La noticia de la creación de Alphabet como compañía matriz que sitúa a Google y todo el resto de sus empresas bajo una estructura de holding es una de esas sorpresas que se ven en pocas ocasiones, y que supone una de las reestructuraciones más ambiciosas, drásticas y radicales que hemos visto en mucho tiempo. En muy pocas ocasiones podemos ver cómo una de las compañías más importantes del mundo lleva a cabo un cambio de semejante magnitud, que no solo implica movimiento de nombres, sino también una importante y muy significativa reorganización directiva.
Lo más interesante del anuncio es entender hasta qué punto la gestión de la innovación se ha convertido en un tema estratégico. Todo en esta reestructuración tiene que ver con ello. Entendámonos: llevo muchos años hablando y dando clase sobre gestión de la innovación, supongo que es relativamente normal que todos entendamos los cambios y tratemos de explicarlos utilizando elementos de nuestra realidad cotidiana. Desconozco si a estas alturas hay expertos financieros tratando de explicar el anuncio desde parámetros como la valoración de empresas o la evolución del precio de la acción, entendidos en marketing hablando sobre la importancia de la gestión de la marca, o fiscalistas comentando las posibles consecuencias en el ámbito impositivo, pero me temo que todos esos aspectos son completamente secundarios, simples consecuencias de un movimiento cuya razón de ser fundamental es optimizar la gestión de la innovación, tratar de encontrar una estructura que permita definir los recursos destinados a la innovación y separarlos de aquellos imprescindibles en la gestión corporativa.
El principal problema de Google, como el de todas las empresas a medida que crecen, ha sido la gestión de la innovación: a medida que la compañía ha ido evolucionando desde la startup inicial hasta convertirse en una de las empresas más importantes en el mercado y una de las que más han contribuido a definir las variables del nuevo entorno, hemos podido ver una permanente transición hacia la burocratización. Una consecuencia del crecimiento que tiene lugar en prácticamente todas las compañías, que en esta misma industria nos ha traído casos tan de libro como el de una Yahoo! que nunca fue capaz de recuperarse de ello, pero una situación en la que los fundadores y aún accionistas de referencia de la compañía no se sentían en absoluto cómodos. La gestión de una compañía tan radicalmente diversificada era una auténtica jaula de grillos, que planteaba retos enormes a la hora de administrar los recursos directivos.
Nada más acceder a la gestión, el propio Larry Page se empeñó en una cruzada reduccionista, en una poda de ininciativas que intentaba simplificar Google, marcar prioridades para ser capaz de reenfocar la compañía y evitar una difusión excesiva. El movimiento anunciado ayer es precisamente lo contrario: aceptar que la naturaleza del proyecto es una diversificación constante y brutal en función de las oportunidades que sus fundadores van encontrando para tratar de cambiar el mundo, y buscar una estructura que permita que funcionen como proyectos individuales, que optimice la gestión de cada uno de ellos.
Obviamente, el movimiento no resulta en absoluto sencillo: si lo fuese, sería algo habitual, que todas las compañías acometerían llegado un momento determinado en su historia. Pero no es así: lo normal en las compañías es crecer e ir esclerotizándose, reduciendo la innovación y concentrándose en la gestión del negocio principal. La propia dinámica de los mercados, que en muchas ocasiones he calificado como de perversa en ese sentido, tienden a conducir a ello.
Ser inversor en Alphabet no es lo mismo que ser inversor en Google, por mucho que la estructura accionarial vaya a trasponerse de esta manera. Un accionista de Google lo es de una empresa madura, con una pléyade enorme de retos que tienen mucho que ver con los movimientos de una entidad tan grande que se mueve como un elefante en una cacharrería, topándose con la legislación anti-monopolio o con los reguladores cada vez que anuncia un nuevo paso. Los crecimientos esperados que el mercado descuenta en una empresa como Google son marginales, potencialmente elevados como consecuencia del dinamismo de la industria, pero diluidos en todo lo que supone la dependencia de un modelo de negocio por todos conocido. Alphabet, sin embargo, es otra cosa: un conjunto de iniciativas capaces de hacer explotar un mercado, que no merecían verse diluidas o eclipsadas bajo el paraguas de Google. La nueva estructura las independiza de ello, les otorga una personalidad propia como proyectos a la altura del buscador, y les proporciona una gestión mucho más enfocada a sus especificidades. Dejar en manos de Sundar Pichai la gestión de Google supone, además de poner en valor un recurso previamente desaprovechado, liberar recursos de Larry Page, Sergey Brin y Eric Schmidt para dedicarse a otros temas, para centrarse en una visión de conjunto que permita emprender más cosas y dedicarse a aquello que realmente quieren hacer. «Oversee more alphas, and place more bets». Esa es la clave que realmente permite entender el movimiento:
Decididamente, parece una buena idea. El mercado la ha saludado como tal, situando la cotización de la compañía en su máximo histórico y esperando expectante nuevos anuncios sobre la reorganización. Conociendo la compañía y la imagen que Larry Page transmite de sí mismo, el anuncio tiene todo el sentido del mundo. Ahora, queda lo más importante: pasar del anuncio a la realidad.
