Sobre comunicación corporativa

email ad (1977) - HoneywellDesde Noysi me pidieron que les diese mi opinión sobre la evolución de la comunicación corporativa, un tema sobre el que llevo bastante tiempo trabajando y escribiendo, y en el que estamos viviendo una transición muy intensa que nos lleva a evolucionar desde el arcaico papel hacia medios más eficientes.

El papel es una tecnología que data del siglo II antes de Cristo. Las razones para que las compañías sientan un apego tan enfermizo por el papel tienen que ver con el control de los flujos de información al anclarlos a un objeto físico, pero en los tiempos que vivimos, el papel es el enemigo absoluto de la productividad y la eficiencia, además de ser un grave obstáculo para la circulación de la información. Podría obtenerse una muy buena métrica de la eficiencia de las compañías simplemente pesando la cantidad de papel que producen.

Del papel, evolucionamos hacia métodos como el correo electrónico, que data ya de los años ’70 como puede constatarse en anuncios como el que ilustra esta entrada, y que claramente se han convertido también ya en una tecnología obsoleta de cara a su uso en comunicación corporativa. En nuestros días, hay muchos directivos que si realmente tuviesen que contestar todos los correos en los que figura su nombre, no podrían hacer ninguna otra cosa por simple falta de tiempo. La plaga del CC, convertida en una especie de testigo de la gestión y convertida en un elemento que escala la pirámide jerárquica de maneras imposibles ha convertido la comunicación corporativa en algo frustrante y, de nuevo, muy poco eficiente.

El trabajo en documentos compartidos y la mensajería instantánea se perfilan como las grandes esperanzas. Por supuesto, no hablamos de barbaridades como lo que supone utilizar algo como WhatsApp en un entorno corporativo, sino de herramientas que combinen esas prestaciones con la integración de otras, como gestión de proyectos, y que ofrezcan capacidades sofisticadas de búsqueda de información, creación de repositorios, definición de canales y grupos, y todo ello con la seguridad que precisan los entornos corporativos. No he probado la herramienta de Noisy, pero se encuentra en un mercado muy interesante en el que, lógicamente, no solo no le van a faltar competidores a todos los niveles – señal de que, en efecto, hablamos de una transición y de un fenómeno real – sino que además, algunos de esos competidores forman ahora parte, como es el caso de Slack, de ese privilegiado club de los unicornios, empresas que ya superan en valor los mil millones de dólares pese a haber sido creadas hace muy poco tiempo. Junto con Slack, otras como Yammer, propiedad de Microsoft, o como Asana o Trello, que provienen de contextos como la gestión de proyectos. Herramientas que trasladan la idea de comunicación ágil, con amplísimas posibilidades para circular la información con los niveles de control adecuados, y sobre todo, que permiten un balance razonable de eficiencia comunicativa. Quien no es capaz de entender las ventajas de trabajar en equipo con documentos compartidos en entornos como los definidos por estas herramientas, es simplemente porque no lo ha probado con una mentalidad suficientemente abierta: las ventajas son tantas, que parece imposible que una empresa pueda resultar mínimamente competitiva sin ellos.

A continuación, algunas de mis ideas al respecto. El vídeo dura únicamente dos minutos y medio:

 

 

This article is also available in English in my Medium page, “Whither the future of internal corporate communication

 

11 comentarios

  • #001
    menestro - 23 septiembre 2015 - 20:30

    El reto de la comunicación ha sido siempre liberarse del recipiente que la contiene; nos gusta definir el espacio donde se produce y que esa solidez se convierta en atadura de nuestra confianza.

    El papel es un elemento imbricado en nuestra cultura, no solo es un medio ajeno a ella, donde se rubrica ese lazo del símbolo y el mensaje. Hay cosas que no se pierden con tanta facilidad y aun, necesitamos darle forma al nuevo pergamino donde fraguar la comunicación en la empresa.

    Además, las cosas arcaicas siempre nos producen un sentimiento especial. Contienen información en sí mismas y por ello, tienen un valor propio dentro del mensaje. La empresa digital está creando ahora esas muestras tangibles de confianza y la nueva forma de entender la comunicación en las organizaciones.

    Vamos, que en Thornwillow se sigue valorando esa vasija de nuestro pensamiento que es la confianza, la herramienta más eficaz para la colaboración.

    A veces, la parte más importante de la comunicación es lo que no se dice.

    http://www.theatlantic.com/technology/archive/2014/07/in-1858-people-said-the-telegraph-was-too-fast-for-the-truth/375171/

    http://www.slate.com/articles/health_and_science/science/2010/02/dont_touch_that_dial.html

    • Garepubaro - 23 septiembre 2015 - 21:53

      «Si el telegrafo del XIX funcionó porque internet no va a tener que funcionar» … mucho de eso es un comentario generalizado, pero ya estamos en el 2015, en fin algun Zukerberg, Minecraft o Instagram que salga mas terminara de aclararte la cuestion … alguno mas tiene que salir, hacen falta mas, porque la gente no se aclara todavia …

  • #003
    Juan Alberto - 23 septiembre 2015 - 21:20

    Todas esas novedades están muy bien. Pero el problema que veo es que son preciosos jardines vallados. Son protocolos privativos, nada estándarizados y por tanto las empresas quedan cautivas si eligen esas herramientas.

    El clásico correo electrónico tiene como fortaleza sus estándares PÚBLICOS definidos por la IETF y eso tiene su peso.

    Cuando alguna de estas herramientas tenga la dignidad de hacer público todo su STACK de forma que cualquera pueda montar un servicio así e interconectarse con el STACK «oficial», las cosas cambiarán. Ese día sí dejarán al e-mail obsoleto, mientras me temo que NO.

