En mi columna de Libertad Digital de esta semana, «Lobbistas y gentes de mal vivir«, mi visión acerca de la política actual y la influencia de los lobbies de poder como corrupción y prostitución de la verdadera democracia y de la voluntad popular. Hoy mismo, la política dictada línea a línea por un lobby de poder que defiende un modelo de negocio caduco e insostenible hará que un parlamento escogido por los ciudadanos legisle en contra de los mismos y a favor de una privilegiada minoría.
La política del futuro, la Política 2.o, será mucho más transparente, y la turbia y malsana influencia de los lobbies en la misma estará sujeta a normas razonables que eviten que «unos animales sean más iguales que otros» (Orwell, 1945).
La «política del futuro» será llevada a cabo por personas que serán igual de influenciables, falibles, corrompibles y humanas que las que hay ahora. Será «2.0» y tendrá los bordes redondeados, pero no será una mejora sustancial.
Siento discrepar. La tendencia es que cada vez hay más lobbies y que éstos son cada vez más potentes y están mejor organizados. En el caso de los lobbies tecnológicos americanos, poe ejemplo, sus solicitudes a los gobiernos europeos van siempre acompañados de una posible restricción en materia de transferencia tecnológica. Un país puede entrar en la Watch List 301 si no accede a una petición concreta en materia de propiedad intelectual. Y eso seguirá existiendo mientras haya dependencia tecnológica.
A mi entender, lo que se hará más transparente no será la política sino la voluntad popular, ya que los electores tenemos ahora nuestros propios medios de comunicación: la blogosfera, los foros de opinión, el correo electrónico, la mensajería instantánea, los SMS… Hace diez años hubiese sido imposible recoger tantas firmas contra el canon.
Esta batalla no la han ganado los lobbies tecnológicos sino los medievales, los mismos que cobraban un peaje por pasar un puente. Pero estos gobiernos modernos, que se alimentan de sondeos, están empezando a mirar hacia los electores a través de la red. ¿Por qué no puede existir una wiki-ley, generada con aportaciones de todos los internautas? La LSSI estuvo a punto de ser la primera, la LPI también. Tal vez la próxima…
Hace un par de años, que estaba trabajando en un céntrico Hotel de Madrid, lelgó de visita un miembro de la SGAE. La verdad es que fue una situación curiosa: el susodicho, quería que pagásemos por tener un piano de cola en el Lobby del hotel, «no sea que algún cliente toque piezas protegidas por derechos de autor (sic)».
Le dije (y era cierto), que estaba prohibido tocar el piano, para no molestar a otros clientes. Bueno: pues llega el prenda, y me escupe:»¿y cómo sé que me está diciendo la verdad?».
A lo que le dije: «Si Vd. quiere comprobarlo, tiene mi permiso para sentarse aquí, 24 horas al día, 7 días a la semana; pero, ojo, aquí hay que consumir del bar; además, cuando detecte que se oye una pieza protegida por derechos de autor, no está autorizado a grabarla, por ningún medio, ni difundirla. Y ha de demostrar con papeles esa protección de derechos».
…Lógicamente, no se quedó (la cerveza costaba en el bar unos 4 € la copa).
Este Lobby en concreto, cierto: son algo nazis..pero más de atrezzo que de otra cosa.
Creo que el sistema político acutual español, homologlable con el de otros estados occidentales, está muy lejos de la DEMOCRACIA- Es una Democracia Parlamentaria y supone un claro avance sobre la Democracia Organica de Franco, pero sinceramente me ha decepcionado profundamente.
Pensé, ¡iluso de mí!, que a la muerte de Franco llegaba la DEMOCRACIA, el poder del pueblo, pero el poder ha pasado de un individuo a unos pocos dirigentes de partidos que, alejados los anhelos y deseos del pueblo, siguen las instrucciones emanadas del APARATO DEL PARTIDO, algo obscuro de desconocido funcionamiento, ageno por completo al pueblo llano.
Yo tengo 63 años y no estoy para revoluciones, hicimos la nuestra y conseguimos cambiar bastante las cosas. Nos conformamos con morir en esto que hemos conseguido. Lo que no entiendo es que los jóvenes, (mis hijos), deseen mansamente vivir en un mundo manipulado por unos cuantos.
