Adrián Cordellat me entrevistó por teléfono para Madresfera sobre el mito de los nativos digitales y los problemas derivados del mismo en la educación, tanto en las familias como en los colegios, al hilo de la publicación del libro «Los nativos digitales no existen«, para el que escribí el prólogo. La publicó ayer bajo el título «Enrique Dans y los nativos digitales«.
Hablamos, sobre todo, del tremendo error de partida que supone pensar que nuestros hijos están de alguna manera mejor preparados para la tecnología por el hecho de haber nacido en una época en la que esa tecnología forma parte habitual de su entorno. Esa omnipresencia consigue que no les parezca un elemento extraño, pero en modo alguno los prepara para su uso: creer que van a ser más hábiles y tener más facilidad por el simple hecho de haber nacido en un año determinado implica no entender nada bien los mecanismos de la evolución de las especies.
No, nuestro hijos no tienen ningún tipo de modificación genética que los prepare mejor para el uso de la tecnología. Ninguno. Si te parece que son muy hábiles, eso se debe fundamentalmente a tres cuestiones: una, que no ven los dispositivos como un elemento extraño porque viven rodeados de ellos. Dos, que esos dispositivos están muy bien fabricados y programados, y su uso resulta cada día más intuitivo para cualquiera, sobre todo si no tienes que «desaprender» con respecto a tecnologías anteriores. Y tres, que muy posiblemente, tú mismo te ves tan torpe en su manejo, que cualquier cosa que tus hijos hagan con un dispositivo te parece que los cualifica poco menos que para ser seleccionados por la NASA.
Por mucho que nos satisfaga en nuestro ego pensar que nuestros hijos son unos superdotados tecnológicos y podrían casi graduarse ya como ingenieros de cohetes, no es así. El problema del mito de los nativos digitales es que nos resulta enormemente cómodo: por un lado nos hace sentir bien porque a cualquier padre o madre le encanta sentir que sus hijos son maravillosos y listísimos, y por otro, nos hace pensar que finalmente, tras muchas generaciones buscándolo, hemos conseguido encontrar el «botón apaganiños»: basta con darle al niño un dispositivo con una app determinada cuando está dando la lata en un restaurante, para que automáticamente se quede sentadito en su silla o en un rincón y no lo volvamos a oír. No, perdona: si tus hijos son completamente incompatibles con la vida civilizada en cuanto los sacas de casa y los llevas a un restaurante, lo que tienes que hacer no es intentar apagarlos con un dispositivo, sino lisa y llanamente, educarlos. La tecnología nunca debe ser un sustitutivo de la educación.
¿Hay riesgos en la tecnología? Sí, por supuesto. Como en todo. Como en salir a la calle, como en hablar con desconocidos o como en ver la televisión. ¿Hay un pederasta colgado en cada poste, acechando a nuestros hijos? No, pero hay que explicarles que existen pederastas, y que en cuanto tengan la más mínima sospecha, tienen que contárselo inmediatamente a sus padres. ¿Existe el cyberbullying? Por supuesto, como existía el bullying antes de que hubiese internet, aunque le diésemos un nombre diferente… pero cuando veo problemas con adolescentes sometidos a cyberbullying, no puedo evitar pensar siempre lo mismo: ¿dónde diablos estaban esos padres que ni fueron capaces ni de estar ahí disponibles para comentar los problemas de sus hijos, y que ni siquiera se dieron cuenta por las señales externas de que los estaban sufriendo? No, educar a un hijo no es darle un ordenador y dejarlo que aprenda a usarlo sin supervisión «porque es un nativo digital». Educar a un hijo es otra cosa, y tiene poco que ver con la tecnología o con instalar un maldito filtro parental. Es una actitud.
Utilizar los dispositivos como apaganiños o como baby-sitter es una completa irresponsabilidad. Pero peor aún es considerar que «la tecnología es peligrosa» y tratar de mantenerlos lejos de ella. Eso sí resulta profundamente irresponsable y absurdo. Nuestra comprensión de la tecnología tiene que comenzar por pensar que es un elemento permanente de nuestra sociedad actual y futura, y que lo que tenemos que hacer con ella es aceptarla y preparar a nuestros hijos para ella. La primera regla básica es entender que el mayor riesgo de la tecnología para nuestros hijos es que se mantengan alejados de ella.
