Con el Consumer Electronics Show 2014 en su recta final, la tendencia parece más que clara: este va a ser el año en que lo conectemos todo. A las redes de personas interconectadas se une eso que se ha dado en llamar la «internet de las cosas«: objetos sensorizados e interconectados entre sí, unidos con periféricos de todo tipo que controlan la práctica totalidad de los aspectos de nuestra vida y lo que nos rodea. Cuando el estado de la tecnología ya permite encapsular un ordenador completo en algo del tamaño de una tarjeta SD, es razonable pensar que las barreras de entrada para conectar muchos objetos hasta ahora desconectados vayan a reducirse de manera notable.
Cuantificar nuestra actividad fue solo el primer paso. A la primera generación de los llamados wearables (monitores de actividad, smartwatches, etc.) se unen ahora dispositivos para evaluar cómo estamos, cómo corremos, cómo dormimos, cómo nos lavamos los dientes o si mantenemos unos hábitos posturales correctos. Y a ellos se añade toda una constelación de dispositivos para conectar nuestras casas, evaluar su temperatura, concentración de CO2 o su nivel de confort, y otra pléyade de desarrollos para conectar nuestro automóvil, y…
Puedes ponerle el nombre y las etiquetas que quieras. Pero si algo evidencia ese escaparate de la tecnología de consumo llamado CES es la llegada no ya de la «internet de las cosas«, sino de la «internet del todo», del «everything connected». No, nada que ver con aquella nevera conectada que nunca llegó a tener sentido real, pero sí con un enorme universo de dispositivos de todo tipo, procedentes de todo tipo de compañías y todo tipo de ocurrencias. Nuevos retos en estándares y conectividad. Categorías que se redefinen a medida que hablamos: en el entorno wearable tenemos una Pebble empeñada en demostrar que es algo más que un one-hit wonder, mientras empresas clásicas y con muchos más medios como Samsung, Qualcomm o Sony siguen sin lograr posicionar sus dispositivos, vemos aparecer nuevos entrantes insospechados como Epson o Lenovo, esperamos novedades de Google y de Apple, y seguimos presenciando cómo la industria relojera sigue sin enterarse de nada. Y mientras, las funciones se desplazan entre distintos aparatos en movimientos que no siempre tienen sentido, que hacen poco más que explorar el desarrollo de nuestros hábitos y nuestra capacidad para absorber novedades.
Cualquier pequeña revisión del nivel de diversidad de las novedades del CES de 2014 funciona como un claro presagio de que nos espera un año muy movido en el escenario tecnológico. El mercado y los niveles de adopción dictarán sentencia, pero básicamente, este 2014 va a ser el año en que, al menos desde el ámbito de lo posible, lo conectamos todo.
ACTUALIZACIÓN: Marimar Jiménez cita esta entrada en su artículo en Cinco Días titulado «Internet de las cosas: el próximo gran negocio y el siguiente gran reto para la seguridad» (pdf).
(This post is also available in English in my Medium page, “The year everything is connected«)
Muy interesante la predicción para estos 357 días restantes. Estoy convencido de que los tiros irán por ahí.
Pero proyectando el ejemplo de la nevera, creo que se conectarán periféricos sin mucho sentido, como cuando en los negocios convencionales se escuchó que había que «estar en Internet» y se trasladó a la web una presencia poco últil y poco elaborada… por poco pensada.
Como usuarios tendremos que discriminar entre conexiones que aporten valor y pretextos corporativos para hacer ruido mediático. Como profesionales tendremos que analizar qué artilugios de nuestra vida cotidiana merece la pena conectar y qué funcionalidades realmente aportarán un plus de valor al usuario
Esa es la misma sensación que tengo tras estar siguiendo el CES de este año, Enrique.
Este va a ser el año en el que hablemos del internet de las cosas de verdad, en el todo conectado y accesible desde mi dispositivo más personal: el smartphone. Ni el reloj ni las gafas podrán ser tan personales, tan «yo» y «tú» como un smartphone, al menos en sus formas y funcionalidades actuales.
Creo que Android, por su naturaleza más abierta, está bendecida para propagarse rápidamente en comparación con Apple y Microsoft. No hay más que ver que Siri Eyes Free lleva más de año y medio con nosotros para anunciar un puñado de alianzas mientras que Google ha conseguido mucho más en tan sólo un par de telediarios.
