A riesgo de parecer el blog corporativo de Google, cosa que no pretendo en absoluto, me ha parecido buenísimo este artículo de Wired News en el que se comentan «razones para amar a Google», entre otras, la manera en la que Larry y Sergey prácticamente «enseñan el middle finger» a Wall Street. Y como detalle simpático de los que encantarán a mis amigos más geeks, ojo al valor exacto en dólares de la oferta planeada por Google, especificada en el documento que han enviado a la SEC: 2,718,281,828 dólares… exactamente, el número e.
Bueno, así lo ha establecido Google en su User’s Manual, ¿no? El mercado puede castigar la cotización si no le gusta la medida, pero de entrada se supone que, estando tan clarito, quien compre acciones de Google sabe a lo que va… Es como cuando empezaron a ponerse de moda las acciones de compañías japonesas: avisaron clarísimamente, por activa y por pasiva, de que no repartirían dividendos en ningún caso, y que el incremento de valor para el accionista vendría exclusivamente vía revalorización de la acción. Y no creo que se pueda hablar de un castigo del mercado a las acciones de compañías japonesas, a pesar de que rompiesen una norma no escrita pero habitual de Wall Street…
Pero esto es simplemente mi intuición al respecto.