Pablo Martín de Holan, amigo desde hace mucho tiempo y actualmente Dean of Graduate Studies and Research en el Prince Mohammad Bin Salman College of Business & Entrepreneurship (MBSC), en el que recientemente pasé unos días desarrollando un curso titulado «Leading Digital Transformation« (pdf), me escribió un pequeño texto sobre lo que supone la transformación digital para un país como Arabia Saudí, en el que, como escribí tras mi experiencia, la idea se convierte prácticamente en un asunto de estado.
Pablo es uno de los mejores y más completos académicos que conozco en el área de Entrepreneurship, se incorporó a MBSC en el momento de su fundación, y es uno de los encargados de posicionarlo como una institución moderna, capaz de influir en la mentalidad de los cuadros directivos de un país en el que una generación de personas jóvenes educadas en muchos casos en el extranjero y con acceso a internet se preparan para una transición hacia una economía moderna, no basada en lo extractivo, sino en esquemas productivos diversificados basados en lo digital, dentro de un plan completo que han denominado Vision 2030. El texto de Pablo, a quien pedí consejo en varios de los aspectos que introduje en mi curso y que lleva ya más de un año trabajando en el país, me pareció muy inspirador, así que lo publico en su integridad:
“Todo lo que pueda ser digitalizado lo será”
Corría el año 2004 cuando tuve el privilegio de comenzar a trabajar con Enrique Dans en el IE. Estábamos a la sazón en Shanghai enseñando en el Global Executive MBA, y nuestra buena relación profesional iba profundizando a medida que descubríamos que ambos compartíamos la misma pasión por las tecnologías de la información, y el mismo deseo de entender de que manera transformarían nuestra manera de trabajar y de vivir.
Fue entonces que Enrique, en un pequeño restaurante de xiaolongbao (unos deliciosos platillos chinos que sirvieron de inspiración a nuestros ravioli), casi sin pensarlo, dijo brillantemente que “todo lo que pueda ser digitalizado lo será”, una idea que me tocó repetir muchas veces y que años después ilustraría la transformación digital del Reino de Arabia Saudí, un país rico y miembro del G20, pero no completamente desarrollado y que está tratando activamente de pasar de una economía esencialmente extractiva y dependiente de recursos naturales a otra basada en el conocimiento y las ideas.
Un elemento central de ese proceso de transformación es dejar de lado sectores económicos que compiten con bajos costes para potenciar otros con alta productividad y gran valor añadido, un objetivo prioritario para el Reino y para el bienestar de sus habitantes.
La transformación digital del Gobierno y del Estado es central para ese proceso de cambio, y se basa en primer lugar en incorporar las últimas tecnologías de la información e incentivar a las empresas a hacerlo también, ayudados por una generación de jóvenes que creció con las tecnologías digitales y que es capaz de pensar en nuevas maneras de crear valor económico y social por medio de innovaciones basadas en las TIs, pero también en nuevos modelos de negocios.
Como es frecuente con las buenas ideas y las buenas estrategias, la implementación es lo difícil. Pese a los múltiples éxitos de los últimos años en los cuales muchos ministerios y agencias gubernamentales han transformado casi todos sus procesos en digitales y han permitido a los ciudadanos interactuar con el gobierno por medio de internet, todavía queda mucho por hacer, en Arabia Saudí, en la región, y en el mundo.
En particular, todavía queda mucha gente por convencer de que digitalizar un proceso o una empresa no es hacer lo mismo pero con una máquina, y que no es una buena idea querer tener un gobierno inspirado en las ideas del siglo XXI, pero con herramientas y preocupaciones del siglo XIX. Digitalizar una nación soberana es un cambio radical que requiere transformar cómo se hacen las cosas, y también lo que se hace. Esto no es ni novedoso ni limitado solamente a las TIs, pero la magnitud del cambio que permite la digitalización tiene pocos precedentes en la historia de la humanidad.