A partir de ahí, planteémonos que la tecnología, como cualquier otro entorno, precisa de un acompañamiento responsable, de una dedicación de tiempo y recursos, de una didáctica y de una serie de reglas. Si alguna de esas cosas no te parece importante, lo que deberías revisar no es la tecnología, sino tu carnet de progenitor, que desafortunadamente es expedido sin ningún tipo de requerimiento previo. En octubre de 2015, antes de que el libro estuviese siquiera en fase de idea, escribí un pequeño decálogo sobre niños y tecnología al hilo de una conferencia que estaba preparando, en el que avanzaba muchas de las ideas que comento en el prólogo del libro, y que anteriormente había reflejado también en una entrevista con Marcos López, de Adolescentes y más, titulada «Los nativos digitales no existen, son puro mito y su educación no es más sólida«.
Las ideas son las mismas: no existe ninguna «codificación genética» en nuestros hijos que los prepare especialmente para la tecnología, y hacer dejación de nuestras funciones de supervisión y educación en este aspecto es irresponsable y absurdo como padres, como profesores y como país. Según mi experiencia en universidades españolas, en muchos casos el daño ya está hecho: muchos jóvenes son tan ignorantes y están tan poco preparados para desarrollarse en entornos tecnológicos como lo están sus padres, con un agravante: ahora, además, se creen «expertos» porque saben hacer cuatro tonterías en WhatsApp y en Snapchat. Jóvenes que desprecian las redes sociales, que desconocen o ningunean el potencial de determinadas herramientas, y que pretenden «estar de vuelta de todo» cuando ni saben hacer la O con un canuto. De querer tener «la generación mejor preparada de la historia», a criar, salvo excepciones, una panda de ignorantes que encima se creen ingenieros de cohetes, y que resultan si cabe más fáciles de manipular que sus padres porque no son capaces de diferenciar una noticia falsa o una esponsorizada, desconocen la importancia del fact-checking o de la validación de fuentes, y se creen a pies juntillas el primer resultado de cualquier búsqueda.
Es el momento de concienciar a quien pueda ser concienciado: padres, educadores, profesores a todos los niveles, legisladores buscando la enésima modificación de las políticas educativas… no, los nativos digitales no existen. La tecnología, como la física o las matemáticas, hay que explicarla, hay que entrenarla y hay que convertirla en materia fundamental, troncal y evaluada, porque vivimos en un mundo gobernado en gran medida por nuestra interacción con ella, y porque son muchas las claves de futuro que dependen de ella. No es simplemente «poner dispositivos y ya está». Veremos si hay alguien con altura de miras al otro lado…
Oh, genial artículo. Se da la paradoja que esta generación que parece tan tech puede que termine menos interesada por el software y hardware que la anterior. Yo con 12 años no tenía un smartphone, pero probaba cosas en Basic en un Amstrad, cuyo manual destilaba conocimiento informático.
Eso fueron las generaciones de los 80s, cuando esto estaba en desarrollo habia un ambiente como de ilusion y crecimiento, y los niños trasteaban con los Spectrum y demas, intentando dominar la informatica de la época … hoy con un hardware y software mil veces mas potente en los bolsillos y resuelta la cuestion, dio paso al mundo de hoy que ya no interesa a los chavales y cada vez gustará menos a la gente que vaya creciendo en este contexto creado, y futuro no es una palabra que cree ahora entusiasmo ni ilusion … en fin los 80s fue una generacion equivocada tal como se ve hoy
Cierto. Yo soy de la generación del Amstrad y cuando fui a la universidad hubo un boom de ingenieros informáticos, tal que la nota de corte era muy alta. Hoy en día, con internet, teléfonos inteligentes, etc, creo que la nota es un 5 raspado. Puedo ser que haya mas oferta, pero lo cierto es por ese boom, los salarios estuvieron estancados mucho tiempo.
Como educador, me gustaría hacerte una pregunta. Obviamente hablar con los padres y decirles «son ustedes unos zoquetes tecnológicos» no es un buen enfoque… ¿Cómo hacer consciente a los padres qué necesitan educación tecnológica (de cara a transmitirla a sus hijos), sin qué se pongan a la defensiva o no le den importancia?
