Hace algún tiempo, me pidieron que elaborase un position paper sobre las perspectivas de la entrada de Netflix en España, en el que ofrecía un panorama sensiblemente más optimista que el habitual en el momento entre los analistas de mercado. Esta semana, la compañía ha presentado unos resultados financieros espectaculares, cimentados sobre todo en un incremento de más de 5.2 millones de suscriptores, con un crecimiento obtenido sobre todo a nivel internacional: los suscriptores que ven contenidos en Netflix fuera de los Estados Unidos ya superan a los domésticos. En España, Netflix ya alcanza el 3.4% de los hogares, dobla su cifra de suscriptores durante el último año, y es el único jugador en ese mercado que sale en la foto con un crecimiento significativo.
El crecimiento de Netflix está asentado sobre una orientación con una marcadísima vocación de largo plazo. Construir la primera cadena de televisión verdaderamente global no es algo que pueda hacerse en un balance previsional a cinco años: las expectativas de la compañía para 2017 eran unos resultados negativos de 2,000 millones, los últimos resultados las incrementan hasta los 2,500 millones, y la idea no solo es que continúe generando flujos de caja negativos durante muchos años, sino que ese sea el indicador de su enorme éxito. Las evidencias son claras: en la construcción de los nuevos mercados globalizados, quien quiera peces tiene que mojarse…
A cambio, la compañía se ha convertido en todo un fenómeno cultural mundial: su escalada en términos de la popularidad de sus contenidos de producción propia, reflejada en la progresiva relevancia de los mismos en indicadores como las nominaciones a los premios Emmy, tema sobre el que ya escribí el pasado año, continúa claramente este 2017: las compañías tecnológicas acaparan ya un tercio del total, con 91 para Netflix, 18 para Hulu y 16 para Amazon, y tan solo Netflix, que se acerca a duplicar las 54 nominaciones del año anterior, obtiene más nominaciones que la combinación de las cadenas clásicas norteamericanas ABC, CBS y Fox.
¿Qué convierte el éxito de Netflix, cuyas acciones crecieron ayer más de un 10% para alcanzar su máximo histórico y ofrecerían un rendimiento de más de un 15,000% a un inversor que las hubiera adquirido en su salida a bolsa en mayo de 2002, en algo predecible? Simplemente, la evidencia de que la compañía entiende bien lo que implica la construcción del mercado global que proporciona internet. Cuando Netflix comienza, en el año 1997, como compañía dedicada al envío de DVDs a través del correo ordinario, era simplemente una historia interesante cimentada en una tecnología, la del DVD, que permitía enviarlos de manera razonablemente eficiente en un sobre. Cuando sus fundadores entienden que internet cambia el mundo y ofrece un canal infinitamente más eficiente en términos de velocidad y ancho de banda, la compañía sale a bolsa, capta los ingresos necesarios para su expansión, y se lanza a un canal que, en aquel momento, suponía una amplia gama de dificultades: el ancho de banda requerido para una transmisión con una adecuada calidad aún estaba lejos de estar garantizado, la tecnología utilizada para salvar esas limitaciones era compleja y con un desarrollo impredecible jalonado por numerosas polémicas, y la industria era un auténtico galimatías de acuerdos de distribución, exclusivas y ventanas de explotación absurdas.
Ahora, Netflix es la novena de las compañías mundiales de internet por ingresos, está valorada en unos 42,000 millones de dólares, es una potencia en términos de una producción propia que desarrolla con un adecuado balance entre lo local y lo global, y cuenta con un sistema de recomendación puntero que le permite inspirar la forma en la que genera y distribuye contenido. Claramente, es la compañía que ha sabido entender lo que supone la producción y distribución de contenidos de entretenimiento en el siglo XXI, y lo que hay que invertir para construir una posición sólida en ese mercado completamente redefinido. Los competidores locales o que abarcan unos pocos países ya no cuentan de cara al futuro porque carecerán de las economías de escala suficientes para capitalizar una posición suficientemente sólida en el mercado, y los clásicos de toda la vida, con la posible excepción de una HBO que al menos lo intenta con cierta dignidad, no están siendo suficientemente ágiles como para obtener una posición suficientemente consolidada. El negocio de los contenidos del futuro pertenece a compañías como Netflix, Amazon, Hulu y unas pocas más que entiendan ese modelo global y sepan explotarlo con la dimensión que precisa.
¿Predecible? No lo sé… a mí, en su momento, sí me lo pareció. Y definitivamente, un caso digno de estudio.
ACTUALIZACIÓN (04/01/2018): Netflix alcanza el millón de usuarios de pago en España.
This post is also available in English in my Medium page, “The predictable success of Netflix»
Es algo así «»If you build it (revenues), they (profits) will come»: Amazon’s Field of Dreams!»
http://aswathdamodaran.blogspot.com.es/2014/10/if-you-build-it-revenues-they-profits.HTML
Asegurado el mercado de contenidos de calidad, su próximo hito será, si es que quiere entrar, los contenidos propios creados por los usuarios de internet. Quizás convertirse en un sello de calidad de contenidos les permita diferenciarse por muchos años.
Para mí, Netflix es la compañía que mejor ha entendido el consumo de contenidos televisivos del futuro, y que da todas las facilidades para que consumas:
– Disponibilidad: puedes consumir desde prácticamente cualquier dispositivo. Incluso si aún tienes TV que no son Smart, puedes poner un bluray barato y matas dos pájaros de un tiro. En comparación, HBO no está en las Smart TVs, requiere un ordenador o un Apple TV (que tengo, pero tengo que estar moviéndolo entre TVs) y Movistar TV (que ya no tengo) requiere un descodificador propio que solo sirve para eso. Lo de Movistar+ Ready, anunciado a bombo y platillo hace unos años solo para Smart TV de Samsung, y solo para algunos modelos, fue un desastre y han anunciado su discontinuidad.