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Huele un poco bastante a movimiento para sacar mayor partido (más) a las fiscalidades.
Quiero decir, los distintos proyectos podían seguir desarrollándose igualmente como hasta ahora. Veremos con qué nos sorprenden.
Tiene mucho sentido, permite si parte de sus nuevas iniciativas sale bien multiplicar el valor que hoy de cara a la bolsa se basaba solo en la publicidad.
La caja que asignen a Google Ventures y a Google Capital nos dará idea de la magnitud de la apuesta.
Pese a tu esfuerzo, (que agradezco), sigo sin entender el sentido de esta reestructuración. Desde luego la gestión de empresas elefantiásicas, debe ser endemoniadamente difícil y entiendo que es un esfuerzo por conseguir manejar ese monstruo y deseo que tengan éxito,
Lo cierto es que una empresa que nos acostumbró a sacar algo sorprendente cada seis meses, lleva mucho tiempo que no hace mas que dar vueltas alrededor del mismo molino, ¿Que inventan sus empleados en el 20% de tiempo que tienen libre?.
Siento como que hoy sus productos, o están estancados, o no mejoran. ¿A alguien le gusta más el actual Google, que el que había hace tres años? ¿En qué se quedo toda aquella movida de Google+? ¿Ha mejorado Blogger? ¿ A alguien le gusta el actual Google Maps?
Evidentemente captan mas publicidad, ingreso fundamental para la compañía, pero en detrimento del servicio que prestan, lo cual es peligroso a largo plazo. Los usuarios somos volubles.
Creo que el proyecto Loon es bastante bueno, llamativo y que tendrá en unos pocos años un gran impacto en zonas donde no hay Internet, por otro lado el vehículo autónomo sin se el mas «bonito fisicamente» pero funcional, será competencia en un futuro y cambio radical de la forma de movernos, los lentes para medir la glucosa en personas con diabetis bastante innovadores de por si, sensores que miden la polución en el medio ambiente mediante los vehículos de Google street, bueno muchos casos que quizás no son «tan nombrados» pero que hacen ver lo que posiblemente inventan los empleados en el 20% de tiempo libre, no me imagino como seria si fuera el 100%.
Mmmmmm… es un buen análisis y sí, tendrá que ver con la gestión de la innovación pero particularmente pienso que está más relacionado con el hecho de que Google es una compañía que tiene un monopolio prácticamente total en cuanto a las búsquedas en la Web y los móviles se refiere. Me recuerda más al caso de AT&T y las Baby Bells. Algo de eso habrá me parece, y me da que viene más por parte de Europa que de USA.
Ante una posible segregación de la compañía por parte de las autoridades antimonopolio se adelantan y «segregan» la compañía en otras para poder seguir manteniendo un control de las mismas. No creo que haya sido un movimiento nacido del carácter innovador de Google, creo que habrá sido más forzado por alguna situación que conocieran que otra cosa y que se han adelantado a los acontencimientos.
Por supuesto, esto es pura especulación pero… ahí queda.
http://macbidouille.com/news/2015/08/11/google-devient-une-filiale-dalphabet
Tan solo cuatro párrafos pero con dos muy buenas ideas.
Alguien más ve en las dos primeras letras de Alphabet las iniciales de A.I.
:O
Un artículo muy preciso y estimulante. No se puede explicar con más brevedad y pedagogía el que probablemente sea uno de los movimientos corporativos más relevantes de la década. Muchas gracias y un saludo.
Puedo asegurar que hagan los cambios que hagan, la empresa ya introdujo a miles de parásito-empleados a partir de 2010 provenientes de consultoras y empresas con nula innovación. Estos cambios no funcionarán, ya que el daño ya está dentro y es irreparable; la culturá de la innovación desapareció. Seguirá siendo un gigante con mucho poder y dinero pero nada que ver con lo que fue.
Google ha pasado de ser la empresa de software que creó el famoso buscador a otra cosa indescifrable a medida que ha tocado sectores diversos. Han conseguido confundir a todos hasta el punto de llegar a definirse estos tiempos como los de la ambigüedad, porque al parecer ahora cualquier empresa se puede dedicar a cualquier cosa.
Con estos cambios, tal como se deduce de la forma en que han hecho la división, Google se clarifica a sí misma y se transmuta en un conjunto de empresas más «normales»: habrá una empresa de telecomunicaciones, una empresa de tecnología del hogar, una empresa de tecnología. A excepción de XLab, que será el lugar desde dónde saldrán nuevos productos y todo seguirá mezclado hasta que los productos maduros den lugar a nuevas empresas «normales»: una empresa automovilística, una empresa de drones.
