El panorama viene animadito con un par de fallos judiciales, una sección que, en esta transición entre viejo y nuevo mundo, amenaza con convertirse en fija. Por un lado, la justicia australiana falla contra KaZaA y la considera responsable de lo que sus usuarios hagan con la red y el programa (Barrapunto, IBLNews, El Mundo…) El mejor análisis de la sentencia, que en este caso sí es un juicio completo (no como en Grokster, que era simplemente un reenvío del caso a cortes inferiores), lo he encontrado a través de Boing Boing, en el blog de la Directora Asociada del Instituto Australiano para la Investigación sobre el copyright, Kim Weatherall. En el fallo, el juez no pretende acabar con las actividades de KaZaA, sino evitar que promueva su uso para infracciones del copyright. Para ello, da dos meses a la empresa para que, partiendo de una lista de materiales sujetos a copyright que la industria debe facilitar, informe a sus usuarios o ponga en funcionamiento un sistema de filtrado (todos sabemos qué pasó con los filtros en el caso Napster). Sin embargo, el juez no deriva generalización alguna del caso, de manera que crea un entorno sumamente incierto para la innovación.
El otro fallo judicial ya viene del terreno de lo absurdo: la Corte de Apelaciones del 9º Circuito de los Estados Unidos ha dado la razón a Lexmark en un caso en el que la empresa afirmaba que el rellenado de los cartuchos de tinta de sus impresoras era ilegal (Barrapunto, Corante). Es decir, que el acto de comprar un cartucho de tinta corresponde al establecimiento de un contrato en el que la empresa especifica los usos que permite de dicho material adquirido por el usuario, y éste se aviene a no realizar otro tipo de usos. Genial. No tiraré mi cartucho por la ventana, en primer lugar porque nunca he tenido Lexmark, y en segundo porque sería un uso no autorizado por el fabricante, y por tanto claramente ilegal.
Cuando los fallos judiciales empiezan a tener aspecto esperpéntico… ¿no será que es hora de revisar las leyes?
Tanto surrealismo no cabe en mi pantalla. El intervencionismo del Estado, sea con su garra legisladora o judicial es asfixiante. Y absurdo.
Si para detonar bombas se usan teléfonos móviles… ¿no serán los fabricantes de móviles o las telefónicas responsables?
Por esta regla de tres… ¿por qué no encarcelamos a los fabricantes de navajas de Albacete cuando alguien cometa un crimen con ellas?
Bueno, me parece que estas decisiones no hacen más que acelerar el proceso de transición-algonuevo.
Por mi parte ya soy un delincuente, porque tengo una lexmark y he reincidido en el delito en un par de oportunidades. (Y todo a pesar de que soy un «hombre digital», que no uso la impresora)
Claro, te pasa lo mismo que a mÃ?¯¿Ã?Å?… usamos tan poco la impresora, que se nos seca la tinta :-). En algÃ?¯¿Ã?Å?n momento tengo que escribir sobre el poco uso que le doy a la impresora.
Me voy convenciendo mas y mas de que las leyes están pensadas para que todo el mundo este quieto parado. Y en su casa sin hacer nada. Cuidadito con cambiar, innovar, emprender, …
No se dan cuenta de que esta forma de aplicación de las leyes convierte en delicuentes a gente que está centrada en sus cosas, sin molestar a nadie.
Provoca tal confusión entre lo legal e ilegal, entre lo ético y no ético, que uno subconscientemente opta por minimizar la importancia de las leyes.
Para mantener la cordura.
Es lógico que quien esté al mando quiera que todo siga como está. Esto no es una declaración de principios ni nada parecido, sino algo natural.
Los «desposeídos» quieren cambios, los «poseídos» que no los haya.
Yo me siento contento en ambas veredas, porque soy bastante individualista y no espero nada de (casi) nadie.
Edans: en la oficina que estoy trabajando ahora me dicen «cuando vas a poner algún papel en tu escritorio». Los únicos papeles que tengo en el escritorio son los que aun no digitalicé.
Lo que más me llama la atención es que ninguna empresa en el mundo de las impresoras ofrezca el producto que los clientes están esperando. En algunos comentarios anteriores se comenta que usan poco las impresoras; se trata de una actitud muy típica dado el precio de los cartuchos. Para cuando una empresa que venda la tinta más barata y espere obtener el beneficio por el volumen de ventas. No lo entiendo.
He analizado minuciosamente unas sentencias con ayuda de la lógica clásica, y se prueba sin rebate posible que por parte de fiscal y jueces en ellas estos señores cometen mentira, calumnia, indecencia, desvergüenza, incoherencia, ignorancia culpable, fabulación, dejación de funciones, atentado contra al honor, vejación de ancianos, arbitrariedad, abuso de autoridad, crueldad y sobre todo injusticia y deshonor profesional, todo contrastado con las leyes a las que faltan, bajadas de internet. Este es el panorama.