El crowdfunding es uno de los temas a los que, desde hace cierto tiempo, presto especial atención en mis cursos de innovación en IE Business School. En su modalidad reward-based, que ofrece esquemas de incentivos de diversos tipos (desde la mera satisfacción de colaborar con el proyecto hasta el acceso preferencial al propio producto, pasando por tazas, camisetas, etc.), ofrece a los emprendedores la posibilidad de obtener financiación precisamente cuando hace falta, en fases tempranas del proyecto, sin tener que entregar acciones a cambio.
Esta modalidad de crowdfunding implica, lógicamente, la asunción de un riesgo: los creadores del proyecto afirman que entregarán el producto en cuestión en una fecha determinada, pero la realidad es que los retrasos son enormemente habituales. Problemas derivados del desarrollo del proyecto, inconvenientes encontrados en la fase de fabricación, o simplemente, cuestiones derivadas de la falta de experiencia suelen generar aplazamientos en la entrega que afectan a una gran mayoría de los proyectos, lo que ha generado en muchos casos enfados entre los usuarios que habían decidido contribuir a ellos con unas expectativas determinadas.
Indiegogo, uno de los sitios internacionales más importantes dedicados a esta modalidad de crowdfunding acaba de poner a prueba una cuestión que me ha resultado interesante: una póliza opcional de seguros asociada con el proyecto. En la ilustración aparece el Olive, una pulsera que permite monitorizar y supuestamente controlar el nivel de estrés. El incentivo principal para los usuarios es obtener la pulsera, un cargador y la app para gestionarla por un total de $129, con entrega estimada el 15 de noviembre de 2015. Pero además, en este caso, Indiegogo ofrece la posibilidad, por $15 adicionales, de asegurar la entrega del producto en un máximo de tres meses desde la fecha indicada. Si el proyecto se retrasa más allá de ese plazo, te devuelven el dinero.
El concepto de riesgo asociado a un proyecto empresarial no necesita demasiada explicación cuando hablamos de proyectos con el perfil habitual que suelen tener en crowdfunding: equipos que no necesariamente tienen mucha experiencia, con ideas y prototipos capaces de generar interés, pero con capacidades de ejecución no probadas. Pasar de las fases de idea, concepto o prototipo a las de fabricación masiva supone un reto muy importante, que se superpone a otros riesgos habituales tales como los problemas derivados de la gestión del propio equipo humano. Para quien desembolsa el dinero basándose en una promesa de un producto que le ha generado interés, ese riesgo también resulta fácil de entender y se suele ver como algo inherente al modelo de crowdfunding frente a la opción de simplemente adquirir el producto en una tienda, pero eso no significa que los retrasos o incluso las cancelaciones no puedan generar una intensa frustración. La idea de asociar una póliza de seguros con un coste razonable a la entrega del producto en cuestión parece interesante. Obviamente, en el caso de un proyecto, el riesgo para la compañía de seguros es importante, dado que en caso de retraso, lo habitual sería que afectase a todos o la mayoría de los usuarios que hubiesen decidido aportar fondos al proyecto. Pero si hablamos de una base importante de proyectos, ese riesgo se diluye considerablemente, y puede cubrir una buena parte de la sensación de incertidumbre que puede generarse en el usuario.
En el caso de Indiegogo, que suele tener la consideración de «segunda opción» con respecto al líder, Kickstarter, asociada con una cierta imagen de menor supervisión de los proyectos que se presentan en su plataforma, la idea de proporcionar un seguro asociado a sus proyectos puede resultar estratégicamente muy interesante. Por el momento, la iniciativa parece únicamente una prueba piloto asociada con ese único proyecto, pero no descartemos planes para verla consolidada como una opción general.
This article is also available in English in my Medium page, “How to make crowdfunding a little less risky«
Hola,
Hoy en día se asegura casi todo. No me extraña que proyectos con cierto nivel de riesgo den la opción de un seguro que cubra los posibles daños. Es una gran oportunidad de mercado para aseguradoras especializadas en estos proyectos.
En Lloyd’s of London, el mayor mercado de seguros del mundo, se asegura de todo a través de los underwriters: conflictos bélicos entre países, envíos logísticos, la gira de EEUU de Lady Gaga, el próximo lanzamiento de la NASA, la voz de Bruce Springsteen o diferentes promociones de ventas en gran consumo. Recomiendo ver los siguientes vídeos para los apasionados del mundo de los seguros (y reaseguros):
http://youtu.be/Z_1mX8XeuFU
http://youtu.be/UFLn6vPirbA
Saludos!
En mi humilde opinión tiene poco sentido. Personalmente parece una jugada para sacar algo más de dinero o para ofrecer unos plazos poco realistas bajo la cobertura de un seguro. No me inspira confianza sino más bien al revés.
Para mí, la opción de pagar un seguro tiene sentido cuando la cantidad de dinero que vas a arriesgar puede llegar a suponer un problema. No olvidemos que los seguros no son chollos, son negocios.
En este caso particular, tenemos que ser muy conscientes de que estamos hablando de micromecenazgo, donde el capital aportado proviene generalmente de gran cantidad de aportaciones muy modestas. De hecho, usar crowdfunding para solicitar aportaciones importantes o para anticipar el pago completo de un producto que aún no ha sido desarrollado, me parece un riesgo innecesario.
La oferta de un seguro en un contexto como este a mí me parece una coartada para luego poder excusarse ante cualquier incumplimiento con el argumento de que no quisiste contratar el seguro.
A mí no me convence, ni me parece una solución brillante, pero tampoco descarto que pudiera llegar a tener cierta aceptación.
