Una iniciativa de Uber, Uber Movement, ofrece a los ayuntamientos y gestores de las ciudades acceso agregado a todos los datos de desplazamiento de sus vehículos en el entorno urbano, con el fin de ayudar a entender los flujos de tráfico y a planificar acciones que permitan su optimización.
El movimiento, entendido como un intento de la compañía de buscar una relación más intensa y bidireccional con unas autoridades de las ciudades que, en muchos casos, han jugado un papel fundamental a la hora de condicionar el desarrollo de la compañía y con las que las relaciones no siempre han sido especialmente fáciles, pone de manifiesto una verdad evidente: las ciudades se han convertido en ecosistemas de gran complejidad, cuya gestión eficiente presenta cada vez más necesidades en términos de procesamiento de información.
Lo estamos viendo cada día más: medidas como la restricción total o parcial del tráfico, por ejemplo, como las vigentes actualmente en varias ciudades francesas debidas a la contaminación, dependen de las lecturas en tiempo real de sensores de contaminación y de un cuidadoso estudio de la evolución de la temperie. El control del espacio de aparcamiento mediante los datos de las aplicaciones utilizadas para su gestión, o la evolución de la ocupación del transporte urbano también generan datos que son utilizados por cada vez más equipos municipales para intentar entender el funcionamiento de las ciudades, y planificar en entornos más ricos en información.
La complejidad de las grandes ciudades es cada día más difícil de gestionar, y requiere un desarrollo más importante en términos de inteligencia y de datos. El proyecto de cartografía de los desplazamientos en la ciudad de Barcelona llevado a cabo por Bestiario utilizando los datos anonimizados y agregados de trescientos mil usuarios de telefonía móvil, el estudio de los desplazamientos en transporte urbano en varias ciudades latinoamericanas o el proyecto Smart Steps de Telefonica son ejemplos claros de cómo estudiar la movilidad urbana desde un punto de vista moderno, que requieren no únicamente el acceso a los datos, sino también el desarrollo de sistemas adecuados de representación, visualización y gestión para hacerlos completamente accionables y útiles.
Cada día más, el concepto de smart city tiene más que ver con la generación eficiente de datos para su gestión. En muchos sentidos, los equipos municipales están empezando a ver la necesidad de transformar su perfil para incorporar habilidades que antes eran más propias de otro tipo de entornos: ¿cómo plantear si las restricciones de tráfico en función de la contaminación es más adecuado plantearlas mediante el esquema más simple, reducir los vehículos a la mitad en función del número de matrícula y el día del mes, o por el contrario, optar por la restricción de vehículos clasificados como más contaminantes? Una decisión compleja, en la que entran factores de todo tipo, y que se beneficia claramente de la posibilidad de monitorizar adecuadamente cuantos más datos, mejor. ¿Cómo monitorizar con eficiencia el efecto disuasorio de una restricción de aparcamiento o del establecimiento de un sistema de peaje urbano? ¿Debemos invertir en un sistema de transporte con autobuses autónomos que cubra determinadas rutas, como en Helsinki o en Las Vegas? Pronto, cada vez más ciudades serán ecosistemas en los que prácticamente haremos log in, en los que nuestros desplazamientos y los de nuestros vehículos pasarán a formar parte de bases de datos convenientemente tratadas para mitigar problemas derivados de la privacidad, pero fundamentales en la gestión del entorno urbano: en Singapur o en Londres, la información sobre desplazamientos de vehículos puede ser monitorizada en tiempo real mediante cámaras, que además son utilizadas para cobrar por el acceso a determinadas partes de la ciudad. En Amsterdam, tienes que fichar en los tranvías tanto al entrar como al salir, con el fin de generar así la información adecuada.
