Este artículo en CNNMoney, «File-sharing is the new e-mail« me ha llevado a pensar un poco en el escenario que se avecina y que muchos llevamos tiempo analizando. Y es que a pesar de la mala reputación que las compañías discográficas, los políticos y la policía pretenden que tengan, los sistemas de intercambio de archivos entre iguales son la manera lógica de compartir materiales entre ordenadores. Así, cada vez más empresas se apuntan al diseño de productos que permiten la creación de espacios compartidos de información entre redes de personas, que escogen qué materiales quieren intercambiar y qué privilegios de acceso otorgan a cada miembro del grupo. Ante un parque de ordenadores en manos de particulares indudablemente creciente y una digitalización masiva de los contenidos de todo tipo (desde fotografías hasta música o películas), el escenario es, sencillamente, imparable. Las mismas aplicaciones que funcionan a la hora de permitir que mis padres vean las fotos de las vacaciones lo hacen para permitir que mis amigos escuchen la música o vean las películas que tengo en el disco duro, sin que sea posible establecer restricciones de ningún tipo a medio plazo.
El e-mail es, indudablemente, muy poco adecuado cuando se trata de compartir materiales que exceden en peso lo que los servidores de correo suelen admitir. Los servicios de compartición online tipo Flickr o YouTube cumplen una función interesante en muchas ocasiones, pero el proceso de subir a ellos los archivos se vuelve más pesado a medida que el tamaño de los fichero intercambiados aumenta. De ahí que las aplicaciones de intercambio de archivos ganen en popularidad. El artículo revisa tres aplicaciones pensadas para intercambio de ficheros entre particulares, y deja entrever un futuro en el que lo normal será tener los materiales que queremos compartir en una zona determinada de nuestro disco duro en el que permitimos un acceso limitado a determinadas personas. El que lo que compartas sean tus fotos de las vacaciones o las canciones de tu colección de discos particular, es algo que corresponde estrictamente al ámbito de tus relaciones y tuyo, de la misma manera en que antes les prestabas un disco o una película.
¿A las compañías discográficas y a las sociedades de gestión de derechos de autor no les gusta ese mundo? Pues la vida es dura, ya se pueden ir bajando…
by the way, cómo va Allpeers?
Pues recibí (me imagino que como muchos) un e-mail invitándome a la prueba. Lo contesté positivamente e invité a tres peers, pero no he sabido nada más :(
Con respecto al futuro del file-sharing, os recomiendo la descarga del programa
www.mydisk.co.uk
que descubrí hace poco, además de gratuito, es sencillo y rápido de usar.
Esta claro que ya existían maneras de hacerlo por ftp, pero no conocía ninguna herramienta tan sencilla como esta.
Aunque tengo mis dudas sobre la seguridad que te ofrece el programa.
Por cierto, ¿que os parece los escenarios que plantea?
La aplicación que me parece más interesante es hacer copias de seguridad. Seguramente vamos a ser la primera generación que no tendrá fotos de sus hijos, porque cuando Güindous decida cargarse el disco duro definitivamente descubriremos que los DVDs que habíamos grabado están muertos (corro a tocar madera).
Esto se arreglaría con un programa astuto que reparta trozos encriptados de disco duro entre ordernadores afines, manteniendo una redundancia de tres o cuatro. Para que salgan los números «macro» tienes que tener tanta capacidad extra en tu disco duro como redundancia, de forma que no ahorras en espacio (salvo milagros de panes y peces), pero sí repartes el riesgo. Lo tengo en el «todo» desde que pasé de las 10000 fotos, algún día.
Los escenarios que plantea: creo que lo importante es la facilidad de uso, y que lo que hace difícil enviar fotos de los niños a sus abuelos es la criba previa, no el correo. Si tienes la prudencia de escalar las fotos a 800×600, o equivalente, el peso no es problema. La clave de que esto funcione es facilitar el manejo del contenido: picasa se acerca para fotos, pero todavía falta mucho (por ejemplo, no hay un botón para enviar a flickr).
como estudiante de derecho, me parece interesantísimo en relación con las leyes de la propiedad intelectual todo este campo de aplicaciones que permiten el libre intercambio de cultura.
Como usuario estoy feliz de poder conocer muchísima más música, libros… de los que me podría permitir teniendo en cuenta los precios de la «cultura».
Compartir archivos, entre otras cosas, será muy difícil si se concreta la estrategia que plantea el siguiente artículo:
http://www.consumer.es/web/es/tecnologia/internet/2006/04/26/151300.php
No hay nada que las compañías discográficas puedan hacer para volver a la época del cassette, donde los únicos que podían grabarse música eran los que tenían un equipo preparado para admitir dos cassettes.
Los tiempos han cambiado, y al igual, que en su día decidieron «dar puerta» al disco de vinilo por el CD y de dar puerta a la cinta VHS por el DVD, debieron de pensar también en las consecuencias, y no me refiero a encarecer el producto, sino a ver el producto como un medio de transporte para la cultura, que todo el mundo utilizaría para escuchar música, ver películas, etcétera.
Está claro que todo ha subido y que las discográficas se suman al carro, pero yo no voy a pagar un precio excesivo por un CD, en el que me gustan 2 canciones, más un canon por si lo copio. Por eso, y porque no merece la pena comprarse todo lo que salga al mercado, existen los programas de intercambio P2P, donde todo el mundo consigue lo que quiere y no paga un precio excesivo, simplemente una tarifa de conexión mensual.
Yo sigo viendo necesarias las herramientas de catalogado intermedias que te simplifican la gestión de tus archivos. Eso sí, simplificando para que sea realmente un placer usarlas en lugar de un dolor de muelas. Luego es cuestión de que la comunicación entre la herramienta de catalogado y la de compartición sea igual de sencilla y todo listo para que lo use todo el mundo. Al usuario común hay que darle cosas que no le supongan un sacrificio:
La gestión las fotos se simplifica al máximo usando aplicaciones como f-spot. Incluido publicar en Flickr con un botón.
Lo mismo para la música con Banshee.
De momento, se echa en falta algo equivalente (en simplicidad y potencia de uso) para video.
Y para buscar en todo de la forma más simple y completamente integrada Beagle.
Enrique con tu permiso voy a hace un corral, perdón no es eso XDDD. Voy a recordarles al personal que se pase por www.todoscontraelcanon.es y echen una firma, (mañana se entregan y cada firma cuenta)
Yo utilicé en su momento http://www.grouper.com/
un programa que permite compartir los files que quieras con otros usuarios que tengan instalados el mismo programa.
Esto fue a raiz que no pude enviar un archivo avi de 700mb por otro medio (podría haber utilizado soulseek por ejemplo, pero en la Mac de mi amiga no le funcionaba)