Nos encontramos ante un nuevo hito respecto a cómo se deben entender las empresas modernas, de la era digital. Es un salto hacia una nueva madurez. Empieza la era Post-Google, en la que todas las demás empresas, y las que vengan, se mirarán.
Felicidades, gran artículo Enrique. de todas formas el artículo parece centrase en los aspectos positivos y ambiciosos de esta decisión que parece tú consideras acertadísima y seguramente estés en lo cierto, pero una cosa es mejorar la gestión de la innovación de una empresa y otra escindir una empresa con una parte que se ocupe del negocio principal y puntero que me temo se trate del buscador y poco más y otra dedicada a la innovación.
Yo creo que la necesidad de innovación en el propio buscador de Google es una de las necesidades más importantes que tiene Google y no tengo claro que este movimiento sea beneficioso para esa parte principal.
La idea de la escisión no me parece ni buena ni mala, me parece eso sí ambiciosa y prometedora. Para mí depende de como se lleve a la práctica aunque coincido en que potencialmente representa una gran oportunidad para Google.
Aunque sea salirse un poco del tema, me gustaría comentar lo importante que es dirigir la innovación no solo con objetivos de rentabilidad económica como lo hace cualquier empresa. La humanidad está muy necesitada de otro tipo de inventos. Me ha llamado la atención esta noticia. MIT propone un nuevo reactor que podría hacer realidad la fusión nuclear http://es.gizmodo.com/mit-propone-un-nuevo-reactor-que-podria-hacer-realidad-1723426938
El mayor problema al que se va a enfrentar de modo ineludible la humanidad será el cambio climático y dada nuestra incapacidad para hacer sacrificios, la tecnología para generar energía limpia de fusión nuclear, podría representar para dentro de algunas década la diferencia entre la supervivencia de nuestra especie o su extinción que sería acompañada de la de la mayoría de las especies más evolucionadas del planeta.
Me alegra tu optimismo, porque yo al contrario creo que la energía de fisión nuclear supondrá el fin de la humanidad, La razón es la siguiente, La Tierra es una botella de Leiden flotando en el vacío del espacio, su posibilidad de deshacerse de la energía viene limitada a la luz que puede irradiar al espacio, la temperatura de la Tierra, es un delicado equilibrio entre la energía que recibe del Sol en forma de radiación y la que pierde por el mismo camino. En ese sentido la energía renovable es «limpia» porque solo transforma energía llegada del sol y los combustibles fósiles, si no «limpios», son limitados.
La energía de fisión es prácticamente ilimitada y muy baratta. Si somos capaces de generarla, dado lo insaciables que somos en el consumo de energía añadiremos a la del Sol, la energía que producimos y como no la que podemos eliminar, poco a poco iremos calentando la tierra sin posibilidad de enfriarla.
Cuanto más caliente estuviese la Tierra, más rápidamente perdería energía en el espacio. La pérdida de calor se acelera si aumentas la temperatura.
Eso sí, teniendo la energía solar, que es tan abundante, que ya tiene un precio competitivo, y que no estamos aprovechando, ¿para qué ir a la energía de fusión que a día de hoy sigue siendo un experimento de laboratorio incapaz de producir energía en la práctica?
Gorki, estas mezclando terraforming con fusion nuclear …
Visto que tenemos el verano mas caluroso que se recuerda, el problema que señalas ya es mas que una realidad.
En todo caso, la fusión es como el programa electoral del PP, que promete y promete, y una vez metido me olvido de lo prometido.
La fusión ha sido una panacea mas propia de alquimistas soñando con convertir plomo en Oro. Ni limpia, ni sostenible, ni barata. Por ahora no es mas que un sueño y lo mismo se decía de la nuclear y resulta que el coste es muy superior cuando se tiene en cuenta las externalidades.
Un saludo
Buen análisis.
Aquí dejo un enlace a un buen artículo donde se explica todo eso de la innovación en las grandes empresas de internet…
https://medium.com/backchannel/how-companies-can-avoid-the-innovator-s-dilemma-3f980ae533a7
Un saludo
Abel
GOOGLE, DON’T DO EVIL, PLEASE!
El gran reto de Google es crear leyes y cultura (RAE: usos y costumbres) donde quiere innovar y ello requiere romper huevos en Washington.
Hay muchos proyectos apasionantes, pero ¿y si luego prohiben volar a los drones en ciudad? ¿Y si no se permiten los coches autonomos en casco urbano?
El caso de Uber nos muestra que hay fuertes choques entre «modelos de negocio», y aquí estamos 20 años después de que se pudieran bajar pelis por Internet, deseando que llegue Netflix.
El futuro será de quien consiga que legislen a su favor. El móvil los inventaron en USA, pero no fueron los primeros en implementarlo porque tardaron años en crear la normativa y otros países se adelantaron.
Sin leyes no hay paraiso… A ver si Alphabet se mete a Washington en el bolsillo y le da una patada a «la vieja america», la de «aceptas pulpo como animal de compañía o me llevo el escatergoris».