Uno de los factores que determinará decisiones como la de aprobar el funcionamiento de un servicio determinado en una ciudad podría empezar a ser su capacidad de aportar datos a una API municipal que proporcione información a sus gestores, y que permita, bajo un modelo de open data adecuado y bien planteado, el uso de esos datos a aquellos desarrolladores que quieran plantear aplicaciones de todo tipo como propuesta de valor para los ciudadanos bajo todo tipo de desarrollos, comerciales o no. Apps como Citymapper, Moovel, Waze y otras monitorizan y asisten en sus desplazamientos a cada vez más usuarios, y conforman mapas en tiempo real que, además de servir para la prestación del servicio, pueden tener un interesante valor en manos de un gestor integrado a nivel municipal. Cuando hablamos de smart cities, tenemos que, cada día más, plantearnos las posibilidades que la gestión de los datos proporcionados por los diversos agentes que operan en ella y los sensores desplegados en sus infraestructuras pueden llegar a ofrecernos. En muchos sentidos, la mesa redonda a la que tuve la oportunidad de asistir en Detroit con los alcaldes de de Atlanta, Chicago, Columbus y Detroit me dejó claro precisamente eso: la profesionalización de una función de gestión municipal que se orienta a los datos de una manera cada día más clara, y que afecta a cada una de las decisiones en el ámbito municipal, desde el planteamiento de restricciones hasta la construcción de viviendas o de aparcamientos. Una visión del ayuntamiento como gestor de información en tiempo real que, en muchos casos, no coincide especialmente con el perfil que solemos atribuir a las corporaciones municipales ¿Están los ayuntamientos de las grandes ciudades preparados para incorporarse a esa transición?
This post is also available in English in my Medium page, “Running a city is about data management»
Me parece una inteligente medida de UBER el poner sus datos a la disposición de los ayuntamientos en donde trabaja, como un paso para limar asperezas que la irrupción de UBER ha producido en muchos lugares. Entre las autoridades municipales y los servicios de uso público, debe intentarse que haya buena sintonía, puesto que ambos tratan de hacer la vida mas agradable a las mismas personas,sean vistos como ciudadanos o como clientes. Alguien tiene que dar el primer paso hacia el entendimiento.
Sin embargo, el problema no es el acceso a datos, Datos sobre la ciudadanía, hay a montones a poco que se molesten en recolectar, de Telefonica, ; de transportes públicos, de la policía, de aforos de circulación, de consumos de agua, gas, y electricidad, de publicidad en la calle, del padrón de personas y viviendas, …
El problema está en como extraer consecuencias útiles de esta ingente cantidad de datos, De una forma tangencial, se de las técnicas que entonces llamábamos Data Mining, o forma de extraer valor entre una gigantesca cantidad de datos escoria. Meta4, fue una empresa que lo intentó durante mucho tiempo y enterró mucho dinero en ello, pero los resultados obtenidos no se acercaron a las expectativas,
Supongo que desde entonces, la llamada hoy Big Data, haya avanzado algo, pero mi opinión es que los resultados siguen siendo muy pobres respecto a las brillantes expectativas que se esperaban de ello. Lo que no quiere decir que no piense que deban seguir insistiendo, las respuesta a muchos interrogantes están escondidas en esa ingente cantidad de datos, sólo se trata de dar con la forma de encontrarlas. .
Llevo ya tiempo pensando en la cantidad de datos que podemos obtener de forma fácil con la tecnología sobre nosotros mismos como personas. En mi caso, desde hace meses mido diariamente peso, tiempo de natación, tiempo y distancia de caminatas, etc. pero últimamente aún con más parámetros (pulsaciones, calorías, etc.) o de forma aún más automatizada gracias a un Apple Watch. También estoy probando una app para lavarme los dientes (por experimentar) y he visto que hasta puede almacenar la actividad al respecto (no le veo demasiado interés para mí pero veo la gamificación para niños).
Lo mismo con la casa, que también son datos: con algo de domótica se puede saber el tiempo de funcionamiento de la calefacción, tiempo de encendido de enchufes, consumo, temperatura, etc. Algún día los electrodomésticos serán inteligentes y no solo proporcionarán esa información en un «display» sino que proporcionaran toda esa información a un dispositivo central que gobierne la casa, que permita sugerir medidas inteligentes de ahorro.
Esto, que a nivel personal o doméstico puede parecer superfluo o «friki», me parece muy importante a nivel urbano: no solo información de datos a posteriori sino en tiempo real y o casi real: señales de restricción de velocidad variable, semáforos inteligentes, sensores de llenado de contenedores de papel, plásticos, etc., que permitan una optimización de los siempre escasos recursos municipales (que pagamos todos).