– Forma de pago: en Netflix puedes pagar con tarjetas que compras en tiendas, se puede regalar, etc. En las demás, necesitas necesariamente una tarjeta bancaria.
– Series propias: una vez más, adelantándose al futuro. Como los proveedores de contenidos tradicionales siguen en sus esquemas de exclusividades, ventanas de explotación, emisión de un capítulo a la semana, etc. Netflix se empieza a dotar de contenidos propios (los cuales, sin ser excelentes como los de HBO, tampoco están nada mal).
– Capas de precios: según la calidad que quieras (SD, HD, 4K) y los dispositivos simultáneos. Y de momento puedes compartir con amigos.
– Perfiles separados: puedes tener tus favoritos separados de otras cuentas.
El sistema de recomendación no lo he probado mucho, pero lo tengo en el radar.
En mi caso, que no sigo el fútbol y he dejado de ver F-1 (solo pago esporádicamente por ver tenis en Eurosport si me interesa la final) resulta que, si por mi fuera, no tendría la TVs conectadas a la antena, ya que el único consumo que hago es bajo demanda, no «a ver qué echan…».
Lo mejor de todo, la abundancia de contenidos de calidad si no tienes la necesidad imperiosa de ver las series del momento. Yo prefiero esperar y ver series finalizadas por completo.
Si así va cuando pierde 2500 millones US$, ni te cuento cuanto va a valer una acción de Netflix cuando comience a ganar, ¿Cuando ser´eso? – ¿Quien lo sabe ?. Lo mismo esperaba Canal * y fue la puntilla del imperio PRISA
Son curiosas estas compañías que cuanto mas pierden mejor, Es un raro concepto de la economía
Coincido con el usuario Carlos Quintero. El «caso» Netflix es el modelo de éxito. Es cierto que tenemos alternativas anteriores como Wuaki o Filmin, pero el catálogo es irrisorio, no en número, sino en novedades y el precio alto. Y siempre tarjeta.
Un modelo que me recuerda a Amazon, muy bueno, muy fuerte, con gran inversión y que sabe lo que quiere.
Para mí, el catálogo y las producciones propias son importantes sobre todo cuando se hacen bien y son actuales. Pero sobre todo es el precio y no tener permanencias ni contratar un operador. 8€ es irrisorio para el atracón televisivo que puedes meterte y la posibilidad de hacerlo por el tiempo que quieras.
Espero que el modelo se exporte al fútbol (Bein Sports) tb lo tiene similar, así como a los demás deportes. Y esperemos que llegue al cine de estreno.
Hay muchos intereses de por medio para que esto suceda. Especialmente en el caso del futbol. Diria que los eventos en vivo son el ultimo bastion de la television tradicional.
Al igual que la industria de la musica, la industria audiovisual pone muchisimas trabas. En este siglo, son un intermediario que ya no es necesario. Pero los productores no se han dado cuenta todavia.
Un ejemplo de lo ciega que esta la industria audiovisual es ver la recepcion que le dieron a Okja en Cannes: ven como su enemigo a alguien que entiende la distribucion audiovisual en la red, y a los que crecimos en ella.
Viendo los resultados presentados, el tema no es saber si su visión es acertada o no, ya que es indudable que están en el buen camino, el tema es si pueden mantener ese ritmo mensual del caja negativa. Ya se rumorea una subida de precios, es lo que tienen las matemáticas, son implacables, aún así, yo apostaría por ellos, al menos tienen visión de futuro y no como las cableras, que supongo que aún aspiran a romper la neutralidad de la red y cobrar peaje, sino no me explico su estrategia.
La información de Wikipedia sobre Netflix ha quedado desfasada. La acción está caliente.
Netflix, Nasdaq
Se hablaba de que Apple quería comprarla.
Para llegar a donde está llegando Netflix hay que tener muy claro desde el primer momento qué quieres hacer, cómo lo vas a hacer, y cómo resultará más cómodo para tus clientes. Al fin y al cabo depende mucho de tus clientes que llegues a donde te has propuesto, o no.
Mientras Nefflix marca el rumbo a seguir, otras compañías siguen ancladas en el pasado… y así les va.
Y eso que yo siempre he respondido «no, mire, no tengo tiempo de ver ni los canales de TV abiertos; como para pagar por tener tropecientos canales de pago» cada vez que un proveedor de acceso a Internet ha pretendido «mejorar» el servicio por el que pago cada mes.
Sin embargo… ¿cuánto tiempo van a tardar las compañías proveedoras de acceso a Internet en poner trabas para ver normalmente Netflix y similares?
Los datos de la CNMC son del cuarto trimestre del 2016, por lo que Netflix ha conseguido esos excelentes resultados en tan solo un año de presencia en España. Medio millón de suscriptores, un 3,4% del total de hogares con Internet, duplicando su resultado en solo 6 meses, mientras que Yomvi apenas crece y tiene solo un 7,6% pese a existir desde 4 años antes que Netflix, y tener todo el músculo de Telefónica detrás, que lo ha estado dando de regalo en todos sus paquetes Fusión. Ni se sabe cuántos de esos clientes no hubieran aceptado pagar por Yomvi ni un solo euro si lo tuvieran que contratar aparte.
El panorama para Telefónica es aún más negro si cabe si tenemos en cuenta que ya no tiene las nuevas series de Netflix y HBO (Orange is the New Black, House of Cards, y Juego de Tronos son de contratos antiguos, antes de que Netflix y HBO llegasen a España, y esta última ya ni siquiera la tiene en exclusiva).
A Telefónica le quedan los deportes… hasta que desembarque aquí algún «Netflix de los deportes».