Enrique Dans

Sufro un auténtico flashback peliculero al recibir un correo de Sean avisándome de la beta privada de Reinvigorate, el fantástico servicio de estadísticas que estuve utilizando durante varios meses entre los años 2003 y 2004. Reinvigorate fue un servicio que durante cierto tiempo tuvo una gran popularidad en la blogosfera: correspondía a un proyecto de investigación sobre el tráfico en la web, al que te apuntabas con la condición de que el autor pudiese utilizar tus datos para su estudio. Era gratuito, muy bueno, y tenía algunas prestaciones que me parecían interesantísimas, pero que si las pienso ahora, me entra auténtica nostalgia: una de las posibilidades que ofrecía era emitir un pequeño pitido cada vez que alguien visitaba tu página, algo que yo, que venía de Nedstat, valoraba un montón porque me parecía auténtico «voyeurismo digital». Era una época en la que yo alucinaba porque habiendo tenido una página web durante muchos años en la que tenía una media de unas treinta o cuarenta visitas al día, de repente había abierto el blog y me encontraba con una afluencia que ya podía contar por cientos, algo para mí completamente inaudito… recuerdo que dejaba Reinvigorate conectado con su pitidito, que sonaba cada cierto tiempo, y te hacía ilusión pensar que «había un ser humano al otro lado», leyendo lo que tú escribías. Para mí, que había estudiado el tráfico en la web como parte de mi tesis, era fascinante oír y ver esas dinámicas, moviéndose además alrededor de algo que habías escrito tú mismo. Qué tiempos… Si hoy pusiese ese mismo sistema, sería por momentos como tener un canario flauta trinando al lado de la oreja :-)

Tras unos meses de uso, Reinvigorate desapareció. Dejó de funcionar, dijo que tenía problemas con su servidor, puso una notificación de hiatus en su página, y anunció que volvería pronto y con un servidor diferente. De eso, la verdad, no sé cuanto tiempo hace, pero realmente mucho. Tras esperarlo cierto tiempo – en mi caso en una buena temporada en la que simplemente dejé de monitorizar estadísticas, «volar con piloto automático», lo llamaba yo – muchos nos decidimos por pasarnos a un sistema del que empezaba a hablarse bien en aquella época, StatCounter (así lo hicimos html life, Mangas Verdes, BlogPocket o yo mismo, e imagino que muchos más), en muchos casos con idea de que fuese temporal, hasta que volviese nuestro querido Reinvigorate. Sin embargo, ahí nos quedamos, como la Penélope de Serrat, esperando a ver si Reinvigorate volvía, hasta prácticamente olvidarnos de su cara, y sintiéndonos cada vez más a gusto con StatCounter hasta el punto de, en muchos casos, empezar a pagar por él para poder tener una visión más completa y no restrigida únicamente al análisis de las últimas cien visitas de la versión gratuita, un contador al que damos la vuelta demasiadas veces en un sólo día como para que indique nada demasiado fiable. Reinvigorate ha anunciado su vuelta varias veces, pero por el momento, yo no había recibido nada de aquella beta privada a la que tengo la sensación de haberme apuntado allá en la noche de los tiempos…

La verdad es que recuerdo la época de Reinvigorate con mucho cariño. Las cosas eran diferentes. Un troll era un acontecimiento, en lugar de una rutina desagradable, algo que casi te hacía ilusión («hala, ¡hasta tengo un troll!). El spam era puramente manual y se eliminaba manualmente. Ser barrapunteado significaba un acontecimiento que multiplicaba tu tráfico por sabedioscuanto… interesantes tiempos, aquellos. Hoy, la verdad, estoy la mar de satisfecho con la combinación de StatCounter y PopStats, el monitor de tráfico del servidor de WordPress que uso sobre todo para ver cuantos estamos a la vez metidos en la página, pero creo que le daré una pruebita a Reinvigorate, aunque sea por la curiosidad de ver qué es lo que ha estado incubando Sean durante tanto tiempo. Ya contaré.