No me parece mala idea, es más creo que lo deberían llevar todas. La razón es que cabe que un «listillo» lance una idea sin la menor intencion de llevarla a cabo. Nadie va a pleitear por 25€, pero una compañía de seguros si ve dolo no dudaríia en pleitear con ellos.
¿Esto de los crowdfunding es lo que va a asegurar la pensión de Gorki en el futuro? ¿Es lo que va a pagar alumbrados, funcionarios y médicos? ¿Las inversiones en ciencia? ¡Viva el crowdfunding!
Imagino que las plataformas que se dedican a esto no se lucran con esto, ¿no?
¿no?
…..¿NO?
#003 Desde luego yo no pleitearía por una miseria, pero tampoco contrataría una póliza opcional de seguros asociada con el proyecto para cubrir ese riesgo de miseria que para colmo es algo que que está en función de circunstancia que no dependen de mí. Otra cosa es que la propia plataforma decidiera ofrecer algún tipo de garantía o de compensación por los retrasos, pero sin gasto adicional, porque el que debe asumir el riesgo es el que tiene algo que ganar con ello.
A mí una proposición razonable me parecería la siguiente:
Si un proyecto de crowdfounding promete resultados en un plazo determinado y cumple, me parece lógico que disfrute de los beneficios pactados en su integridad. Si se retrasa por ejemplo más de un 100% del plazo pactado, debería dar por cancelado el proyecto y devolver hasta el último céntimo. Para retrasos inferiores que no comporten cancelación del proyecto debería ofrecer alguna compensación.
Un proyecto de crowdfounding no debería parecerse a un juego de azar ni siquiera en condiciones de máxima transparencia que rara vez se dan.
Esto no es como contratar un seguro en el envío de una mercancía que puede perderse por causas ajenas a la empresa que te está vendiendo un artículo. Cosa que me parece normal.
Es más bien como mandar una mercancía con arreglo a una tarifa y si se pierde es la empresa de transporte la que te indemniza porque ha sido su responsabilidad. Cosa que también me parece normal.
Si tú ofreces un producto o servicio, solicitar un sobreprecio para cubrirte de tus posibles negligencias es algo que yo rechazo totalmente. Insisto en que hay gente confiada que lo vería bien, pero no es mi caso.
Mi opinión sobre el artículo como publicador de proyectos crowdfunding en indiegogo.com, me parece de interés para los que somos los protagonistas del mismo.
Ya que es cierto, que la inexperiencia puede ser el factor determinante para la situación que se expone. Pero también el mecenazgo y usuarios seguidores de estos temas deberían comprender, que existen múltiples factores de terceros que muchas veces hacen imposibles esas fechas previstas presentadas. Nadie es adivino, saber el futuro con exactitud únicamente es una cualidad que pertenece al Dios Todopoderoso. Ya que proveedores de materiales, bajas por enfermedad de técnicos, etc; pueden hacer que los plazos de entrega varien sustancialmente, sin ser un factor determinante, la inexperiencia de cualquiera.
En mi campo de trabajo crowdfunding, es igual, pero por otros factores. Yo me dedico a la investigación bibliográfica de Fondos antiguos bibliotecarios, para su difusión a todos los lectores que no pueden acudir a salas de lectura o de investigación por sus labores profesionales o familiares, y de poca difusión editorial, o poco desarrollada bibliográficamente por otros escritores o publicadores de mayor o menor prestigio.
Y sucede que a veces acceder a una obra concreta catalogada como manuscrito o incunable para su investigación requiere más tiempo del previsto. Porque la revisión del texto en las lenguas originales, en diversas páginas, a veces entre el 30-40% aproximadamente; es más complicada su lectura.Y esto es un hecho imprevisible, porque la obra puede estar antes o después disponible en Madrid o en París, por ejemplo, o viceversa; y el control del original pertenece a sus propietarios. También por el deterioro, residuos de tinta, manchas de envejecimiento del papel, etc. Y si una obra se adquiere por encargo digitalizada a alta resolución, se debe esperar a la recepción de la misma, que en según que Bibliotecas Nacionales, el tiempo varía de una otra.
Esto son sólo ejemplos prácticos de los realizadores de proyectos crowdfunding, que todo el mecenazgo disfruta y hace uso. No es mi propósito quitar la razón al contexto del artículo y a su publicador. Únicamente el fin es aumentarla para próximas opiniones relacionadas.
Podeis tener más detalles al respecto, si visitais mi nuevo proyecto de investigación bibliográfica que acabo de presentar en indiegogo.com, con el título: TRANSCRIPCIÓN Y TRASLACIÓN LIBRO DE 1502 DE LA BNE. Y que su acceso directo es:
http://bit.ly/1yjbqkh
Espero que visitando mi nuevo proyecto, sea posible por lo menos desde la temática editorial, poder discernir y comprender un poco mejor este delicado asunto moral crowdfunding. Agradecería a los visitantes del proyecto, dejaran en el mismo un comentario personal sobre lo expuesto. Para que la comunidad crowdfunding,creadores y mecenazgo, de EEUU a través de la plataforma Web del proyecto, pudiese beneficiarse de todo los contenidos incluidos en este artículo.
Muy buen artículo, a mi la verdad es que los proyectos de crowdfunding nunca me han gustado, pero entiendo que a otras personas les encante. Me resulta sobre todo muy curioso esas personas o grupos que piensan que son super famosos y luego fracasan estrepitosamente en sus crowdfundings. Y también he visto lo contrario, gente que parecia que no conocía ni Cristo y luego han recaudado una barbaridad. Supongo que este tipo de proyectos hacen ver si tienes «fans» reales y que te apoyan de verdad.
Un saludo.