Queda muchísimo por hacer. Como anécdota, hace años llevando el coche cargado de trastos viejos al punto limpio de Tres Cantos (que está al lado de mi oficina de entonces) no me dejaron depositarlos porque al preguntarme la calle dije que vivía en Alcobendas. En el punto limpio de Alcobendas también preguntan la calle, un operario que la anota ¡en un listado en papel! pero no verifica nada (él no tiene la culpa, hace lo que le dicen). Para reírme del sistema últimamente cada vez que voy digo una calle real del municipio, pero no la mía.
En lo último coincido al 100% Sempre que me piden un dato innecesario, doy uno falso. Por ejemplo en IKEA te piden el código postal al ir a pagar la factura, me gusta dar el de Soria, 42001. Es una manía de viejo, pero me hace un poco feliz destrozar sus estadísticas de marketing
A mi no me importaría dar el dato del código postal o la calle si sirviera para algo, por ejemplo, para poner un punto limpio más cercano a mi casa si somos muchos los que vamos desde una misma zona. Ikea o Leroy Merlin lo hacen así.
Pero en el punto limpio, donde toman el dato de la calle «a mano» en un papel, no estoy seguro de lo que hacen con él. Tal vez lo metan en un sistema centralizado al volver a la garita, tal vez en una hoja de cálculo que envían al supervisor para justificar las visitas recibidas, o tal vez para nada. Para lo único que sé que ha servido es para denegar el acceso a un ciudadano concienciado ecológicamente por no pertenecer al municipio. Si yo fuera otro tipo de persona, habría vaciado los trastos a la puerta del recinto…
Lo mio no tiene disculpa, es en un 80% por fastidiar, En el 20% restante, porque considero que el dato falso es la mejor solución para defender, tanto mi privacidad, como la de los demás.
No es útil defenderse mediante muros, porque ellos tiene más fuerza que nosotros y de una forma u otra los derriban, pero si cuando buscan datos, se los das «trufados», todas su inmensa fuerza, les dirige y empuja hacia el cáos mas demencial.
Tampoco es que el código postal sea demasiado útil en Espana…
En Reino Unido el CP es un poco más largo, pero define una unidad más homogénea que en Espana, por lo general unos pocos «portales». Suficiente para ser anónimo y para ser útil…
Por ejemplo, el castillo de Edimburgo es el EH1 2NG (se busca directamente en google). EH (Edimburgo; equivale a los 2 primeros dígitos en Espana) 1 (el barrio/distrito; equivale a los 3 últimos de Espana), 2 (sector) NG (unidad). Estos 3 últimos son los que «afinan» la búsqueda.
https://en.wikipedia.org/wiki/Postcodes_in_the_United_Kingdom
¿Y para cuándo una transformación de la formación de arquitectos y urbanistas en este sentido? ¿Cómo podemos permitir que el responsable de movilidad de una ciudad sepa menos que una empresa que hace la competencia a vehículos autorizados por el propio Ayuntamiento? La transformación de las Administraciones Públicas no puede esperar. Tampoco deberíamos permitir que nuestro sistema educativo se ancle al pasado y obvie todo lo que está por venir. Genial artículo.
¿Cómo podemos permitir que el responsable de movilidad de una ciudad sepa menos que una empresa que hace la competencia a vehículos autorizados por el propio Ayuntamiento?
De donde te sacas ese dato., ¿Tienes idea de lo que sabe la EMT o la Jafatura de Movilidad conocen sobre la circulación en Madrid,? ¿A quien crees que van a parar todos los datos de aforo que hay en las calles ?
Interesante visión. Las ciudades son datos, las empresas también lo son e incluso nosotros, somos datos, variables…
Te has reunido Enrique con alcaldes de ciudades avanzadas, pero ¿están nuestros ayuntamientos y alcaldes profesionalizados comprometidos a ese nivel para tomar estas decisiones de calado más allá de medidas estéticas y temporales?
Casi prefiero no saber la respuesta.
Justo va a hacer un año (https://www.enriquedans.com/2016/02/upgrading-urban-mobility-los-retos-de-la-movilidad-urbana.html) en el que mostraba mi desasosiego por la falta de oportunidades para los ingenieros de transporte en España. Más y más oportunidades surgen y las distintas Administraciones poco o nada hacen para atraer a los profesionales de este ámbito (vaya por delante que soy parte interesada, ya que soy ingeniero de transporte -una especialización de la ingeniería de caminos-).
