Pon un bot en tu vida

ChatbotHablamos de bots, chatbots e interfaces conversacionales hace relativamente poco tiempo, cuando le dediqué una columna en El Español al hilo de un fantástico artículo de Ted Livingstone, fundador de Kik, pero el fortísimo nivel de atención que está recibiendo este tema en las últimas semanas hace recomendable volver a tocar el tema: una amplia variedad de actores parecen estar combinándose para asegurar que, en un espacio de tiempo muy breve, tendremos charlas con bots de manera sistemática.

De chatbots pensados para parecer mujeres en busca de aventura o para simular la retórica de Donald Trump, hemos pasado a supuestos adolescentes que, debido a evidentes fallos en su programación, se corrompen hasta el punto de convertirse en neonazis. Pero este tipo de chatbots, aunque llamativos, no son ni la mitad de la historia. De lo que hablamos, en realidad, es del desarrollo de interfaces conversacionales aplicables a prácticamente cualquier cosa, desde pedir un taxi, una pizza o hacer una reserva, hasta cualquier tipo de petición de información o interacción.

¿Qué es un bot? Básicamente, la automatización de una tarea que generalmente haríamos nosotros mismos, para que sea procesada de manera automatizada mediante la interpretación de la petición. Lo habitual es que para lanzar la petición se utilice algún tipo de software de mensajería, que combinan una difusión amplia con un uso sencillo y la posibilidad de que el usuario introduzca en ellos determinados datos – personales, medio de pago, etc. – que puedan ser intercambiados con la petición y posibiliten una automatización más directa. En algunas herramientas como Slack, por ejemplo, la idea de bots que ayudan a planificar tareas lleva ya cierto tiempo en funcionamiento, y algunos bots en Kik, que pueden ayudarte a saber si vas bien maquillada o vestida a la moda, han alcanzado ya un cierto nivel de popularidad. En Twitter se usan para tareas de diversos tipos, desde pedir una pizza hasta recibir datos de terremotos en el momento en que se producen.

Al artículo del fundador de Kik, de hecho, ha seguido el anuncio del lanzamiento de una Bot Store en la que cualquiera puede crear y comercializar bots, siguiendo el esquema de desarrollo que tan bien funcionó en las tiendas de apps. Pero Kik no ha sido la única en apuntarse al fenómeno: una página independiente, Botlist, ha lanzado otra tienda de bots, al tiempo que Telegram presentaba una API con varias herramientas al servicio del desarrollo de bots y Microsoft se apuntaba también a la misma guerra hablando de los robots conversacionales como alternativa de futuro. Por su parte, Facebook ha anunciado que una buena parte del próximo F8, su conferencia de desarrolladores, estará dedicada a los bots, algo que ha precipitado también el interés por el tema. En muy poco tiempo tenemos chistes sobre bots, lanzamientos de bots para encargar y pagar tus tacos en Taco Bell o de tiendas de cosmética, asistentes para ayudarte a poner reuniones y hasta ideas de desarrollos de interfaces de usuario para poder dotar a los bots de personalidad.

La idea de utilizar bots como interfaz viene, en realidad, de hace muchísimo tiempo. Su repentina popularidad tiene que ver con los avances en el desarrollo de machine learning y con el hecho de que grandes compañías y otras no tan grandes, pero muy activas, hayan anunciado su interés por el tema. La fatiga de los usuarios con el fenómeno app, con la evidencia de que muchísimas de las apps que tenemos instaladas se usan en realidad en poquísimas ocasiones, también parece estar ayudando a la expansión del fenómeno: de hecho, hay quien habla de los bots, con una propuesta mucho más «ligera» asociada a apps que ya tenemos y utilizamos habitualmente (como quien «habla con un amigo») como las nuevas apps.

Lo que es seguro es que estamos en pleno inicio de la bot-manía, y que en breve, estaremos interactuando con bots para cuestiones de lo más variadas. Desarrollos relativamente sencillos, con pocas barreras de entrada, y con interfaces amigables. Pronto, con seguridad, habrá unos cuantos bots en tu vida. Vete empezando a pensar qué aplicaciones podrían tener en tu compañía…

 

This article is also available in English in my Medium page, “Bring a bot into your life«

 

13 comentarios

  • #001
    Rai - 12 abril 2016 - 21:11

    Los bots de telegram, quien prueba repite…..

