestiona las devoluciones.

    ¿Cuando un programa de Waymo va a ser capaz de realizar todas las variadas labores que un conductor de reparto hace a lo largo de su jornada de trabajo? ¿No será mas sensato pensar que el ser humano y las aplicaciones de IA, se asociaran para hacer mas eficiente el trabajo coordinado de ambos? Lo razonables es que el camion se conduzca automáticamente mietras el «conductor» prepara dentro de la cabina la siguiente entrega

    • Sergio Portuondo Higueras - 11 diciembre 2017 - 21:26

      Recogida a pie de calle, para productos que no sean pesados, a muchas personas les valdrá con esto

      • Gorki - 11 diciembre 2017 - 22:25

        Dejarlo abandonado en la calle también lo podrían hacer ahora y no lo hacen.

        Por otra parte una furgoneta de reparto lleva mercancía para muchos sitios. ¿Waymo será capaz de abandonar en la acera aquellos paquetes que correspondan de lo que lleva el camión?

        • Sergio Portuondo Higueras - 11 diciembre 2017 - 22:30

          Me imagino un aviso en la app de Amazon indicando quedan 10 minutos para que el coche autónomo se pare delante de su portal, bajas abres el portón mediante un código y el paquete está en un casillero específico. Me lo imagino más como un sistema de consignas.

    • Veronica - 14 diciembre 2017 - 11:14

      Seguro que el robot era más eficiente que muchos de los conductores de reparto de las empresas de mensajería.

      Seguro que trata mucho mejor las mercancías y en vez de tirarlas sobre las cintas de malas maneras porque le pesan un quintal, el robot las depositaba con cuidado porque tiene esa capacidad.

      Seguro que en vez de entregar cartas y paquetes a cualquiera, el robot se aseguraba de que la persona que va a recoger el paquete está autorizado a ello y si no, manda incidencia.

      Seguro que es capaz de establecer mejor los horarios de entrega de los paquetes y no pasar a la hora que le da la gana cuando no estás en casa a pesar de haberlo advertido.

      Seguro que no dice que «no estabas en casa» cuando te has pegado 7 horas esperando sin salir de casa (porque es la franja horaria que te daban, entre las 2 y las 9) y nadie ha llamado.

      Para estos servicios al menos, y por la experiencia general que he tenido, prefiero sin ninguna duda a robots que a humanos.

      O al menos, y como comentas, gracias a la informatización y capacidad de análisis que existen actualmente, que las empresas de transporte cuidasen todos estos problemas que creo que son comunes a prácticamente todas las empresas de mensajería.

  • #006
    Luis - 11 diciembre 2017 - 21:20

    El problema no esta en trabajar menos o aumentar la productividad sino en «consumir» MENOS.

  • #007
    Xaquín - 11 diciembre 2017 - 21:44

    En un mundo tal burdo como para llamar afroamericano al negrousa «venido de África», cuando todos los whiteusamericanos son «venidos» de áfrica (como los europeos, nórdicos, del Este o mediterráneos)… y en un mundo que aún se niega a reconocer como trabajo el quehacer doméstico (de la llamada ama de casa) o el esfuerzo del estudiante (que se esfuerza)… lo dicho stranger things… a que le llamarán «menos trabajo»… y, por cierto, hay jubilados que trabajan mucho más que muchos supuestos trabajadores.

    Acabo de ver como Youtube censuró un vídeo donde se veia a un niño maltratando («de coña») a «su madre» para el chiste típico… que se arregla con esa censura cuando la intención evidente (por el comentario adjunto) de la colgadora era denunciar ese tipo de malaeducación… ¿y no es burdo este puto mundo, aunque nos lo quieran pasar por democrático y avanzado?

  • #008
    Javi-C - 11 diciembre 2017 - 22:06

    Desde la revolución industrial, con el maquinismo, la productividad no ha hecho más que crecer. Ahora vamos a dar un nuevo, quizá mas grande, salto en esa dirección, pero la riqueza no hace más que concentrarse cada vez en menos manos y seguimos basando buena parte de la economía en la depredación de recursos escasos. No soy optimista.

  • #009
    Gerard - 11 diciembre 2017 - 22:53

    El reparto del trabajo no es una idea nueva. En Francia ya se redujo la jornada de 40 horas semanales en algunos sectores con reticencias por la parte empresarial.

    Hablar en España de productividad es como predicar en el desierto. En el país del «presentismo» soñar con jornadas de 6 horas/día o vincular salarios a productividad es como pensar en marcianos.

    Seguiremos apostando por el modelo de turismo de sol y playa, con camareros a jornadas de 12 horas (la mitad remunerada en B) y a fomentar los pelotazos urbanísticos. Cuando el resto de Europa ya lleve años en otra dinámica, entonces ya nos lo pensaremos y lo adaptaremos al spanish way if Life. Es decir, precarizan condiciones de vida sin mejorar la conciliación.