Saludos y felicidades por la entrada. Me ha encantado.
Yo no soy educador, pero me gusta educar tecnológicamente a mis personas cercanas. Ayer y hoy di sendas sesiones de 90 minutos a mis compañeros de empresa con un poco de teoría y concienciación sobre la seguridad y mucha parte práctica sobre la autenticación de dos pasos (2FA) para fortalecer el acceso a los sitos web más usados: Google, Microsoft, Yahoo, Facebook, WhatsApp, Twitter, LinkedIn, etc. Para que se den cuenta que sí tienen cosas valiosas que proteger, incluí a PayPal y Amazon. Como sabía que algunos tienen hijos en edad adolescente, incluí Sony Entertainment Network (para las PS3, PS4) y me di de alta en Snapchat (que no uso) para incluirlo en la charla. Y así es como conseguí que vieran 2FA como algo que les interesa tanto por ellos como por sus hijos. Se han ido encantados…
No me extraña que se fueran encantados, me parece un programa muy bueno y muy equilibrado!
En general estoy muy de acuerdo con tus posts al respecto, y con el libro, que ya me leí. Me acuerdo siempre de mi madre, que dice de mis sobrinos que son «listísimos» porque con 5 años ya saben usar las tabletas con el dedo. Y siempre pienso que «listísimos» serían si a esa edad jugaran con una app de ajedrez, ja ja.
Discrepo algo en lo de la facilidad de la tecnología. Si bien es cierto que las interfaces de usuario se han simplificado muchísimo, hay una complejidad latente por debajo de la superficie que de vez en cuando «emerge».
Y tampoco resulta del todo fácil, o requiere cierto esfuerzo de aprendizaje y ensayo/error, pasar a escenarios de uso más avanzados y colaborativos, por ejemplo, intercambio de información/archivos entre las distintas apps de un móvil. Son escenarios que son posibles desde hace relativamente poco tiempo (en los dispositivos móviles, no en PC), y a los que todavía les queda bastante recorrido para eliminar la fricción.
PD: salgo de dar una sesión de formación teórico-práctica a mis compañeros de empresa sobre la autenticación dos factores, que muchos ignoraban por completo. Ya les he mencionado que eso de la seguridad les aplica a ellos como profesionales y como particulares (PayPal, Amazon, Facebook, etc.), y que lo fomenten en sus hijos adolescentes (correo, Snapchat, etc.). A ver si sirve para algo.
Creo que seguimos confundiendo dos cosas, saber de informática, (hardware y sowtware) y saber utilizar dispositivos digitales, ( Pcs, Tablet ; Samartphone,…). Evidentemente por haber nacido en fecha posterior al año 2000, no se sabe de informñatica, pero si que se tiene especial habilidad para el manejo de dispositivos digitales.
No reconocer que la generalización del uso de los SMS, fue debida al uso masivo y natural del teléfono por parte de los jóvenes, o que lo mismo ocurre hoy con el snapchat y en su momento del Doom el P2P y otras muchas técnicas es obra de los jóvenes , es negar la evidencia.
No serán «nativos digitales» , pero expliquenme que técnica o tecnología se ha divulgado por algún otro grupo de edad diferente, de los usos divulgados por los jóvenes.
Qué podemos esperar, si los padres ni siquiera entienden el blockchain :D
«La tecnología, como la física o las matemáticas, hay que explicarla, hay que entrenarla y hay que convertirla en materia fundamental, troncal y evaluada, porque vivimos en un mundo gobernado en gran medida por nuestra interacción con ella, y porque son muchas las claves de futuro que dependen de ella».
El Gobierno en España ya esta en ello, la LOMCE ha reducido un 30% las horas de esa materia en la ESO y la ha hecho desaparecer de las pruebas de acceso a la Universidad.
No hay nativos digitales, algo avanzamos. El problema es que se precisa más y compleja educación. El nativo prehistóríco que salía de su cueva podía pasar un día sin encontrarse con una rueda, pero el nativo de la era tecnológica sale de su casa y lo primero que pisa puede ser un paso de cebra (si no interacciona antes con un ascensor o un móvil). O sale de su casopa tercermundista y encuentra las carcasas de instrumentos tecnológicos «en desecho».