El gobierno de Arabia Saudí ha comenzado una transición con pocos precedentes en la historia por su ambición y su magnitud, y en ese contexto el trabajo de Enrique es, una vez más, indispensable para entender los cambios de mentalidad necesarios para que las TIs den sus frutos. Una de las grandes ventajas de un uso masivo de TIs en el Gobierno es la capacidad para pasar de una situación en la que el gobierno es reactivo a otra en la cual la información y su procesamiento permiten evitar que surjan los problemas, e implementar soluciones antes que esos problemas generen situaciones críticas.
Irónicamente, entonces, las palabras pronunciadas una tarde de invierno en Shanghai hace 15 años ilustran los objetivos y los desafíos del Reino de Arabia Saudí, y es natural sea que la persona que las pronunció la que ayude a los empresarios del Reino y del resto del mundo a entender cómo ayudar a que todo lo que pueda ser digital, lo sea.
This post is also available in English in my Medium page, “When the mission is to transform a country»
y todo lo que no pueda ser digitalizado no lo será. Qué o quién define «todo».
Al final está un poco complicado definir entre una y otra cosa, un «todo» en esta era de tecnología es un poco difícil de definir.
En si la tecnologia es importante en un Pais y para el gobierno ,pero Arabia Saudita es un monarquia absolutista que masacra activistas y opositores esos datos estan en Amnistía Internacional.
Quizas Arabia Saudita lo que necesita es Democracia y libertad de sus ciudadanos y no monarquias absolutistas que son tan corruptas y pauperrimas como las Dictaduras China o Venezolana.
Es importante la tecnologia,pero la democracia y libertad siempre debe estar primero es lo mas racional siempre a defender y no solo cuando nos conviene.
Y entonces, según tú, qué se debería hacer? ¿No acercarse a ese país, no tocarlo ni con un palo, y no intentar colaborar para que evolucione? Pues yo no lo veo así. Yo, si hay un cambio mínimamente esperanzador y puedo contribuir a él, aunque sea muy modestamente, lo intento.
Arabia mete un poquitín de miedo. No creo que seamos capaces de entenderlo con nuestra perspectiva europea. Mucho menos de juzgarlo (como país) o de calificar moralmente a sus gobernantes.
Ahora bien…
Cuando el poderío económico de una nación depende que ese poder esté repartido entre un minoría de la población y que ese reparto no responda a nada salvo a la consanguineidad o las afinidades políticas; cualquier intento de avance queda muy en entredicho, por un lado por sus pocas opciones de viabilidad y por otro lado por ser sospechoso de buscar una barrera más… otro condicionante expúreo para que la mayoría no sea capaz de llegar a optar a lo que tiene la minoría… aunque esta no se la merezca.
Y no… no hablo de España (ni de Alemania ni de Italia ni de Polonia ni de…) aunque pudiera parecerlo ;-)
Claro pero el primer cambio de apoyo a Arabia Saudita es impulsar el derrumbe la monarquía absolutista por estos países masacran opositores o los ejecutan si critican al gobierno monarquico saudi eso se puede verificar con datos mundiales de Amnistía Internacional.
Cuando se de libertad y democracia se puede impulsar cualquier cambio tecnológico que genere un servicio al ciudadano es lo mas racional que todo persona puede pensar
Mis saludos
El problema de Arabia Saudita es el mismo que todos los países arabes, son teocracias; mientras tanto el «malvado occidente» esta compuestos en su totalidad por estados laicos, con una población auto-definida como ateos. Esto ha llevado a los árabes ser lentos para adaptarse a los cambios de este siglo después de cuarenta años en riqueza petrolera Vision 2030 se releva como un cambio que llega tarde y mal.
Primera separemos Religón-Estados y entonces hablamos de transformar países
Resulta curiosa la especie humana. Siempre que se debe negociar el tipo de religión o la política a desarrollar, puede pasar una eternidad discutiendo el tipo de mesa donde sentarse… ¿tan difícil es evolucionar?
¿Para que tuvo la tecnología, digo yo, que ofertar tantos tipos de mesa?
Felicidades que honor, claro su trabajo lo merece.