Twitter renueva su consejo de administración

IMAGE: Robert Churchill - 123RF (modified)El CEO de Twitter, Jack Dorsey plantea importantes relevos y cambios en su consejo de administración, con el fin de dotarlo de una mayor diversidad y ser capaz de ofrecer una amplia variedad de inputs a sus directivos.

La idea parece más que adecuada: un reconocimiento claro de la necesidad de cambios que tiene la compañía, y una manera adecuada de buscar esos cambios, que contrasta con el desfasado uso que muchas compañías siguen haciendo de su consejo de administración. Resulta sorprendente que en muchas compañías, este órgano directivo permanezca como un híbrido de puestos honoríficos o como posiciones anquilosadas desde el origen de los tiempos que únicamente cambian como resultado de un cambio en el accionariado. El consejo de administración debe ser un órgano vivo, con una composición de miembros capaz de adaptarse a las cambiantes necesidades de las compañías. La representación de los diversos accionistas, cuando estos buscan lo mejor para la compañía, debería adecuarse a sus necesidades, tratando de encontrar los perfiles adecuados para ellas.

Que un CEO trate de conseguir un consejo de administración con el que encontrarse cómodo y que se adapte a las necesidades de cambio de su compañía no debería ser noticia ni sonar extraño. Lo excepcional – y decididamente poco recomendable – debería ser que ese tipo de puesto, el de miembro del consejo de administración, termine por responder a una especie de «cementerio de elefantes» con una movilidad nula, y que se pretenda seriamente que una compañía cambie cuando su consejo de administración responde, como ocurre en muchos casos, al típico perfil de sexagenarios que llevan en su puesto más de una década. La experiencia es un grado, sí, pero no siempre es fácil combinar la experiencia con la diversidad y el dinamismo necesarios para inspirar el cambio en una compañía cuando el entorno se mueve a gran velocidad.

Tendemos a pensar en las redes sociales como en un entorno de muy intensa volatilidad, en el que las decisiones de adopción de los usuarios que condicionan el éxito o el fracaso de las compañías dependen de factores imposibles de controlar, de modas, de irrupciones fulgurantes o de cambios en percepciones intangibles. En efecto, es así: hablamos de la industria que vio convertirse a MySpace en lo que parecía la seña de identidad de toda una generación y que la llevó a una valoración de más de quinientos millones de dólares, para de repente colapsar en popularidad y terminar vendiéndose por treinta unos pocos años después. La misma industria que llevó a fenómenos como Friendster u Orkut a desaparecer tras experimentar caprichosos procesos de adopción que las confinaron tan solo a unos pocos países, en lugar de experimentar el desarrollo verdaderamente global que esperaban. O la que hizo que Bebo fuese adquirida por $850 millones, para terminar saldándose por veinte tan solo dos años después. En este contexto, que líderes como Mark Zuckerberg operen aparentemente como auténticos paranoicos dispuestos a adquirir al precio que sea cualquier compañía que simplemente sugiera o tenga el supuesto potencial de evocar disrupción tiene todo el sentido del mundo, y hace que los consideremos no paranoicos, sino visionarios empeñados en resistir en un entorno de elevada complejidad.

Lo que debemos plantearnos es cuanta de esa elevada volatilidad no es ya específica de entornos como el de las redes sociales, sino estructural y habitual ya en la mayoría de las industrias. Los problemas de Twitter, considerada herramienta imprescindible y popular para muchos, pero que parece estar perdiendo su tracción y su adopción allá donde más duele, en la base de usuarios que justifica su incipiente modelo de negocio, es una señal que pide ser tenida en cuenta. Que la compañía reaccione cambiando de CEO, devolviendo a su puesto a uno de los fundadores, y que este, a su vez, llegue a su puesto impulsando no solo cambios estéticos o superficiales, sino planteando una fuerte renovación nada menos que de su consejo de administración, es algo que debería llevarnos a pensar sobre la importancia de ese tipo de órganos de gestión.

¿Puede una compañía cambiar realmente cuando la trascendencia de los cambios no se reflejan a esos niveles, y los que se sientan en la sala de juntas siguen siendo los mismos? ¿Es realmente la estabilidad un valor recomendable en ese tipo de órganos directivos cuando vivimos en entornos de elevada volatilidad? ¿Contribuye tu consejo de administración al entendimiento del entorno y a la priorización adecuada de los aspectos necesarios para adaptarse a él? ¿O por el contrario, son un órgano inútil y casi honorífico que simplemente se reúne periódicamente para firmar? ¿Realmente estamos extrayendo a nuestro consejo de administración el valor que deberíamos extraerle? En Twitter, Jack is back, y parece tenerlo claro.

