Fernando Morales me envió algunas preguntas por correo electrónico para dar forma a un reportaje cuya pregunta central era cómo habría influido en el 11S las redes sociales, en caso de haber existido. Hoy lo ha publicado bajo el título «¿Cómo hubiera sido el 11-S con Facebook y Twitter?» y con la participación además de Carlos Barrabés, Jose Luis Orihuela y Ramón Salaverría.
A continuación, como hago habitualmente, el texto completo de mi intercambio de preguntas y respuestas con Fernando:
P. ¿Cómo se hubiera vivido el 11-S con redes sociales?
R. El 11S fue un caso de comunicación a gran velocidad: un atentado de semejante espectacularidad en uno de los puntos más conectados del planeta y a una hora cuidadosamente escogida, recibió una difusión rapidísima a través de los medios tradicionales: entre los primeros dos impactos en las torres hubo menos de quince minutos, y el segundo ya fue visto en directo por un porcentaje muy significativo de personas que estaban ya pendiente de los informativos en televisiones de medio mundo. De haber habido redes sociales, la difusión de la información habría sido todavía más rápida, aunque al estar reducida la diferencia a quince minutos, la sensación no habría sido demasiado diferente. Probablemente habríamos empezado a ver fotografías o vídeos hechos desde los puntos de interés de una manera más inmediata y con menos control: debido a una decisión coordinada, pocos hemos podido ver, por ejemplo, imágenes de cadáveres. En caso de haber ocurrido ahora, con un porcentaje muy significativo de personas provistas de smartphones y conexión a redes sociales en los lugares de los impactos habría resultado mucho más difícil de controlar. Seguramente, la red más implicada habría sido Twitter, la más habitual para información que está ocurriendo en tiempo real, como pudimos ver después con muchos otros eventos como catástrofes naturales, accidentes o atentados.
Otro posible impacto, de un enorme dramatismo, podría haber sido la difusión de mensajes enviados por personas atrapadas dentro de las propias torres: por las características del atentado, un cierto número de personas tuvieron lo que habría sido tiempo suficiente como para intentar enviar un mensaje, y algunos de tales mensajes podrían, a pesar de la saturación y de los problemas de conectividad, haber llegado a su destino. Imaginarse mensajes de ese tipo y su difusión inmediata a través de redes sociales resulta directamente sobrecogedor.
P. ¿Hubiera sido posible el manejo, filtro y control de la información (imágenes, vídeos, comunicados…) por parte de los Gobiernos y de los medios de comunicación?
R. El nivel de control de la información por parte de gobiernos y medios disminuye enormemente: una persona en la vecindad podría haber estado subiendo imágenes o vídeos en tiempo real y ser completamente imparable. En esos casos, las personas que por casualidad están en situación de enviar información son detectadas por la red de manera casi inmediata, y se convierten en una suerte de «enviados especiales» en el lugar de los hechos. Los filtros se convierten en una tarea mucho más complicada.
P. De volver a producirse un atentado de estas características, ¿cómo crees que sería el desarrollo de un día como el 11-s en la actualidad?
R. En los primeros quince minutos habría habido un nivel de confusión muy elevado, con muchísimos mensajes disonantes hablado del tema con todo tipo de hipótesis. Sin embargo, dada la velocidad de reacción que tuvieron algunos medios convencionales, dudo que hubiese habido una gran diferencia: la mayor parte de la gente que estuviese en disposición de hacerlo habría recurrido rápidamente a uno de estos medios. Esa idea estaba con total probabilidad contemplada por quienes planificaron los atentados, y fue seguramente determinante a la hora de escoger lugar y hora para lograr así un nivel de dramatismo mayor. En el caso de España, recuerdo ver las primeras imágenes en un restaurante de la zona de IE Business School, para automáticamente empezar a seguir la secuencia informativa a través de una televisión y de varios portales de noticias norteamericanos. Al cabo de un rato, muchos de esos portales comenzaron a caer por exceso de conexiones concurrentes, algo que ahora seguramente ya no ocurriría.
P. ¿Cómo han ayudado los social media a cambiar la sociedad desde el 11S a nuestros días?
R. Los social media son como una capa de conectividad permanente entre las personas, un sistema nervioso que es inervado por cualquier suceso y cuya extensión ya abarca prácticamente todo: siempre que ocurre algo, prácticamente en cualquier parte del mundo, hay un par de ojos viéndolo con una conexión a Twitter o a alguna otra red social. Twitter es seguramente la que antes nos viene a la cabeza por su velocidad e inmediatez: no hay que pensar nada, simplemente escribir ciento cuarenta caracteres y darle a enviar, además de la posibilidad de añadir fotografías o vídeos, pero pueden ser otras redes. Yo ya he perdido la cuenta del número de noticias de las que tuve la primera información a través de Twitter: el primero fue el terremoto de México D.F. del año 2007, pero el que hizo que muchos cayesen en la cuenta de la importancia de Twitter como vehículo de información inmediata fue el amerizaje del avión de US Airways en el río Hudson en enero de 2009. A medida que el mundo se interconecta, que se incrementa el porcentaje de smartphones en manos de la población (está previsto que este año lleguen al 50% del parque de teléfonos móviles en uso en los Estados Unidos) y que se incrementa la popularidad de las redes sociales, más importancia toma este «sistema nervioso digital».
si hubiera habido facebook y twitter se hubiera caido internet y la telefonica movil como se cayo el 11-S y hubiera sido lo mismo.
No creo que en la zona del suceso se permitiera pubklucar en tiempo real con twiter, facebook, etc. Me imagino que hoy en día se cortaría el espacio de las telecomunicaciones, al igual que el espacio aéreo.
No sabemos que ocurriría hoy si se diera otro 11S pero posiblemente el miedo se impondría y con él la irracionalidad y el autoritarismo. Y ello llevaría posiblemente a la censura y el control de las redes sociales y de Internet.
El 11S ha servido para muchas cosas, pero sobre todo para justificar la pérdida de libertades y también para distraer la atención cuando se perpetraría la mayor estafa de la historia occidental y que ha desembocado en la crisis profunda que hoy vivimos los occidentales.
Pero, al mismo tiempo, otros países con ambiciones han aprovechado muy bien eeste fantasma creado artificialmente en Occidente para desarrollarse a costa de este miedo ajeno surgido en la desorientación provocada por el trauma.
Quizás por ello, hoy no son pocos los que sospechan de algunos falsos pero relevantes «neocon», políticos y mediáticos, que habrían pactado previamente con la dirigencia china para llevar al mundo a una crisis que se resolviera en un nuevo liderazgo así como en un nuevo modelo económico, quizás mas eficiente, pero ajeno a las libertades así como a cualquier «estado de bienestar».
Un artículo de prensa interesante: Los atentados no frenaron el ascenso de China hacia su liderazgo como banquero global
http://www.lavanguardia.com/noticias/20110910/54214119550/los-atentados-no-frenaron-el-ascenso-de-china-hacia-su-liderazgo-como-banquero-global.html