  • #002
    Gorki - 12 abril 2016 - 22:07

    Creo que ya lo he contado en otro comentario, pero el bot que veo más útil en mi caso, es aquel que pueda anonimizar mi navegacion por la red, lanzando como si fuera yo mismo, consultas semi aleatorias a webs de internet, «intereesandose» por el 10% de los anuncios que me llegan, haciendo búsquedas aleatorias en Google, visitando los Adsense y los lugares que me han puesto una cookie, intercambiando emails con textos tomado de aquí y de allí, con otros bots de mis amigos, etc.

    De forma que quien me «observe» como sea, obtenga de mi, una imagen «internáutica» mezcla inseparable de llas acciones voluntarias y automáticas, de modo que lo que obtengan nada tiene que ver con mi imagen real.

    • Juanmi - 12 abril 2016 - 22:15

      ¿Y qué ganas haciendo eso? Teniendo en cuenta que el espionaje en la red se usa principalmente (sobre todo en algunos países) para detectar a los internautas que, por poner un ejemplo concreto, no están de acuerdo con las políticas de su gobierno y poder castigarlos, no ganas nada metiendo ruido al rastro que vas dejando con tu navegación. Es más, incluso te perjudica, en caso de que el bot realice sin querer prácticas de las que son perseguidas por las «agencias de espionaje».

      • Gorki - 12 abril 2016 - 23:18

        En vez de intentar anonimizarme, soy paridario de dar a quien controla mis movimientos por Internet, darles «todas» las facilidades para seguir mi rastro, con la vieja táctica de si quieres caldo taza y media.

        ¿Por qué? – Fundamentalmente por jorobar, tengo un cierto fondo anarquista.

    • mhyst - 14 abril 2016 - 01:26

      Tu idea me parece muy ingeniosa y acertada. Puesto que en Internet hay quienes llevan metiendo ruido a propósito desde hace años para dificultar las búsquedas y así poder seguir vendiendo sus porquerías, lo que comentas me parece justo y proporcionado. El problema que yo le veo, si alguien gordo capta tu idea, podría desarrollarla y usarla para vigilarnos mientras nos ofrece una falsa sensación de seguridad. jejeje. Qué curioso, eso me ha recordado a los antivirus.

      Ya en serio, entre el HttpsEverywhere, el captcha, y el empeño en identificar a las personas que llegan a tu sitio web vía Google o Facebook, cada vez es más difícil que un bot navegue en tu nombre. La Red, en lugar de ser cada vez más apropiada para ser entendida por la máquina, cumpliendo así los sueños más húmedos de los proponentes de la Web Semántica; estúpidamente se empeña siempre en perseguir que haya un humano detrás de la pantalla.

  • #006
    Joost - 12 abril 2016 - 22:44

    Hola Enrique, llámame viejo, poco moderno u obsoleto, pero a mi personalmente no me gusta interactuar con un bot.

    Prefiero interactuar con personas de verdad y justo hoy he empezado un experimento con un autoresponder para ver la reacción de la gente que lo recibe.

    Entiendo que un autoresponder solamente es un ejemplo muy básico de un bot, y tú estás hablando de cosas mucho más avanzadas, pero opino que mucha gente está abusando de ellos.

    Si no tenemos cuidado y los bots de nueva generación van por el mismo camino, no lo veo muy positivo. Los creadores / automatizadores a veces pierden un poco de vista el factor humano ;)

    Un cordial saludo y felicidades por tu gran trabajo (desde hace tiempo leo con mucho interés tus publicaciones).

    Joost van Vuren

  • #007
    Garepubaro - 13 abril 2016 - 12:55

    Hombre pues ya sin bot la comunicacion por internet siempre es como hablar con la pared, ya con bot … por eso esto no tiene futuro

    • David - 13 abril 2016 - 13:34

      «Internet no tiene futuro»
      Tú si que no tienes futuro como visionario.

