Los home assistants, asistentes virtuales o smart speakers (la categoría no tiene todavía claramente definido un nombre unívoco) están viviendo una competencia muy interesante. Un mercado que contó con Amazon como decidida pionera con su Amazon Echo, lanzado en noviembre de 2014 y actualmente líder absoluto en ventas y penetración de mercado, pero al que se sumó Google con su Google Home en noviembre del pasado 2016, y Apple HomePod, presentado en el último WWDC y con disponibilidad anunciada para diciembre de 2017.
Este tipo de dispositivos son, en realidad, la combinación de un sofisticado hardware compuesto por sensores, altavoces y micrófonos pensados para proporcionar un sonido de calidad y un reconocimiento de voz desde cualquier punto de la habitación (y con sistemas de cancelación para poder reconocer un comando aunque esté sonando la música), con un asistente virtual desarrollado de manera independiente, y que, de hecho, puede ser asociado a otros dispositivos. Hablamos de Alexa, Google Assistant y Siri, que proporcionan a la combinación de micrófonos y altavoces sus características de «inteligencia».
La batalla, lógicamente, tiene una connotación mucho más importante en este segundo segmento, que en realidad comenzó con una secuencia diferente: aquí el papel de pionera corresponde a Apple, que lanzó Siri al mercado en octubre de 2011, seguida de Google, que lanzó su Google Now en julio de 2012 para posteriormente evolucionarla a Google Assistant, y de Amazon, que puso en el mercado su Alexa en noviembre de 2014 coincidiendo, lógicamente, con el lanzamiento de Amazon Echo.
Las fechas, en este terreno, resultan sumamente relevantes: cuanto más tiempo están en el mercado este tipo de plataformas, más datos generan con los que trabajar y con los que adiestrar sus algoritmos, y más mejora la funcionalidad. Mientras Apple y Google se dedicaron a utilizar sus asistentes en la plataforma smartphone, apostando por una funcionalidad que, en el hogar, podría seguir siendo llevada a cabo por ese mismo dispositivo, Amazon pensó que un dispositivo dedicado podría ofrecer mejores prestaciones, y desarrolló su Alexa directamente vinculada a Echo, en lugar de ofrecerla para una plataforma smartphone que no tenía, tras el fallido lanzamiento de su Fire Phone. El éxito de Amazon Echo, que comenzó a crecer de manera impresionante en el mercado norteamericano hasta alcanzar una cuota de mercado del 70% y está presente ya en Alemania y el Reino Unido, alarmó a Google y a Apple, temerosas al ver cómo su competidor se hacía con una plataforma doméstica que podía terminar siendo estratégica. Mientras, Amazon convirtió su asistente en un ecosistema abierto, y ofreció a los desarrolladores la posibilidad de crear skills, o habilidades con las que dotar al dispositivo de funcionalidad. Actualmente, la mayor difusión de Amazon Echo hace que sea el ecosistema para el que existe un número superior de skills: prácticamente todos los fabricantes de dispositivos para la automatización de funciones en el hogar, desde bombillas inteligentes hasta termostatos o cerraduras.
Mientras Apple aún parece posicionar fundamentalmente su HomePod como un dispositivo para escuchar música, la lucha entre Amazon Echo y Google Home parece centrarse más en la calidad del asistente y la integración de funciones. Recientemente, un estudio llevado a cabo por una agencia de publicidad estableció que, en términos de calidad y tomando una muestra de tres mil preguntas, el asistente de Google contestaba de manera correcta en seis veces más ocasiones que la Alexa de Amazon.
¿Qué quiere decir esto? Simplemente, que mientras Google lleva ya muchos años, desde 2012, alimentando y desarrollando su Knowledge Graph y convirtiéndolo en una parte fundamental de su buscador, Amazon cuenta únicamente con el material que obtiene a través de la interacción de sus usuarios con sus dispositivos, sensiblemente inferior tanto en calidad como en cantidad. Sin embargo, ¿es esto suficiente como para otorgar una medalla de ganador definitiva? Todo indica que no: en este momento, los propietarios de dispositivos de este tipo parecen inclinarse por una funcionalidad para sus asistentes más centrada en la automatización de tareas y la petición de funciones sencillas, como el tiempo, las noticias u otro tipo de peticiones rutinarias, más que por la posibilidad de hacerle preguntas de un tipo algo más complejo. En efecto, Google Home puede ser más inteligente a la hora de responderte a preguntas de propósito general, pero los usuarios no parecen querer eso, sino que conecte con dispositivos de más fabricantes, con habilidades creadas por más desarrolladores, y con funcionalidades más del día a día. Por lo que se ve, queremos más un mayordomo diligente que un tipo listo capaz de contestar a todas nuestras preguntas.