    Hoy me ha pillado el día escéptico.

  • #010
    Garepubaro - 11 diciembre 2017 - 23:45

    Hombre la idea del sistema es esa, mantener las 10 horas o mas laborales y cada vez menos fiestas, con la escusa de que «mejora el consumo», osea se compre cada vez mas moviles y teles planas en los Amazon, hasta 15 por persona …

    y mientras tanto la calidad de vida empeora respecto a decadas pasadas … ya hace tiempo que se ven en las favelas de suramerica, chavolas de Asia, en Japon donde se matan a trabajar y viven en 30 metros cuadrados y sin vacaciones, lo mismo en EEUU del bruto porque le interesa ser asi Trump, en China, Y LO QUE VA A EMPEORAR EUROPA AUN POR CONTAGIO y demas, como tienen parabolicas normalmente, coches 4×4 y un nivel de consumo que aumenta y aumenta, mientras la calidad de vida, lo básico, vivienda agua electricidad, educacion sanidad alimentacion pues les es lo que les interesa al sistema mantener carisimo, y esto tiene que consistir en pasarse una vida pagando la casa y medio sueldo para el agua y electricidad, si uno se pone malo mas vale que tenga millones ahorrados, ….

    que ya el consumo mejora, «eso con las maquinas produciendo» hoy no es problema y con eso el sistema mantiene la zanahoria y en forma, mira que son brutos … la realidad es que cada vez habra que trabajar mas horas para tener lo basico, a precio de ultralujo lo importante sin lo que no se puede vivir, mientras el consumo, los Amazon etc lo van facilitando para que no se diga … esto ha acabado muy mal

    En fin ya lo explicaron en miles de peliculas y novelas, la gente viaja en coches que ahora vuela pero una vida precaria, acertaron

  • #011
    jomis - 12 diciembre 2017 - 01:22

    Comparto el planteamiento general del sr. Dans, pero difiero en la propuesta de sustituir de forma generalizada ‘horas trabajadas’ por ‘productividad’. Por ejemplo, a un cajero de supermercado le puedo retribuir la productividad (ej. número de artículos atendidos por hora), pero la productividad solo debería representar una fracción pequeña de su retribución total. De lo contrario entraríamos en una relación laboral ‘a destajo’, cuyo punto de equilibrio estará en salarios bajos y jornadas largas. En el escenario de ‘retribuir productividad’ el punto de referencia salarial será el de las personas dispuestas a trabajar más horas por menos precio. Y nuestro entorno global favorece que muchas personas acepten trabajar mucho y mal: a) la automatización provoca escasez de empleo; b) cada vez hay más personas que no disponen de rentas propias que le permitan apartarse temporalmente del mercado de trabajo si las condiciones son precarias; c) la globalización facilita la contratación de trabajo en países con bajos estándares de calidad de vida. Con esos mimbres no veo que el argumento de la productividad lleve a jornadas más cortas, al menos en el tipo de empleo al que puede aspirar la mayoría de la población. Las jornadas más cortas podrían emerger si ocurrieran cosas como una redistribución de rentas más intensa (ej. renta básica universal, alargar permisos de p/maternidad, jubilaciones remuneradas más tempranas…), una legislación que limitara aún más la jornada máxima legal, …o en su defecto, fórmulas más clásicas como la lucha obrera, que al fin y al cabo fue cómo llegamos a la jornada de ocho horas.

    • JJ - 12 diciembre 2017 - 15:37

      Coincido en buena parte con tu comentario.

      Vamos en dirección opuesta. Cada vez se exige a la gente trabajar mas y cobrar menos. Y esto tiene su perversa lógica.

      Aunque Sundar Pichai sostenga lo contrario, la informatización y robotizacion de las empresas hará que cada vez exista menos oferta de trabajo y mas oferta de trabajadores. Entonces, la gente, con tal de trabajar o de conseguir un nuevo trabajo hará lo que sea, aceptando trabajar mas horas por un menor salario.

      Las empresas, que solo se deben a sus accionistas y, a veces, a sus clientes, se aprovecharán de esta situación cada vez mas.

      Para peor, cuando una persona hace el trabajo de dos se crea todavía un mayor paro (algo que ocurre mucho en España).

      En este sentido, me ha interesado el comentario de Eva (#011) en la entrada de este blog «De máquinas y hombres», porque se trata de un mujer que trabaja en Google y cuenta su triste experiencia.

    • Veronica - 14 diciembre 2017 - 11:05

      Es que hay ciertos trabajos en los que no puedes pagar por productividad sino por jornada, como son ciertos trabajos que llevan asociado un horario estricto como puede ser el caso que comentas de un supermercado.