Sinceramente no entiendo tanto conformismo. ¿Cómo puede ser que el tener un coche y un sueldo ramplón, anule el deseo de libertad?.
Tu artículo contiene varios errores, pienso yo. Los lobbies, para empezar, no son malos en sí, sino por lo que pueden llegar a obtener del malo de verdad de la película, que no es otro que el poder político. Por ejemplo, la Asociación de Internautas a la que pertenezco es un lobby, contrario generalmente a los dos que pones de ejemplo. Y es que, al contrario de lo que indicas, los lobbies no defienden necesariamente legislación que conceda a sus integrantes beneficios económicos. Ese es un tipo de lobby, nada más. ¿Acaso Greenpeace no es también un lobby, y de hecho uno de los de mayor capacidad de influencia en el mundo?
En fin, que no me ha gustado el artículo. Los lobbies no son sino expresión de la sociedad civil, instituciones al servicio de ciudadanos particulares que quieren influir en las decisiones políticas. Esas expresiones pueden ser buenas o malas, según aquello que defiendan.
El problema de muchos de estos grupos de lobbies, es que se han lucrado de tal modo a base de abusar del sistema y de la gente, que es muy lógico pensar que son ellos los que financian los partidos políticos.
Por eso se echaron a temblar cuando se propuso acabar con los donantes anónimos. Ahí se vería claramente qué grupúsculos son los que de verdad están manejando los hilos.
«Tu artículo contiene varios errores, pienso yo. Los lobbies, para empezar, no son malos en sí, sino por lo que pueden llegar a obtener del malo de verdad de la película, que no es otro que el poder político.»
Discrepo de este punto. Muchas de las tácticas que utilizan varios grupos de lobbies para «ejercer presión» son dañinas y mafiosas (y el resto no les va a la zaga) porque la falta de escrúpulos no les supone ningún perjuicio. Algo que hacen casi todos, por ejemplo, es adjudicarse más representación de la que realmente tienen, para así tener «más peso» en las votaciones.
Estoy de acuerdo con el comentario de Daniel Rodríguez en el que dice que los lobbies no son malos en sí. Prueba de ello lo constituye, a mi modo de ver, el hecho de que incluso en Instituto de Empresa ha tratado el lobby como «una nueva herramienta de gestión empresarial», y ha organizado conferencias para enseñar «cómo conseguir que las empresas participen en el proceso de toma de decisiones de los poderes públicos». Entiendo que si ello se hace tan abiertamente es por que no es el instrumento lo malo, sino el uso que se hace de él.
Enrique, no crees que tú también eres un poco lobbista? Acaso no defiendes tus intereses o los de el sector que mejor te cae según el tema? Acaso te olvidas de la influencia que tienes desde tu blog?
Si fuera lobbista te contrataría, que sería de la SGAE si no tuviera a los internautas enfrente? El hecho de que haya lobbies garantiza que se puedan defender los intereses de todas las partes implicadas.
Hay dias que nos levantamos de un cinico…
Hace unos cuantos años, cuando en los colegios de España estudiábamos mayoritariamente francés, y el inglés no estaba tan extendido como hoy, en vez de lobby decíamos Ã?«grupo de presiónÃ?», que es como se describe en la 1 del DRAE.
Si lo que se propone es algo bueno y deseable, ¿para qué habría que persuadir ejerciendo una cierta fuerza concentrada sobre una superficie? Hmmm ¿grupos buenos y malos?, ¿será como en las películas del oeste? Que yo recuerde, los de la «banda» eran siempre los forajidos, y casi nadie malinterpretaba nada, pero claro, entonces no se había «inventado» Ã?Â?ni patentadoÃ?Â? el politically correct lobby.
A mi entender los lobbies son consecuencia directa de la forma de funcionar el sistema político.
Este se basa en la delegación en otros; esto aleja el escenario de toma de decisión a lugares donde el individuo como tal no tiene acceso.
Es en estos sitios donde además existen condiciones especiales, información privilegiada, acceso a toda clase de recursos que incrementan considerablemente la posibilidad de los políticos de alejarse de quienes los eligieron.
Quienes acceden al poder tienen en sus manos poderosas herramientas, deseadas por otros poderes, los económicos, hasta los que es posible abrirse paso a golpe de billetera; aqui aparecen nuestros lobbies y los de allende el océano.