Podemos decir que ahora se puede entrar facilmente en el terreno del analfabetismo digital… el prehistórico podía escoger (es un decir!) entre robinson o no, ahora necesita educación (cuál?). Frente al hecho evolutivo (por la complejidad vital que se avecina) ni siquiera el místico estático puede evitar la fecha de caducidad. Hasta los «jedis» del futuro se verán involucrados en las luchas imperiales… cada vez se hace más necesaria (para algunos) y complicada la lucha por el poder. Y cada vez está más difícil escapar de ella!
Todos mis amigos, menores de 20 años, no tienen problemas en usar bitcoin. Le cuento eso a mi padre y le suena a chino. Creo que algo debe haber.
No es lo mismo ‘usar’ que entender, my friend. La mayoria de la gente que conduce un coche no sabe apenas nada de su funcionamiento interno ; La gente que usa WhatsUp crees que sabe mucho de sockets , TCP/IP, etc…? Pues es lo que usan -sin saberlo- cada vez que envian o reciben un mensaje.
Seria muy interesante saber que % de tus amigos/usuarios de bitcoin saben algo de Blockchain (?).
Creo que has hecho una muy aclaratoria diferenciación «No es lo mismo ‘usar’ que entender,
En efecto los jóvenes no entienden de informática más que los adultos que carecen de especial formación informática. Pero, (en mi opinión), usa con mayor habilidad y menos complejos y prejuicios los aparatos digitales que se pone a su disposición, lo que hace que aparentemente «sepan» mas sobre ellos.
Me ha gustado mucho el artículo, estoy de acuerdo en prácticamente todo lo que planteas, pero siempre hay un «pero», no? Me ha parecido bastante desafortunado el comentario sobre el carné de progenitor. Desafortunadamente no hacen falta requisitos previos para obtenerlo? Faltaría más? Pasar un examen, y «quién lo corregiría»? Una entelequia omnisciente y todo poderosa o un conjunto de sabios infalibles? Sé que es una frase (medio) hech pero nunca me ha gustado. Me suena excesivamente pretenciosa.
Además añado, porque es un comentario que escucho muchas veces, que decir que un niñ@ de 2-3-4 años no aguanta hora-hora y media sentado en un restaurante porque los padres no lo están educando bien, resulta un tanto excesivo.
Daniel, yo, de verdad, aguantaba una comida de mis padres en un restaurante sin ningún problema, y si daba la lata un poco, como mucho me daban un papel y un lápiz para que pintase. Mi hija, lo mismo: jamás montó una escenita en ningún sitio, aunque se aburriese. Todas esas teorías modernas sobre la necesidad de estímulo y lo terriblemente nocivo que es para los niños el aburrirse me parecen una soberana gilipollez. No tengo ningún trauma por haberme aburrido algunas veces mientras esperaba a que mis padres terminasen una comida, y mi hija tampoco lo tiene. Todo eso de «no reprimas al niño cuando muerde los tobillos del comensal de la mesa de al lado» me parece para coger a los padres del susodicho y esterilizarlos quirúrgicamente en el mismo restaurante con un cuchillo de cocina oxidado para evitar que sigan contribuyendo al pool genético. Siento ser tan descarnado, pero en temas de educación creo de verdad que estamos llevando las cosas a un nivel tan alto de exageración y de estupidez, que estamos criando auténticos monstruos.
No sé si estamos hablando del mismo rango de edad. Un niño pequeño no te va a aguantar en un restaurante, no porque se aburra o no, sino porque quiere hacer otras cosas que le satisfacen más, simplemente.
También veo mucho de genética o predisposición natural, como quieras llamarlo, ahí. Si te ha salido tranquilo se portará mejor, pero eso no quiere decir que lo estés educando bien. Y si te ha salido trasto dará mucha guerra y tiene, a mi juicio, poco que ver con la educación.
El móvil es el nuevo papel y lápiz, así que a ti también te ‘apagaban’.
Qué buenas palabras…estoy más que de acuerdo con Ud.
Por cierto, el artículo de lo mejor que he leído suyo.
Gracias.
Aplaudo el artículo. Totalmente de acuerdo.