Yo creo que este será el año de los wearables sobre todo. Para las próximas navidades pueden estar en muchas listas. El todo conectado, quizás para el año siguiente, aún lo veo un poco verde. No es tan fácil conjugar lo que la tecnología empieza a permitir, con lo que la gente pueda querer usar, y con sus necesidades reales. Pero puede ser de verdad el 2015 el año del internet de las cosas, con una domótica que por fin se integre con los dispositivos que usamos en nuestro día a día. Lo veremos :)
Discrepo con lo que la nevera nunca llegó a tener sentido, la nevera va a tener sentido, ya tienes la mayoría de las piezas por separado: Hay (en San Francisco) Google Shopping Express que vende productos frescos y te los lleva a casa en la franja horaria que quieres, por otra parte está Google Now que se anticipa a las necesidades de los usuarios analizando su email, su gps, sus búsquedas etc. Falta sumar la nevera conectada y ya tendrías un señor (o un Robot, quien sabe) en tu puerta con los productos que necesitas antes incluso de que te des cuenta.
Esto será un ecosistema que se alimente a si mismo, los primeros dispositivos tardaran en arraigar, pero cuando todo esté conectado nuevos productos y servicios ahora inimaginables surgirán cada día.
Cuando hablamos de tendencias https://www.enriquedans.com/2014/01/tendencias-tecnologicas-para-2014-en-cinco-dias.html , tuve la sensación que se te había pasado esta tendencia para este año, por eso comenté:
«Por ello aparecen gadgets especializados en una cosa a coste reducido (unos 50€ como máximo) que son sencillos de utilizar y hacen una cosa perfecta, en Kickstarter hay miles de aparatos de este tipo, para cuidar plantas, barredoras, monitor de constantes vitales, cámaras robotizadas etc. y una presion hacia la fabricación de estos gadget porque es más sencillo convencer a la gente que pague por el hard que por el soft, por tanto la solución es vender un chisme y regalarte su software. Es más fácil vender un control de peceras que una app de peceras»
En efecto creo que estamos en el año de los gadget conectados por Internet, pero si parece que no son inventos de grandes fabricantes, como Sony, sino de particulares que detectan una necesidad, lo que no quita, que luego les compren la empresa los grandes, (como han hecho siempre).
Conviene darse una vuelta por Kickstarter, es una caja de sorpresas inacabable y quizá un sitio donde invertir pequeñas cantidades como quien juega a la lotería.
Supongo que terminaremos inventando objetos con el único propósito de que se dediquen a hacer spam entre ellos mientras disfrutamos de nuestra forzosa ociosidad ante una red sobresaturada.
Con las noticias de la NSA y similares habría que medio tonto para meter los espías hasta en la cocina. Internet de las cosas? No gracias.
MV
#007 Miguel V.
Eres libre, por supuesto, de hacer lo que quieras, pero ¿no crees tu que eso puede ser la mejor forma de bloquear la NSA. Supon que eDnas tiene un GPS que graba todos los pasos que da para hacer un cálculo de calorías que quema, ¿Tu crees que añadirá mucha información sobre lo que saben ahora de eDans tener todos los días el viaje de su casa a la oficina y viceversa y los 6 kilómetros que anda por diferentes pasillos de su casa y de IE? Yo creo que mas bien tendrán que poner filtros para eliminar los mensajes inutiles y por ahí se les irá mucha información inutil y algúna útil ¿como diferenciarla?.
¿Que sistema espía puede controlar que cada persona reciba miles de mensajes innanes al día? Lo fácil es controlar un señor que solo recibe dos docenas de emails significativos.
Precisamente hoy me indicaban en un Twitter que podía pedir no se cuantos teras gratuitos en el Dropbox chino y he estado tentado de solicitarlos y llenarlos de textos aleatorios para dar trabajo a sus máquinas de descifrár, ¿Qué mejor forma de saturar una máquina de descifrar mensajes, que mandar un mensaje aparentemente cifrado sin contenido? ¿Cuándo una supermáquina de descifrar se dará por vencida y no intentará hacer una prueba más para descifrar un mensaje hueco?
Hay dos formas de guardar algo, o guardarlo en una caja fuerte, o en un pajar, cuando todos los ladrones, son además cerrajeros, mucho más sensato es guardarlo en el pajar.
Yo lo que quiero que conecten a google son todas las cosas de mi casa: ¿cuánto tiempo perdido paso buscando cosas? «¿Dónde están el cucharón de servir la sopa? ¿Dónde está el jersey del uniforme del niño? ¿Dónde hay un lápiz? ¿Dónde habré guardado el libro de El Hobbit?». Yo quiero hacerle esas preguntas a google, igual que le pregunto dónde está una calle o una tienda o un dato de internet.
Para eso veo dos posibles vías: que el interés de Google en los robots les lleve a diseñar una araña física, que vaya indexando por mi casa la ropa, los juguetes y todos los objetos estén donde estén, o que se ponga etiquetas de radio frecuencia en fábrica que conecten no solo los electrodomésticos sino cualquier objeto que yo compre (libros, ropa, CDs). Servirían para el inventario en fábrica y tienda, como ya se hace para algunas cosas como los coches, pero también para el inventario y localización en mi casa.