      Enrique creo que se centra más en ese otro tipo de trabajos más «intelectuales» como puede ser un trabajo en el campo de la programación por ejemplo, donde las tareas a realizar suelen estar bastante acotadas y con tiempos de ejecución fijados. Si acabas todas las tareas satisfactoriamente antes de tiempo, deberías poder irte a casa, por ejemplo. O incluso aplicable al mundo de las manufacturas.

      El problema es que el empresario suele aprovecharse para que ocurra eso que dices de salarios bajos y jornadas largas. No usarían los ratios actuales, sino que se inventarían nuevos. Y por otro lado, empleados que bajarían su calidad de trabajo para salir antes.

      Por ejemplo en un taller de costura, se hacen de media 20 piezas por persona y día. Perfecto, pues se calcula tu jornada (que no tu salario) en base a eso. Si haces satisfactoriamente esas 20 piezas en 6 horas, te vas antes a casa. Si necesitas 9, te quedas 9.

      En un mundo ideal ese empresario mantendría su ratio de 20 prendas al día con trabajadores saliendo antes y otros haciendo sus horas habituales. Y los trabajadores seguirían haciendo su trabajo igual que antes.

      En el posible escenario real, el empresario aprovecharía y haría que esos trabajadores que salen antes sean más productivos y sigan produciendo más horas (más beneficios); y por otro lado algunos trabajadores descuidarían la calidad de su trabajo para poder irse mucho antes a casa.

      Y todos saldríamos perdiendo….

  • #014
    Virginia - 12 diciembre 2017 - 09:37

    Has dado en el clavo: si te gusta tu trabajo puedes tener una gran parte ganada, no te importará hacer más horas cuando sea necesario. Y cuando hagas menos, no tendrás que soportar la gran presión por cumplir con unos horarios ridículos.
    No todos los trabajos son así, por supuesto el de docente tiene esa gran ventaja.

  • #015
    Alberto - 12 diciembre 2017 - 11:53

    Casi todas las buenas ideas se obtienen fuera del horario laboral.

    Y pese a todo, las empresas siguen pagando a las personas por estar presentes físicamente en un lugar de trabajo durante 8 horas al día. Se trata de un despilfarro escandaloso de capacidad humana.

    Que espabilen sindicatos, políticos y empresarios: la jornada laboral (el sistema de retribución por horario otorgado) no es precisamente la medida más apropiada para valorar el trabajo en esta era del conocimiento y la economía creativa que nos está tocando vivir.

    Con principios fosilizados no es posible mantenerse a la vanguardia de un mundo vertiginosamente cambiante, competitivo y global.

    Buen momento para recordar la frase de Picasso que decía: «La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando».

  • #016
    Mesosoma - 12 diciembre 2017 - 21:09

    ! Pero ya trabajamos menos !
    Hasta hace sólo 117 años la inmensa mayoría de la humanidad se dedicaba a agricultura y ganadería, que requiere dedicación constante 24/7, no sólo ocho horas diarias; si no lo hacía morías de hambre. Por eso tantas religiones de la antigüedad inventaron descansos como día del reposo y festivales de la cosecha del cansado trabajo que es el campo.

    En la actualidad el mercado laboral es oficinistas (aquel que escribe numeros en excel) y transportes de manufacturas, porque los tractores y agricultura vertical ha desaparecido al campesino tradicional. Los oficinistas y transportistas son fácilmente reemplazables con robots, que son creados por otros humanos porque es su trabajo. En general es un problema interesante pero cuando se mencionan «los robots nos quitan trabajo» esta mal planteado

  • #017
    Julio - 13 diciembre 2017 - 18:53

    Es un tema que ya se ha comentado varias veces en este blog. La previsible disminución en la demanda de trabajo humano debiera venir complementada por la introducción de una renta básica universal. De no ser así, entraríamos en una competición a la baja por el poco trabajo disponible.
    Recientemente se debatía una renta mínima en el congreso y se descalificaba por «desincentivar la búsqueda de empleo». Con mas de 3 millones de parados estructurales ¿cuando entenderemos que ya no hay trabajo para todos? ¿O acaso debemos volver a tener ascensoristas en los edificios públicos?

  • #018
    Jorge - 14 diciembre 2017 - 14:13

    Seamos realistas. Vivimos en España. Se pagaría un sueldo de seis horas y se trabajarían las ocho y las extras sin cobrarlas. ¿Alguien podría decir en dónde se está cumpliendo la jornada laboral de ocho horas sin que esto sea la excepción? No, en este país se trabaja a destajo y ya casi sin horario. Y el mío es un trabajo intelectual, por cierto.

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