En esa «entente cordiale» de poderes nace la política de nuestros dias que ha dado a luz otros instrumentos de reproducción del sistema, la mercadotecnica política de comunicación y la implicación en el sistema de los grandes medios de comunicación meditizados por los grandes partidos y poderes económicos.
No se si se caera esto o no, puede que no, pero lo que si tengo claro es que hay que cambiar el principio, invertir la pirámide, reducir la delegación y convertirnos en actores. No se si eso sera política 2.0… quizas.
No está en mi mano enmendar la plana a Enrique, Dios me libre, ni tampoco salir en defensa de su tesis; pero me da la sensación de que se están mezlcando dos conceptos, separados quizá por pequeños matices.
Por un lado, existe lo que yo llamaría Lobbies, o Grupos de Presión: son aquellos que, gobierne quien gobierne, intentan medrar y conseguir los más y mejores privilegios para su sector, gremio o lo que sea. Aparte de que se caracterizan por la firme creencia de que, sin su concurso, «tal Gobierno estaría perdido». Ejemplo: el mundo del Cine: esté quien esté en La Moncloa, una y otra vez presionan para que nada cambie, para que mantengan sus privilegios.
Por otro lado, existen grupos tales como la Asociación de Internautas, o las asociaciones de consumidores, que se dedican a defender los DERECHOS de los ciudadanos y/o consumidores, y también actúan para recordar al Gobierno sus OBLIGACIONES para con esos ciudadanos.
Quizás no sepa explicar bien ese matiz; pero preguntaos una cosa: si la comunidad internauta viera bien protegidos sus Derechos,¿sería tan «aguerrida» la Asociación de Internautas?
Daniel, es curiosa la tendencia de algunas personas a tomar el rábano por la hojas.Lo mismo pasa con A.J. Chinchetru en su contestación a mi artículo, ¿a qué viene contestar con cosas obvias? Soy un liberal, eso es bien sabido, probado y demostrado… ¿a santo de qué iba a estar yo en contra del asociacionismo? Lo que ocurre es que una cosa es el tipo de lobbies a los que me refiero genéricamente con el término lobbies, y que son grupos de preción que influyen sobre políticos y medios esgrimiendo argumentos poco éticos como el «te quito la publicidad», o «te denuncio ante esto o aquello», o «te saco a los artistas a la calle» y metodologías similares, y otra muy distinta reunirte con otros internautas para hacer informes y hablar con políticos intentando vanamente tener el mismo nivel de interlocución que tienen otros sinvergüenzas, mafiosos y maleantes. A mí que los amigos de la colombofilia se asocien y pretendan ir a ver a un político para explicarle porqué se deben respetar los derechos de las palomas me parece no sólo legítimo, sino digno de encomio. Ahora, si pretenden ir a decirle que o derechos de las palomas, o te vamos a cagar en la cabeza cada vez que salgas a la calle, eso es otra cosa, se llama chantaje, y es un delito tipificado y perseguible. Son cosas completamente distintas. Yo, OBVIAMENTE, nunca criticaría la sana voluntad de unos ciudadanos de asociarse para defender un interés. Lo que sí critico, y mucho, es el secuestro de la voluntad popular que ocurre cuando esos lobbies van a ver a determinados políticos y les dicen «cámbiame esta ley porque sino…» Eso sí es profundamente criticable, y es tristemente lo que está ocurriendo. Ahora, si preferís malinterpretar un artículo, tomar el rábano por las hojas y creer que es que me he vuelto malo o tonto, adelante, cada uno es muy dueño de llenar columnas como quiera. La tendencia a tomar una parte de un artículo, retorcerla, e interpretarla como un ataque de un sitio de donde no cabría lógicamente esperar un ataque es algo que siempre me ha fascinado de la blogosfera…
Creo que los críticos con el artículo confunden términos y conceptos y debido a ello esgrimen argumentos erráticos.
El fenómeno del lobby es una cosa y el asociacionismo civil o empresarial es otra, aunque existan, ejemplos dificilmente calificables como la Asociación Americana del Rifle.
Los grupos de presión no engloban a los ciudadanos anónimos que se unen y asocian para llevar a cabo una empresa común o defender unos intereses, sino que reunen a personas, físicas o jurídicas, influyentes por sí mismas, que unen sus fuerzas para conseguir unos objetivos comunes, llegando en la práctica a romper la baraja a su favor.