¿Con qué compañía resulta más lógico estar si eres un entusiasta de las nuevas tecnologías? Hay múltiples razones para optar por una u otra compañía. De entrada, es importante descontar los basics, cosas que cualquier compañía debería tener. Una buena cobertura, un programa que permita cambiar de teléfono a un ritmo aproximadamente igual al del avance tecnológico sin dejarse un riñón en el intento, o un esquema de tarificación que nos resulte adecuado parece cosas perfectamente asumibles. Pero a medida que complicamos el esquema de vida de la persona, otros elementos empiezan a aparecer: si uno viaja con cierta frecuencia, por ejemplo, la disponibilidad de acuerdos de roaming a precios razonables pasa a ser un punto de interés. Si uno es innovador, por ejemplo, el lanzamiento de propuestas novedosas con cierta regularidad provoca una identificación de tu perfil con el de la compañía que también resulta interesante. Otro factor viene dado por el denominado «efecto red», porcentaje de amigos que tienen una u otra compañía, algo que, dado el escaso nñumero de personas que han optado por la portabilidad de número, aún resulta fácil de comprobar acudiendo simplemente a nuestra libreta de direcciones.
Sin embargo, cuando el consumidor se sofistica, empiezan a entrar en juego cuestiones que no dependen sólo del teléfono, sino del conjunto de tecnologías utilizadas. Si por tener tu contrato de telefonía móvil con una compañía determinada puede, por ejemplo, entrar en las redes inalámbricas de innumerables aeropuertos y hoteles en muchos países del mundo, eso puede suponer una propuesta de valor sumamente interesante. Así, empezamos a ver fenómenos de convergencia en los que el factor determinante a la hora de optar por una u otra compañía puede depender menos de las cuestiones clásicas, y estar más relacionado con cuestiones de otro tipo. Puede incluso llegar a depender del coche que te compres. O que el fabricante del coche pueda llegar a vender más por haber incorporado una propuesta innovadora e inusual. Sea como sea, que un fabricante de coches y uno de telefocía móvil hagan algo así, me parece, cuando menos, interesante.