¿Cómo evolucionará esta dinámica competitiva? ¿Es más importante centrarse en el desarrollo de ecosistema y en la funcionalidad por encima de todo, o en desarrollar el cociente intelectual del asistente? ¿O, como parece sugerir Apple, en hacer una cosa muy bien – poner música – y dejar que el resto de funcionalidades se conviertan en una propuesta creciente (Apple solo menciona la posibilidad de usar su HomePod para cuestiones sencillas como encender las luces, poner un cronómetro o leer las noticias al final de la página de descripción)?
La batalla está servida, y los jugadores son de los que prometen una competición verdaderamente interesante. En caso de tenerlos disponibles actualmente en tu mercado, ¿por cuál te parece que optarías, si efectivamente quisieses tener uno? ¿Qué elementos introducirías en tu decisión?
This post is also available in English in my Medium page, “The battle of the home assistants»
Muy buen análisis Enrique. Creo que el gran triunfador en este sector será Amazon Echo (por goleada) por sus capacidades de integración con todo tipo de elementos clave dentro del hogar. El futuro pasa por fomentar el desarrollo de un ecosistema entorno al dispositivo y mejorar sus capacidades de inteligencia artificial que faciliten la vida de los usuarios que lo tengan en casa. Por otro lado, no hay que olvidar aspectos de diseño que permitan tenerlo en el hogar sin arruinar la decoración. Seguiremos de cerca los avances que sin duda van a revolucionar la forma en la que gestionamos nuestro hogar, desde lo más sencillo como abrir y cerrar luces o persianas hasta comprar mediante comandos de voz y tener el pedido en la puerta de casa en cuestión de minutos.
Y la pobre Cortana cuando diga de ser algo más que un lanzador al triste Bing… le habrá pasado como a Windows para Celulares
Parece lógico que, resueltos los problemas de reconocimiento de voz, en el futuro, para introducir datos en la red, lo habitual sea, en primer¡a instancia la pantalla tactil y la voz. y solo en ultimo lugar a escritura. Ahora bien, no estoy seguro que tener repartidos por la casa aparatos que graban todo lo que dices y haces, no va a terminar siendo excesivamente intrusivo.
«Mientras Apple aún parece posicionar fundamentalmente su HomeKit como un dispositivo para escuchar música»
Querrás decir HomePod
Creo que Amazon con su Echo puede convertirse en el Windows de los asistentes virtuales. La estrategia es ganadora y va ganando. Además, tiene al cliente «en casa», lo que le facilita las cosas.
Si yo estuviera en el lugar de Google ofrecería dos productos bien diferenciados: uno para competir directamente con Echo (que haga lo mismo, que cueste un pelín menos mas algún otro detalle diferenciador). Luego, ofrecería el producto superior, mucho mas inteligente, de gama alta, mas caro y no apto para cualquiera, y lo promocionaría marcando las diferencias.
Lo de Apple me parece otra estrategia que puede ser ganadora; especializarse y ser el mejor (y el mas cool) en una cosa.
Yo no dejaría de lado a Mycroft, software libre que cualquiera puede alimentar.
Me alegro de que Enrique plantee esta entrada, porque me parece un tema fundamental. En mi opinión se puede dar una batalla importante entre las grandes tecnológicas, y las startups que se apunten, para dominar el mercado de asistentes de IA. Apunto algunas ideas:
– Lo relevante no es que se trate de un dispositivo ad hoc ni que sea para casa. Creo que es más una cuestión de software. El equipo puede ser importante al principio, pero a medio plazo el software y sus funcionalidades deberían imponerse, y todo tipo de dispositivo (smartphone, tablet, etc.) los incluirá.
– El desarrollo de funcionalidades será creciente, llevando a una difusión creciente de estas herramientas.
– Las funcionalidades de los asistentes pueden ocultar las aplicaciones a ojos del usuario final. Algo muy relevante para el futuro del modelo de aplicaciones y las app stores. Desarrolladores, atentos.
– La funcionalidad de recomendación de producto se me antoja fundamental, y puede tener efectos importantes en la competencia para una mayoría de productos y servicios de gran consumo. Existe una oportunidad, para el dominador del mercado de asistentes, de arrebatar parte del excedente del productor (y también del consumidor) al situarse como intermediario entre empresa/marca y cliente final. Las posibles implicaciones para el valor de las marcas y la diferenciación de producto en este escenario saltan a la vista. Igualmente para el sector publicitario.
– Los asistentes, al realizar labores de búsqueda de información, evitan trabajo al usuario y le ahorran exponerse a publicidad. Habrá que ver la respuesta de Google a este reto.