 

This article is also available in English in my Medium page, “Twitter looks to its board for leadership, at it should«

 

5 comentarios

  • #001
    Gorki - 10 noviembre 2015 - 18:23

    No es como yo lo entiendo. El Consejo de Administración, (en adelante CA), representa a los accionistas, y como tal, se debe formar por personas que representan a los grandes accionistas o a las agrupaciones de pequeños accionistas y son ellos, los que nombran al CEO y le piden cuentas de su gestión

    El CEO tiene manos libres, (en principio), para hacer lo que estime oportuno con la compañía, sólo hay un organismo que le puede desautorizar, el CA. Si eso ocurriera el, CEO tiene tres posibles posturas:

    a) Convencer a CA de que su labor es buena para, la compañía
    b) Plegarse a las indicaciones del CA
    c) Dimitir del cargo.

    Sin embargo, no puede ser que el CEO, pueda sustituitr al CA, por uno afín a sus ideas, porque el CA, no está para batir palmas al CEO, sino para defender los intereses de los accionistas y si ello, les lleva a defender la postura del CEO, pues no hace falta cambiar a quienes le eligieron, pero si no es así, no se trata de cambiar al CA, sino al CEO Se supone que el CA vela por que se haga lo mejor para sus accionistas que al fin y al cabo son los propietarios de la compañía y no el CEO que es sólo un empleado del máximo nivel (y la máxima confianza).

    Otra cosa es que sean sexagenarios sus componentes, por desgracia es que salvo que lo consigan por herencia, las fortunas se suelen hacer a lo largo de una vida, razón por la cual muchos la hacen cuando ya son sexagenarios, Pero sea fortuna hecha, o heredada, lo cierto, es que no deben ser tontos del todo, porque han tenido 60 años para arruinarse, han sufrido muchos cambios y modas y han conseguido mantener su fortuna lo cual no es fácil

    Puede que en algún caso, sea un cementerio de elefantes, pero los accionistas, (o sea los dueños), le mantienen en el puesto, pues consideran que, si bien no tiene ya fuerzas para «tirar del carro», su experiencia e inteligencia, es la suficientemente para evitar que el carro se meta en un hoyo y si cae, sepa dar ideas para sacarlo.

    Yo pongo en sal la labor de estos CEO’s proféticos, ya Chang, fastidió el negocio de los accionistas al negarse en redondo a vender Yahoo a Microsoft, con los resultados que todos hemos visto, también Carly Fiorina iba a ser la revolución de HP y mira como estáan, descuartizando la compañía, después de su paso, mucho me temo que la solución de Twitter, ( a mi modo de ver, de muy difícil salida), pase por el sendero que se inicia eliminando cualquier critica de la labor de su CEO. me hace el efevto que van a iniciar una galopada hacia adelante, que no lleva a ninguna parte pero cansa a los caballos.

    Ojalá me equivoque porque de los servicios de Internet es el que más me gusta.

    • Daniel Terán - 10 noviembre 2015 - 21:50

      Yo creo que una cosa es el Consejo de Dirección, donde se encuentran las personas que dirigen una compañía (CxO); y otra el Consejo de Administración, donde se encuentran los dueños de la compañía. Aquellos a los que el CEO reporta. Un CEO no deja de ser el primer empleado, pero no tiene por qué ser el dueño también.

      • Gorki - 10 noviembre 2015 - 22:42

        Bien, el Consejo de Dirección es otra cosa. Por supuesto que el CEO se rodee del equipo que crea conveniente, esta si es una labor del CEO y si entiende que el Director de Producción o el de Ventas o el de Marketing no son los más idóneos. que los retire del cargo. Pero Enrique en su post habla del Consejo de Administración.
        Por otra parte si el CEO es accionista con mas del 50% nada que decir la compañía es suya, también en el Consejo de Administración tendrá mayoría y se hará lo que el quiera. Pero si solo es un accionista importante por ejemplo con un 20% cantidad que suele ser grandísima en cualquier consejo de una empresa grande, por mucha participación que tenga, tendrá que pactar con aquellos del consejo que le den la mayoría, porque como CEO puede ser removido por el consejo aunque tenga un 20%.

        Creo que Chang tenía una participación muy alta en Yahoo y consiguió convencer a los que necesitaba, para no vender la compañía a Microsoft,… más le hubiera valido tener ese día una gripe y haberse quedado en la cama con 40º de fiebre,

        • Superplinio - 11 noviembre 2015 - 01:12

          En las memorias de Steve Jobs cuenta como consiguió cambiar a todo el consejo de administración de Apple cuando era el mandarán y no estaba contento con el mismo

  • #005
    H.Strand - 12 noviembre 2015 - 07:11

    Necesitas demostrar que vales tu posición. Es lógico que un buen C.E.O que no se sienta cómodo con un equipo, piense cambiarlos si no son capaces de responder a lo que la compania necesita.

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