No estoy de acuerdo. Se nota mucho que lo ha escrito una persona que es incapaz de darse cuenta de las sutilezas de internet. Cuando has estado tantos años usándolo, viviendo con él…se hace como la vida misma. Tú por ejemplo, vas a un restaurante, y con un vistazo entiendes si es un buen sitio para ir ó no, te puedes equivocar, pero reconoces perfectamente los patrones, y hay altas probabilidades de que no te equivoques. Las personas nativas tecnológicamente, digamos que entendemos más las sutilezas del lenguaje visual, de cómo están programas las cosas (aunque no sepamos programar), de manera inconsciente sabemos lo que es una buena USER EXPERIENCE…. es como…… es como si nosotras fuesemos capaces de comprender la poesía, los recursos estilísticos, la ironía…porque tenemos un BACKGROUND CULTURAL con respecto a esto. Quien quiero MENOSPRECIARLO…..poco sabe.
Para nada. Tienes esa falsa sensación, pero en absoluto es así.
Pordiossssss, qué rápido pasa el tiempo… casi 10 años ya de que yo decía cosas parecidas :)
http://adelat.org/el_complejo_de_mark_prensky
Un artículo genial, como siempre. No se como lo haces pero plasmas a la perfección el sentido común.
Respecto a los niños y la tecnología hay algo que me preocupa muchísimo. Existe un juego al que están jugando TODOS los niños a TODAS horas. Se llama «Clash Royale», el cual me resultaba raro, no entendía como podía ser tan adictivo, pero… si parece aburridísimo.
Al pensarlo bien «Clash Royale» parece que se basa en la simplicidad y en la repetición. Algo típico del márketing de «juegos de azar»:
* Recolección
* Recompensa
* Progreso
* Frustración
El problema es que juegan niños pequeños y, aunque no hacen apuestas económicas diréctamente, si les piden dinero para comprar unos cofres. Y aplican técnicas de marketing muy agresivas. No es raro observar a estos jugadores sufriendo algo parecido al «síndrome de abstinencia» cuando no pueden jugar o cuando quieren comprar un cofre con euros.
Creo que estamos enseñando a nuestros hijos a ser futuros ludópatas, futuras víctimas del Poker Online, donde se dejarán el sueldo y la salud.
No estoy en contra de los juegos, pero Clash Royale parece una máquina tragaperras disfrazada de juego para niños.
Mi tesis doctoral es de como funciona el cerebro desde el punto de vista de como toma decisiones
Algo que subrayo mucho y no paro de contarlo en mis clases es que el Hommo Sapiens apenas ha cambiado su genética en los 200.000 años que lleva en la tierra. Es cierto que el contexto, incluso el diario, condiciona nuestro comportamiento, pero en ningun modo significa que seamos distintos.
Lo de la tecnología, tal como dice enrique nada tiene que ver con la edad de nacimiento. Para muestra un ejemplo tonto, si a un niño que haya nacido en el 2010 en un país que por desgracia no tienen prácticamente acceso a una tableta o movil tactil, le damos un iphone sería incapaz de utilizarlo. Otro ejemplo mas, hay un video que circula por internet de niños actuales que son incapaces de marcar por un teléfono de los antiguos de rueda con números. ¿Motivo? no lo conocen, no lo han visto nunca.
Conclusión no hemos cambiado nada genéticamente, simplemente el entorno ha cambiado y ahora hacemos cosas que antes no hacíamos, que ni nos hacen ni mejor ni peor
Excelente explicación y totalmente de acuerdo, pero creo que el concepto de nativo digital no sólo va ligado a la comprensión y «awareness» de la tecnología y su uso tanto para la educación como en la vida diaria, es más una característica de las generaciones que no han conocido un mundo sin información universal ( no conocimiento) , sin libros en papel, sin la posibilidad de concentración a largo plazo y un sin fin de situaciones generadas por una sociedad conectada, como bien cuenta Nicolas Carr. Lo que tenemos que ser conscientes es del gap generacional que nunca ha sido tan abrupto, la velocidad y la disrupción provocada por la tecnología digital transforma dinámicas de vida en todos los aspectos algunos de forma efímera, de ahí que el papel de los no nativos además de ser conscientes de los peligros y ventajas de las tecnologías es comprender como afecta al comportamiento de estos nativos, transmitir y mantener una serie de valores sólidos que a lo largo del tiempo han sido clave para nuestro desarrollo social.