No será para este año, pero si google se pone yo creo que para el 2024 sí que lo vemos. Y sí, estoy dispuesto a ver anuncios relacionados y a que Google sepa qué tengo en cada cajón de mi casa, si me dan este servicio.
#009 Santiago
Lo de la araña física me parece una magnifica idea, aunque quizá un poco utópica. Yo lo que había pensado es poner a todo etiquetas RFID adhesivas y tener un buscador que las localizara a unos cuatro metros de distancia. ¿Donde he puesto las gafas?, tomo el buscador, (que lógicamente es un reloj smartwach para no tenerle que buscar), elijo en la lista de objetos, «gafas» y me paseo por la casa hasta que el reloj pita y su brújula me indica la dirección están más o menos.
La jubilación no me iba a dar para comprar tantas etiquetas RFID como iba a necesitar.
Hace unos meses Tim Cook lo dijo en una entrevista con Mossberg: que en los años sucesivos, lo wearable y lo interconectado, iban a tener mucha relevancia. Y muchos meses todos los expertos coincidian que el abaratamiento y la miniaturización del almacenamiento, y los servicios en nube, iban a provocar una explosión de dispositivos interconectados.
Desde hace años esta rodando este término que odio con todas las fuerzas de mi corazón: «el internet de las cosas», y sí, con el pronombre «el» para hacerlo aún más detestable. Ese término es otro empeño de algunos, como los periodistas devenidos a blogueros de tecnología por extrema necesidad, de englobar, de meter en un saco cosas, por darle un sentido que sólo están en su mente geek recien vestida. Sres, «dispositivos interconectados» y nada más.
Pero, eso se venía venir desde hace tiempo. Y muchos de esos wearables y otros dispositivos interconectados, son tan inútiles como ridículos:
Los medidores de actividad canina son caros y sus GPSs requieren suscripción mensual a un servicio celular (!). Que hago yo midiendo las pulsaciones de mi perro? Es que los medidores de actividad solo los considero necesarios cuando hago deporte o ejercicios, pero no las 24H.
El cepillo inteligente: una estafa total que se esconde en un texto promocional muy bien elaborado.
El pebble: no me convence tener otro dispositivo para que me diga lo mismo que mi móvil, consumiendole la batería.
Avegant: no pienso ver televisión con esos mamotretos en mi cabeza, en todo caso jugar algun viedojuego y todavía lo veo incómodo.
Smart Lock: cara y debes pagar una suscripción que tambien depende del país de ubicación (como en el caso de los perros).
Razer: «no tendrás que comprar otra computadora», pero sí otros módulos y demas cacharros de razer. Very smart.
Lo visto hasta ahora en CES no me ha sorprendido porque es más de los mismo; exceptuando al resurgimiento de Yahoo, y pendiente que mejoren el servicio de correo de una vez por todas.
En resonancia contigo:
http://www.youtube.com/watch?v=JrVNz1j6wJU&feature=youtu.be
¿Alguien va a pensar alguna vez en las necesidades del usuario?
El esfiuerzo por controlar la información basura y preservar un mínimo de intimidad no hace sino aumentar.
La novedad es la siguiente:
«Cuando redactes un correo, Gmail te sugerirá como destinatarios a tus conexiones de Google+ aunque no te hayan dado su dirección.»
Si yo no he dado a alguien mi dirección de correo me parece muy mal que Google se tome esa libertad con mis datos. La pregunta del millón ¿es qué va a ser lo siguiente?
#013 Antonio Castro
En ese mismo mensaje de Gmail te dicen cómo desactivar el que cualquiera te pueda escribir: vas a https://mail.google.com/mail/u/0/#settings y cambias la opción de «Enviar correo electrónico a través de Google+» al valor de «Nadie» para que no te pueda enviar mails nadie desde Google+, solo el que antes sepa tu mail.
Pero a mí me parece una opción interesante, salvo que vea que de repente me empieza a llegar spam de gente que no conozco lo voy a dejar activado.
Yo no tengo nada claro que este vaya a ser el año del Internet de las cosas. Creo que continuará habiendo avances en este campo, pero que aún nos queda mucho terreno por recorrer.
Si bien es cierto que Internet cada vez abarca más ámbitos de nuestra vida, no veo a la gente preparada para tener una gran parte de sus aparatos conectados a la red. Los lectores de tu blog, Enrique, somos en su mayoría usuarios avanzados de la red y las nuevas tecnologías; pero tengo más de un familiar al que su propio smartphone le da yuyu.
La nube o la calidad de mandar datos….¿encriptados?… no lo creo, seguire pensando que cuando el hombre llego a la luna si sera cierto… :)