En Reino Unido hace tiempo que utilizamos (al menos en mi actual empresa) la base de datos del Gobierno, que, a nivel estratégico (supraurbano) es una maravilla; TrafficMaster (http://www.basemap.co.uk/trafficmaster-data/). Unos 135.000 vehículos que transmiten datos a un servidor central y que, convenientemente anonimizados, permiten realizar comparativas muy interesantes. De igual manera, TomTom hace lo mismo (vende los datos a otras empresas del gremio), e, ignoro el porqué, Google (a través de Waze y cruzando la información con los dispositivos Android) aún no ha hecho lo mismo.
En el anterior proyecto en el que trabajé, tenía los datos de O2 (Teléfonica en Reino Unido). Sin embargo estos datos son bastante problemáticos de utilizar debido a la naturaleza de la red (en celdas), la distribución espacial de las mismas, y la falta de existencia de planes de viaje definidos*. Desde luego que es un gran avance, pero de momento, estos datos por sí mismos no pueden ser explotados en todo su potencial.
*los modelos de transporte vienen definidos en cuanto a los viajes a realizar, bien origen-destino, u origen-destino-origen. Sin embargo la teoría no coincide siempre con la práctica, y en aquellas paradas intermedias que se puedan realizar en un trayecto y debido a la red de celdas, no se acaba de comprender si es una parada intermedia o final, asunto fundamental a la hora de realizar un modelo de transporte.
En el año 2000 empecé a trabajar de informático en un ayuntamiento gallego de unos 20.000 habitantes y que era puntero en intentar poner en marcha soluciones tecnologicas para resolver problemas diarios: bombillas fundidas en farolas, identificacion de contenedores, papeleras, etc con un numero, codigo y situacion en un sistema cartografico.. para que los vecinos pudieran comunicar incifencias y los servicios municipales cuando fuesen a reparar la avería fueran exactos al sitio, llevasen el repuesto adecuado, etc…
Por decisiones políticas todo se quedó en nada. O a lo mejor no fue solo por eso sino porque la tecnologia aun no era la adecuada.
Unos años despues nos encontramos con miles de millones para poner en marcha la sociedad de la informacion y, de. Uevo, vuelvo a ver ayuntamientos que tienen la brillante idea de hacer exactamente lo mismo ¿conoceis alguno que lo pudiera en marcha?
Despues llega el plan E, le siguen los proyectos subvencionados con cientos de millones para crear las web municipales… ¿cuantas de esas web han actualizado sus datos en los ultimos años? Menos del 10%.
Ahora vamos por la segunda o tercera edicion de las subvenciones de las smart city… otros centenares de millones. Hace unos dias en un atuntamiento con una subvencion de cinco millones me decian quw iban a crear una app para ver plazas vacias de aparcamiento…. pero no se iban a asociar con otros que ya la tienen, no, la iban a desarrollar de cero. Eso si solo para android porque para hacerla tambien para ios se les iba mucho. Y la segunda idea maravillosa volvia a ser el control de las averias de las farolas…
Pensar que ayuntamientos sin gestion tecnologica o con tecnicos anclados en el pasado y con las direcciones poñiticas que ya conocemos van a ser capaces de utilizar la informacion de Uber, los analiais de trafico de vehiculos autonomos, etc. y sacar provecho de ellos es una gran utopia. Mas bien se encargaran de impedir con absurdas ordenazas que circulen vehiculos autonomos, seguiran moñestando con supuestas inspecciones a los que comparen coche….
Como trabajador de esto de la tecnologia creo tambien que tenemos una buena parte de culpa ya que de una forma u otra llevamos años vendiendo humo, y encima, siempre el mismo humo.
Si de verdad se quiere aprovechar todos los datos que existen y los que existieran ya podemos todos cambiar el chip y empezar a pensar que ya no podemos seguir vendiendo lo mismo sin tener nada real.
Y no se nos olvide que tambien apareceran los que vendan grandes analisis de big data para …poder sacar conclusiones…
El gobierno de Singapur está impulsando este tipo de iniciativas desde hace tiempo. Es muy interesante el post en el que detallan como fueron capaces de encontrar un fallo en la red de transporte que había causado una interrupción del servicio por varias horas.
Gracias por los enlaces. Hay otros mundos y están en este…!!!