– Muy importante para el futuro del marketing online: ¿qué pasa si los asistentes online empiezan a realizar la navegación por el usuario? Podrían ocultar su rastro, compartir información con millones de usuarios de su servicio y convertir en inservibles las estrategias de marketing online más populares.
Desarrollo todos estos conceptos y otros con más detalle en mi artículo al respecto: AI: one technology to rule them all.
Habrá que leerlo, con calma, ( porque es muy largo, pero no me importa en absoluto, si lo que cuenta es interesante)
Para mí, lo verdaderamente novedoso sería un asistente personal que funcione, y me ahorre tiempo proporcionándome comodidad.
Dicho asistente personal:
– Me ahorraría tener hacer gestiones interactuando con multitud de sitios web o apps (que ni siquiera tendría que tener instaladas) o llamando por teléfono.
– No estaría ligado a un dispositivo único (no tiene sentido), ni en solamente una de las habitaciones de mi casa (menos sentido aún).
– No estaría limitado únicamente a la interfaz de voz. Si estoy usando un teclado y no me apetece hablar, o no quiero que se me oiga, o que se oigan las respuestas, porque estoy delante de otras personas, puede que quiera darle órdenes por escrito.
Con esas premisas, el Apple HomePod me parece claramente insatisfactorio de partida (aunque no descarto comprármelo por curiosidad si veo que sus funciones de asistente mejoran con el tiempo sin cambiar el hardware). Creo que Apple lo ha posicionado como altavoz de música de calidad porque no puede posicionarlo aún como asistente personal útil. Y que lo haya anunciado con más de 6 meses de antelación lo dice todo.
Los de Amazon y Google no sé cómo se llevarían con mi ecosistema HomeKit, pero como mínimo tendría que configurarlos. Y para ser asistentes útiles, han de tener conocer datos de mí (mi dentista, cines favoritos, etc.).
Sigo pensando que es más útil un smart watch, dispositivo denostado por muchos al que dan por muerto, y al que yo cada día le saco más provecho. Me acompaña a todas las habitaciones de mi casa, y fuera de ella, y solo espero que cada vez haga más cosas y con menos latencia. Últimamente hasta puedo tener chats cortos por WhatsApp andando por la calle sin sacar el móvil del bolsillo garabateando las letras de respuestas cortas, aunque sería bueno poder parametrizar mis respuestas comunes (en lugar de las prefijadas) o que contara con respuestas inteligentes como las de GMail.
Una vez más, la gran ausente es Microsoft, que parece empeñada en perderse todas las revoluciones que tengan lugar en el hogar. Entretanto, las ventas de PCs siguen cayendo, por la sencilla razón de que la gente los usa cada vez menos en sus hogares.
En cuanto a Apple, ya llega tarde, y que posicione su producto sobre todo como altavoz para música huele a chamusquina.
Por lo cual la batalla va a ser (ya está siendo) entre Amazon y Google, y la ventaja de Amazon es ya muy grande. Pero no hay que olvidar que en esto de los interfaces de voz hay una barrera idiomática. Va a importar, y mucho, la celeridad con la que cada uno lleve sus productos al español, al francés, etc.
El día que un asistente mediante ordenes de voz en lenguaje natural pueda comprar un billete de Renfe o pedir cita previa para la renta o el DNI, entonces seré parte de su mercado. Para cosas sencillas como ver el tiempo de mañana, leer una entrada de la wikipedia o poner una canción no lo veo útil ya que a mi me llevan menos de un minuto.
Es cierto. Quizás se está sobrevalorando a los asistentes virtuales. Las pantallas son necesarias para casi todo y allí el uso de la voz no es lo mas práctico. Somos seres visuales. Leemos artículos, información, miramos vídeos, el correo electrónico debemos leerlo, en la mayoría de los casos no nos sirve que nos lo lean (y el tiempo y la previsión la tengo al arrancar el dispositivo).
Desde hace años hay gente que usa Google por voz (como mi padre). Y así evitan parte de la publicidad en la página del buscador, pero no la de la página de destino.
Es verdad que Google, que se beneficia de las descargas de Apps, se esta viendo afectado por los cambios (la mayoría se conecta a sus servicios preferidos vía App y no mediante Google) y esto, con los asistente virtuales seguirá igual, sin Google de por medio.
Pero todavía están muchas cosas por verse y confirmarse. Por ejemplo, si para acceder a tus cuentas bancarias lo vas a hacer mediante el asistente virtual, que podría también leer tu huella digital y ahorrarte la contraseña…
Lo mejor, sería poder decirle al asistente todo lo que hay que hacer y que se ocupe de todo. De buscar, de comprar e incluso de trabajar. Pero me temo que por el momento eso no va a ser posible.