  • #004
    Gorki - 23 septiembre 2015 - 23:28

    De alguna forma misteriosa el soporte condiciona más de lo que parece el contenido, Siempres se `pudo hablar pero «las palabras se las lleva el aire» y para los negocios se acudía a lo escrito. Igualmente los documentos digitales se caracterizan por ser fácilmente modificables, son buenos por tanto para el trabajo en documentos compartidos, indudablemente, pero no tanto para recoger un documento definitivo. Si se necesita la firma de un jefe o apoderado para efectuar una acción en una empresa, por ejemplo conceder un crédito en un banco, siempre se acudirá a un sopoerte de papel, porque una firma digital es muy poco fiable.

    Estoy de acuerdo que en una empresa moderna el número de documentos escrtos diminuye mucho, pero dudo que se puedan evitar el hacerlo al 100%, ¿Te fiarías si alguien te justificara la propiedad de una vivienda, porque la lleva escrita en un pendriver?

    • Krigan - 24 septiembre 2015 - 14:56

      Supongo que el Registro de Propiedad está informatizado. Si es así, ya está ocurriendo que la propiedad de nuestros hogares son bits, en lugar de papel.

    • Federico - 24 septiembre 2015 - 15:29

      GORKI, la firma electrónica lleva recogida en nuestra normativa desde 2003, y en la UE desde 1999, siendo jurídicamente equivalente a la manuscrita. La fiabilidad se basa en algoritmos criptográficos que resultan más seguros que un garabato en un papel.

  • #007
    Jose Barato - 24 septiembre 2015 - 10:24

    En gestión de proyectos es vital la comunicación efectiva, y esto ya no es posible con los informes de seguimiento en papel semanales, quincenales o mensuales. Estos informes llegan tarde a los directivos que deben tomar decisiones de gestión sobre los proyectos, sobre la ejecución del plan estratégico, etc. Aquí los directores de proyectos estamos notando la proliferación de herramientas como Slack, Asana, Dropbox, Google Drive, GoToMeeting, etc., pero la transformación no se queda en las herramientas.

    Hay una tendencia muy clara llamada Project Management 2.0, que hay quien define como Project Management 1.0 + colaboración distribuida. La colaboración distribuida requiere una comunicación abierta y se basa en facilitar que la inteligencia colectiva alrededor de un proyecto pueda tomar decisiones de manera más efectiva. La gestión de proyectos tradicional concedía mucha importancia a las estructuras jerárquicas a la hora de tomar decisiones y a la producción y distribución de informes formales. Por el contrario, PM 2.0 da más importancia al acceso a la información del equipo del proyecto en su totalidad, desde los miembros del equipo al comité de dirección y otros interesados, siguiendo un enfoque de gestión colaborativo, más que directivo.

  • #008
    Jose Antonio - 24 septiembre 2015 - 12:54

    Tengo a veces la sensación al leer algunas de tus entradas, de que despanzurras un gran melón para luego referirte a un melón distinto.

    Pesar la cantidad de papel es una buena medida de la eficiencia….en la utilización del papel. Un buen programa de gestión documental ofrece las «capacidades sofisticadas» de las que hablas y limita de forma drástica la mayoría de los defectos que planteas con respecto al uso del papel y el correo electrónico. Es cuanto menos dudoso, sin embargo, que tenga el mismo impacto en la comunicación corporativa o la productividad y la eficiencia de la firma, y desde luego no es condición suficiente.

    En cuanto a la mensajería instantánea, no la considerararía una esperanza. En primer lugar porque en algunas de sus muy diversas formas lleva con nosotros un tiempo considerable, y en segundo lugar porque no tengo muy claro que su proliferación a niveles sensiblemente superiores a los actuales constituya una esperanza y no una maldición muy superior al síndrome CC del que hablas.

    Quedan entonces el trabajo en equipo en documentos compartidos y la gestión de proyectos y es aquí donde, me parece, no sólo hemos cambiado de melón sino que nos hemos ido directamente a un huevo porque para una empresa media, ¿qué fue primero, la capacidad de gestión de proyectos y de trabajo en equipo en documentos compartidos necesaria para adaptar su comunicación y gestión al «entorno definido» por una nueva herramienta o las capacidades que (hopefully) esa nueva herramienta le proporciona en esos ámbitos?

    Lo que quiero decir es que, si pudiésemos hablar de una empresa media, mi impresión es que en términos de capacidad de gestión, las que se lo pueden permitir no lo necesitan y las que lo necesitan, difícilmente se lo pueden permitir.

  • #009
    Andrew Sanchezky - 24 septiembre 2015 - 15:48

    Estimado Enrique, con respecto al tema de la nota me llama la atencion que no tengas un hashtag unico como «corporate communication», que caracterizaria mejor a la presente nota o similares, los tienes como entes separados: communication, corporate,. Cosa que no es lo mismo

    • Enrique Dans - 24 septiembre 2015 - 16:02

      Ya, ya lo sé. Mi taxonomía es un DESASTRE, con mayúsculas. Supongo que refleja mi propio desorden mental. Tengo que ponerme con ello algún día, pero como es un trabajo tedioso y pesado, llevo como tres veranos aplazándolo… :-(

  • #011
    José Antonio Gaes - 17 octubre 2015 - 13:34

    » Por supuesto, no estamos a hablando de barbaridades como lo que supone utilizar algo como WhatsApp en un entorno corporativo «.

    Estoy planteándome esa posibilidad, precisamente porque es una herramienta que ya utiliza todo el entorno corporativo.

    Podriais orientarme sobre sus carencias?

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