      • Gorki - 13 abril 2016 - 16:39

        Te confundes, el que se pasa toda la vida diciendo, «¡¡¡Esto es el fin, esto se acaba!!!», van cosechando un día tras otro, fracaso tras fracaso, hasta que un día tiene razón y nuevamente el astroide vuelve a colisionar con la Tierra. Lo malo es que entonces no tendrá oportunidad de decirnos «¡¡¡Veis como tenia razón!!!»,

  • #010
    el poder del androide verde - 13 abril 2016 - 12:57

    A mi en su día como buen novato en el IRC, los bots me la colaban. Aunque sus patrones repetitivos se siguen repitiendo a día de hoy, llevará años en alcanzar la cima en cuanto a inteligencia artificial se refiere, un saludo.

    • mhyst - 14 abril 2016 - 01:14

      En qué canales de irc entrabas?
      Yo escribí un bot llamado Thunder que interactuaba con la gente con la que tenía cierta relación. Hacía charlas privadas y llevaba cuenta de insultos y buenas palabras y en base a ello definía su «amistad» con esa persona. Y al saludar utilizaba mayor o menor efusividad según ese modificador de amistad. A veces lo usé como intermediario para enviar archivos a petición de cierta gente con la que tenía suficiente confianza. Desde hace años, siempre supe que este tipo de chismes eran el futuro. Pero han transcurrido muchos años, 15 creo desde aquellos experimentos locos. Y la IA aún deja mucho que desear. Una pena.

  • #012
    Raul - 13 abril 2016 - 15:37

    Cuanto ingenuo suelto. No consideréis a los bot una versión vitaminada de chats automáticos. Hablamos de obtener las mismas funcionalidades que hoy en día nos dan las apps pero con preguntas naturales, bien escritas (en app sociales o de mensajería) o bien habladas (Siri, ok Google, Cortana), en vez de usar clics de ratón en una web o pulsaciones de nuestros dedos en un smartphone. Son en realidad asistentes personales, restringidos a un ámbito concreto, no por gusto desde luego, ya que la precisión que a día de hoy proporcionan los algoritmos de deep learning no es lo suficientemente alta. Una hipotética evolución de estos bots hasta su perfección nos trasladaria a un mundo como el que se plasma en la película «Her», con asistentes virtuales que gestionarían la práctica totalidad de nuestra vida.

  • #013
    Pablo Martínez-Almeida - 13 abril 2016 - 17:28

    Interesante. Esto de los bots me recuerda a la discusión sobre software agents en mi curso electivo de eCommerce con Ricardo Pérez Garrido cuando hice el MBA en el IE allá por 1999.

    Algunos comentarios sobre este tema:

    1) Últimamente se aprecia una tendencia hacia la centralización de los comentarios en redes sociales, principalmente Facebook y Twitter, por el coste de gestión que tienen para los productores de contenidos y porque estos últimos tienden a consumirse desde las redes. A las redes les interesa porque aglutinan tráfico y tiempo de permanencia en sus páginas. Además genera un montón de datos sobre los usuarios que pueden analizar y explotar.
    El caso es que la aparición de chatbots más ‘inteligentes’ podría suponer un aumento considerable del ruido en dicha conversación, enturbiándola. Facebook y otros tendrán que lidiar con los bots, particularmente los no identificados, que serán más difíciles de controlar para que no arruine la experiencia del usuario. Existe un riesgo de que los chatbots se conviertan en los nuevos trolls.

    2) Los bots podrían tener dificultades a la hora de distinguir la calidad de la información que se encuentra en Internet. Le pasa a la mayoría de la gente. Y una mala información de partida puede llevar a dar malos consejos o tomar decisiones no óptimas (cuando no directamente perjudiciales).
    Quizá habría que diseñar algún mecanismo tipo inforank (ahora que el pagerank ya no es público) o similar para que los bots puedan gestionar la información disponible.

    3) ¿Qué pasará con modelos de negocio como el de IFTTT? ¿Convertirán a los bots en sus clientes/partners?

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